Capítulo 13: Gracias
Todos observaban sin palabras la escena delante de sus ojos y Luffy miraba cómo su hermano era atravesado por el puño de Akainu sin poder hacer nada mientras Nami lo abrazaba. Entonces, todos los hijos de Barbablanca gritaron:
-¡Ace fue herido!-
Al momento siguiente, todos los piratas atacaron a Akainu con todo lo que tenían por la furia que tenían. Sin embargo, el horrible almirante volvió a aparecer totalmente ileso y al ver a Ace, dijo:
-¿Así que aún respiras? Entonces…-
Volvió a preparar su puño con magma para acabar con los dos hermanos y Nami, al ver esto, soltó un gran grito mientras trataba de proteger a Luffy:
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-
Al instante, una onda de voluntad similar a la que liberó Luffy paralizó a todo el mundo y Akainu retrocedió ante esto. Muchos marines se desmayaron al sentir esto y personas cómo Garp y Sengoku vieron esto con seriedad.
-¡Esa muchacha también posee ese poder!- dijo Sengoku.
-Conseguiste una chica impresionante, Luffy. Pero esa voluntad se siente similar al de ese mocoso que corrompió a Luffy.- dijo Garp con mucha seriedad.
Hancock veía a Nami con sorpresa por lo que hizo y dijo:
-Siempre sospeche que poseias la voluntad de una reina. Lo he decidido: te convertiré en mi aprendiz para que seas la reina más grande de la historia.-
Nami miró a todos lados, observando cómo muchas personas a su alrededor se desmayaron por su grito y dijo:
-¿Yo hice esto? Es cómo lo que hizo Luffy antes. Entonces, ¿yo también lo poseo?-
Pero vio cómo Akainu la miraba con odio y decía:
-Entonces, el hijo de Dragón se consiguió una ramera con un gran poder para traer una descendencia de hijos del demonio. ¡Te eliminaré junto a él para que no se propague su sangre maldita!-
Volvió a enviar su puño hacia los tres, pero ahora con la intención de eliminar también a Nami y mientras ella estaba asustada, Jinbei apareció delante de ellos para detener a Akainu recibiendo el golpe.
-¡Jinbei!- gritó Nami al verlo.
-¡Sólo pierdes tu tiempo, Jinbei! Cómo Shichibukai, conoces mi fuerza.- dijo Akainu mirándolo con furia.
Jinbei lo miró con determinación en sus ojos y gritó:
-Puedes hacer pedazos mi cuerpo… ¡Pero si puedo usarlo por un momento, para mi esta bien! ¡Estoy preparado para dar mi vida!-
-Jinbei-chan.- dijo Nami mirándolo con lágrimas.
Por otro lado, Sengoku había estampado a Garp contra el suelo y le gritaba:
-¿Qué crees que haces, Garp?-
Garp sólo miraba a Akainu con puro odio y dijo:
-Es lo mejor… ¡Mejor detenme de esta manera, Sengoku! Si no lo hubieras hecho… yo… ¡MATARÍA A SAKAZUKI!-
Sengoku lo miro con molestia y sólo dijo:
-¡Idiota!-
Mientras tanto, Akainu preparo otro puño de magma y le gritó a Jinbei:
-¡Entonces recibirás tu merecido cómo el traidor que eres!-
-¡Alejate, Jinbei-chan!- gritó Nami aterrada.
Pero Marco y Vista se lanzaron contra Akainu para alejarlo de él mientras lo atacaban con todo lo que tenían.
-Ahhh, siempre son una molestia… los usuarios de Haki…- dijo Akainu mientras se reformaba.
-Lamento que haya tenido que pasar esto.- dijo Vista.
-¿Acaso no entienden que ya es demasiado tarde para “Puño de Fuego”?- dijo Akainu mirándolos molesto.
-¿Cómo nos descuidamos?- dijo Marco molesto.
Mientras tanto, Ace cayó en los brazos de Luffy, el cual lo tomó con un semblante casi muerto y Nami permanecía junto a los dos mientras las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos.
-Lo… siento… Luffy…- dijo Ace con el aliento que le quedaba.
Luffy miro su mano llena de la sangre de su hermano con horror y Nami le dijo a Ace:
-¡No hables, Ace! ¡Vamos a curarte!-
Sin embargo, Ace siguió hablando con su hermano mientras la pelinaranja lo escuchaba:
-Aun cuando te costó tanto trabajo y lograste salvarme… lo lamento…-
-¿Pero qué tonterías dices? ¡Te vamos a curar!- gritó Luffy con irá.
-¡Rápido! ¡Alguien que venga a curar a Ace! ¡Tenemos que salvarlo! ¡Si tan sólo Chopper estuviera con nosotros!- gritó Nami alterada.
En ese momento, un médico de la tripulación de Barbablanca apareció ante ellos, pero Ace siguió hablando:
-¡Es inutil! ¡Estoy consciente de que no me queda mucho tiempo de vida! Mis órganos internos están completamente quemados… Es inutil… Así que… ¡Escucha, Luffy!-
-¿De qué hablas? ¿Acaso piensas morir, Ace? ¡LO PROMETISTE! ¡Dijiste que jamás morirías! ¡Lo prometiste, Ace!- gritó Luffy sin querer aceptar las palabras de su hermano.
Nami cayó de rodillas mientras miraba el dolor del hombre que amaba y recordando la muerte de su madre. Quería abrazarlo con todo su amor para consolarlo, pero sabía que no debía interrumpir la despedida de ambos y sólo se limitó a escuchar la conversación.
-Es cierto… Con todo el problema de mi nacimiento… De no ser por un hermano tan imprudente cómo tu… No sé si habría seguido viviendo… Nadie deseaba que naciera… ¡Era de esperarse! Si ves a Dadan algún día… saludala de mi parte… preguntale como le ha ido… Incluso al borde de la muerte… me acuerdo de ella… Sólo me lamentaré de algo… el no verte realizar tu sueño… y ver a tu futura familia con mis propios ojos… Pero estoy seguro de que tu… ¡lo lograras! ¡Porque eres mi hermano!- dijo Ace con orgullo.
Entonces, miró a Nami con una sonrisa y le dijo:
-Te quiero pedir algo antes de irme. Se cuanto lo amas y por eso puedo pasarte esto a ti. Prométeme que protegerás la sonrisa de mi hermanito con todo lo que tienes. Si alguien trata de borrar su sonrisa, hazlo pagar por tal osadía. Sólo puedo pedírtelo a ti ya que tu eres la única persona de la que él puede depender. Por favor, prométemelo.-
Nami lo miró con lágrimas y dijo:
-Claro. Te lo prometo. Nunca dejaré que su sonrisa desaparezca así tenga que morir por ello.-
Ace sonrió por sus palabras y continuó hablando con su hermano:
-Luffy… cómo lo prometimos cuando éramos niños… ¡No me arrepiento de nada en mi vida!-
-¡Mientes! ¡Estás bromeando!- le gritó Luffy ya harto de lo que escuchaba.
-Ja… ¡No es ninguna broma! Yo jamás quise fama… Yo sólo quería que me dijeran una sola cosa… “Me alegro de que hayas nacido”... ha… Casi no puedo hablar… Mi voz pierde su fuerza… Luffy, a partir de ahora tu transmitirás mis palabras… Tú le llevarás mi mensaje a todos… ¡Padre! ¡Chicos! Y tu, Luffy… Por todo lo que han hecho por mi hasta el dia de hoy… ¡Aun siendo el demonio que soy! ¡GRACIAS POR HABERME QUERIDO!- dijo Ace mientras lloraba en los brazos de su hermano.
-¡Ace!- gritaron Nami y los nakamas de Ace.
Entonces, el cuerpo de Ace cayó de los brazos de Luffy al suelo y lo único que todos podían ver era a un Ace muerto con una sonrisa mientras su Vivre Card desaparecía de la existencia con la última llama de vida del hijo del antiguo Rey de los Piratas, Portgas D Ace.
Luffy, al ver esto, rompió en un llanto tan aterrador que Nami tuvo que abrazarlo para tratar de calmarlo, pero ni siquiera eso funcionaba y él lloraba sin control junto a los nakamas de Ace.
Pero entonces, la voz de Luffy se dejó de escuchar y Nami, al ver a Luffy, lo encontró paralizado, sin movimiento alguno y esto la alteró completamente.
-¡Luffy! ¡Luffy, hablame! ¿Qué te sucede? ¿Por qué no te mueves?- gritaba ella tratando de hacerlo reaccionar.
-¡Mugiwara-boy!- gritó Ivankov al ver esto.
-¡Mugi-chan!- grito Bon-chan preocupado.
Pero una columna de lava se dirigió hacia ellos y Akainu apareció en ella mientras preparaba su uño de lava gritando:
-¡Tu sigues, Mugiwara!-
-¡Luffy!- gritó Nami abrazando el cuerpo inmovil de Luffy.
Pero entonces, llamas azules se interpusieron el camino de Akainu para proteger a ambos y una voz dijo:
-¡No tomarás su vida!-
Nami vio al sujeto con sorpresa y dijo:
-¡Marco-san!-
En efecto, el capitán Marco de los Piratas de Barbablanca estaba ante ellos protegiendolos de Akainu.
-¡Llévate al hermano de Ace y a su mujer lejos de aquí!- gritó Marco mirando a Jinbei.
-¡Los tengo!- gritó Jinbei tomando a Luffy en el brazo y poniendo a Nami en su hombro.
-¡Esta es la vida, la determinación que dejó a Ace vivir! ¡Lo protegeremos cueste lo que cueste! ¡Al igual que Ace lo haría!- le gritó Marco a Akainu con furia.
-¡Mantente con nosotros, Luffy!- dijo Nami mirando a Luffy en los brazos de Jinbei.
-Está grave, debemos llevarlo lejos de aquí.- dijo Jinbei serio.
-¿No se los dije? ¡No dejaré que esos dos hermanos y esa ramera salgan vivos de aquí!- gritó Akainu con puro odio.
Sin embargo, fue aplastado por el enorme puño de Barbablanca que lo golpeó con su poder de terremoto y lo dejó en el suelo. Sin embargo, Akainu se levantó del suelo y le lanzó un ataque de magma que destruyó una parte de la cara del viejo, pero el gigantesco hombre no se quedó quieto. Lanzó otro puño de terremoto hacia el almirante que destruyó todo el suelo y el cuartel a su paso provocando que el odioso almirante cayera al vacío. Al final, el lugar quedó dividido en dos mitades por el poder del viejo, quedando los piratas de Barbablanca en un lado y el viejo junto a los marines en el otro.
-El perdió la mitad de su cara… ¿Y aun sigue con tanto poder?- dijo Nami impresionada al ver lo que ocurrió.
De ese modo, todos los piratas de Barbablanca empezaron a correr para escapar por la orden de su padre y Barbablanca estaba dispuesto a acabar con todos en el último momento de su vida.
-¡Salome! ¡Estoy preocupada por Luffy y Nami!- dijo Hancock mirando al campo de batalla.
Sin embargo, unos marines señalaron al cuartel en ruinas y uno gritó:
-¿Qué rayos es eso? ¡Hay algo detrás del cuartel!-
Ante ellos había un enorme sujeto que los veía con una sonrisa y dijo:
-Me encontraron…-
Pero otros marines señalaron a otra parte del cuartel y uno gritó:
-¡Eso no es todo! ¿Quien esta ahí en la parte superior de la tarima?-
Entonces, una voz se pudo escuchar desde ese lugar que decía:
-Ohhh… así que finalmente se han dado cuenta.-
Todos lo vieron con los ojos abiertos al descubrir quién era realmente y Sengoku grito:
-¡Maldito! ¿Cómo has hecho para llegar hasta allá?-
-Fufufufufu. ¡Esto es lo mejor! ¡Las cosas realmente se ponen más interesantes ahora!- grito Doflamingo con emoción.
-Maldito…- dijo Barbablanca con odio al ver quien era.
-No puede ser… ¡es ese maldito que provocó todo esto!- gritó Nami furiosa al ver lo que pasaba.
-¡Zehahahahaha!- reía un hombre obeso con barba negra junto a otras personas horribles.
-¡Son los piratas de Barbanegra!- gritaron todos al reconocerlo.
Barbanegra miro a todo el mundo con malicia y gritó:
-¡Hahahahaha! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¡Que suerte de haber llegado a tiempo para verte morir, viejo!-
Barbablanca lo miró con ojos fríos y sólo dijo su nombre con odio:
-¡Teach!-
La situación se ha complicado.
¿Qué pasará ahora?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top