39 - Hiyori


Aunque nadie le creyera, Hiyori sabía muy bien que su padre, a pesar de estar en un lugar mucho mejor, siempre cuidaba y protegía de ella, incluso había veces en las que podía sentir su presencia, no lo podía ver pero si lo podía sentir y también escuchar, y aunque físicamente él no estuviera con ella y le hiciera falta físicamente, espiritualmente él estaba siempre con ella. La adolescente suspiró pesadamente dirigiendo su mirada hacía el techo intentando retener las lágrimas que tarde o temprano amenazaban salir de sus ojos, velozmente las retiró y tomó bastante aire tratando de tranquilizarse a sí misma, ese no era ni el momento ni el lugar para ponerse triste, ella ahora tenía una misión que cumplir, y esta era encontrar a su Onii-chan.

Volvió a dirigir su vista hacía el trozo de papel que tenía entre sus manos, en la recepción le habían dados unas indicaciones no tan claras para llegar al departamento de ventas, y le quiso preguntar al hombre con el que se había cruzado algunos momentos atrás, pero por alguna razón este no le inspiró nada de confianza. Había salido de la escuela una hora antes de lo habitual, pero en lugar de ir a casa, tomó la decisión de buscar a quien fue pareja de su padre. Tomó una gran bocanada de aire antes de volver a caminar por los, según ella, interminables pasillos de la editorial.

Así los minutos y las horas pasaron sin que ella se diera cuenta, subiendo y bajando escaleras, entrando a los elevadores, deteniéndose en cada área distinta que veía en su camino para preguntar indicaciones, hasta que finalmente, ella llegó a su destino, paró sus pasos en seco, cuestionándose a sí misma si preguntar o no, ¿cómo reaccionaría su Onii-chan al verle después de tanto tiempo? ¿Se alegraría de verla? ¿Estaría molesto? ¿O simplemente haría como si no la hubiera visto? Al percatarse de sus pensamientos sacudió la cabeza repetidas veces tratando de quitarse todas esas incógnitas de la mente, no tenía por qué sacar conclusiones antes de tiempo.

Llenándose de valor comenzó a dar pasos hacia adelante acercándose lentamente hacia la entrada del departamento de ventas, detuvo sus pasos frente la puerta aun titubeando; la chica se colocó de puntitas, asomando su mirada por la puerta, examinando uno por uno a todos los trabajadores que estaban en era área, pero no pudo encontrar a la persona que estaba buscando, pero no por eso se iba a rendir tan fácilmente, estiró su mano hacía la perilla de la puerta con toda la intención de abrirla, sin embargo, en ese momento todo el valor que la estudiante había acumulado se fue por un tubo, bajó su mano velozmente y se dio la media vuelta; no podía hacerlo. No tenía caso, era muy posible que su Onii-chan ya tuviera a otra persona en su vida, estaba claro que él no iba a estar toda la vida de luto por su padre, seguramente el de ventas ya estaba con alguna linda chica y tuviera una familia, y ella no iba a interferir en algo que ya no era de su incumbencia.

Hiyori caminó por donde había venido con anterioridad a pasos rápidos, debía regresar rápido a casa antes de que sus abuelos se preocuparan más, ella estaba segura de que sus abuelos aún la esperaban y que muy posiblemente estarían pensando lo peor, tendría que pensar en una muy buena excusa para justificar de porque no había regresado a casa a la hora que era. La adolescente salió de la editorial, vio que el semáforo estaba en color rojo por lo cual no dudó en cruzar la calle, pero justo cuando iba en medio de la misma, ese estúpido artefacto cambió de color a verde, la chica no reaccionó con el tiempo necesario para acelerar y correr hacia el otro lado de la calle, se quedó ahí, estática, sin saber que hacer o donde ir, tal vez esperando que algún auto la mandará a volar o que pasará por sobre ella, pero no fue así, la chica parpadeó confundida, un auto que a simple vista se veía bastante lujoso paró frente a ella, del vehículo salió un chico castaño de hermosos ojos verdes, arrugó su vista, ese chico... sentía que lo había visto en algún sitio, ¡ya lo sabía! Él era una de las personas que había asistido al funeral de su padre, pero no sabía de nombre, Hiyori observó como el chico se acercaba a ella.

—Hola, ¿te encuentras bien? —preguntó el castaño con voz tranquila, agradecía haberla visto justo a tiempo y haberle dicho al chofer que frenara, si no se hubiera metido en un grave problema con la familia de la chica—

—Eh... —Hiyori dudó varios segundos si responder o no— Si, no se preocupe, estoy bien, el auto no alcanzó a rozarme. —respondió ella con una sonrisa, vio como el castaño suspiró con lo que parecía ser alivio—

—Lamento que hayas pasado por esto. —dijo Ritsu con algo de vergüenza—

—¡No, no, no! Nada de eso —la chica comenzó a mover sus manos, haciendo un ademán de negación— Fue mi culpa por estar distraída, no vi cuando el semáforo cambió a verde...

—Entonces no hay ningún problema... —dijo Onodera sonriendo, luego vio en donde se encontraba— ¿Buscabas a alguien en la editorial? —volvió a soltar otra pregunta—

—Yo... así es, pero no lo encontré, por eso regresaré a casa. —aquello era algo intermedio, medio verdad y medio mentira, era verdad que no lo había encontrado, pero tampoco quiso seguir buscando—

—Ritsu, hijo, ¿por qué tardas tanto? ¿Qué sucede? —la madre del castaño también salió del auto, confundida y preguntándose porque su hijo se estaba tardando tanto, el clima amenazaba que tarde o temprano, en cualquier momento iba a comenzar a nevar—

—Oh, nada mamá, ya voy... —contestó Onodera, luego tomó la mano de la chica e hizo que entrara dentro del automóvil, la estudiante se desconcertó demasiado— No te preocupes, vendrás conmigo a mi casa, Hiyori...

¿Qué? Un momento, ¿había escuchado bien? Ese chico sabía su nombre, ¿pero cómo? No lo entendía, subió al auto sin decir absolutamente nada, acababa de darse cuenta de que su celular no tenía batería y por lo tanto, no podría llamar a sus abuelos, suspiró, el castaño y su madre parecían ser buena gente, así que no tendría nada que temer, a excepción de saber cómo aquel castaño sabía su nombre, eso sí que la dejó bastante asustada.

Onodera estaba mirando la calle por la ventana de automóvil, apoyando su barbilla con una mano mientras su codo reposaba sobre la puerta del coche, ignorando a su madre, la cual después de haberlo acompañado a su consulta mensual, no dejaba de hablar y hablar sobre la llegada de sus futuros nietos, la mujer parecía mucho más emocionada que él, que iba a ser la "madre" de los gemelos, el chico de ojos verdes dirigió su mirada disimuladamente hacia la chica que estaba a un lado suyo, en este momento se estarán preguntando como fue que él sabía el nombre de la chica; la respuesta era algo tan sencillo, además de obvio, su pareja en reiteradas ocasiones le había hablado acerca del aprecio que le tenía a la hija de Kirishima, por lo que el nombre de la adolescente se le había quedado muy bien grabado, además él sabía muy bien que Hiyori había ido a la editorial a buscar a Yokozawa, solo que no quiso incomodarla con más preguntas, haría que los dos tuvieran un reencuentro después de tantos años, estaba seguro que Yokozawa estaría muy feliz de volver a verla y viceversa. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de la estudiante.

—Disculpe... eh...

—Ritsu. —dijo el castaño con una sonrisa— Puedes decirme Ritsu, Hiyo-chan.

—Entonces, Ritsu-san, ¿puede responderme cómo es que sabe mi nombre? —Hiyo buscó las palabras exactas para formulas, no quería verse asustada en lo absoluto—

—Oh, con qué es eso, bueno, digamos que alguien muy especial para ti me lo dijo. —Esa respuesta solo dejó más dudas en la de cabello claro, necesitaba una respuesta más concreta, pero el de ojos verdes le ganó la palabra— No te puedo decir nada más por ahora, es una sorpresa.

Tal y como nos lo imaginamos, la estudiante quedó completamente inconforme con esta respuesta, suspiró mirando por la ventana, no le quedaba más opción que ser paciente.

—¿Le puedo hacer otra pregunta?

—Acabas de hacerme una. —respondió Onodera riendo—

—Buena, otra pregunta después de la que ya hice. —Hiyori frunció el entrecejo—

—Adelante.

—¿Ha considerado en hacer dieta? Lo veo un poco gordo... —dijo ella de forma inconsciente, la pobre criatura no sabía lo que escondía ese vientre abultado, sin embargo, para el chico embarazado, esas palabras fueron como un knockout directo a su orgullo y al buen humor que tenía antes de escuchar esas palabras, Ritsu bajó la mirada y aparentemente una nube negra con rayos y agua se posó sobre su cabeza—

El celular de Onodera comenzó a sonar con el tono que tenía solamente para los mensajes, el castaño sacó el aparato y vio el nombre de su pareja en la bandeja de mensajes, el chico se apresuró a leer para después contestar. Así permanecieron mandándose mensajes mutuamente por varios minutos, hasta que Ritsu se animó a hacer una última pregunta. Esta era...

"Takafumi, ¿estoy gordo?"

Y mientras tanto, Yokozawa, desde su lugar de trabajo al leer ese mensaje, escupió el café que se estaba bebiendo, mierda, sabía que tarde o temprano su castaño iba a hacer esa maldita pregunta, pero no pensó que sería justo en ese momento y mucho menos que sería por medio de un mensaje, tenía miedo en contestar, sabía que si le decía que no estaba gordo, este lo tacharía de mentiroso y comenzaría a llorar si cesar y si le respondía la verdad, (aunque en realidad no estaba gordo, estaba embarazado, lo cual era muy distinto) todo iba a terminar exactamente igual, con Onodera llorando, pataleando y un muy desconcertado Yokozawa el cual no sabría qué hacer para que su pareja se tranquilizará, era demasiada maravilla que en los primeros meses Ritsu no presentará ningún cambio de humor. Decidió no contestar ese mensaje, guardó su celular y volvió al trabajo, en cuanto saliera iría a casa de los padres de Onodera y ahí hablaría con él, además, Ritsu le había comentado que le tenía una sorpresa especial, eso lo tenía lleno de curiosidad, ¿qué tipo de sorpresa sería?

El castaño de ojos verde frunció el ceño al sentirse ignorado por su pareja, ¿quién se creía ese imbécil para no responderle los mensajes? ¿eso quería decir que si estaba gordo? Quiso ponerse a llorar ahí mismo, pero no se lo iba a permitir, por lo que solo cruzó los brazos e infló sus cachetes formando un puchero.

Hiyori miró al chico que estaba a su lado, por una última vez, la señora Onodera muy amablemente le había contado todo, por lo que se sintió muy culpable por su comentario, pero no sabía cómo disculparse sin alterar más al chico, ¿quién sería el padre de los bebés que Ritsu esperaba? Había tantas preguntas que quería hacer, pero sería prudente y paciente, en cuanto llegaran a su casa podría hacer todas las preguntas que ella quisiera. Así pasaron varios minutos hasta que finalmente llegaron a la casa de la madre de Onodera, la estudiante estaba realmente fascinada, el panorama era como el que solía ver en las películas.

El auto se estaciono y obviamente, Hiyori fue la primera que bajo, rápidamente se colocó su suéter, hacía demasiado frio, cuando vio al chico embarazo cerca suyo se acercó a él muy lentamente y cuando le dirigió la mirada, le dijo que lo sentía, estaba muy avergonzada por haber hecho esa pregunta ni siquiera saber el contexto que había detrás de la condición del castaño, vaya sorpresa que recibió ella cuando el chico aceptó sus disculpas, ahora se sentía un poco más aliviada.

—Hiyori, cariño, ayúdame a poner la mesa por favor. —dijo la madre de Ritsu sonriendo con dulzura, la chica asintió con la cabeza con mucho gusto, tomó unos cuantos platos y comenzó a acomodarlos sobre la mesa—

Ambas terminaron con la mesa y se sentaron en el sofá para seguir hablando, las dos con una taza de té caliente en sus manos y galletas, en ese momento alguien llamó a la puerta.

—No se preocupe, yo abro. —dijo la chica con una sonrisa, se levantó de su asiento y velozmente corrió hacia la puerta, Hiyori se quedó estática al ver a la persona que estaba en frente suyo, sin proponérselo, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos y se lanzó a los brazos de la persona que no veía desde hace varios años—

Yokozawa no podía estar más sorprendido, frente a él estaba esa adorable niña, que ya era toda una adolescente, la cual había querido como a una hija, sin pensarlo dos veces correspondió el abrazo, así que esta era la sorpresa que Ritsu le tenía preparada.

********

No podía creer que esto le estuviera pasando a él, ya hacia un buen tiempo desde el primer beso que Usami y él habían comportado, si, fue accidental pero eso no le quitaba que fuera un beso, ¿y qué pasó después de eso? Se preguntarán, en el mangaka comenzó a nacer un nuevo sentimiento hacia el escritor, que más temprano que tarde se dio cuenta de que se trataba de un sentimiento romántico, así es, se había enamorado de Usami Akihiko y sin que él pudiera hacer algo para evitar que eso sucediera, no lo podía creer, ¿en serio se había enamorado tan rápidamente? Al parecer si, pero es que... simplemente con que el escritor lo viera con esos penetrantes ojos lilas lo hacía temblar como una gelatina.

Pero... había un problema, y uno muy grande.

Akihiko no sentía lo mismo por él, ¿cómo lo sabía? Fácil, todos los días, el de cabello plateado tenía encuentro con chicos diferentes, ver como Usami besaba con pasión a esos tipos de rompían el corazón, deseando fervientemente en su interior ser alguno de esos chicos, Kyo suspiró mientras baja de su auto junto a las bolsas de las compras, entró a la casa y nuevamente, la horrible escena de todos los días, cerró los ojos tratando de no ponerse a llorar ahí mismo, fue a la cocina y dejó las compras en una mesa, luego subió las escaleras, se encerró en su cuarto donde dejó que su llanto cayera sin límites. Sin darse cuenta, cayó profundamente dormido.

Despertó lentamente, vio la hora en el reloj, faltaba media hora para las 10 de la noche, con pereza se levantó de su cama y salió de su habitación, moría de hambre, talló sus ojos y justo antes de que comenzará a bajar las escaleras, escuchó ruidos que honestamente jamás hubiera deseado escuchar, ¿saben a lo que me refiero? Exacto, eran gemidos. Los ojos de Ijuuin se llenaron de lágrimas, ¿por qué la gente tenía que sufrir por amor? ¿Por qué todo era así de complicado? Eran preguntas lanzadas al aire que no iban a tener jamás una respuesta.

Bajó las escaleras de a dos y dejó caer su cuerpo en una de las sillas del comedor, frente a él había una botella de licor, tal vez sus penas iban a desaparecer con el alcohol, la botella fue abierta y Kyo la bebió de un solo sorbo. Así continuó hasta la una de la mañana, ahí estaba el mangaka con mal de amores, a punto de caerse de la silla por lo borracho que estaba, en la radio se escuchaba una canción.

—¿Qué tengo que hacer para que me quieras como yo te quiero a ti? Aunque sea solo un poquito... —murmuraba— ¿Qué tengo que hacer... Usami-san? —dicho esto último, nuevamente Ijuuin cayó profundamente dormido—

Pero de lo que él no se dio cuenta, es que el escritor estaba atrás suyo, no podía creer lo que acababa de escuchar.

Continuará... 

Si, señoras y señores, sigo con vida -hace reverencia- ¿O qué? Creyeron que se iban a librar de mí? Pues no >:v

Aún tengo mucho que darle a esta historia uwu ♥♥

¿Saben? Estoy pensando en embarazar a otro chico más, adivinen quién :v

Bien, pues hoy no tengo mucho que decir, solo que los amo mucho, bbs ♥♥♥

Ah, y que a lo mejor si le pongo pareja a Misaki (?) aun no lo sé y que Usagi va a tomar un comportamiento medio culero, pero ya lo verán más adelante.

Por cierto, ¿les gustan los nombres que les puse al elenco? xD

Kirishima: ¿Están ahí mis vidas? ¿Me oyeeen? ¿Me escuchaaan? :v tikitikitiki

Ah y una pregunta, ¿cómo quieren que Takano descubra a Yoko y a Ritsu?

Weno, ahora si me despido

Nos leemos~

¡Bye! :33

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top