Primer dia de escuela.


-Y bueno Petrova-san ¿no te quieres presentar con tus nuevos compañeros? -Pregunto su nuevo profesor mientras ella se dedicaba a observar a esos pequeños humanos, oh cierto eran niños, al menos eso decia su madre, curioso que se le olvidara aquello siendo que ella tambien era una niña. 

-Mi nombre es Alexandra Petrova Di Vitoria. -Respondio de forma fria terminando su inspeccion, concluyendo que nadie en ese lugar valia su tiempo o atencion, genial eso haria la promesa que hizo con su mama mucho mas facil de cumplir. -Llamenme Alexandra, mi apellido seria manchado si alguno de ustedes lo dice. -Dijo de tal forma que hasta el profesor se sintio intimidado por la pequeña azabache de dos coletas bajas. 

Cuando noto que nadie tenia nada que decir aprovecho la sorpresa que sus palabras causaron para colarse en la sala y escoger un lugar cerca de la ventana donde podia ver el patio de la escuela, "Perfecto" penso, una buena vista estrategica del lugar siempre era buena, ademas podia ver a su primo haciendo sus rondas. El poder ver al menos un rostro familiar en aquella aburrida ciudad le alegraba mas de lo que era fisicamente capaz de expresar. 

-E-Esta bien, creo que es hora de comenzar con la leccion. -Murmuro la profesora saliendo de su perplejidad inicial, la pequeña se veia tan linda y adorable que no se habia visto venir ese comentario tan hosco, pero tomando en cuenta que era la prima de aquel "demonio" supuso que debio esperarlo. 

Alex tomo atencion a la profesora comopor dos minutos antes de llegar a la conclusion que no le enseñaria nada que ya no supiera, por lo que quedarse era una perdida de su tiempo, ademas, odiaba el hacinamiento, en Rusia jamas habia tanta gente en un solo lugar, o al menos no en los lugares que ella frecuentaba. 

Cuando estaba por irse noto una pequeña mata de cabello castaño correr por el patio como si su vida le fuera en ello ¿un animal salvaje? Poco probable dado que estaban en la ciudad -Si es que se le podia llamar de esa forma a ese pequeño pueblo- y tambien a que dudaba que los hubiera un animal que usara el uniforme escolar y corriera en dos patas. Dejando la teoria del animal a un lado tan solo le quedaba la respuesta mas obvia, era un humano pequeño, es decir un niño, si eso, ¿pero porque corria? En especial a esta hora ¿que no sabia que su primo hacia sus rondas a esta hora y de ser encontrado seria mordido hasta la muerte? Quizas era suicida, masoquista o un simple idiota.

-Oh...-Murmuro al ver a unos niños un par de años mayor que ella caminar por el patio como si buscaran algo o mejor dicho a alguien, asi que el pequeño corria de su cazadores. -Profesora voy a salir. -Informo importandole poco lo que la mayor tuviera para decir, saliendo de aquella sala calculando cual seria la ruta mas rapida para alcanzar a los cazadores. 

Tal y como su abuelo le enseño durante sus viajes de caceria, rastreo los pasos de los cazadores, notando unas pequeñas gotas de sangre en el piso. La sangre era fresca y no vio a ninguno de los seudo cazadores con heridas recientes, pero la presa por otra parte... El estar herido explicaria por que corria con tal desenfreno y necesidad. 

El rastro la llevo a una escena de lo mas "molesta" o al menos ese fue el unico calificativo que pudo encontrar para lo que presencio. Dos cazadores pateaban en el suelo a la pequeña presa mientras otro vigilaba, de seguro asegurandose de que su primo no los viera. 

-Hey niña, largo de aqui, esto no es de tu incumbencia. -Dijo el vigia una vez reparo en su presencia y estiro su mano para tocarla y hacerla a un lado. 

-No me toques. -Respondio de forma tajante, enviando un escalofrio por la espina del chico. Una cosa era cazar por deporte, y otra muy diferente era maltratar a un conej-niño de aquella forma. -¿porque lo hacen? -Pregunto esta vez hablandole a los tres mayores que la verdad no debian tener mas de 12 años, pero aun asi eran considerablemente mas grandes que ella y el pequeño en el piso. 

-¿Que? -Uno de los niños que estaba golpeando al castaño se detuvo al escuchar la voz de la pequeña rusa, haciendo un gesto para que su acompañante se detuviera tambien. 

-No repito mis preguntas. -Contesto observando a los tres chicos ahora de forma mas detallada. 

-Pregunto por que lo haciamos. -Explico el fallido vigia. 

-Porque es divertido y porque podemos. -Respondio con aires de grandeza el aparente lider de los cazadores. 

-Entiendo. -Fue lo unico que dijo la pequeña antes de acercarse al pequeño en el piso. -¿quieres mi ayuda? -Pregunto al castaño en el suelo que aun poco consciente logro asentir con la cabeza. -Perfecto. -Una sonrisa casi imperceptible se formo en su rostro y luego se acerco a uno de los cazadores haciendo un gesto para que se agachara.

-¿Quieres decirme algo? -Quiso saber divertido y un tanto intrigado por el comportamiento de la niña. Alex tan solo se modero a asentir con la cabeza. El mayor vio a sus amigos divertido para luego hacer lo pedido y en cuanto lo hizo la pequeña comenzo a susurrar algunas cosas en su oido. 

Enseguida el aura en aquel lugar se volvio densa, oscura y para que decir otra cosa, atemorizante. El joven no demoro mucho en caer al piso escupiendo una espuma blanca por la boca mientras sus ojos se volvian blancos. Los otros dos niños gritaron en terror y salieron corriendo aterrados de aquel lugar. 

-Levantalo -Le ordeno al mayor que aun con los ojos en blanco se puso de pie levantando en sus brazos al pequeño castaño. -Ven, tenemos que hacer algo con el. -Le ordeno comenzando a caminar dentro de la escuela en busca de la enfermeria ¿Donde le habia dicho su primo que quedaba? 

Como era usual en su vida, sus abusadores usuales le habian buscado para darle una paliza antes del inicio de clases, y durante de este para que nadie los molestara, aunque de todas formas nadie intercederia en su favor. Tanto alumnos como profesores sabian del abuso del que era victima pero no habia ningun alma que le intentara ayudar, porque con el tiempo perdio la esperanza. Por lo que no entendio porque asintio cuando le ofrecieron ayuda, sabiendo que era muy probable que solo la habian ofrecido para burlarse de el. 

Cuandio abrio los ojos noto que ya no estaba en el patio de la escuela. Logro reconocer el techo de la enfermeria donde termino varias veces por claras razones, pero la duda que tenia era ¿quien lo llevo ahi? Con algo de dificultad se sento en la camilla para mirar a su alrededor encontrandose con la niña mas linda que habia visto en su vida. Su cabello era largo de color negro como la noche, y yaci atado en dos coletas bajas, mientras que su piel era clara y lechosa como la de una muñeca, con grandes ojos de distinto color que le hacian verle con mayor atencion. 

-¿Cual es tu nombre? -Pregunto la niña haciendolo salir de su ensoñamiento, sonrojandose ligeramente al darse cuenta que le estuvo mirando fijamente por un buen rato. 

-T-Tsunayoshi... -Respondio entre pequeños tartamudeos que hicieron a la azabache hacer una mueca. 

-Tsu-chan -Dijo como si acostumbrara a decir aquellas palabras, y aunque no habia una sonrisa en su rostro, Tsuna noto que le habia gustado. - Yo te salve de esos cazadores. 

-¿Cazadores? -Interrogo confundido para pensar en lo sucedido reconociendo la voz de la niña de poco antes de perder el sentido. Ella fue quien le ofrecio ayuda y al parecer se la habia proporcionado. 

-Si, lo que te convierte en mi presa. -Sentencio con determinacion sin dejar lugar a replicas. -Desde ahora en mas nadie mas tendra el derecho de cazarte, ya que eres de mi propiedad, ¿entendido? -Pregunto y el castaño pudo notar cierta tinte infantil en sus palabras pero aun asi las dijo con tanta seriedad que no se vio capaz de burlarse o replicar. -¿Entendido? 

-E-Entendido. -Acepto sin saber muy bien en que se estaba metiendo, pero no podia ser nada peor de lo que actualmente estaba viviendo ¿no? 

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