23 - Aragog

Los nudillos de la pequeña tocaron la puerta de madera mientras el aire frío se metía por debajo de la capa de invisibilidad, provocando que los pequeños dejarán salir un suspiro por el frío. Esperaron unos segundos antes de que la puerta se abriera, dejando salir un agradable calor de su interior.

Jimbe miró extrañado al no ver a nadie y la niña retiró la capa de invisibilidad sorprendiendo al mayor.

Jimbe - Vamos... pasad...

Los niños entraron y Jimbe cerró la puerta y las ventanas.

Jimbe - ¿Qué hacéis aquí...? Si os pillan merodeando por el castillo a estas horas os vais a meter en un problema. 

La niña lo miró sería por unos segundos y tomó aire llamando la atención de ambos.

(Tn) - Jimbe... -empezó con voz apenada. - ¿has soltado bichos raros por el castillo últimamente?

Jimbe parpadeó un par de veces y la miró confundido, mientras que Ace se acercaba al fuego de la chimenea calentando sus frías manos.

(Tn) - ¿Y hace ciencuenta años? -cuestinó. ¿Qué fue lo que soltaste... y de lo que te acusaron?.

Jimbe abrió sus ojos mientras que Ace la miraba confundido.

Jimbe - ¿Cómo... cómo sabes...?

(Tn) - Es... complicado... 

Jimbe - No, yo no tuve nada que ver. - dijo. - ¡Todo fue una trampa para que me expulsasen y el culpable saliese impunem!

Ace miró a la pequeña, la cual procesó aquellas palabras, pero antes de que pudiese hablar tocaron la puerta.

Jimbe - Bajo la capa, rápido. - susurró.

Ace se acercó a la pequeña y esta deslizó la capa de invisibilidad sobre ambos.

Jimbe tomó aire y abrió la puerta saludando a las personas que se encontraban allí afuera.

Barbablanca entró seguido de un señor que ninguno de los dos niños había visto antes.

Borsolino - Jimbe. -saludó. - Ya sabes porqué estoy aquí.

Jimbe - Con mi más sentido respeto, Borsolino. -trató de decir de la forma más calmada posible. - Yo no tengo nada que ver con estos incidentes.

Barbablanca - Lo sé, Jimbe. -habló calmado. - Pero se debe seguir un protocolo de cara al ministerio y a los padres de los chicos... El culpable saldrá y quedarás libre.

Jimbe pareció desagradarle la idea, pero no le quedó más opción que aceptar a regañadientes.

Jimbe - Tan solo dire... que la respuesta a este caso está siguiendo las arañas. -dijo mirando hacia arriba girando su cabeza hacía donde estaban los niños. -Eso es lo que tenía que decir... podemos irnos.

Borsolino alzó la ceja ante aquello y siguió a Jimbe, dejando a Barbablanca sólo en aquella cabaña, quién bajó la mirada clavándose justo sobre los ojos de la pequeña.

(Tn) aguantó la respiración y de la impresión tomó con fuerza a Ace de la mano, quien abrió su boca para protestar pero recordó la situación en la que se encontraba.

Barbablanca sonrió un poco mirando a la pequeña y salió de la cabaña cerrando la puerta tras de si.

Ace - ¿Quién te dio permiso para coger mi mano? - se quejó saliendo de la capa de invisibilidad mientras se limpiaba molesto su mano en el pantalón.

(Tn) - Me ha mirado... ¿Cómo lo hizo si estábamos bajo la capa? -dijo nerviosa.

Ace - ¿Y yo qué se? -respondió áspero.

(Tn) - Me va a regañar... nos va a quitar puntos...

Ace la miró pudiendo ver como la niña caía dramáticamente de rodillas al suelo mientras ponía sus manos en este con un aura negra a su alrededor.

(Tn) - Pensará que traicioné su confianza enseñándote la capa de invisibilidad... -siguió en voz baja y con tono apagado. - Soy la peor alumna del mundo...

Ace -  Y la peor bruja.

La niña empezó a llorar ante aquello que dijo el niño alarmado a este.

Ace - Tsk... vámonos.

(Tn) - Jimbe... -musitó sorbiéndose los mocos - Jimbe dijo que había que seguir las arañas...

Ace - No pienso seguir eso.

(Tn) - Has venido... debes hacerlo... -se levantó frotándose su nariz. - Debemos ir.

Ace - Oblígame.

(Tn) - Has venido por cabezota, ahora no quieres seguir. -dijo en tono serio caminando hacia la puerta. - Iré yo, pero regresaras sin la capa de invisibilidad. -abrió la puerta. - Suerte con que no te pillen por los pasillos a esta hora.

Ace abrió la boca ante aquello alarmado pero antes de que pudiera decir algo, la pequeña salió de la cabaña cerrando la puerta tras de si, dejando así al pecoso solo.

Ace - Maldita sea... - se quejó.

Cerró los ojos tomando aire y abrió la puerta buscando a la pequeña con la mirada, al verla cerró tras de si y la siguió a paso rápido para alcanzarla.

Ace - No me mires así. - advirtió cuando vio como sus ojitos se iluminaron al verlo.

La niña dio dos saltitos caminando y se puso a su lado sonriendo.

(Tn) - ¡A explorar a explorar!

Ace apretó sus labios sintiéndose nervioso y desvió su mirada hacia él suelo, lugar por donde iban caminando unas horribles arañas negras.

Ace - Qué asco...

(Tn) - Las araña también necesitan amor.

Ace - Necesitan un pistón... que asco... -dijo cada vez más asqueado. - ¿Por qué no mariposas?

(Tn) - ¿Te gustan las mariposas?

Ace - Son mejores que esta mierda...

(Tn) - Ah... no seas cruel.

Ace - Tsk... no me pueden oír.

(Tn) - Si pueden... ¿es qué no lees?

Ace puso sus ojos en blanco y siguió caminando en silencio. A medida que se iban acercando, aparecían más arañas a su alrededor de tamaños más grandes, algo que verdaderamente alertó a los pequeños.

Llegaron al final de aquel camino que seguian pudiendo ver un gran surco en la tierra y en los árboles.

Ace - ¿Y ahora qué?

(Tn) - Qué raro... parece que no hay más camino...

En ese momento, empezaron a escuchar un escalofriante castañeo de algo hueco crujiendo. Y ante los ojos de ambos, se alzó delante de ellos, en aquel hueco, una enorme tarántula negra con unos ojos penetrantes que los miraba fríamente.

Ace se puso rigido alzando su cabeza para mirar aquel monstruo enorme, mientras que la pequeña abría la boca sorprendida y fascinada a la vez.

Aragog - ¿Quién se atreve a impor...? -iba a preguntar con voz profunda y ronca pero la pequeña lo interrumpió.

(Tn) - ¡Waaaaaa! -exclamó. - ¡Eres más grande de lo que como te vi antes! -dijo dejando a Ace y a aquel ser extrañados. - ¡Qué rápido creces!

Aragog - ¿Quién eres...?

(Tn) - (Tn) (Ta), y él es Portgas D. Ace, somos amigos de Jimbe. -dijo sonriendo satisfecha. - Nos ha mandado para preguntarte algo.

Aragog - Comprendo...

(Tn) - Venimos a saber si fuiste tú quien mató a esa chica hace ciencuenta años. -dijo directa.

Aragog se quejó profundamente. - No... yo no fui, y Jimbe jamás lo permitiría. Lo que mató a esa chica, nació dentro del castillo... yo llegué de un lugar lejano... en el bolsillo de un viajero.

Ace empezó a inquietarse mirando a su alrededor.

Ace - (Tn)...

(Tn) - ¿Nunca viste a la criatura qué lo hizo? - preguntó ignorando a Ace.

Aragog - No... Jimbe me mantenía en el armario de su habitación antes de traerme hasta aquí. La chica murió en los baños... lo único que sé, es que es una criatura a la cual las arañas tememos muchísimo.

(Tn) - Oh claro... por eso siempre había arañas huyendo en la escena en la que todo ocurría... -dijo pensativa.

Ace - (Tn)...

La chica lo miró y pudo ver en sus ojos temor y asco a la vez. Desvió la mirada a su alrededor observando como cientos de arañas comenzaron a rodearlos.

(Tn) - Ah... -musitó. - Bueno... mejor nos vamos ya... gracias. -sonrió nerviosa.

Aragog - ¿Iros...? Yo creo que no. Mis hijos e hijas respetan a Jimbe porque yo se los ordené, pero no puedo negarle carne fresca cuando se presenta tan voluntariamente... adiós... amigos de Jimbe.

(Tn) - Araña maleducada, ¿qué hará de ti Jimbe cuando sepa que nos comiste? -preguntó frunciendo el ceño. - ¡Te hará experimento de la clase de pociones!

Ace - (Tn)... -dijo nervioso al ver que estaban siendo rodeados y ella comenzase a amenazar a la acromántula.

(Tn) - Ace, ataca. -señaló a Aragog.

Ace - ¡No soy tu perro! -gritó enojado ignorando ya su miedo.

(Tn) - Ah...

Ace - ¿Cómo que "Ah"? -gritó enfadado.

Aragog - Jimbe jamás me dañaría.

(Tn) - No estoy tan segura de ello, cuando sepa que le hiciste a unos de sus únicos amigos de segundo año te hará frasquitos.

Aragog hizo temblar uno de sus ojos viendo a la pequeña viendo como ella pateó a una araña que se dirigía hacía ella lanzándola a otro lugar.

(Tn)-  Ay... si que da asco. -se quejó tras haber sentido su cuerpo frío sobre su pie.

Ace - Tsk... ¡incendio! -gritó extendiendo su varita y provocando un círculo de fuego que los rodeó alejando a las arañas.

La pequeña abrió la boca fascinada por aquello y Ace sonrió satisfecho al ver su reacción.

Ace - No eres la única que sorprende...

(Tn) - ¡Genial Ace! -aplaudió.

Ace puso sus manos a ambos lados de sus caderas y alzó la barbilla ante aquello. Pero el sonido de algo caer a su lado les hizo volver a voltearse alarmados.

(Tn) - ¡Expeliarmus! -gritó lanzando a aquella araña fuera del circulo pero  cayó en el fuego. - ¡Aaaaaah!

Ace - ... asesina.

(Tn) - ¡Noooo!

Aragog - ¡A por ellos! -gritó provocando que todas las arañas fueran en estampida hacía ellos.

La pequeña dio un salto pegándose más a Ace, pero antes de que este pudiera quejarse, escucharon a lo lejos el sonido de un rugido, un rugido que a ambos se le hizo conocido.
El rugir de un motor.

Los pequeños giraron su cabeza y vieron acercarse a un coche iluminando con sus faros el lugar.

Ace - ¡Vamos! - gritó tomando a la niña del brazo y corrieron hacía allá mientras Ace se abría paso entre el fuego haciendo un gesto con su varita. - ¡Sube!

La pequeña obedeció subiéndose en el asiento del copiloto. Ace cerró la puerta del asiento del piloto y tomó el volante dando marcha atrás.

(Tn) - ¡Un coche! -exclamó.

Ace - Es el coche del viejo... donde os contemos que lleguemos.

La pequeña abrió la boca fascinada y miró el interior de aquel auto, pero un sonido sobre el techo y posteriormente sobre el capo del coche la sacaron de su expectación, viendo así a unas subiéndose al coche con otras ciento seguirles.

(Tn) - ¡Acelera!

Ace apretó sus dientes y pisó más el acelerador, provocando que en en su intento ciego de querer huir, el coche cayera por una pendiente provocando el grito de ambos niños.

El auto se detuvo y ambos miraron a su alrededor y suspiraron aliviados, un alivio que duró poco cuando al ver frente a ellos como toda aquella zona se inundó de arañas que empezaron a correr tras ellos.

(Tn) - ¡Aaaaah! -gritó espantada. - ¡Pisa, pisa, pisa!

Ace tomó con fuerza la palanca y pisó fuertemente el acelerador mientras que con su otra mano giraba el volante, provocando que el coche comenzará a girar fuertemente sobre si mismo.

La pequeña se aferró al asiento y vio como Ace enderezó el coche y pisó el acelerador.

(Tn) - Wow... -musitó al verlo.

Ace sonrió. - Le robé varias veces el coche, se manejarlo.

(Tn) - Bravo... -susurró sorprendida aplaudiendo.

Ace sonrió satisfecho, pero nuevamente el sonido de algo chocar contra su coche le hizo volver a la realidad.

(Tn) - ¡Corren muy rápido! - gritó viendo por la ventanilla.

Ace - Tsk... -empezó a tirar de una palanca.

(Tn) - ¡Acelera! - chilló al ver como varias de ellas comenzaron a trepar.

Ace - ¡No acelera más!

La pequeña sacó la mitad de su cuerpo por la ventanilla sujetando la varita con su mano alarmando al pequeño, quien gritó su nombre.

(Tn) - ¡Araña Exumai! -chilló provocando que unas arañas que había subiéndose al coche cayeran hacia atrás golpeando a otras. - ¡Araña Exumai! -volvió a gritar provocando el mismo efecto.

Ace - ¡(Tn) vuelve dentro! -gritó tomando a la pequeña del jersey y tiró de ella volviéndola a introducir dentro del coche.

(Tn) - ¡Hey! -se quejó por aquello.

Ace - ¡Tonta! -gritó. - ¡Te puede pasar algo! -la riñió viéndola enojado. - ¡¿Y si hubieran tirado de ti?!

La pequeña abrió los ojos sorprendida por aquello y sonrió ampliamente.

(Tn) - ¿Te preocupaste por mi?. -preguntó sonriendo con brillo en los ojos. - ¡Ya somos más amigos que antes!.

Ace se ruborizó ante su expresión y volvió a su gesto enfadado.

Ace - Tonta... no lo hago... es que vamos a volar. -se excusó tirando de una palanca.

(Tn) - ¿Ah...?

Ace -Agárrate. -ordenó sujetando firmemente el volante.

La pequeña obedeció agarrando su asiento mientras miraba al frente, provocando una sonrisa tierna en Ace que la pequeña no pudo ver.

El coche se elevó provocando que un grito expectante de la niña saliera de su garganta mientas varias arañas caían en su intento de volver a trepar por aquella máquina.

Ace suspiró aliviado por la respuesta del auto ante su orden y sonrió viendo como aquellas arañas ya quedaron lejos de ellos.

(Tn) - Eres increíble... -susurró viendo por la ventanilla. - Gracias por obligarme a dejarte venir. -sonrió viéndolo.

Ace cerró sus ojos en señal de una molestia fingida mientras sentía sus mejillas calentarse.

Ace - Tsk... eres una molestia...

La pequeña le picó la mejilla sonriendo.

(Tn) - Quejica tómate. -dijo haciendo alusión a sus mejillas rojas.

Ace - ¡Basta!

La pequeña rió mientras el niño se quejaba, y tras varios segundos, el coche descendió ya fuera del bosque prohibido, provocando que ambos niños suspirasen aliviados.

(Tn)- Ahora... necesito ir al baño de las niñas...

Ace se quejó. - Ya hemos tenido suficiente por esta noche...

(Tn) - Necesito ir... estoy segura de que la chica que murió en los baños hace ciencuenta años fue Perona, necesito preguntar.

Ace - ¿Y si fue otra niña?

(Tn) - Por eso debo saber... vamos, no tardaremos. - anunció abriendo la puerta y bajándose del coche.

Ace suspiró y la imitó. Se acercó a ella mientas el coche volvía a introducirse en las oscuridades del bosque prohibido. La pequeña extendió la capa de invisibilidad sobre ambos y caminaron en silencio al interior del castillo hasta llegar a la puerta del baño de las chicas.

Ace - Te espero fuera... -dijo en voz baja.

(Tn) - ¿No entras?

Ace - No... la última vez tuve un mal comportamiento con Perona...

(Tn) - Oh, pero ella no te guarda rencor por aquello. -dijo recordando aquella vez que la conoció.

Ace - No hablo de esa vez... -susurró apenado. - Entra tú.

La pequeña dudó un poco pero asintió saliendo de debajo de la capa de invisibilidad. Empujó la puerta dejando ver un cuarto de baño oscuro, únicamente iluminado por la tenue luz que entraba através de las vidrieras, dejando un ambiente tétrico en el lugar.

Apretó sus labios y cerró la puerta.

(Tn) - Perona... -llamó en voz baja. - Perona. -repitió tras unos segundos.

Perona - (Tn). -dijo apareciendo a su lado sobresaltando a la pequeña. - ¿Qué haces aquí a estas horas?

(Tn) - Ah... -musitó con una mano en su pecho por el susto. - Venía a preguntarte algo...

Perona - Oh... Dime.

(Tn) - Me gustaría saber... cómo moriste...

Perona - Oh... recuerdo ese día muy bien. -comenzó. - Vine aquí llorando porque una niña se metió con mi pelo... escuché unos ruidos y salí a decir que se marchara y... me morí.

La niña parpadeó confusa.

(Tn) - Pero... ¿así sin más?.

Perona - Si... estaba en uno de los cubículos y escuche ruidos aquí fuera, cuando salí vi unos grandes ojos amarillos y... ahí fue cuando morí.

(Tn) - Unos ojos... -susurró pensativa. - ¿Dónde estaban?

Perona - Justo ahí, sobre los grifos. -dijo señalando la zona central del baño.

La pequeña se acercó hacia allá y miró el lugar con atención.

(Tn) - Aquí estaban los ojos... -repitió y Perona asintió. - Así que... sea lo que sea, salió de aquí... ¿Viste algo más?

Perona - No, lo lamento (Tn).

(Tn) - Oh no, has sido de gran ayuda. -le sonrió provocando una sonrisa en la pequeña fantasma.

(Tn) caminó hacia los cubículos y abrió justo el que protegía la pócima. Suspiró comprobando que todo estuviese bien y salió del baño despidiéndose de la pequeña.

Al salir buscó con la mirada a Ace, quien hizo mover la capa de invisibilidad dejando visible únicamente su mano. La pequeña sonrió y tomó aquella mano dejándose introducir bajo la capa por Ace.

Ace - ¿Terminaste? -susurró.

La pequeña asintió sonriendo y ambos volvieron hacia los dormitorios sin decir nada más, algo que sorprendió a la pequeña, pues pensaba que el pecoso le preguntaría sobre lo que le dijo a Perona, pero no fue así.

Al llegar a la sala común, ambos salieron de debajo de la capa y se alejaron el uno del otro.

Ace - Me voy a dormir... te veo mañana.

La pequeña sonrió y asintió.

(Tn) - Gracias.

Ace - ¿Gracias...?

La niña asintió sin borrar su sonrisa.

(Tn) - Si llegase a ir sola ... no habría conseguido salir del bosque. -afirmó. - Gracias por venir conmigo.

Ace abrió un poco los ojos sorprendido.

(Tn) - También me lo pasé bien contigo, fue una misión emocionante. -dijo feliz. - ¡Quiero más así contigo!

Ace abrió la boca y los ojos al mismo tiempo mientras sus mejillas volvían a calentarse.

Ace - ¡Cállate! -gritó avergonzado. - Casi nos matan... ¡Estás loca! ... tsk... adiós. -dijo sin más girándose y perdiéndose en las escaleras.

La pequeña sonrió y miró el fuego de la chimenea. Pensó en lo ocurrido y poco a poco su sonrisa se borró intentando procesar la información de lo ocurrido.

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