A king's hands
La primera vez que un hombre tocó de la manera incorrecta a Kida, ella era demasiado pequeña para estar de acuerdo y disfrutarlo. Demasiado pequeña, pero nunca (nunca, jamás) tan estúpida como para no entender lo que estaba pasando.
Killer no estaba cerca ese día.
Entre gritos, forcejeos y patadas, fue también la primera vez que se prometió que jamás nadie la volvería a ver como la presa fácil que fue aquel maldito día. Y también fue el día en que repudió inmensamente su cuerpo, su cabello largo, su pequeñez.
También fue el día en que mató a alguien con sus propias manos por primera vez.
Y cuando Killer llegó, Kida estaba cubierta de sangre, su mirada dorada perdida en algún sitio del cuerpo apuñalado de un tipo cuyo rostro ya no recordaba (ni quería recordar). Había sangre salpicando su rostro, sus manos, sus brazos, su cuello, el cabello, el pecho. Pero un único sitio de su cara no tenía tanta sangre: ese por el que sus lágrimas corrían, haciendo un camino que descubría la piel pálida de sus mejillas.
Cuando las manos de Killer la tocaron, ella se sobresaltó.
Estaban cálidas.
Ese fue el momento en el que decidió; como muchas otras cosas, que las manos de Killer serían las únicas que podrían tocarla siempre.
Las únicas manos que podrían tocarla de una manera especial.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top