57 - Save Me

Advertencias: Mención a abuso sexual, leer con discreción.

Enjoy it!

¿Por qué tuvo que abrir aquel maldito sobre?

Ese asqueroso bastardo... Ahora sí que no había más dudas acerca del paradero de Ritsu, Masamune había sido responsable y aquellas fotografías eran la prueba más contundente.

Sabía que Takano no necesariamente era la persona más cuerda, en realidad el tipo tenía bastantes problemas... Pero lo que había hecho había rozado los límites de todo lo perverso y enfermo.

Esas fotografías contenían imágenes de un maltratado Ritsu el cual estaba herido tanto de su cabeza y de su rostro; estaba completamente desnudo y cubierto de cierto líquido blanco que conocía demasiado bien; su estómago no pudo evitar revolverse ante aquel contenido, sus ganas de vomitar eran demasiadas y estuvo a nada de tomar unas tijeras y arrancarse los ojos ahí mismo... Sin embargo, tenía que mantenerse fuerte.

Sus manos comenzaron a temblar de sobremanera y aunque quisiera no podía controlarlo; era tanto el estrés, el miedo, la ira... Rápidamente guardó las fotografías en el sobre y se levantó en un intento de recobrar la compostura y volver a su trabajo para que todo se viera lo más normal posible.

Al llegar a la oficina guardó el sobre en su maletín y optó por concentrarse en su trabajo, al menos para distraerse por esas horas, después iría a hablar con los Onodera acerca del descubrimiento, soltó un suspiro al aire, en ese momento lo único que quería era fumar una o dos... Pero cajetillas de cigarro para calmar sus nervios.

—No. No puedo hacerlo, llevo limpio casi tres años... Le hice una promesa a Ritsu de ya no fumar, no puedo recaer. No puedo... —cerró los ojos tomando aire en repetidas ocasiones intentando quitarse aquella horrible sensación del pecho—

El dolor en su pecho solo comenzó a intensificarse de forma gradual y el solo respirar para tomar bocanadas de aire no le estaba ayudando en lo más mínimo... si no fuera por qué llevaba un estilo de vida mediadamente saludable, comía tres veces al día y salía a correr por las tardes pensaría que su corazón estaba a nada de detenerse... Pero no, seguramente era un jodido ataque de ansiedad, ¡y todo era por culpa del infeliz de Masamune!

—Ya no puedo... —cubriendo su rostro con ambas manos lo meditó por unos cortos minutos, sabía bien que debía concentrarse en una cosa u la otra, era su trabajo o era Ritsu, y sinceramente... ahora el trabajo no era una prioridad—

Se levantó de su asiento y tomó sus cosas antes de salir de aquella oficina de forma rápida; debía dirigirse con Isaka para pedir algunos días libres... y si tenía el valor decir los motivos por los cuales realmente estaba pidiendo un licencia. Al llegar a la oficina tocó la puerta y esperó unos minutos cuando el secretario abrió.

—Adelante.

—Gracias... —tenía un rostro tan serio como todos los días, pero Isaka no era ningún estúpido, sabía que algo ocurría—

Takafumi tomó asiento y antes de que pudiera hablar, su jefe tomó la palabra.

—Por lo que veo... Alguien viene a pedir sus vacaciones, ¿no es así? —pregunta con aquel toque sarcástico que siempre lo había caracterizado—

—Este... Así es, serían dos semanas... —a simple vista se le veía nervioso, bastante alejado a la imagen de seguridad y egocentrismo que siempre traía encima suyo—

—¿Problemas en el paraíso, amigo mío? —una ceja arqueada en el rostro del presidente se hizo notar, pero Takafumi en lugar de sonrojarse o insultarle, puso un rostro demasiado triste y trágico—

"Algo aquí huele muy mal..." Su cara tomó un matiz serio, sabía que si lo presionaba lo suficiente podría sacarle información. El de ventas se veía tan afectado que ni siquiera respondía a sus palabras y provocaciones.

—Bien... no tengo problema con darte tus vacaciones, las mereces después de todo... —su secretario no tardó en entregarle un oficio con el nombre del jefe en ventas y él rápidamente lo firmó y selló para posteriormente dárselo a de los ojos azules— Listo, ya quedó... ¿necesitas algo más de tu jefe...?

No pudo continuar con su frase pues Takafumi se levantó golpeando su mesa con ambas manos, su cabello cubría su rostro pero Isaka pudo notar las lágrimas con mucha facilidad. —Oye, ¿estás bien?

—No... No lo estoy, Isaka-san... —Takafumi se quebró por completo y justo en frente de la persona menos esperada— Ritsu fue secuestrado hace poco, no hay ningún sospechoso y lo único que tengo son estas fotografías...

Sin dudarlo tomó el sobre y revisó su contenido; su cara de horror y asco no pasó desapercibida por ninguno de sus dos acompañantes.

—¿Ya llamaste a la policía?

Negó con la cabeza. —Los señores Onodera y yo dijimos que no queríamos hacer un escándalo...

—Pero... Si no sale en las noticias, la probabilidad de encontrarle es muy baja, sé que se haría un desastre, pero lo mejor que pueden hacer es comenzar a hacer ruido; no creo que a Kotaro ni a Shizuka* les duela perder unos cuantos yenes para recuperar a su único hijo...

—A ellos no, pero conozco a alguien que no le gustará.

—¿Tienes algún sospechoso acaso? —pregunta curioso, en su mente también tenía uno y si su intuición no se equivocaba, era la misma persona en la que Yokozawa pensaba—

—Así es... Estoy seguro de que...

—Takano Masamune es el responsable. —dijeron ambos al mismo tiempo para después mirarse— Si, ¿cómo lo supo?

—Ha estado faltando últimamente, tampoco responde las llamadas... y no solo él, también Hatori, ¿no crees que es sospechoso?

—Bueno... Antes del incidente veía a Tori demasiado pegado con Ritsu, aun cuando este está comprometido con Yoshino... De cual tampoco hemos sabido nada, no, son demasiadas coincidencias, Isaka-san —se veía bastante incrédulo ante aquella loca teoría—

—Sabemos que Masamune nunca superó completamente a Ritsu, estaba completamente obsesionado y cuando se enteró de tu noviazgo con él lo tomó de la peor forma, Takafumi, tienes todo frente a ti pero no quieres ver las señales; En este momento lo mejor que puedes hacer es llamar a la policía o comenzar a pegar carteles con la cara de Ritsu por toda la ciudad. —Tomó un poco más de aire antes de seguir hablando— El tiempo corre Yokozawa, debí verlo antes, pero Takano no es solo un ex dolido más... creo que realmente es una persona peligrosa y a la cual debes temer, si todo esto resulta ser cierto y él está detrás de la desaparición de Ritsu... Él está en un serio peligro.

********

¿Ya cuánto tiempo llevaba ahí encerrado? ¿Un par de días? ¿Una semana? ¿Meses? El tiempo se estaba volviendo completamente monótono y eterno, la habitación donde se encontraba cautivo era demasiado tan fría y oscura que ya estaba olvidando como se sentía la calidez y luz del sol.

El cuerpo le dolía, y aquella incómoda cadena que tenía en el cuello no hacía más que solo molestar; se sentía peor que un perro guardián encadenado en la azotea de una casa sin agua ni alimento, pero al contrario de un canino, él no correría a los brazos de aquel tipejo en busca de atención; ya estaba siendo lo suficientemente humillado estando tan solo en bóxer para el deleite de aquel enfermo y no pensaba humillarse más.

Lentamente su acompañante comenzó a despertar, este se veía bastante desorientado y claramente dopado.

—Tori... —dijo en voz baja queriendo moverse y se frustró al sentirse amarrado en aquella maldita silla— Maldición... —bufa con algo de molestia y rápidamente sintió una presencia en esa habitación— Ritsu... ¿T-Tú también?

—Chiaki... —su rostro demostraba una genuina sorpresa al verle— ¿Cuánto tiempo es que llevas aquí?... —le preguntó con voz ahogada, el mangaka aún seguía bastante ido—

—¿Tú también...? —un Chiaki semi consciente preguntó, el de ojos verdes se mantuvo en completo silencio, analizando al chico y a la situación con la mirada detenidamente; solo le otorgó un asentimiento con la cabeza en forma de respuesta; pero eso no tuvo conforme al otro prisionero—

—P-Pero... ¿por qué? ¿Qué le hicimos a ese tipo para que nos secuestrara...? —no pudo evitar quebrarse y nuevamente caer en el llanto, se veía como un niño pequeño en su totalidad, desorientado, perdido y confundido—

Ritsu mantenía su semblante serio, toda esa mierda lo tenía cansado, no tenía ánimos de nada... ni siquiera de llorar; pero tampoco culpaba a Yoshino por llorar tanto. Después de todo, él era el menos culpable de esa situación, tan solo había sido una víctima de un completo demente; de alguien que tenía una mente tan trastornada y con una obsesión enferma hacia su persona que no iba a cesar hasta quitarle por completo su felicidad, aquello que el mismo Masamune le arrebató y que le costó volver a recuperar... se le estaba siendo arrebatado, nuevamente la voz de Chiaki lo sacó de su nube de pensamientos.

—Q-Quiero a Tori... Quiero que él esté conmigo... —balbuceaba de forma que no se le lograba entender lo que estaba diciendo, pero de aquellas palabras casi incomprensibles si puedo distinguir un nombre—

Tori. Ese infeliz... Aquel maldito nombre.

"No lo tomes personal, perdóname".

Un sentimiento de ira lo invadió, quería gritar, confesar ahí mismo que ese tipejo era el responsable de su desgracia, sin embargo Ritsu mantuvo la calma, solo susurrando.

—Él no te merece...

—¿Eh? ¿Dijiste algo?

—Hatori no merece que estés llorando por él... no es nada más que un vil farsante. —soltó de golpe, sin medirse las consecuencias que podría llegar a tener—

—Por qué... ¿Por qué me estás diciendo esto? T-Tori es muy bueno, él me ama y vendrá a salvarme... —su voz se escuchaba nerviosa y confundida, no queriendo creer lo que estaba escuchando—

La mirada ensombrecida de Ritsu lo perturbó por completo.

—¿Sabes por qué te lo estoy diciendo?... Por qué él fue quién me trajo aquí... me secuestró.

—No... No puede ser verdad... Tú, me estás mintiendo si... ¡solo estás mintiendo! —Yoshino se negaba aceptar aquellas palabras, movió su cabeza en señal de negación en repetidas ocasiones, su llanto aumentó con mucha más fuerza—

—Abre los ojos, Chiaki. No estás aquí solo porque a Takano se le antojó secuestrarte... —antes de que pudiera terminar su oración la puerta se abrió y la luz se encendió, ambos volvieron a guardar silencio, tensos por el ambiente, ahí nuevamente se encontraba Masamune el cual sin decir una sola palabra, liberó a Ritsu de su cadena solo para llevárselo arrastrando fuera del lugar, el de ojos verdes pataleo y forcejeó con él buscando liberarse; pero este solo fue neutralizado de un golpe en el estómago—

Yoshino miró aquella con horror y se movió bruscamente en su silla queriendo liberarse y salió corriendo de ese jodido sitio; era su oportunidad, la puerta estaba abierta...

—Chiaki.

Esa voz...

—T-Tori... —levantó la mirada, deseando con fervor que no se tratara de un sueño, el mayor lentamente se acercó a él hincándose a su altura para tomar su rostro con fuerza— E-Eres... Eres tú. —sus ojos se llenaron de lágrimas sin poderlo evitar, quería abrazarle, aferrarse a él pero en la situación que se encontraba se le era totalmente imposible—

Hatori mantenía su rostro sereno, pero también se quebró y abrazó a su amado con fuerza, no quería soltarlo, quería permanecer así para siempre; pero sabía que tenía los minutos contados, debía ser rápido.

—Mi amor... Lo siento tanto... —susurró cerca de sus labios antes de besarlo de forma lenta y con dulzura, tratándolo con cariño—

—Por favor, dime que tú no le hiciste eso a Ritsu... Dime que no es cierto, que es mentira... —suplicaba con desesperación no queriendo creer aquellas palabras, pero el rostro serio y la ausencia de una respuesta negativo hizo que la realidad lo golpeara como un balde de agua fría— Tú... ¿cómo pudiste?

—Chiaki, escúchame por favor. —Tori quiso tomar su rostro otra vez, pero este solo lo giró, no queriendo que lo tocase— Mi amor... D-Déjame explicarte...

—Eres una mierda, una escoria al igual que Takano.

—¡No tuve opción! Él va a matarte, te matará si no hago lo que me pide, te secuestró para que yo lo ayudara con toda esta locura, por favor, mi amor. —tomando sus manos y besa estas— Tienes que creerme, todo esto lo estoy haciendo por ti.

No supo en qué momento él también comenzó a derramar lágrimas, las palabras de Chiaki le habían dolido, fueron como un puñal que atravesaba su cuerpo repetidas ocasiones, dejándolo sangrar hasta morir; pero no lo podía culpar, después de todo él tenía razón. Se había vuelto alguien tan despreciable como lo era Masamune.

Lo había hecho desde el momento en que se dejó controlar a partir de la vida de su novio.

—Perdóname, Chiaki... Perdón por todo... —lo abrazó con cuidado llorando de forma silenciosa en su hombro—

Yoshino ahora era quien permanecía sin expresión, algo en él se había roto al ver como Hatori se había convertido en el cómplice de un loco... En un criminal.

Se removió en sus brazos, no quería ser tocado por él.

—Suéltame... —Pero Tori no se inmutaba—

—Mi amor por favor...

—He dicho que me sueltes ahora.

Ante el tono tan gélido no pudo hacer nada más que obedecerlo, su mirada era tan fría que se comparaba con un tempano de hielo, lo sabía, Chiaki se sentía dolido y traicionado.

—Cuando salga de aquí... si es que salgo con vida, espero realmente jamás volverte a ver, para mí estás muerto, Yoshiyuki Hatori. —sentenció con frialdad y una pizca de crueldad, tal vez no lo estaba diciendo en serio o quizá se arrepentiría en unos días, pero ahora estaba demasiado seguro de sus palabras, Hatori permaneció callado y sintiendo como su corazón se rompía en mil pedazos—

No quiso recriminar, aún le quedaba algo de vergüenza. —Lo entiendo... —fue lo único que dijo antes de darse la media vuelta— Debo irme.

—Al menos... espero de corazón que decidas hacer lo correcto —bajó la mirada— Lo nuestro terminó, pero todavía estás a tiempo de terminar este calvario, no lo hagas por mí... hazlo por Ritsu.

—¿Qué quieres decir con eso...?

Los sonidos de gritos, sollozos, jadeos y gemidos ahogados se hicieron presentes junto con un sinfín de insultos que harían sonrojar a la persona más hablada, seguido de fuertes golpes, Chiaki se veía confundido, Tori no tardó en acercarse nuevamente para cubrir sus oídos.

—¿Q-Qué está pasando?... —algo de temor se notaba en su voz—

—No es nada... solo cierra los ojos por favor.

Sabía que algo desagradable estaba ocurriendo en la otra habitación, pero no quería que su prometido fuera nuevamente traumatizado. Cerró los ojos y analizó las palabras que le fueron dicha anteriormente.

"Hacer lo correcto."

Ya sabía lo que tenía que hacer.

*******

El cuerpo le temblaba, se sentía tan asqueado... usado como un vil muñeco de trapo, cuando Takano salió de él no pudo evitar sentirse aliviado, pero aquella traumática experiencia no se le borraría ni de su cuerpo ni de la mente jamás; un sollozo salió de sus labios, quería que se alejara, que dejará de tocarlo, pero ese tipo estaba abrazándolo con sus asquerosas manos, como si no hubiera hecho nada malo.

Quería gritar pero su garganta ya no tenía voz, quería golpearlo pero seguía encadenado y a su merced, un beso de su captor se posó sobre su mejilla.

—Vamos cariño, ¿por qué tan callado? Parece que no te gustó... —apretó su muslo con brusquedad, Ritsu solo soltó un quejido, luego su mano se posó sobre su estómago— Seria increíble que tengas un hijo mío, ¿no lo crees? Por fin tendríamos una familia...

—P-Primero muerto... prefiero morir antes que darte un hijo... —murmuró entre dientes solo para recibir otro fuerte golpe en el rostro en señal de desaprobación ante su comportamiento—

—Jeje~ que buen bromista eres mi amor... —sujetó su cuello con fuerza y lo apretó— Parece que aún necesitas otra sesión de "amor"... —sin previo aviso Masamune volvió a penetrar al castaño, el pobre chico solo pudo soltar un grito ahogado al mismo tiempo que soltaba gruesas lágrimas—

El mayor se movía en su interior de forma agresiva, teniéndolo en una posición bastante incomoda que lo privaba del movimiento; después de unos minutos que para Onodera fueron interminables, Takano volvió a correrse en su interior y salió de forma brusca haciéndolo sangrar.

Masamune se levantó acomodando sus pantalones y de la mesa de noche tomó aquella cámara digital donde tenía las otras fotos de Ritsu, una sonrisa torcida y aterradora se formó en sus labios.

—Sonríe, amor mío. —el flash lo cegó—

"Takafumi... Sálvame." Ese fue su último pensamiento antes de caer desmayado.

*******

Los carteles con el rostro de Ritsu comenzaron a hacerse presentes por toda la ciudad, los señores Onodera estaban ofreciendo una enorme cantidad de dinero por quién diera aunque sea la mínima información del paradero de su hijo y estaban dispuestos a subir la suma si le daban rastros de su captor, las medidas eran realmente desesperadas, pero el dinero en ese momento era lo de menor importancia.

Un día en la residencia Onodera alguien tocó la puerta, Takafumi rápidamente fue a abrir, encontrándose con alguien de rostro familiar.

—Hatori-san.

—No te quito mucho tiempo, yo sé quién tiene a Ritsu.

Continuará...

(*) No sigo en manga realmente, así que no sé si los papás de Onodera tengan nombre, así que yo les puse así en mi Headcanon.

Bueeeeeno, después de un mes volví con otro capítulo donde las tensiones siguen más que nunca, ¿creen que alguien pueda detener a Takano? Eso lo averiguaremos en los capítulos que quedan, ¿cuantos? Tal vez unos ochos más, o quizá menos :3

Gracias a las personas que siguen leyendo esta cosa aunque actualizo cada que me acuerdo jsjsjs les amo ♥

En fin, creo que no tengo nada más que decir, así que me despido.

Nos leemos.

¡Bye!


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