Capitulo 8
NA: Este capítulo esta dedicado a mi amiga Andrea, ya que me ayudó a escribir este capitulo. TE QUIERO ANDREA
POV Ace
Sentí algo cálido a la hora de despertarme, abrí los ojos lentamente y vi que era Sabo, ya era la tercera noche que dormíamos juntos, me di cuenta que Marco y Luffy no estaban, se habrían ido a desayunar, y aquí estaba yo, con la persona que más quería. No me moví por un tiempo disfrutando de la compañía de Sabo, de verdad que me cuesta contener mi alegría. Después de unos minutos Sabo despertó, me miro con sus hermosos ojos y me dijo.
Sabo: Buenos días Ace, ¿cómo amaneciste? -estaba embobado viendo sus ojos azules como el mar que no me di cuenta de lo que me dijo-.
Ace: ¿Qué? -dije dando a entender que no me había enterado, a lo cual dio una risotada-.
Sabo: Te pregunte qué ¿cómo amaneciste? - me sonroje levemente-.
Ace: Bien, mejor que nunca, jeje.
Sabo: Me alegro, yo igual -dijo acariciándome la mejilla, a lo cual le sonreí levemente y él se me quedó mirando-.
Ace: ¿Q...qué pa...pasa? -le pregunté súper colorado-.
Sabo: Nada, sólo que todavía no me creo que estoy contigo al fin. Es como un sueño.
Ace: Pues deja de soñar ya que aquí me tienes -nos dimos un beso-.
Sabo: Mejor vallamos a desayunar, tengo hambre.
Ace: ¡Oh, claro!
Nos fuimos a bañar juntos (NA: no sean pervertidos/-as que sólo se estaban bañando). Salimos y nos vestimos , yo me puse un sweaters color azul, una bufanda roja, unos pantalones azul oscuro y mis botas negras, Sabo se puso algo parecido sólo que su bufanda era celestes, y unas botas altas, luego bajamos hasta el restaurante del apartamento para desayunar. Se podía oler el chocolate caliente, había de todo, cupcakes, galletas, brownies todo lo que te pudieras imaginar. Sabo me abrió la puerta y me sonroje por su acto.
Ace: ¡No soy una mujer! ¡Yo puedo sólo! -él solo se empezó a reír-.
Nos sentamos en una mesa cerca de una ventana. Al cabo de unos minutos una muchacha vino hacia nosotros acompañada de Nami...y hubiera preferido que nunca se hubiera aparecido. Ella llevaba un suéter rosa y unos pantalones celestes y unas botas de tacón bajas, su pelo era color café claro y llevaba adornándolo un sombrero de un tono más alegre que el de su suéter. Nami iba con unos pantalones claros unas botas bajas de tacones marrones claras y un suéter naranja, dando a recordar su amor por las naranjas.
XXX: ¡¡Sabo!! ¿Ahora te acabas de levantar?
Sabo: Si, jeje.
XXX: Nunca cambiarás.
Sabo: Lo sé Koala.
Koala: Sabes al verte aquí me recuerda las veces que me llevabas a comer cuando estábamos saliendo -levanté una ceja y me quede viéndolo ya que Sabo se había levantado para abrazarla-.
Nami: Oh que parejita, deberíais volver juntos -ambos se separaron sonrojados-.
Pero ya era muy tarde, el daño estaba hecho. Me levanté y cuando me dispuse a marcharme mire a Sabo.
Ace: Gracias por invitarme a comer... -le dije muy serio y tras ello salí del edificio dirigiéndome hacia el bosque, vi a Sabo detrás salir detrás de mí, pero al cabo de un rato ya no lo veía. Me acosté en la nieve y me puse a llorar-.
Ace: ¡¿Por qué no nací mujer?! ¡¿Y quién de creía esa tal Koala?! ¡Estábamos tan bien sin ella! Como se me ocurrió que Sabo querría salir conmigo, es lógico, a él le gustan las chicas, ¡Él sólo me estaba usando! -mis lágrimas no dejaban de salir, en ese momento oí un sonido y de un solo salto me puse de pie- ¡¿Quién está ahí?! Si eres tú Sabo, ¡largare con tu estúpida Koala! ¡No te necesito! - escuche un leve gruñido y vi aparecer a un lobo, no me lo pensé 2 veces y salí corriendo-.
Corría como si no hubiera un mañana. Me di la vuelta por unos segundos y vi que eran una gran manada de lobos. Ya me estaba cansando y no solo eso, sino que me había perdido, seguí corriendo hasta que me tropecé con una piedra y me caí, trate de levantarme pero mi tobillo no me dejaba, este no era el mejor momento. Sentí a los lobos cada vez más cerca.
Ace: ¡¡Alejasen!! -grite desesperado, pero no sirvió de nada-.
Los lobos se me acercaron y me rasguñaron los brazos, las piernas y el resto de mi cuerpo, igualmente me mordían las piernas y me destrozaron la blusa, podía ver como mi propia sangre formaba un charco rojizo a mi alrededor, el dolor era demasiado e insoportable. Grite varias veces por Sabo, pero no vendría, lentamente se me iba yendo la voz, era demasiado para mí.
Ace: Sabo, ayúdame -entonces todo se volvió negro, nadie vendría a por mí-.
POV Narrador
En un lugar cerca de allí un chico rubio no paraba de reír.
XXX: Jajaja, todo salió a la perfección, ahora sólo me falta acabar con Sabo, jajajaja.
Continuara...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top