Día 5 ➤ Un viaje caótico
Día 5
Tema: Viaje por carretera
Mundo real
Corazón x Lectora
—¡Venga chicos y chicas! —les apremió Corazón, con energía, a los jóvenes que iban colocando sus cosas en el armario de la caravana—. ¿No estáis emocionados?
—¡Sí! —exclamaron a la vez Buffalo y Baby 5, el más mayor y la más joven del grupo, catorce y ocho años respectivamente.
Los otros dos, Law y Monet, asintieron, aunque no con tanta emoción como sus dos amigos.
Aquel grupo de cuatro jóvenes eran amigos desde la infancia. Sus padres formaban parte de las empresas Donquixote y los jefes eran muy amigables con los trabajadores más buenos.
Por esa razón, todos los veranos solían preparar una gran cantidad de eventos en us gran mansión. Allí, es donde los cuatro se conocieron e hicieron buenas migas.
Ahora, Corazón había decido llevarse a los cuatro a un viaje de carretera y camping. Harían una ruta por caravana de varios días.
La prima mayor de a Baby 5, (TN), que había acabado la universidad recientemente y estaba libre de obligaciones —por el momento—, había propuesto acompañarles. Ella también había pasado bastante tiempo junto a esa gran familia.
Además, no era del todo seguro dejar cuatro menores a cargo de Donquixote Rosinante. Todo el mundo lo sabía.
Era el hombre más bueno y divertido que la peli(t/c) conocía, pero también el más torpe.
—Bueno, el tío Corazón os ayuda acabar de colocar eso y yo voy a ir colocándome —anunció (TN), mientras abría la puerta y se sentaba en el asiento.
—¿Seguro que quieres conducir tú? —preguntó el hombre de cabellos rubios, mientras acababa de colocar la boslita de Baby 5.
—Sí, está bien. Me gusta conducir —respondió ella, mirando por el espejo retrovisor para observar cómo los sentaba y se aseguraba de que se ponían bien los cinturones.
—Vale, pero... Si te cansas cambiamos —acordó él, si preguntar, simplemente afirmando.
El primer día fue el más emocionante. Corazón amenizaba la travesía con un recopilatorio de canciones que había preparado, con juegos y con otras actividades que había preparado.
(TN) miraba de vez en cuando por el espejo retrovisor, pero muy fuera mente. No debía perder de vista la carretera.
Tan solo pararon a medio día para almorzar. Habían preparado comida para toda la semana y, las cenas, las comprarían en los lugares de acampada.
Allí empezó el primer error de una larga lista que se iría descubriendo durante la semana.
Supuestamente, según Corazón, por aquella zona debía haber unos merenderos, pero la información era incorrecta.
No supuso ningún problema, ya que extendieron las mantas en una zona de hierba e hicieron un picnic.
Unas horas después, ya prácticamente a la hora de cenar, el grupo llegó a la primera zona de acampada.
—Pero señor, le prometo que esto es lo que tenemos apuntado... —aseguró uno d ellos trabajadores.
—Pedí expresamente una tienda de dos compartimentos para los adultos —insistió el rubio.
—Déjalo estar... —intervino la peli(t/c), posando una mano en el hombro de su compañero—. Tampoco pasa nada porque durmamos juntos. No muerdo.
—Era por... por si tú... Bueno, por si no te sentías cómoda —balbuceó él. No quería faltarle al respeto de ningún modo.
—Corazón y (TN) son novios. Duermen juntitos —empezó a canturrear Baby 5, entre risas. La mayor dio unos cuantos pasos y se agachó junto a la pequeña.
—Y tú vas a dormir con Law. ¿También sois novios? —preguntó, con malicia.
—¡No! ¡Qué asco! ¡Los chicos dan asco! —exclamó la niña de cabellos negros, mientras corría para alejarse de su prima.
[•••]
El segundo día pasó más tranquilo que el anterior. El único percance fue que pensaron que habían perdido a Baby 5 durante la parada en la gasolinera, pero tan solo se había quedado encerrada en el baño.
Pasaron un mal rato, pero al final quedó en una divertida anécdota que contar a la vuelta.
Aquella vez no hubo problemas con las tiendas de campaña.
Los dos adultos ya se habían asegurado de arropar y dar las buenas noches a los pequeños. La noche anterior también acabaron rendidos por el largo viaje durante el día. Así que no se quedarán muchos rato charlando, caerían en los brazos de Morfeo enseguida.
La peli(t/c) estaba sobre el colchón, embutida en su saco de dormir. Estaba mirando fijamente hacia arriba cuando vio corretear algo sobre la tela. Tan solo vio la sombra, pero debía ser algún tipo de bicho bastante grande.
Se incorporó casi de manera involuntaria, asustada. Sabía perfectamente que su pavor a los insectos iba a ser un problema durante aquel viaje, pero no afectó en su decisión.
Salió rápidamente de su compartimentó y se acercó al de su compañero. Cogió el enganche de la cremallera entre sus dedos índice y pulgar. Dudó durante unos segundos, pero finalmente tiró de ella.
Corazón, que todavía estaba despierto, ladeó la cabeza y observó a la chica.
—¿Hay algún problema?
—¿Puedo dormir aquí? —preguntó ella, con ojos suplicantes—. Tengo miedo a los bichos y he visto uno correteando por ahí.
—Sí, claro. Vamos a intentar meter tu colchón —accedió él, levantándose.
Al final consiguieron colocar ambos colchones en el mismo compartimento, aunque algo apretados. Dormirían completamente pegados, pero (TN) pensaba que incluso mejor para ella. Cuanto más cerca, mejor podría protegerle de aquellos seres.
A pesar de sentirse más segura, le costó conciliar el sueño. Suspiró y cambió de posición, tumbándose de lado.
Corazón estaba dormido. Su pecho subía y bajaba acompasadamente, al ritmo de su respiraron tranquila.
Se quedó observándolo. Durante el día llevaba ese estúpido maquillaje que tanta gracia le había hecho siempre a los niños. Ahora a Law y Monet les avergonzaba un poco, pero a los otros dos seguía haciéndoles gracia.
A la peli(t/c) le gustaba eso de él. No le importaba lo que los demás pensaran. No le importaba hacer el ridículo si conseguía hacer felices a quienes quería.
Se incorporó ligeramente para poder observarle mejor. Era muy guapo. Jamás le había mirado con esos ojos, pero con el paso de los años, las cosas habían ido cambiando. Y cuando más tiempo pasaba con él, más le interesaba.
Perdida en sus pensamientos, se fue quedando poco a poco dormida.
[•••]
Al día siguiente, Corazón fue el primero en despertarse, un rato antes de que sonara el despertador.
Soltó un gran bostezo mientras se desperezaba y, unos segundos después, ladeó la cabeza y vio a la peli(t/c) profundamente dormida a su lado.
No estaba cubierta por el saco de dormir. Debía haber tenido calor por la noche. Y también debía haberse movido bastante, ya que la camiseta del pijama estaba mal colocada, dejando gran parte de su vientre al descubierto.
Nunca se había fijado en ella de ninguna de las maneras. Se llevaban seis años y siempre la había visto como una niña, pero no podía negar que se había convertido en toda una mujer.
Sacudió la cabeza y se golpeó un par de veces las mejillas con las yemas de los dedos. Debía dejar de pensar en esas cosas.
Trató de levantarse con cuidado, no quiera despertarla; pero él mismo sabía que ser cuidadoso no estaba entre sus cualidades.
Cayó sobre ella antes de poder salir del compartimentó, haciendo que se despertara sobresaltada.
—¡Lo siento! ¡Lo siento! —exclamó, llevándose rápidamente una mano a la boca. No podía chillar a esas horas de la mañana.
—Tranquilo, está bien —dijo ella, tratando de aguantarse la risa.
—¿Has descansado bien? Puedo conducir si quieres.
—No, no. Estoy bien. Ahora tomaré un café en el desayuno —respondió, rápidamente. Sí aquel hombre conducía, acabarían teniendo un accidente.
[•••]
Los días continuaron pasando y no con tranquilidad precisamente: hubo problemas con las reservas en un par de camping más, Law tuvo problemas digestivos durante una de las noches, Monet tuvo una reacción alérgica, Corazón casi prende fuego a unos arbustos mientras se fumaba un cigarro...
Aún así, los buenos momentos y las risas superaban todos aquellos percances.
Fue el penúltimo día, ya de vuelta, cuando surgió otro nuevo problema.
—¿Qué está pasando ahora? —preguntó la peli(t/c), rodando los ojos, cuando la caravana comenzó a hacer extraños sonidos y perder velocidad—. Voy a dejarla ahí a un lado.
Se apartó de la carretera justo a tiempo para no cortar el paso al resto de vehículos que pasarían en algún momento.
—Debe haber a algún problema con el motor —concluyó Corazón, tras examinar la parte delantera de la caravana.
Ni él ni (TN) tenían ni idea de motores, así que no podían saberlo con exactitud. El problema es que era ya de noche, llegaban con retraso al camping y se habían quedado tirados.
—¿Vamos a pasar una noche fuera del camping? —preguntó Buffalo, con emoción. Los dos adultos se giraron a mirar a los niños. ¿Acaso no tenían miedo de dormir solos en medio del camino?
—¡Como auténticos supervivientes! —exclamó Baby 5, alzando los puños.
—Podemos aprovechar para contar historias de miedo —propuso Monet. Tenía ganas de asustar a los pequeños, sobre todo a Law. Eso sería todo un reto.
—¡Eso es! ¡Hoy será una noche diferente! —exclamó Corazón siguiendo el juego a los niños.
—¿Es legal que pasemos la noche aquí? ¿No tendremos problemas? —cuestionó el pequeño pelinegro. Enseguida notó una mano sobre su cara, tapándole la boca.
—¡Vamos a preparar todo para la cena noche! —continuó el rubio, obviando las palabras del pequeño.
Aquella noche cenaron las onigiris que quedaban, los adultos calentaron nubes de golosina usando el mechero y contaron varios relatos de terror y de misterio.
En la caravana podían dormir hasta cuatro personas, decentemente, por ello en un principio habían decidido alquilar tiendas y así todos estaban en igualdad de condiciones. Pero aquella era una noche especial.
Corazón y (TN) se encargaron de vigilar a los pequeños mientras dormían. Se quedaron cerca de las camas por petición de Baby 5 y Buffalo, que eran los que habían acabado asustados tras escuchar las historias.
A los adultos les tocó recostarse en los asientos para pasar la noche. No iban a tener el cuerpo para muchos trotes al día siguiente.
Cuando la peli(t/c) se despertó en mitad de la noche, observó que el rubio no estaba acostado en su sitio.
Se levantó, algo adolorida, intentando no quejarse demasiado fuerte para no despertar al resto.
Bajó de la caravana y vio a su compañero sentado en el suelo, fumándose un cigarro. Se acercó y se sentó junto a él.
El cielo estaba completamente despejado y las estrellas brillaban con fuerza. La ausencia de luz hacía que se pudieran apreciar mucho mejor que en la ciudad.
—El viaje está siendo un desastre —confesó Corazón, algo decaído, tras expulsar el humo de su interior.
—No es verdad. Estamos teniendo imprevistos, pero todos lo estamos pasando bien —dijo ella, tratando de quitar importancia al ausento. Y, además, era la verdad, estaba siendo todo divertido.
—¿Lo piensas de verdad?
—Sí —respondió, inclinándose y posando la cabeza sobre el hombro del rubio.
Le gustaba cada vez más. Aquello se le estaba yendo de las manos desde que lo pensó por primera vez, pero no podía decir nada. Temía no ser correspondida y estropearlo todo. No tenía señales de que él sintiera el más mínimo interés por ella.
Y era cierto, Corazón era demasiado malo para mandar señales o intentar ligar con las chicas. La peli(t/c) le interesaba, pero no sabía ni por dónde empezar. Por ello, había decidió pasar del tema y comportarse como siempre.
La joven inclinó la cabeza hacia arriba, para poder observar el rostro del rubio. Él estaba tirando la colilla, pero también dirigió su mirada hacia ella al notar que se había movido.
Se quedaron en silencio. (TN) paseó la mirada por cada centímetro del rostro de su compañero. Su mandíbula, sus labios, su nariz... Y él hizo lo mismo, hasta que los ojos de ambos se encontraron de nuevo.
Fue entonces cuando lo sintieron. Sintieron aquella necesidad de ir acercándose poco a poco. A pesar su inquietud, las dudas que ambos tenían se fueron disipando poco a poco.
Tal vez sí habían empezado a sentir los dos lo mismo, aunque creyeran que no era recíproco. Sí, parecía serlo.
Y lo tuvieron completamente claro cuando sus labios se juntaron, aunque fue por un brevísimo instante.
—¡Eh! ¡Son novios! ¡Corazón y (TN) son novios! —se escuchó exclamar a Baby 5 desde el interior de la caravana.
Los susodichos se giraron, sobresaltados y vieron a la pequeña pegada en el cristal delantero.
Enseguida bajó del vehículo, acompañada de los otros tres, que se habían despertado con los gritos. Se habían espabilado rápidamente, movidos por las ganas de cotillear.
—¿En serio sois novios? —preguntó Monet, divertida.
—¿Desde cuando? —preguntó Buffalo, sorprendido.
Law no preguntó nada, pero observó con curiosidad.
—Sí son novios. Les acabo de ver besándose —explicó la pequeña pelinegra. Se giró hacia los dos adultos y con los brazos en jarra preguntó—: ¿Sois novios o no?
Corazón y (TN) se miraron, anonadados. Debían tener cara de tontos en aquellos momentos. Algo confundidos, terminaron asintiendo prácticamente a la vez. De lo contrario, no sabían que otra explicación podrían haber dado a los pequeños.
Baby 5 y Buffalo comenzaron a gritar y a dar saltos, mientras que Monet y Law les juzgaban con la mirada.
Por culpa, o gracias a aquel pequeño incidente, se verían obligados a afrontar y descubrir lo que verdaderamente sentían el uno por el otro.
Desde luego, iba a ser un viaje que recordarían toda su vida.
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