—Porque eres mi nakama. Mi muy importante nakama.
Para Robin, que ahora lo conocía muy bien, esas palabras, y las que quería escuchar, significaban casi lo mismo. No iba a negar que quería (y a la vez, temía) escucharlo decir que la amaba, que haría cualquier cosa por ella.... Pero sentirse importante, querida..... Cuidada, por primera vez en su vida.... Y hasta ser llamada "Nakama".... Era más que suficiente para ella.

Sonrió triste, tomó la cara de Franky entre sus delicadas manos, y le dio un beso  en los labios. Suave, como su piel, apoyando sus labios de porcelana sobre los de su caballero.

El efecto fue inmedianto. Franky se ruborizó integro, se tensó y quedó  confundido por algunos segundos. Segundos que ella aprovechó para noquearlo de un golpe, materializando unas manos en su nuca. Lloraba al hacerlo, y al arrastrarlo a una esquina. Pero estaba convencida de lo que estaba haciendo. Enfrentaría a Crocodile. Lo seguiría, con tal de alejarlo de Water 7, y aquellas personas que ella amaba. Era un muy pequeño precio a pagar.

El joven se levantó pocas horas después, rodeado de sus subordinados. De todos ellos. Menos el que había sido asesinado por Crocodile y menos Robin. Mozu y Kiwi estaban llorando a mares porque la aneki Robin no aparecía y él, aniki Franky, no despertaba. Cuando escuchó eso, Franky montó en cólera.

Los reunió y, (para sorpresa de ellos), les dio una única órden: retirarse a la casa. Les dijo bastantes barbaridades, que eran débiles, que se meterían en su camino, que lo retrasarían, y que no lograrían otra cosa. Pero los más cercanos a él sabían que sus verdaderas intenciones eran protegerlos.

Por eso mismo, guiaron al resto a la Franky House nuevamente.

El peli celeste había llegado a conocer su ciudad muy bien. Y Robin le había hablado una sola vez de Mr. 0. Sabía dónde se "escondería" esa lagartija.

Llegó al hotel jadeando. Supo que no se equivocaba al ver allí a los millions. Era el mejor y más lujoso hotel de Water 7. Algo "digno" de un imbésil con complejo de mesías. 
No tuvo ningún problema para derrotar los subordinados, y siguió adelante.

No le pareció raro que hubiese escándalo, aunque si le sorprendió no toparse con la élite de Baroque Works. Pero supuso que, si sólo era secuestrar a Robin, Mr. 0 no los movilizaría.

Rápidamente llegó a la habitación más alta y lujosa y entró.

La sangre escurría debajo del cuerpo de Robin y por el garfio que poseía ese hombre en la mano izquierda. Incluso Franky entendería rápidamente que eran la misma sangre. Y la mirada del hombre, que  recordó como un shichibukai, le hizo entender que no había sido ningún accidente.

—¿Y tú quién eres?

Le preguntó, con voz ronca y aburrida Crocodile. Franky no respondió. Sus lentes oscuros tapaban sus ojos, pero era evudente, incluso para ese completo desconocido, que estaba fuera de sí de ira.

Caminó en silencio hasta Robin, y vio que ella seguía con vida. Se giró a Crocodile, aún en un silencio de muerte , para verlo con su sonrisa ladina más sarcástica.

—Jeee.... Así que incluso ella.... Consiguió alguien que la ame.....

Robin recuperaba la conciencia, y llegó a escuchar eso.

—Así es—Franky lo dijo sin ninguna duda. Robin sintió cómo se le aceleraba el corazón, generándole mucho dolor en la herida— Y voy a golpearte por levantarle la mano a la mujer que amo.

Crocodile empezó a reír a carcajadas.
¿¡Es que este hombre no lo conocía?!

Robin, como pudo, quiso girarse a Franky. Pero entre el dolor y las lágrimas, no le salía gritarle que huyera. Estaba aterrada. ¿¡Acaso vería a Franky ser asesinado en frente de ella?! ¡¿Para qué había decidido huir entonces?!

Llorosa, vio a Franky ir contra su anterior jefe, y recibir un puñetazo de su mano derecha, usando dus brazos como escudo.
—¡¡!!

Vio la arena y escuchó a Crocodile reír.

—¡¡¡IDIOTA!!! PUEDO SECAR TODO LO QUE MI MANO TOCA..... ¿¡Eh?!

—Jeje..... Eres súper-peligroso, oi..... Pero, eso no te servirá conmigo. Al fin y al cabo..... Mis manos son de acero.

De repente, escucharon varios pasos y un grito de furia.

—CROCODIIIILEEEEEEEEEEEE
Antes de que ninguno pudiese decir o hacer nada, un chico con un brazo que se estiraba, entró al salón, plantándole a Crocodile un puñetazo que lo mandó volando por la ventana.