55 - Jealousy

Si, después de un mes (o dos) hay un capítulo, al menos no me tardé un año jsjsjs, bueno espero les guste mucho y nos vemos abajo uwu.

Notas: Tengan su insulina para la primera parte... y para la segunda espero sean fuertes, por qué se las voy a meter sin anestesia.

Enjoy it!!

—Onodera Ritsu... ¿Te casarías conmigo?

Su corazón comenzó a latir con fuerza mientras esperaba paciente la tan ansiada respuesta, los fuegos artificiales seguían adornado con su luz y color sobre el oscuro cielo y eran estos mismos los que iluminaban aquella escena.

El anillo que estaba dentro de aquella cajita era realmente hermoso y a simple vista costoso, de plata con un hermoso zafiro redondo que lo adornaba junto con otros detalles que lo hacía más especial; y en el interior de la argolla había un grabado.

"Yours Ever".

Esperaba paciente por la tan ansiada respuesta, sus manos comenzaban a sudar, por su mente pasaron los recuerdos de cuando se le ocurrió aquella idea, a todas las personas a las que había consultado, sus amigos cercanos, Hiyo, ¡incluso había ido a la tumba de Zen para pedir permiso! Sobre todo a los señores Onodera, le daba vergüenza admitir que les había tenido bastante miedo, normalmente el padre del joven era bonachón y amable; por él no había ningún tipo de problema... el problema era con la madre de Ritsu.

Se podría decir que la señora era bastante... especial, por así decirlo, no pensó que hablar con aquella mujer fueran los momentos más tensos y terroríficos de su vida, le preguntó hasta cuales eran sus más oscuros secretos, no pudo evitar sentirse como un criminal de guerra o como una persona siendo juzgada en la época de la santa inquisición antes de ser asesinada brutalmente.

Entonces las preguntas se detuvieron y Takafumi solo pudo respirar con tranquilidad, pero no esperaba que la señora Onodera le apuntara justo en la frente con una larga e intimidante escopeta que claramente se encontraba cargada, soltó un grito ahogado, volviendo a sudar frío y con su presión bajando al punto de casi dejarlo inconsciente. Nunca podría olvidar aquellas palabras.

"Si veo que mi hijo derrama una sola lágrima por tu culpa, te haré sufrir de una forma que no podrás imaginar, acabaré contigo y suplicarás por qué te dé una muerte rápida.."

Y si, él sabía que aquella mujer hablaba muy en serio... Tal vez ella solo estaba exagerando para espantarlo; o quizá no. Jamás lo admitiría, pero la madre del castaño lograba asustarlo a niveles inhumanos.

—Oh por Dios... ¡Oh por Dios! —el grito de emoción del castaño logró sacarlo de sus pensamientos, Ritsu tenía su boca cubierta con ambas manos, pero a simple vista se lograban ver sus mejillas teñidas de rojo y con pequeñas lagrimas saliendo de sus ojos; antes de que el mayor pudiera hablar Onodera se le lanzó encima besando sus labios al mismo tiempo que rodeaba su cuello, Takafumi lo aceptó con gusto—

—Si... Si quiero.

Tomando su mano con cuidado el hombre de ojos azules colocó aquella bonita joya en el dedo anular izquierdo, como ya lo tenía previsto; el anillo quedaba perfectamente en el castaño, lo había mandado a hacer especialmente para él después de todo. Lo levantó tomándolo de la cintura y ambos se pusieron de pie, Ritsu aún tenía sus brazos alrededor de su cuello mirándolo con ojos de un amor tan puro; ambos comenzaron un baile lento sobre la cubierta del yate mientras sonaba "I Don't Want to Miss a Thing" de Aerosmith. El castaño aún nervioso ocultaba su rostro en el cuello de su pareja al mismo tiempo que de sus ojos caían algunas lágrimas, aunque claro, ambos sabían que no eran de tristeza.

—¿Estás llorando...? —pregunta Takafumi suavemente sujetando con firmeza a su pareja, Ritsu solo soltó una pequeña risa—

—Tonto... claro que estoy llorando, ¿te burlas de mí acaso? —su tono de voz no era de reproche, aunque tampoco dejaba de llorar— Solo... me tomaste por sorpresa.

—¿De verdad? —sujetó su mentón haciendo que su mirada se posara sobre él, acercó su rostro y comenzó a besar sus lágrimas con delicadeza hasta que no quedó ninguna— Mucho mejor, no me gusta verte llorar.

La cara de Ritsu estaba completamente rojo ante aquel acto por lo que solo pudo bajar la mirada y dejar que su cabello lo tapara, aunque completamente en vano. —D-Debo verme patético.

—Claro que no, al contrario, te ves muy lindo. —sonrió sin dejar de sujetar el rostro del menor con ambas manos y acariciando sus mejillas— Eres... la cosa más perfecta que este mundo pudo haber hecho, y todos los días le agradezco al universo por qué me dio la gran dicho de haberte conocido y que me hayas elegido para ser tu compañero de vida. —sin notarlo el rostro del mayor también se tiñó de carmesí, aunque era un poco más leve, aquellas palabras tan sinceras lograron que su corazón latiera con fuerza, el castaño recostó su cabeza en el pecho de su pareja, comenzando a sentir aquellos latidos, relajado cerró los ojos—

—Está latiendo...

—Lo hace por ti... tú eres quién provoca esto en mí. —admite con algo de vergüenza—

—¿Sabes? Creo que nunca te he agradecido...

—¿Hm? —aquello lo tomó desprevenido— ¿Agradecerme qué?

—El que hayas salvado mi vida aquella vez, cuando me encontraste con el cuello cortado y... —antes de que pudiera continuar, un dedo se colocó en sus labios y lo silenció— ¿Hm?

—Dejemos eso atrás, aquello es parte del pasado, y lo que importa en este momento es el futuro, un futuro que tú y yo forjaremos, juntos. —le respondió con cariño, quitando algunos mechones de su rostro— Te amo, Ritsu.

—Yo... Cierra los ojos.

—¿Para? —algo curioso lo mira—

—Hazme caso, ciérralos. —Takafumi lo obedeció sin poner resistencia, el castaño de entre su ropa saco un anillo de plata con una esmeralda, rápidamente tomó su mano y le colocó el anillo— Puedes abrirlos.

Al abrir los ojos se encontró con aquel bonito anillo, sorprendido y sin saber que decir solo sonrió con nerviosismo y volvió a abrazar a Ritsu. —Yo... Me encanta, gracias Ritsu.

*****************

—Dios... eres demasiado ruidoso y eso que tienes la boca tapada. —Un fastidiado Takano había entrado al lugar donde tenía a su peculiar invitado, traía consigo agua y comida, después de todo, él era alguien generoso y benevolente—

Dejando la bandeja en el suelo se acercó a Chiaki y de un solo jalón de quitó la cinta que mantenía su boca tapada, este solo soltó un grito de dolor y se removió en su silla por un intento desesperado y en vano por liberarse; Masamune le miró con indiferencia y algo de burla, soltando una carcajada al verlo caer al suelo.

—Eres tan patético... me das pena. —pateó la bandeja cerca del rostro de su rehén— Anda cómetelo, como si fueras un perro.

—T-Tú, maldito bastardo... —la desesperación era tan grande, sentía coraje pero el miedo era mucho más grande, ¿Dónde estaba Tori? ¿Por qué aún no venía por él? El sonido de su estomago quejarse lo traicionó, hacía días que no probaba bocado, aquel plato de comida no se veía nada mal, ¿pero y si estaba envenenada? No podía arriesgarse. —¡Agh! —se quejó al sentir una fuerte patada en su abdomen, retorciéndose del dolor solo pudo respirar para intentar recuperar un poco del aire que se le había sido quitado— I-Infeliz...

—No te lo diré dos veces... —se agachó a su altura y lo tomó por los cabellos, viendo su rostro lleno de heridas y cortadas— Trágatelo. —volvió a tirarlo al suelo, Chiaki sollozó en voz baja y como si de un animal se tratase, comenzó a digerir los alimentos que su secuestrador le había dado, nunca en su vida se había sentido tan humillado y derrotado—

A pesar de no verlo de forma directa, pudo ver como Masamune tenía una sonrisa cínica en sus labios. —Buen chico. —palmeó su cabeza antes de irse y volviendo a dejarlo solo en aquella habitación—

¿Por qué? ¿Por qué esto le tuvo que pasar a él? Él no había hecho nada malo, su único error fue haber salido tarde del supermercado aquel día; y ahora estaba a merced del jefe de su pareja, ya no quería estar ahí, quería volver a su hogar y que Tori lo recibiera de forma cálida con comida ya hecha.

Se mordió los labios para no gritar, sabía que hacer aquello solo iba a empeorarlo todo, dos semanas habían pasado y los golpes y torturas hacía él no parecían cesar, no sabía cuanto tiempo más estaría ahí, estaba totalmente incomunicado sin celular o algo que se le pareciera. Mirando hacía la nada varias preguntas pasaron por su mente, ¿Tori sabía algo de esto? ¿Cómo estaría él? Debe estar tan preocupado, ¿su destino era morir en completo cautiverio sin tener al menos una sola oportunidad de volver a ver a su prometido...?

Su prometido, su calma se rompió al pensar en esas palabras; aún recordaba cuando Tori le había propuesto matrimonio, ese había sido el día mas feliz de su vida... Y ya no quedaba restos de aquellos recuerdos que ahora se veían tan lejanos, su suerte era incierta, como una moneda girando en el aire una y otra vez sin saber si esta caerá en águila o sello; quería su vida de vuelta, quería ser libre y volver a ver a sus seres queridos.

Chiaki estaba débil y su cuerpo comenzó a fallarle, se sentía cansando y sabía que el cualquier momento iba a desmayarse; sus parpados comenzaron a cerrarse y en lo que parecía ser una alucinación pudo ver a su amado.

"T-Tori... Por favor, alguien sálveme."

*************

Un mes pasó desde que Ritsu y Takafumi se habían comprometido, todo estaba yendo a la perfección con su relación, los preparativos de la boda estaban siendo tomados con calma, pues habían decidido casarse dentro de un año; así tendrían tiempo para organizar todo de una mejor forma y así su boda sería la mejor de la historia... para ellos, claramente.

Onodera iba para Marukawa a dejarlo algo de almuerzo a su pareja, por alguna razón le había agarrado el gusto a cocinar y darle detalles al mayor, los efectos secundarios de amor, pensó él; soltó una pequeña risa para sí mismo y al llegar a la editorial se apresuró a entrar al elevador para ir directo a ventas, dentro de aquel espacio solo se encontraba él... hasta que una mano detuvo la puerta para que no cerrara, era Hatori el cual se veía con enormes ojeras y muy demacrado, casi parecía un zombi, pero lo entendía, estaba en Emerald y los ciclos ahí eran cualquier cosa menos algo ligero.

—Buenos días, Hatori-san. —le saludó de forma cordial, el editor al verle le sonrió de forma amable, demasiado—

—Hola Ritsu, ¿cómo has estado? —se colocó a su lado, analizando al chico de pies a cabeza y pensando en el momento ideal para poner su plan en marcha—

—Muy bien, ¿y tú? Aunque bueno... el trabajo te chupa el alma, ¿verdad? —ríe levemente, el editor también río con él—

—He tenido mejores semanas... veo que ya te comprometiste. —mirando el anillo de que tenía en su mano—

—¡Así es! Estoy bastante emocionado, quiero que el año pase rápido para por fin unir mi vida con la persona que amo. —sonriendo de forma dulce, al verlo algo se rompió dentro de Hatori, no se creía capaz de arruinar aquella felicidad tan pura... menos de alguien que nunca le hizo nada malo—

Pero debía hacerlo, Chiaki era su prioridad y tenía que salvarlo de las garras de Masamune.

—Ya veo, muchas felicidades. —una sonrisa forzada se dibujó en sus labios— Tal vez no hablamos mucho, pero sabes que puedes contar conmigo para lo que se te ofrezca. —la puerta del elevador se abrió y el editor salió, no sin antes palmear el hombro del castaño de forma amistosa, Ritsu se despidió cordialmente y esperó llegar a su destino—

**********

Días después...

—Onodera, ¿podemos hablar? —Takafumi se escuchaba algo molesto, aquello sorprendió a Ritsu, más por qué llamó por su apellido, cosa que no pasaba desde hace mucho, por lo cuál se acercó a él—

—Claro, dime... ¿qué sucede?

—¿Puedes decirme que significa esto? —le extendió una fotografía—

Ritsu al tomarla palideció por completo, aquella foto tenía una imagen de él y Tori abrazados, pero no de forma amistosa, si no de manera romántica.

—¿D-De dónde sacaste esto? —pregunta entre confundido y nervioso, esto no estaba bien—

—¿A caso eso importa? ¿Qué hacía ese tipo abrazándote con tanta confianza? —se levantó de su asiento y se acercó peligrosamente a él, haciendo que chocara contra la pared, el estrés del trabajo y ver esa fotografía no hizo una buena combinación—

—T-Te juro que no es lo que parece... él y yo solo somos buenos amigos. —responde nervioso, queriendo calmar la ira de su pareja— Takafumi... —quiso tomar su rostro pero este lo alejó de un manotazo fuerte y brusco que lo lastimó—

—No, no te creo Onodera. —tapó su rostro, claramente no estaba riendo razonable, los celos lo estaban cegando de una forma increíble— No puedo creerte...

—¿Q-Qué...? No te entiendo, ¿por qué me estás diciendo esto? —responde dolido el castaño—

—¿A caso olvidaste lo de Takano? ¿En realidad crees que puedo confiar en ti cuando me ocultaste algo tan importante? —se río de forma amarga— Estás mal si lo crees Onodera.

—¡Pero no es lo mismo! —su voz comenzaba a quebrarse, no quería llorar—

—Claro que lo es. —suspiró— Tampoco me sorprendería si me hubieras engañado en estos tres años... es más, ni siquiera sé si en realidad tus sentimientos son sinceros...

Una fuerte bofetada impactó contra su rostro, al voltear vio a Ritsu con su mano levantada, tenía el rostro rojo de coraje y un mar de lágrimas caía de sus ojos, Takafumi se quedó en silencio y procesó todo lo ocurrido, dándose cuenta de la gran estupidez que acababa de cometer.

—No, Ritsu yo... no quise decir eso, p-perdón mi amor... —quiso abrazarlo pero solo recibió un fuerte empujón que lo tiró al suelo como respuesta— Ritsu...

—¿Sabes qué? Ya no me importa... —se quitó el anillo con brusquedad y se lo lanzó en la cara, se dio la media vuelta y salió, Takafumi no intentó seguirlo, pero quien si lo hizo fue el golden retriever de Ritsu—

************

El castaño terminó en un parque llorando de forma inconsolable frente al lago, no era justo, ¿Cómo pudo hacerle eso? ¿Tantos años juntos no habían significado nada?

—Es un estúpido... un idiota malhumorado y amargado, pero lo amo, lo amo mucho... no puedo odiarlo aunque lo deseé con todas mis fuerzas... —cubrió su rostro queriendo quitar los rastros de lágrimas aunque le fue imposible—

Las horas pasaron y decidió volver a casa por sus cosas y sus hijos, ya era de noche y estaba algo oscuro cuando se dispuso a levantarse para tomar rumbo a casa junto con su mascota cuando sintió una presencia detrás suyo que le dijo:

—No lo tomes personal... por favor perdóname.

Esa voz...

Quiso hablar pero un trapo con un olor peculiar tapó su boca y nariz, forcejeó y peleó por liberarse, pero aquella llave del cuello que lo tenía prisionero logró dejarlo inconsciente más rápido que aquella frazada. Ritsu cayó al suelo inevitablemente, Hatori miró al chico con pesar, se odiaba a sí mismo por haber traicionado aquella confianza, le quitó aquel collar que tenía puesto y lo arrastró hacía su auto donde lo encerró en la cajuela antes de irse a gran velocidad, ignorando al gran can que iba ladrando hacía él.

Astro miró aquella escena sin comprenderla por completo, pero sabía que algo estaba mal, con su hocico tomó el collar de su dueño y a gran velocidad corrió hacía su hogar. Takafumi al verlo entrar sin la compañía del castaño y con el collar supo al instante que algo malo había ocurrido.

—Ritsu...

**************

Despertó y solo había oscuridad, sentía su rostro caliente, pues algo lo tenia cubierto, quiso moverse pero se dio cuenta que estaba atado de pies y manos. ¿En donde se había metido?

Escuchó como la puerta se abría, su intuición le decía que algo estaba pasando, y que ese algo no era para nada bueno, un sollozo se hizo presente y se percató que no era el único en esa habitación.

Alguien se acercó a él y finalmente la bolsa de tela que tenía en la cabeza se le había sido retirada.

—Hola, amor mío, ¿me extrañaste?

Esto no podía ser posible.

—T-Takano-san...

Continuará...

... No tengo nada más que decir, solo espero que les haya gustado y que hayan sufrido >:D

Los anillos:

En fin, espero tener otro capítulo pronto, pongan sus velitas aqui para que pase

Les amo mucho ♥♥♥

Nos leemos

¡Bye!


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