Los días pasaron y el día de navidad llegó.

Los días anteriores la pequeña (Tn) los había pasado con Robin, con la cual había conectado muy bien. Se sentaban juntas en las comidas, paseaban por los patios y leían tranquilamente en los jardines. Robin le ayudó a acabar todos los trabajos que (Tn) tenía, hecho que provocó que la pequeña quedase libre de tareas lo que quedaba de vacaciones.

Aquella mañana de navidad la pequeña se encontraba en la habitación poniéndose los zapatos tras atarse el pelo con un pequeño lazo rojo. Bajó hacía la sala común y se arrodilló frente a la chimenea extendiendo sus pequeñas manos para lograr entrar en calor.

Tras unos minutos apareció un joven que aparentaba ser un poco mayor que la niña.

-Perdona... -dijo llamando su atención.

La pequeña se giró hacía él, era un niño un poco más alto que sus amigos, tenía el pelo rosado y una cinta en el pelo. La miraba con expresión avergonzada.

-Mi... mi nombre es Coby... y creo tú debes de ser (Tn)... ¿no?

(Tn)- Si, ese es mi nombre. -dijo levantándose curiosa.

Coby- Es que debajo del árbol solo queda un regalo, y lleva tu nombre.

La pequeña abrió los ojos sorprendida por sus palabras.

(Tn)- ¿Un regalo...? ¿Para mi...?

Coby asintió y sonrió un poco al ver a la niña correr al árbol emocionada viendo un paquete con envoltorio dorado y rojo.

Se arrodilló frente a él mientras el pequeño se acercaba un poco curioso.

(Tn)- Tiene mi nombre... -susurró mirando la nota que estaba sobre el paquete.

Coby- Si, eso dije... oye... -susurró preocupado al ver como los ojos de la niña comenzaban a empañarse acompañado de un enrojecimiento en sus mejillas.

(Tn)- Lo siento... -susurró.- Es que nunca antes me han dado un regalo...

Coby la miró apenado y le sonrió con ternura.

Coby- Ábrelo. -dijo animándola.

La pequeña asintió y comenzó a abrir el regalo con tanto cuidado y delicadeza como si en su interior hubiese algo tan frágil como el cristal.

Cuando retiró el envoltorio vio un esponjoso jersey de color rojo oscuro con la letra inicial de su nombre bordada en dorado en el pecho.

Coby- Un jersey... un poco raro... -dijo al ver como el bordado estaba mal hecho.

(Tn)- ¿Bromeas? -dijo tomando el jersey y extendiéndolo para verlo mejor. -¡Es el mejor jersey del mundo!

El pelirosa vio como la niña daba brincos emocionada viendo su regalo.

(Tn)- ¡Voy a ponérmelo! -gritó eufórica subiendo las escaleras rumbo a los dormitorios femeninos.

Horas después, la niña llegó al Gran Comedor luciendo orgullosamente su jersey, algo que no pasó desapercibido a la joven pelinegra que se encontraba leyendo un libro mientras la esperaba par desayunar.

(Tn)- Feliz navidad. -dijo alegre sentándose a su lado.

Robin- Feliz Navidad. -sonrió mientras cerraba su libro. - ¿Jersey nuevo?

La pequeña asintió con energía mientras tomaba un zumo de melocotón comenzando a hablar de lo que harían ese día.

Las vacaciones transcurrieron tranquilas hasta llegar a su fin.

El día en el que todos debían llegar pilló a la pequeña desprevenida en el Gran Comedor al lado de Robin, la cual estaba mirando divertida la partida de ajedrez mágico que estaba teniendo (Tn) contra Coby, con el cual había hecho muy buenas migas.

Coby- Reina a G3.

La figura avanzó y destrozó a la figura de (Tn).

La pequeña frunció el ceño mirando el tablero concentrándose.

(Tn)- Voy perdiendo... no se me da bien esto... -susurró.

Coby- Yo no haría esa afirmación, me costó remontar. -dijo animándola.

(Tn)- Mmm... -susurró pensativa poniendo sus manos a cada lado del tablero pensando. - ¡¡AAAAAH!! -asustó al niño. -¡Qué hago ahora!

Sabo- Peón a D6.

La pequeña se sobresaltó y se giró recibiendo un fuerte abrazo de una niña pelirroja.

Nami- ¡Te extrañé tanto! -dijo abrazándola con fuerza.

La pequeña sonrió feliz y le devolvió el abrazo mirando a sus amigos, los cuales se encontraban sonriendo aún vistiendo la ropa de calle, todos menos uno, que se encontraba con gesto serio y distante de los otros.

Sabo- ¿Cómo has estado? -dijo amable. -Hola Robin. -dijo al deslizar su mirada a la pelinegra que miraba a la pequeña sonriendo al recibir a sus amigos.

Robin- Hola, Sabo. -saludó sonriendo.

(Tn) se levantó y abrazó a los pequeños feliz.

(Tn)- ¡Gracias por el jersey! -dijo alegre.

Sanji- ¿Te gustó? -dijo emocionado.

La niña asintió sin borrar su sonrisa.

Coby- Se puso a llorar cuando vio vuestro regalo. -dijo en voz un poco más baja por la timidez.

Luffy- Si lloraste es que no te gustó... -dijo apenado.

(Tn)- No no... lloré de la emoción. -dijo alarmada al ver como sus amigos bajaban la cabeza apenados. -Es que nunca había recibido regalos... y me emocioné. -sonrió avergonzada.

Robin la miró apenada mientras sus amigos animaban un poco más el rostro.

Luffy- ¡Pues a partir de ahora te daré muchos regalos! -dijo alegre.

Ace- Tsk...

Zoro- Seguro que te dará carne.

Luffy- La carne es mía. -dijo tajante.

La pequeña rió ante aquello.

Sanji- ¿Quienes son tus nuevos amigos? -dijo curioso.

(Tn)- ¡Oh! -dijo al no haberlos presentado. -El es Coby, es de Gryffindor y va a tercer año, y ella es Robin, es de Ravenclaw y va a primero.

Los mencionados saludaros mientras los demás se sentaban en la mesa para hablar de todo lo que habían hecho en las vacaciones.

Sanji tomó un bollito de leche y junto cuando abrió la boca para empezar a comer un trozo de calabaza impactó contra su cara.

Los niños cortaron la conversación mirando preocupados al rubio y girándose hacía el lugar de donde procedió el ataque.

Zoro- ¿Otra vez esos pesados?

Sabo- ¿Esos son los que se meten con vosotros? -dijo frunciendo el ceño.

Luffy- ¡Inútiles! -gritó furioso levantándose.

Los atacantes se encontraban riendo divertidos preparando otro trozo de calabaza lista para lanzar.

(Tn) se bajó tomando una servilleta y se acercó a ayudar a Sanji.

Nami- ¿Por qué no os metéis la calabaza por la nariz? -dijo furiosa.

Robin- Llegaría al cerebro y eso provocaría una muerte segura.

Niji- ¡Silencio escorias! -dijo antes de lanzar el otro trozo de calabaza que volvió a impactar contra la cara del rubio.

Sanji gimoteó mientras la pequeña siguió limpiándole la cara cambiando de pañuelo, Nami se levantó y ayudó a la pequeña mientras esta consolaba a Sanji para que no llorase.

Yonji- Como no viniste por navidad acumulaste trabajo. -gritó lanzándole esta vez un plato de comida con fuerza.

Los niños se alarmaron, pero justo antes de impactar el plato contra la cara del pequeño fue detenido por Zoro.

Sanji- Zoro... -dijo con las lágrimas saltadas por el susto.

Zoro- ¡Ya basta!

Sanji- Se lo diremos al director.

Coby- No tenéis derecho a maltratar a Sanji.

(Tn)- Vamos al baño, allí te lavaremos. -le dijo al pequeño y a Nami.

Sanji asintió mordiéndose el labio mientras las dos niñas lo ayudaban a levantarse.

Niji- ¡Tú no vas a ninguna parte! -dijo yendo hacía él.

Los niños se levantaron y se pusieron entre Sanji y sus dos hermanos.

Sanji- Chicos... -dijo sorprendido al ver como crearon una pequeña barrera con intención de ayudarlo.

Niji y Yonji miraron a los chicos con la rabia contenida.

Niji- Tsk... no merece la pena.

Yonji- Ya te pillaremos cuando te quedes solo. -dijo amenazante.

(Tn)- ¡Sanji nunca se quedará solo! -dijo enfadada. - ¡Los que os quedaréis solos seréis vosotros!

Niji y Yonji la miraron molestos y se fueron provocando que los niños gritasen a modo de victoria.

Luffy- ¡Filetes podriiiiidos! -gritó cuando se fueron.

Ace se giró y vio a (Tn) y a Nami llevarse a Sanji del Gran Comedor rumbo a los baños.

Sabo- Ve pensando tu disculpa. -dijo al ver como la seguía con la mirada hasta que desapareció por la gran puerta de madera.

Ace se giró sorprendido y frunció el ceño.

Ace- No tengo por qué disculparme.

Sabo suspiró y volvió a sentarse justo unos segundos antes de que Ussop entrase gritando y llamando la atención de todos los presentes.

Detrás de él apareció Garp con rostro enfadado.

Ussop- ¡¡¡¡¡¡UN MONSTRUOOOOOOOOO!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡VAMOS A MORIIIIIIIIIR!!!!

Garp- ¡CALLA! -todos miraron en silencio justo el momento en el que el niño se desmayaba.

Garp- ¡¡HAY UN TROLL EN LAS MAZMORRAS....

Todos empezaron a gritar cortando a Garp.

Garp- Inútiles...

Barba Blanca- ¡¡SILENCIOOOO!! -gritó haciendo resonar su voz por todo el Gran Comedor provovando que todos callasen. Se puso al lado de Garp. -Ahora, todos os iréis a vuestras casas, en silencio.

(Tn)- Listo. -dijo feliz al ver el rostro del niño limpio y seco.

Nami- Hueles a calabaza. -dijo divertida.

La pequeña se acercó a olisquear y rió.

(Tn)- Pareces comida.

Sanji- Gracias... de verdad. Por todo.

La niñas lo miraron sonriendo y salieron de los baños en dirección a la sala común, no querían volver al Gran Comedor, ya habían tenido suficientes ataques por aquella tarde.

Mientras subían las escaleras la niña se tocó el bolsillo.

Nami- No hay nadie por los pasillos.... -susurró.

(Tn)- Oh no... me olvidé mi pañuelo. -susurró apenada mirándose los bolsillos.

Sanji y Nami se giraron olvidando el comentario que hizo la pelirroja.

Sanji- Te acompañamos.

(Tn)- Iré corriendo, vosotros id a la sala común. -dijo antes de echar a correr.

Nami- ¡(Tn)! -gritó antes de que su amiga se perdiera por los pasillos.

Un grito que captó la atención de un joven que se dirigía a su respectiva casa común.

La pequeña llegó por los pasillos vacíos extrañada y llegó a los servicios viendo su pañuelo junto a la pileta.

Sonrió tomándolo y justo cuando se iba a dar la vuelta sintió un gruñido a sus espaldas.