Los primeros rayos de sol comenzaban a escabullirse a través de las oscuras cortinas de aquella habitación, dejando que la luz comenzara a entrar en ella poco a poco.

Los pájaros que se encontraban descanso en la orilla de la ventana volaron despavoridos ante el fuerte rugido que provino desde adentro. El rugido de un tigre, un hibrido de tigre.

La cola y las orejas se sacudieron ligeramente por encima de las blancas sabanas, siendo acompañadas de un gran bostezo. Lentamente se incorporó, estirando sus extremidades para iniciar un nuevo día, claro, si no fuera por el malestar que comenzaba a sentir en su ser.

Su cabeza dolió y un inmenso calor comenzó a manifestarse por todo su cuerpo, especialmente en su zona baja.

Oh no.

—¡Zoro, el desayuno está listo!

Parecía que el cansancio se le había esfumado, pues comenzó a mover como loco todo a su alrededor.

—Zoro, ¿aún no despiertas?—Sus orejas se elevaron y un olor dulzón inundo sus fosas nasales, aquello provoco que se alarmara más.

Rebusco en un cajón, encontrando lo que estaba buscando pero por desgracia, ya no había más de ellas.

Estaba jodido

—¡Quédate quieta y no se te ocurra entrar!—Del otro lado de la puerta, ___ retrocedió asustada. Zoro nunca le hablaba/gritaba así, a menos de que...

—Ha llego, ¿verdad?—Hablo la fémina.

—Si...y ya no tengo supresores.

Completamente jodido.

**

—Es una pena, gracias de todas formas—Finalizó la llamada.

Era la quinta farmacia a la llamaba y en ninguna de estas había supresores.

Cualquiera pensaría que cualquier supresor ayudaría a tranquilizar la época de celo del hibrido, pero no, se necesitaban supresores especiales de su especie. Pues no es lo mismo darle un supresor de especie pequeña (fuese gato, perro, conejo) a uno de especie más grande (tigre, oso, lobo, etc.)

La peli-(c/p) comenzaba a ponerse nerviosa, Zoro no había pasado época de celo en la que no tuviera sus supresores y ahora que no disponía de estos, no sabía cómo podrían ponerse las cosas con él.

Había visto y presenciado a otros híbridos en época de celo pero no a un tigre y menos a un uno con el carácter del peli verde.

—Por todo Oda, ¿y ahora que hare?

Corto pero con segunda parte en tres dias.

bai