41 - Twins
—¡¿Por qué demonios ponen esa cara?! —Gritó Onodera a todo pulmón— Necesito ir al hospital, ¡UR-GER-TE-MEN-TE! ¡Joder!
Luego de haber escuchado esos gritos, tanto como el escritor y la estudiante salieron del shock en el que estaban y comenzaron a moverse rápidamente, con el fin de llevar al castaño, el cual a simple vista parecía que ya estaba teniendo las famosísimas contracciones, al hospital, pasaron algunos momentos y los tres ya estaban montados sobre el automóvil deportivo del escritor, Usagi conducía a toda velocidad saltándose un incontable número de semáforos en rojo, había algunos instantes en lo que el peliplateado creía que no iba llegaría a su destino, mientras tanto Hiyori buscaba desesperada en su celular el número de su Onii-chan, no podía creer que justo el nacimiento de los gemelos llegará en el momento menos oportuno, véase, cuando el padre de los mismos estaba muy pero muy lejos de su pareja.
Pasaron alrededor de 10 minutos cuando finalmente llegaron al hospital, el escritor se apresuró a bajar de su vehículo para socorrer al chico embarazado, bajarlo del autor para que este ingresara rápidamente al hospital, pero oh sorpresa que el de cabello plateado se llevó al ver a cinco oficiales de tránsito justo al lado de su auto, bufó con algo de molestia aun sosteniendo al castaño para llevarlo dentro del hospital, en ese mismo instante lo que menos necesitaba era un montón de estúpidos policías que interfirieran en cosas más importantes, trató de dialogar con los hombres de uniforme azul, diciendo que tenía entrar al hospital junto a su editor el cual no dejaba de quejarse del dolor debido a las contracciones que estaba sintiendo, pero aparentemente ellos no iban a dar su brazo a torcer; y en ese mismo momento, como si de un truco de magia o alguna clase de milagro se tratase, se le vino a la mente la alternativa más fácil para que estos tipos dejarán de joderle la existencia, de su abrigo sacó una considerable cantidad de billetes y se los extendió a los oficiales con una cara de: "tomen esto y largo de mi vista", los uniformados veían el dinero completamente atontados, pero uno de ellos tomó los fajos de billetes, miró fijamente al escritor y dijo.
— Nosotros no hemos visto nada. —luego de esas palabras, los tránsitos desaparecieron del lugar, el escritor soltó un suspiro de satisfacción antes de sujetar de nueva cuenta al castaño y entrar al hospital, llegaron a la recepción, donde más temprano que tarde recostaron a Onodera a una camilla y velozmente lo llevaron a la sala de partos—
El escritor tomó asiento en la sala de espera, mirando completamente a la nada, realmente esperaba que el castaño y sus bebés salieran de bien de... un momento, en primer lugar ¿por dónde demonios iban a salir los niños? Y en segundo lugar, ¿por qué se hacía ese tipo de preguntas? La imagen que tenía en mente le resultaba bastante perturbadora, suspiró pasando ambas manos por su rostro terminando en su cabello, con solo pensar en eso le hacían tener menos ganas de tener un hijo. Sin duda la paternidad no era lo suyo.
Hiyori entró al hospital aún con su vista puesta en el pequeño aparato que tenía entre sus manos, apoyó su cuerpo en una de las paredes de la sala de espera y justo fue ahí cuando encontró el número telefónico de su Onii-chan, presionó el número colocando su celular en su oreja, esperaba no estar interrumpiendo algo importante.
1, 2, 3 pitidos se escucharon cuando finalmente una voz se escuchó a través de la otra línea.
—¿Hiyori...? ¿Pasa algo? —preguntó el hombre de ventas desde donde él estaba—
—Eh... —la chica de cabello claro comenzó a reír de manera nerviosa— ¿Del 1 al 10 que tan ocupado estás?...
—Ve al grano, Hiyo.
—Ritsu-san... ya entró en labor de parto...
Hubo un profundo silencio, el de cabello oscuro no podía creer lo que estaba escuchando, ¿por qué mierda este tipo de cosas siempre ocurrían cuando él estaba muy lejos de su pareja? Era algo que aparentemente nunca iba a comprender, masajeó sus sienes tratando de no parecer un manojo de nervios, aclaró su garganta asegurando que estaría en el hospital lo más pronto posible, dio por concluida la llamada y tan rápido cuan rayo entró al área de descanso donde estaba su maletín y otras cosas regadas en una mesa, tomó asiento velozmente y comenzó a guardar todas sus cosas sin importar si estas estuvieran bien acomodadas o no, ahora su primera y única prioridad era llegar a la ciudad, manejar hasta el hospital y así poder llegar al nacimiento de sus pequeños gemelos.
Guardó las llaves de su auto y su celular en las bolsas del pantalón, luego se colocó su abrigo y cubrió la mitad de su rostro para después tomar su maleta, tal vez así nadie se daría cuenta de su ausencia en la primera junta del día, al carajo con el trabajo, en ese momento era mucho más importante estar con su familia; con sigilo, el de ojos azules comenzó a caminar hasta la salida de ese edificio, que, para su mala suerte, estaba bastante lejos del área de descanso, pero al tener el paso totalmente acelerado pudo llegar sin que nadie lo notará, corrió hasta el estacionamiento, donde estaba su auto, con su mano libre temblando buscó las llaves de vehículo y presionó el botón para que la puerta se abriera, abrió la puerta del piloto y antes de que Yokozawa pudiera abrir alguien lo detuvo tomando su brazo, volteó para ver a la persona que lo estaba sujetando, en ese momento vio a un chico más bajo que él, de cabello rubio oscuro y ojos cafés casi tirando a rojizo, su rostro se le hizo familiar de algún lado, ahí recordó que era uno de esos tipos que habían estado en todas las juntas, sin embargo no recordaba el nombre de ese chico, pero creía que su nombre era Daisuke.
—¡Yokozawa-san! ¿Ya se va? —preguntó el chico ese sin soltar al de ventas—
—Eh... ¿cómo sabes mi nombre? Bueno, eso no importa, pero si, debo regresar a casa ya que pasó algo inesperado... —contestó el de ojos azules soltándose del agarre del rubio, no tenía tiempo que perder—
—¿Y no puede esperar un poco más? Digo, me gustaría pasar más tiempo con usted, conocerlo más...
"No, claro que no" pensó Takafumi, ¿ese chico quién se creía? Tenía muchas cosas más importantes que hacer que perder el tiempo hablando con ese niño mimado, porque si, a simple vista se podía notar que el mocoso no era más que un niño de papá, estaba a punto de entrar a su auto, cuando sintió que Daisuke se acercaba demasiado a su persona, era casi una distancia peligrosa, podía sentir la respiración del rubio muy cerca de su cuello.
—¿Pero qué carajos...? —dijo Yokozawa en voz baja, y vio como el otro chico lo jalaba de su corbata para acercarlo muchísimo más a él—
—¿Sabe algo? —comenzó a preguntar el de ojos café— Usted me gusta mucho~ —después de esas palabras, quiso besar al más alto pero solo recibió un fuerte manotazo en el rostro que lo terminó tirando al suelo—
Ni corto ni perezoso, el de ventas se apresuró para subir a su auto y arrancar rápidamente, tratando de olvidar los acontecimientos ocurridos con anterioridad, ¿qué demonios había sido eso?
*****
9:30 AM.
Justo cuando Yokozawa entró al hospital, vio a demasiados rostros conocidos en la sala de espera, para empezar estabas sus suegros, los cuales traigan un par de cajas envueltas en papel azul cielo y con un mono azul de un tono más oscuro, luego estaban Kisa, Mino, Hatori, Aikawa e Isaka-san que traían consigo algunos globos y más regalos, luego estaba Usami-san el cual hablaba muy animadamente con Ijuuin-san, ¿de qué? No lo sabía, después estaban el mejor amigo del castaño y la ex prometida de este los cuales estaban muy melosos, había cruzado muy pocas palabras con los dos pero le agradaban, pero... aún faltaba alguien, ¿Dónde estaba Hiyori? Su pregunta no tardó mucho tiempo en ser contestada al sentir como alguien se colgaba de su espalda.
—¡Onii-chan! ¡Por fin llegaste!
—Si Hiyori, ya estoy aquí —dijo bajando a la chica de su espalda y sentándose a un lado suyo— ¿Cómo está Ritsu?
—Pues... aún nadie no has dicho nada, y ya pasaron dos horas desde que se lo llevaron adentro...
—Ya veo... —murmuró Yokozawa algo inconforme con la respuesta que había recibido, pero no quedaba otra opción más que esperar a que el doctor por fin les dijera algo, tenía fe de que todo saldría bien, o eso esperaba—
Pasó otra media hora, ya eran las 10 de la mañana y fue cuando finalmente un doctor salió a la sala de espera con unos papeles en sus manos, acomodó sus lentes y dijo.
—¿Familiares de Onodera Ritsu?
El primero que se levantó de su asiento, obviamente fue Yokozawa el cual se acercó al doctor y comenzó a bombardearlo de todas las preguntas habidas y por haber que le pasaran por la cabeza en ese mismo instante.
—¿Cómo está...?
—El paciente está descansado en su habitación y los bebés nacieron muy sanos. —dijo el doctor con una sonrisa en sus labios—
—¿Puedo pasar a verlo? Por favor...
—Claro que sí, habitación 604, sexto pisto, en un momento más llevaremos a los bebés con usted... —hizo una reverencia antes de retirarse—
El de ventas se dio la media vuelta para mirar a las demás personas que al igual que él esperaban, en ese momento fue cuando hubo una mini-fiesta en la sala de espera, todo el mundo lo estaba felicitando por haberse convertido en padre, otros como por ejemplo Kisa estaba peleando por ser el padrino de los niños e Isaka-san le alegaba al más bajo que él debía ser el padrino, Yokozawa sonrió de lado, una nueva aventura estaba a punto de comenzar.
*****
No sabía como había terminado en la sala de neonatos si ella iba al baño, suspiró, eso ya no importaba mucho, Hiyori pegó su vista en el cristal que la separaba a ella de los bebés recién nacidos que estaban en lo que parecían ser cunas, ¿Quiénes de todos esos bebés eran sus "hermanos"? Le era algo raro decirles así, pero tanto como el castaño y el de cabello negro le aseguraron que los gemelos iban a ser sus hermanos menores. Con la mirada buscó a esos niños y ahí fue cuando los vio, dos niños de cabello negro como la noche compartiendo una misma cuna durmiendo profundamente, estaban en la segunda hilera, ella estaba muy segura de que ellos eran Yamato y Hisoka, y eso era la único que importaba, los miró fijamente por interminables minutos, estaba realmente fascinada por los hermosos que eran esos bebés.
—Estoy seguro de que serás una gran hermana mayor.
Un momento... esa voz, la conocía muy bien.
—¡¿Papá?! —vociferó dándose la vuelta, pero no había nadie más que ella en esos pasillos, bajó la mirada y sintió como sus mejillas se humedecían, vio como algo cayó de su cabeza y lo tomó con la palma de su mano, era una pluma blanca, parecía una pluma de las alas de un ángel, y también en esa había ciertos brillos de color dorado, sonrío un poco, entonces a quien había escuchado si era la voz de su padre—
*****
Onodera despertó al sentir como alguien besaba su cabeza, aún algo noqueado abrió sus ojos verdes lentamente, cuando su vista se aclaró por completo vio que a un lado suyo estaba Yokozawa, el cual lo miraba con una sonrisa amorosa mientras tenía su mano agarrada, le devolvió la sonrisa y luego volteó hacia en frente donde estaban sus padres los cuales lo miraban con un inmenso orgulloso.
—Lo hiciste muy bien, hijo. —dijo su padre sonriéndole— Tu madre y yo estamos muy orgullosos de ti... —el señor Onodera se acercó a su hijo para revolverle los cabellos frenéticamente—
—Y... ¿dónde están mis bebés? —fue lo que Ritsu dijo, aún se sentía bastante cansado, pero el querer ver a sus hijos hacía que sus fuerzas regresarán a él—
Hiyori entró al cuarto lentamente y se sentó en una esquina de este y a los pocos minutos entró una enfermera manejando una cuna con ruedas, la de uniforme blanco se acercó a la cama del castaño y colocó a los dos bebés en los brazos de Onodera, el castaño no podía dejar de mirar a sus bebés, eran exactamente como los había soñado, sin poderlo evitar derramó un par de lágrimas de felicidad.
—Son hermosos... —dijo Ritsu— Se parecen mucho a ti, Yokozawa...
El de ventas, nuevamente plantó un beso en la cabeza del castaño mientras sonreía de igual forma, en ese momento no había nada más importante que su familia.
Continuará...
¡Hola! Por fin, después de un mes, les traigo un nuevo capítulo, lamento la tardanza pero ya saben, uno tiene que salvar el semestre ;-; es un capítulo corto, pero intentaré que el siguiente sea más largo y tengo más salseo y todas esas cosas que yo sé que les encantan 7u7, menos lemon, porque no me sale xD
Bien, calmados, el tipo que quiso besar a Yoko no será antagonista, el único antagonista aquí es Bakano, el otro tipo será para otra cosa, una sorpresa 7u7r lo sabrán cuando sea el final del fic.
Well, muchas gracias a todos lo que leen, comentan y votan, los amo con todo mi kokoro ♥♥♥♥♥
Ah, y se acerca uno de los momentos más esperados, coming soon :3
Y ya no tengo mucho que decir, así que me despido
Nos leemos
¡Bye!
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