9- Miedo
Bartolomeo no sabía el tiempo que había empleado para animar a la pequeña a atender sus explicaciones.
Se encontraban en el campo de quiddich, él había traído la caja con todas las pelotas para explicarles la función de cada una junto a la suya como buscadora.
Pero la niña de rehusaba a atender, tenía miedo, desde muy pequeña tenía miedo a las alturas. Lo descubrió cuando a la edad de cinco años cuando se subió sobre unas cajas de cartón para tomar un calcetín. Lo intentó muchas veces, pero las piernas temblaban cuando subía un poco pensando que caería. Un miedo que no desapareció a la edad de 11 años.
Bartolomeo- Venga... el quiddich no es peligroso... tan solo pasas por la enfermería de vez en cuando o... desapareces unos meses... -susurró.- ¡pero siempre te encuentran!
(Tn) abrazó más fuerte sus piernas.
Bartolomeo- (Tn)...
(Tn)-Me da miedo... me da mucho miedo... -susurró.
Bartolomeo- Gryffindor ganará muchos puntos si juegas con nosotros.
La niña no dijo nada.
Bartolomeo- He oído que eres una de las mejores alumnas de primero.
La niña lo miró.
Bartolomeo- Imagina la cantidad de puntos que conseguirías con el quiddich.
(Tn)- Podria compensar la pérdida de Luffy y Ace... -susurró.
Bartolomeo- Y ganar la copa de la casa.
La pequeña se mordió el labio y lo miró.
Bartolomeo- ¿Te unes? -dijo extendiendo su mano hacia ella.
A la hora de cenar todos estaban en el gran comedor cuando apareció (Tn) junto a Bartolomeo mientras hablaban entre ellos, él se despidió sentándose con sus amigos y ella se sentó al lado de Nami, la cual le hizo una señal al verla entrar.
(Tn)- ¡Hola! -dijo alegre sentándose. estoy hambrienta!
Sanji- Cuatro horas de entrenamiento, no me extraña. -dijo riendo.
(Tn)- Me estuvo explicando el juego, y después tuve que practicar... la snitch es linda pero muy difícil...
Ace oía la conversación mientras sujetaba con firmeza el tenedor.
Nami- ¿Cuando es el próximo partido?
(Tn)- El mes que viene.
Zoro- ¿Ya no tienes miedo?
(Tn)- Si... pero podría conseguir puntos para Gryffindor si consigo la snitch. -dijo sonriendo tomando su cena. -Y así compensar a Ace y...
Un fuerte golpe en la mesa provocó que la niña dejase de hablar.
Ace- ¿¡TE QUIERES CALLAR!? -gritó tan furioso que hasta Luffy se sorprendió.
Nami- ¿Qué te pasa ahora?
Luffy- Ace...
(Tn) lo miró, el niño la miraba con unos ojos que emanaban odio y furia, una mirada que hizo enmudecer a la niña y sorprender a sus amigos.
La pequeña sintió unos nervios correr por su cuerpo, no se sentía cómoda, se le había quitado el hambre, no sabia que hacer. Seguía sintiendo la mirada de Ace sobre ella y el silencio de sus amigos.
No pudo más.
Se levantó en silencio y se fue del Gran Comedor a paso rápido sintiendo su corazón latirle con fuerza.
Giró por el pasillo hacia su sala común hasta que alguien por detrás le tomó de la túnica, tiró de ella y la golpeó contra la pared provocando que la pequeña dejase escapar el aire de sus pulmones.
La pequeña abrió los ojos viendo de nuevo los ojos amenazantes de Ace, el cual no quería acabar con aquello tan pronto.
(Tn)- Ace... -dijo con miedo al ver cómo el niño la tomó del cuello de su túnica mientras la seguía zarandeado y golpeando contra la pared.
El niño era un poco más alto que ella y tenía más fuerza, ella por culpa del miedo y la impresión estaba paralizada.
Ace- ¿¡Quién te crees que eres!? -gritó furioso. - ¡¿Llegas y te crees importante por ser famosa!? ¡¿Por tener amigos!? ¡¿Por sacar buenas notas!?
La niña sintió como los ojos se le iban empapando sin que Ace bajase la intensidad del odio en sus palabras.
Ace- ¡Los amigos que tienes son por el simple hecho de ser famosa! -gritó.
(Tn)- Sueltame...
Ace- ¡A nadie le importa!
(Tn)- Basta...
Ace- Ojalá no dures nada en el equipo... ojalá desaparezcas.
La pequeña empezó a llorar, y antes de que Ace hiciese algo más, este fue arrancado del agarre que tenía a la pequeña siendo empujado hacia atrás con tanta fuerza que cayó de espaldas, pero cuando iba a levantarse para enfrentar al sujeto que lo agredió fue sujetado por otro.
Sabo- ¡Basta Ace! -dijo irritado.
Ace lo miró, vio la mirada enfadada de su hermano mayor, también vio las miradas serias de las dos personas que ayudaron a la pequeña arrancandolo de su lado, vio a la pequeña, hecha una pelotita en el suelo abrazando sus rodilla llorando en silencio.
Poco a poco se fue calmando, siendo consciente de lo que había hecho.
Sabo- Será mejor que te vayas, Ace. -dijo serio.
Ace lo miró nuevamente y bajó la mirada yéndose de allí, sin decir nada.
Sabo miró a la pequeña apenado.
Sabo- (Tn)... ¿Estás bien? -susurró agachandose a su lado.
(Tn) no respondió.
Sabo- Siento mucho lo que dijo Ace...
La pequeña seguía sin hablar, el rubio levantó la mirada hacia los dos niños que la observaban en silencio.
Sabo- Gracias por ayudarla... puede que no seáis tan malos.
Niji- No te confundas, solo la ayudamos para que nos devuelva los favores. Con este lleva dos. -dijo orgulloso.
Sabo- Entiendo. -dijo levantándose. -He de volver ya... -se giró a la niña. -Mañana hablamos.
La pequeña no dijo nada y el rubio se fue hacia el comedor, seguramente con la intención de hablar con sus amigos, ellos si ayudarían a (Tn), sobre todo Nami, que seguramente se encargaría de Ace.
Niji- Yo también me voy. -dijo aburrido al ver que ya no había nadie a quien agredir. -Nos pagarás los favores pronto.
Ichiji caminó tras él en dirección al gran comedor, pero un pequeño ruido proveniente de la niña al evitar que se le cayeran los mocos provocó que el niño la mirase deteniéndose, hecho del que su hermano no se dio cuenta y siguió caminando.
No sabía que hacer, nunca se había visto en tal situación, él era quien solía provocar aquello, recordaba las veces que hacía llorar a Sanji, pero nunca de detuvo a consolarlo, no sabía cómo se hacía aquello.
Frunció un poco los labios y se metió la mano en el bolsillo sacando un pañuelo de papel y se lo tendió a la niña de forma desinteresada.
La pequeña lo miró un poco sorprendida pero aceptó el pañuelo.
(Tn)- Gracias... -susurró antes de limpiarse.
Ichiji miró a otro lado, quería irse, estaba incómodo pero por otra parte...
(Tn)- Gracias por ayudarme...
Ichiji se encogió de hombros.
La niña se levantó y se sacudió la túnica llamando la atención del niño.
Ichiji- ¿Vas al comedor?
La niña negó.
Ichiji- ¿A tu sala común?
(Tn)- Ace está allí... -dijo temerosa al pensar en encontrarlo otra vez.
El pelirrojo la miró por unos segundos y suspiró.
Ichiji- Haz lo que quieras, yo tengo hambre. -dijo introduciendo sus manos en los bolsillos de la túnica dispuesto a irse al Gran Comedor.
La niña asintió y comenzó a caminar por el pasillo contrario mientras se secaba las lágrimas.
Ichiji se detuvo y la vio alejarse frunciendo un poco el ceño.
Ichiji- ¿A dónde vas?
La niña no dijo nada, tan solo se encogió de hombros y siguió caminando.
El pelirrojo se mordió el labio y acabó siguiendola hasta ponerse que su lado, hecho que hizo que la pequeña lo mirase extrañado.
Ichiji- Vas a incumplir unas diez normas si vas por aquí, y si lo haces, yo quiero estar presente.
La niña sonrió un poco y siguieron caminando en silencio por los pasillos en penumbra, subieron unas escaleras hasta llegar a la torre más alta, la torre de astronomía.
Era de noche, la luna iluminaba el gran lago en una luz azulada. Hacia fresco, pero no hacia frío, no era una noche mala después de todo.
Ichiji- ¿Has estado aquí antes? -dijo curioso.
(Tn)- No, pero hablan muy bien de ella y pensé quería buena idea para escapar un rato...
Ichiji- Sabes que si te pillan por los pasillos a más de las 11 serás castigada, ¿no?
(Tn)- Lo mismo te digo. -dijo sentándose en un extremo de cara las grandes vistas.
El niño suspiró y se sentó a su lado guardando varios metros de distancia.
Se quedaron varios minutos en silencio oyendo el sonido de la noche hasta que el pequeño habló.
Ichiji- Si te escondes a partir de hoy para no verlo, él pensará que ha ganado.
La niña lo miró mientras él seguía mirando el lago.
Ichiji- Haz que se arrepienta de sus palabras.
Dieron las doce, y cada uno se fue a su respectiva casa con cuidado de no ser vistos.
Cuando la niña llegó se encontró a Nami sola en la sala común esperandola con una notable preocupación tras haber oído a Sabo contarle todo lo que había ocurrido.
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