35 - I Love You

Yokozawa estaba en una junta importante en otra editorial que quedaba en otra ciudad cuando recibió una llamada, la primera vez no le dio la importancia necesario e ignoró el sonido de su celular, después atendería la llamada, pero eso no paró allí, cada vez más su celular hacía todo tipo de ruidos existentes, mensajes, llamadas, su correo electrónico; por lo que no tuvo otra alternativo que salir a mitad de la junta y caminar hasta un sitio donde no hubiera gente para poder gritarle al idiota que le estaba marcando, de mala gano se sentó en una banca sacando el teléfono, encendió la pantalla del mismo y se sorprendió mucho al ver la cantidad exorbitante de notificaciones que ese pequeño aparató tenía. Primero abrió la bandeja de mensajes, extrañamente todos eran de Hatori, los abrió y comenzó a leerlos.

"Yokozawa-san, necesito que venga rápido."

"¿Por qué no contesta?"

"Por favor comuníquese conmigo."

"Es de vida o muerte, por favor."

"Es muy importante."

Esos y muchos más mensajes eran los que estaban en su mensajería, al leerlos él quedó muy desconcertado y confundido, pues no entendía absolutamente nada, ¿a qué se refería con eso de es de vida o muerte? Por su cabeza pasaron un sinfín de cosas que no eran muy agradables de digamos, rápidamente sacudió su cabeza sacando esos tontos pensamientos, seguramente era una exageración de partes de esos editores de manga, sí, eso debía ser, no tenía que ser tan negativo. Todo en Marukawa estaba bien, ese trio de idiotas estaban cuidando de su familia, eso era seguro. Takafumi se levantó de donde se encontraba sentado para volver a esa junta, había salido para nada; justo cuando iba a dar el primer paso, su celular sonó, estaba molesto y sin embargo suspiró tratando de calmarse, levantó el aparato y vio el contacto en la pantalla, nuevamente se trataba de Hatori, presionó el botón verde y contesto.

—Dime. —habló el ojiazul con seriedad, esperando que esa llamada le dijera algo que valiera la pena—

—... Onodera tuvo un accidente y está en el hospital. —Esas palabras hicieron que Yokozawa se quedara como piedra, eso no podía ser cierto, apretó el pequeño aparato que tenía en su mano derecha con fuerza, casi al punto de romperlo, pero en ese instante recordó que aún tenía que continuar con la llamada, tenía que saber todo lo que ocurrió—

—¿Qué pasó? —fue lo único que atinó a preguntar, ahora no le importaba esa jodida junta, su prioridad era llegar lo antes posible a la ciudad—

—Al parecer cayó y se golpeó con fuerza, o mejor dicho, lo empujaron....

—¡¿Quién lo empujó?! —gritó completamente enojado, se podría jurar que de sus oídos salía humo, iba a matar al responsable de la manera más cruel e inhumana posible, le valía un carajo terminar en la cárcel por asesinato—

—Fue Takano.

La furia recorrió todo su ser, alguien iba a terminar 20 metros bajo tierra, o en un barranco donde nadie iba a encontrar su cuerpo, al percatarse de sus pensamientos homicidas puso su mente en blanco, debía tener la cabeza en su sitio y lo más fría posible, pero no podía, ¿qué iba a ocurrir si su Ritsu perdía a los gemelos? O peor aún, ¿Si los perdía a los tres? Eso era algo que jamás se lo iba a perdonar a su examigo, ni a Isaka-san ni mucho menos a esos editores de pacotilla, suspiró, él sabía que el único culpable en esa situación era Takano, pero no podía pensar con claridad; lo último que Hatori dijo fue el nombre del hospital y colgó, su cerebro le dio la orden de moverse para ir por sus cosas y conducir a toda velocidad lo antes posible. Dio un paso y chocó con una persona, estaba a punto de abrir la boca para reclamar y vio una mano extendiendo sus cosas, las cuales estaban en la sala de juntas, levantó la mirada, encontrándose con cierto Ángel que ya todos conocemos.

—No digas nada, sube al auto, ahora.

La orden no tardó en ser acatado, de un momento para otro, ya estaba en la carretera conduciendo a toda velocidad, pasándose muchos semáforos en rojo, rebasando a otros automóviles, Kirishima estaba asustado, no quería que ocurriera algún accidente, de vez en cuando le decía que bajara la velocidad, aunque claro, este no le hacía caso en lo absoluto.

—¡CUIDADO! —Gritó Kirishima al ver como Yokozawa estaba a punto de chocar con otro automóvil que venía en el sentido contrario, para su fortuna, el de cabello oscuro reaccionó y con algunas maniobras logró esquivar al otro coche, el que manejaba suspiró lleno de alivio—

—Eso estuvo cerca... —dijo Yokozawa mientras seguía conduciendo—

Al ángel le salió una vena de molesta en su frente, apretó sus puños con toda la intención de darle un buen coscorrón al conductor, pero se apresuró a calmarse, respirar y contar hasta diez para luego volver a acomodarse en el asiento trasero, definitivamente un día de estos iba a revivir solo para volverse a morir, pero en esa ocasión su muerte no sería a causa de un accidente de auto, sería un infarto el que acabará con su vida de nuevo.

*****

Se encontraba tirado en un lugar completamente desconocido para él, miró para todos lados y, ¿había flores? Si, eran muchas de flores de todos los colores habidos y por haber, se sentó en el suelo para a continuación ponerse de pie, una vez parado, Ritsu observó el panorama de mejor manera; estaba en un hermoso campo de flores, era un lugar muy tranquilo, el sol brillaba con intensidad pero el clima era fresco y agradable, el castaño se fijó en sus ropas, están eran completamente blanca y para su sorpresa estás estaban impecables a pesar de haber despertado tirado. Inconscientemente tocó su vientre percatándose de algo, este estaba completamente plano, tal y como estaba hacía ya algunos meses atrás, mucho antes de enterarse de ese peculiar cambio que tuvo su cuerpo; por alguna razón, no sintió miedo alguno, seguramente era culpa de ese campo que hacía que todas sus emociones negativas no salieran a flote, estaba tan tranquilo.

Lentamente comenzó a caminar, explorando ese bonito sitio con la mirada, era la naturaleza a su máximo esplendor, montañas, árboles y un gran lago se veían a lo lejos, cerró los ojos dejando que la brisa golpeará su rostro y luego aspiró el aroma de las flores, Onodera dejó de caminar cuando vio algo que llamó su atención, había un gran árbol entre ese gran campo de flores, era el único que estaba cerca de donde él se encontraba, examinó el árbol con su mirada, viéndolo fijamente de abajo hacia arriba. Nuevamente el castaño iba a caminar pero se detuvo cuando escuchó unos pasos acompañados de, ¿ladridos?

El de ojos verdes no tuvo el tiempo necesario para reaccionar y caminar, de entre las flores salió un perro enorme saltando hacía él, el peso del perro pudo más y Ritsu terminó tirado en el suelo de nuevo, el canino movía su cola de forma energética mientras lamía el rostro del castaño frenéticamente.

—Hey amigo, ya basta. —el editor colocó una mano en el hocico del perro tratando de alejarlo de su rostro, eso funcionó, se sentó en el suelo y el perro imitó la acción, seguía moviendo la cola con la lengua de fuera, Ritsu sonrió al notar que el canino era amistoso— Muy bien, ¿cuál es tu nombre? —preguntó el castaño antes de mirar la placa que tenía el collar de color rojo del animal— Te llamas...

—¡Astro! —una voz pequeña y aguda se hizo presente llamando la atención de Onodera, el dueño de esa voz era un niño de aproximadamente unos cinco años, si los cálculos del editor no le fallaban, tenía el cabello negro, oscuro y brillante como la noche misma y al igual que él, estaba vestido de blanco en su totalidad, el pequeño se acercaba cada vez más a donde él se encontraba sentado, a unos pocos pasos de llegar, el niño tropezó con una piedra que estaba en su camino, este cayó al suelo y más temprano que tarde, los llantos se hicieron presentes—

Ritsu, preocupado no tardó mucho para acercarse al más pequeño y cargarlo, haciendo alguna clase de intento para que dejará de llorar, luego de algunos segundos, los llantos cesaron, el niño se quedó acurrucado en Onodera mientras abrazaba su cuello como si su vida dependiera de él; el castaño caminó hasta llegar a una roca grande, se sentó ahí y sentó a ese niño en sus piernas, Astro no tardó mucho en seguirle y ponerse a su lado.

—¿Ya estás mejor? —preguntó Ritsu—

—Si, muchas gracias... —el niño talló sus ojos y por primera vez, vio fijamente a Onodera, el editor se llevó una enorme sorpresa al darse cuenta de algo, ese niño tenía su mismo color de ojos, parpadeó, pensando que se trataba de una mala jugada de su mente, pero no fue así... el de cabello negro sonrió ampliamente, al darse cuenta de exactamente lo mismo— ¡Tenemos los mismos ojos! —señaló con su pequeño dedo—

—Así es... —el editor también sonrío, ese niño tenía algo que lo hacía sentir bien— Dime, ¿Cuál es tu nombre?

—Mi nombre es Hisoka, ¿y el tuyo? —los ojos verdes del menor brillaban debido a la curiosidad, su padre le había dicho que no hablará con gente extraña, ya que a veces la gente no tenía buenas intenciones, pero para él, el castaño le era familiar de algún sitio, no sabía de donde, pero sentía que lo conocía desde siempre—

Ritsu lo miró de manera interrogante, era una muy grande coincidencia que ese niño se llamará igual a uno de sus gemelos.

—Yo me llamo Ritsu. —se presentó tomando la mano de Hisoka y apretándola levemente— Es un gusto conocerle, joven Hisoka. —bromeó un poco, el niño comenzó a reír— ¿Dónde están tus padres?

—Papá debe estar con mi hermano, yo me separé de ellos cuando Astro salió corriendo... —explicó el niño poniendo un dedo en su boca mientras miraba hacia el cielo—

—Ya veo... —murmuró nervioso— ¿No quieres que te ayude a buscarlos?

—No... Yo me siento tranquilo a tu lado, no te vayas por favor.

Hisoka se recostó en el regazo de Onodera, estar con él era como un tipo de calidez familiar que a él le gustaba mucho, le recordaba a su padre y hermano, cerró los ojos al sentir las manos de Ritsu tocando su pelo.

—Contéstame algo pequeño, ¿tu hermano es idéntico a ti y se llama Yamato? —preguntó con un leve toque irónico, esperando alguna respuesta negativa, el pobre chico casi se atraganta con su propia saliva cuando el niño le respondió—

—¡Si! ¡¿Cómo lo supiste?! —la respuesta fue energética, los ojos de Hisoka brillaban con intensidad, sin duda eran iguales a los de él—

En ese momento la cabeza de Ritsu dio demasiadas vueltas, todo el paisaje se distorsionó ante sus ojos, no sabía que estaba pasando, sujetó su cabeza cerrando los ojos, pero al abrirlos, todo se volvió oscuridad.

*****

Abrió sus ojos de golpe, rápidamente se dio cuenta que estaba en el hospital, los recuerdos de su pelea con Takano estaban presentes... sus bebés, ¿dónde estaban sus bebés? Un sentimiento de angustia lo invadió y sin poderlo evitar, derramó algunas lágrimas, no sabía si eran lágrimas de tristeza o lágrimas de coraje hacía Takano, ese maldito cobarde lo había empujado, sabía que el parte la culpa caía sobre él por haberle contestado, pero ya no era más ese Onodera que se dejaba humillar por el malparido de su jefe, se apoyó en la cabecera de la cama de hospital y respiró profundamente, necesitaba pensar con claridad, el doctor no había llegado a su habitación todavía y la palabra del médico era crucial para saber si mataría a Takano en cuanto pusiera un pie fuera del hospital o lo dejaría vivir para luego observar como el karma se encargaba de aplastarlo como una vil e insignificante mosca. El castaño limpió las lágrimas con el dorso de su mano, cerró los ojos y recordó aquel sueño que había tenido, una sutil sonrisa se dibujó en sus labios, ¿así qué esa sería la apariencia de sus gemelos? ¿Cabello negro y ojos verdes? Sin duda serían encantadores.

La puerta de su habitación se abrió de golpe, eso lo asustó un poco pero rápidamente se tranquilizó al ver de quien o mejor dicho, de quienes se trataban. Frente a él estaban Kisa, Mino, Hatori e ¿Isaka-san? Eso si era una sorpresa. Kisa lo miró con algunas lágrimas en los ojos antes de correr hacía él y abrazarlo con fuerza, casi al punto de dejarlo sin aire.

—Hey Kisa-san, ya déjalo, lo vas a lastimar. —dijo Hatori agarrando a Kisa del cuello de su camisa para alejarlo de Ritsu—

—Lo siento Ricchan, creo que me emocioné por verte... por verlos bien. —sonrió mientras rascaba su cabeza—

—No te preocupes Kisa-san... —le contestó mientras acariciaba su vientre por encima de las sabanas, eso significaba que Hisoka y Yamato estaban bien, miró de reojo a la gente que lo estaba acompañando, alguien hacía falta— ¿Dónde está Yokozawa?

—No debe tardar en llegar. —Afirmó Isaka-san cruzado de brazos y con los ojos cerrados— Lo siento tanto Onodera, todo esto fue mi culpa, no debí pedirte que regresarás a Emerald... —la disculpa había sido sincera, él jamás pensó que el castaño tuviera tan especial condición, fue cuando los demás editores de Shojo se lo explicaron cuando se percató del error que había cometido—Como compensación, te daré vacaciones el tiempo que resta de tu embarazo, además de los días que necesites para recuperarte cuando tus hijos nazcan, hablaré con Usami-sensei para que vuelvas a trabajar con él...

—Por favor Isaka-san, nada de eso es necesario. —Ritsu se negó rotundamente— Por otra parte, no me gustaría volver a meterme en problemas con Usami-sensei... —aún sentía cierto resentimiento hacía el escritor, lo había despedido por una razón totalmente estúpida y sin sentido—

—Créeme, ya no los tendrás.

Todos voltearon hacía la dirección donde provenía la voz, se quedaron boquiabiertos al ver a Usami-san apoyado en el marco de la puerta, traía puestos unos lentes oscuros los cuales retiró dejando ver una mirada cansada, llena de ojeras y algo de color rojizo.

—¿U-Usted que hace aquí? —preguntó Ritsu algo desconcertado—

—La noticias en la editorial corren como la pólvora, ¿sabes? —el escritor suspiró mientras se cruzaba de brazos y se adentraba a la habitación del castaño— Me enteré porque Aikawa escuchó a Yokozawa decirles a tus compañeros, Aikawa se lo dijo a Ijuuin-sensei y él me lo dijo a mí.

Onodera se hundió más en su cama, no podía creer que ahora todo el mundo lo supiera, quería que la tierra se lo tragará ahí mismo, desparecer, cambiar de apariencia, nombre y apellido, ¡hasta cambiar su tipo de sangre! Si es que eso era posible, al parecer todos notaron el estado de Ritsu por lo que dijeron y prometieron que no abrirían la boca de más, algo que él agradecía profundamente.

—¡Espera! —exclamó Isaka— ¿Dijiste que Ijuuin-sensei te dijo? Pensé que no se llevaban bien.

—Decidimos... ¿hacernos amigos? —contestó Akihiko con algo de dudas— Además creo que se autoinvitó para mudarse a mi casa, parece que no quiere que vuelva a acabar con mi miserable vida.

"Acabar con mi miserable vida". Esas cinco palabras fueron las únicas que llegaron a los oídos de Ritsu, tocó su cuello, el lugar donde reposaba aquella cicatriz, esa cicatriz que dio inició a otra historia en su vida, un libro en blanco donde él tenía que plasmar con su puño y letra esa nueva historia.

—¿Pueden dejarnos solos? —atinó a decir el castaño, las cinco personas que estaban con él lo miraron con un aire interrogativo— Es decir, a Usami-sensei y a mí. —sonrió algo nervioso y sonrojado, olvidó ser especifico—

Los editores y el director asintieron con la cabeza y salieron de la habitación, no sin antes cerrar la puerta, Onodera señaló una silla, lo que Akihiko entendió como un "Toma asiento". Usami hizo caso y se sentó a lado del castaño.

—Dime, ¿de qué quieres hablar?

—¿Usted también intentó suicidarse? —respondió con otra pregunta y soltó un suspiro—

—Si... Espera, ¿esa cicatriz en tu cuello...?

—Así es... —Quitó la mano de su cuello y mostró una cicatriz ya cerrada— Al igual que a usted, también me vieron la cara idiota. —una sonrisa amarga adornó el rostro del castaño, ¿por qué su mente siempre insistía en que tenía que recordar ese acontecimiento?— Cuando decidí confesarle a Takano mis sentimientos hacía él, me lleve una sorpresa y no en el buen sentido... Me rechazó y aparte me enteré de que tenía una relación con Takahashi... Eso me afectó de manera negativa, estaba tan triste que lo único que pasó por mi mente en ese momento fue tomar un cuchillo y acabar con mi vida.

—Ahora lo entiendo todo, cuando te volviste mi editor, noté tu cicatriz desde el primer día, pero nunca me atreví a preguntar para no incomodarte. —admitió el escritor con cierta aura triste—

—Los primeros días, pensaba que mi vida no tenía sentido alguno si Takano no estaba conmigo, pero fue gracias a Yokozawa que volví a nacer, él fue esa luz que necesitaba en mi mundo de oscuridad, él me ama a mí y yo lo amo a él.

—Me alegra escuchar eso, tú eres feliz a pesar de tantos problemas tuviste... Uno de ellos fue por mi culpa, te despedí sin motivos, yo no sabía nada de tu embarazo, si lo hubiera sabido, si no hubiese sido tan ciego... tal vez el dolor que siento en ese momento no sería tan fuerte, es una herida que tardará mucho tiempo en cerrar —los ojos lilas de Usami-san comenzaron a humedecerse—

—Por favor Usami-sensei, no llore... —colocó una mano en el rostro del escritor y retiró algunas lágrimas—

—Tú también estás llorando.

—Eso no es cierto. —Ritsu tocó su rostro, dándose cuenta de que Akihiko tenía razón—

—¿Sabes algo? Al principio estaba molesto con todo el mundo, Aikawa, Isaka e incluso contigo, me dio mucho coraje que me ocultaran la verdad, pero luego caí en cuenta que lo hicieron para protegerme.

—Pero creo que hice más daño callándolo todo este tiempo. Fue un error de mi parte. —el de ojos verdes bajó la cabeza—

—Todos cometemos errores, Onodera.

*****

Yokozawa llegó al hospital y rápidamente entró a la sala de espera, miró a todos lados, buscando alguna cara conocida, pero no había nadie, suspiró, tratando de tranquilizarse, se sentó en una de las sillas de la sala de espera, el de ventas estaba tan desesperado y ansioso que en ningún momento le pasó por la cabeza ir a la recepción para preguntar cómo estaba su castaño o en que habitación estaba.

Las puertas del ascensor se abrieron, por inercia, Takafumi giró su cabeza para ver de quién se trataba, se levantó de golpe al ver a Isaka-san entrando a la sala de espera, se acercó a él y lo jaló del brazo para llevarlo a un lugar donde no hubiera tanta gente para comenzar a interrogarlo.

—¿Cómo está Onodera? —se apresuró a preguntar sin despegar su vista de Isaka—

—Hey, ya suéltame, me arrugas el traje... —cuando el de ventas lo soltó se dispuso a hablar— Tranquilo, los tres están bien, aunque claro, el doctor casi nos mata del susto cuando nos dijo que los había perdido, pero solo fue una equivocación.

Yokozawa suspiró muy aliviado, al parecer nada malo había pasado, pero rápidamente su coraje hacía Takano regresó

—¡Voy a matarlo! ¡Nunca nadie va a encontrar su cadáver! —con fuerza golpeó la pared con su puño, provocando un fuerte ruido, un guardia se asomó y lo amenazó con sacarlo del lugar si no se calmaba, de muy mala gana, el de ventas tuvo que controlar su instinto asesino—

—Matar es ilegal, ¿sabes? Y no creo que quieras perderte el nacimiento de tus hijos. —el director de la editorial arrugó el puente de su nariz— Hablaré con él, su actitud no es algo que puedo permitir, y espero que entre en razón.

—Pues más le vale, si no tomaré justicia por mi propia mano... ¿en qué habitación está? Necesito verlo.

—En la 560, pero creo que tendrás que esperar, tiene visita.

—¿Quién está con él? —preguntó cruzado de brazos, impaciente por obtener una respuesta—

—Usami-sensei.

—¿Qué? ¿Y qué hace ese escritor con él? —La forma en la que dijo "escritor" fue despectiva, no le gustaba que estuviera cerca de su castaño, por su culpa Ritsu se había quedado sin trabajo—

—¿Celoso, Yokozawa? —preguntó Isaka con una sonrisa de lado y un toque de burla en su voz—

—Ya quisieras. —En parte Isaka tenía razón, si estaba celoso, pero no lo iba a demostrar tan fácilmente—

Comenzó a caminar hacía el elevador, le importaba un comino todo, necesitaba ver a su pareja en ese mismo instante, Isaka tardó un par de segundos en darse cuenta de lo que ocurría, pero comenzó a seguirlo, no quería que pasará algún tipo de escándalo, o peor aún, que los dientes de alguien (a ese alguien se refería a Akihiko) volaran fuera de su boca.

—¡Hey! ¡Espera!

*****

—Hablando de tus padres, ¿cómo se tomaron la noticia? —preguntó el de cabello plateado lleno de curiosidad, ya se había desahogado con su editor, porque si, Ritsu aceptó la oferta de regresar a trabajar como su editor, ahora tenían una plática amena—

—Pues, al principio fue algo extraño para ellos, no nos creían, pero luego de explicarles todo y enseñarles la ecografía de los gemelos, lo tomaron de la mejor manera, honestamente me sorprendieron, creía que me tacharían de fenómeno o me iban a desheredar, casi al instante quisieron gastar dinero en cosas para sus nietos. —recordó el castaño con una sonrisa, la visita a casa de sus padres no había sido tan mala como lo pensó en un principio, sus padres aceptaban a su pareja y estaban igual de felices que él por la espera de sus nietos, no podía ser mejor—

—Ya veo. —las únicas palabras que salieron de los labios del escritor, alzó su mano viendo fijamente su reloj de muñeca, al parecer su visita había sido más larga de lo que él tenía planeado, ya era hora de volver a casa, se levantó de la silla y se estiró— Onodera, fue un gusto haber hablado contigo, pero ya es hora de irme, luego me contactaré contigo para acomodar los últimos detalles... —en ese momento la puerta se abrió de golpe, la persona que entró era Yokozawa y atrás suyo estaba Isaka que a simple vista parecía que lo estaba regañando, una sonrisa se posó en su boca, haría una pequeña maldad— Nos vemos luego Onodera. —se acercó al castaño y le dio un beso en la mejilla, para luego salir de la habitación—

"Muy bien, eso fue extraño". Pensó Ritsu mientras colocaba una mano en su mejilla besada, podría jugar que el escritor hizo eso solo por pura maldad. En ese instante sus pensamientos fueron borrados cuando sintió como Yokozawa rodeaba su cuerpo con los brazos, el de ventas lo estrujó con fuerza, lo iba a dejar si aire.

—Me... Estás aplastando... —murmuró Ritsu, su pareja se separó y logró respirar mejor—

—Lo siento... —tomó el rostro del menor haciendo que lo mirase fijamente, Onodera se perdió en esa mirada azul como el mar, no lo diría en voz alta, pero la mirada de Yokozawa le encantaba, el castaño sujetó el cuello de la camisa de su pareja, lo jaló hacía él acercándolo y lo besó lentamente, el de ventas no tardó mucho tiempo para corresponder—

Sigilosamente Isaka sacó su celular y tomó una fotografía, sin flash obviamente, no quería que el par de tórtolos se dieran cuenta que habían sido capturados en una foto.

Te amo... —susurró el editor de manera que solo su pareja escuchará, tomó su mano derecha para entrelazarla con la suya, luego recostó su cabeza en el hombro de Yokozawa, y así se quedaron por varios minutos—

Isaka tomó otra foto para luego cerrar la puerta, la pareja necesitaría un poco de privacidad, ahora debía ir a la editorial para hablar seriamente con Takano, esto no se iba a quedar así...

*****

Abrió el grifo del agua, tomó una generosa cantidad de ese líquido y mojó su rostro, imitó la acción repetidas veces, lo cerró y apoyó sus manos en el lavabo mientras se miraba al espejo, las imágenes de Kisa-san coqueteándole a ese mesero y luego besar al doctor ese atormentaban su cabeza, su corazón dolía mucho, hacía ya unos pocos meses que el de cabello negro le había terminado, para Yukina la herida todavía era fresca, pero para el mayor no era así.

No, él no se la pasaba stalkeando a su expareja, o bueno, tal vez un poquito... De acuerdo, a veces si lo seguía, pero la ida a la cafetería y la ida al hospital fueron pura coincidencia, solo en esas dos ocasiones no lo estaba siguiendo, secó sus manos y su rostro con algo de papel, ya estaba un poco más "relajado" por así decirlo, se separó del lavamanos para salir del baño, pero antes de que él se pusiera a caminar, alguien entró y ese alguien no era nadie más que Kisa-san.

Sus miradas se cruzaron por una milésima de segundo, pero para ellos, el tiempo se había detenido, el mayor sintió como su corazón latía con mucha fuerza y su rostro se calentaba, maldita sea, ¿por qué se sonrojaba? Se dio una bofetada mental, la respuesta a su pregunta era muy obvia, todavía amaba a Yukina, lo amaba con locura, ¿entonces por qué no regresaba con él? Se preguntarán, por puro orgullo, él había sido víctima de un malentendido, malentendido donde creyó que su pareja lo había engañado con alguien más, Yukina trató de explicarle pero él no lo escuchó, todo terminó con Kisa dándole una bofetada al menor y gritando: "¡Ya no quiero volver a verte! ¡Termínanos!" Aunque, luego de varios días, Kisa supo que se trató de un error. Miró fijamente a Kou, buscando su mirada, un dolor en el pecho le llegó cuando vio los ojos del chico tan opacos y carentes de emociones, fue su culpa, su maldita culpa. Shouta quiso llorar en ese momento, lo extrañaba demasiado, y ahora que lo tenía en frente no lo dejaría ir.

Pasó a un lado del más alto y antes de que este pudiera salir por la puerta, agarró su brazo para pegarlo contra la pared, luego se puso en frente suyo, acorralándolo, no sabía que estaba haciendo, pero iba a improvisar.

—Disculpe, ¿puede quitarse? —preguntó Yukina con frialdad, como si no lo conociera, eso fue un golpe bajo para el editor de cabello negro—

—No... Yukina, escúchame por favor... —suplicó el mayor, no quería perderlo—

—¡No tengo porqué escucharte! Dime, ¿tú me escuchaste cuando te quise decir que todo fue un error? ¡No! Así que no tengo porque escucharte a ti.

—Pues quieras o no me vas a escuchar... —dijo Shouta sujetando las muñecas de Yukina— Yo sé que cometí un error por no querer escucharte, pero realmente estoy arrepentido y... quisiera volver contigo.

—Qué lástima, porque yo no... ¿por qué mejor no te vas con el mesero ese o con el doctor al que besaste en la sala de espera?

Kisa se quedó boquiabierto y mudo, eso solo significaba una sola cosa.

—¡¿Has estado espiándome?!

—Si y no... —admitió— Las dos últimas veces fueron pura coincidencia, pero otras veces si te he seguido... Eso no viene al caso, ya lo dije, no regresaré contigo, aunque quiera —lo último fue un susurro que él solo escuchó—

—Entonces no me dejas otra opción... —sin pensarlo dos veces, Kisa rodeó el cuello de Yukina y lo besó apasionadamente—

Kou quedó en shock por algunos segundos, pero luego correspondió al beso, estuvieron así por algunos segundos, pero tuvieron que separarse por la falta de aire, Yukina miró fijamente a Shouta, el cual estaba llorando.

—Ten en cuenta esto, no me importa que me odies con todo tu ser, yo nunca voy a descansar hasta que me perdones, ¿y sabes por qué? Porque te amo, ¡te amo maldita sea! Siempre te voy a amar. —el editor se dio la media vuelta dispuesto a irse de ese lugar, pero los brazos de Yukina le impidieron moverse, algo líquido cayó en sus hombros, eran las lágrimas del menor—

Permanecieron así, sin decir ninguna palabra, pero ambos con un pensamiento similar.

"¿Podré perdonarlo?" —pensó Yukina.

"¿Me va a perdonar?" —pensó Kisa.

Continuará...

¡Hola! Espero que el capitulo de hoy les haya gustado mucho :3 ♥

Este es un capítulo largo, la computadora está caliente 7u7 ok no xD

¿Que les pareció el sueño de Onodera? Por fin sabemos como será la apariencia de los gemelos :3

Gracias a -BlackParadise32, Tokneechi, LuciiLeLiet, NanaDark, LucesitaTakaRitsu, Irene_Ackerman, Izumi31, Dwlceaneli, susuki_senpai, xiomara151515, ANIGABICORI, FernandaMorales147, MarioRios396, MaytFigueroaVillalv9, GabySol139, holabety, Love_LoveYou_bl, eamoon, mielancolica, BettlunPlisetsky, LuisaEungenioAltamira, AnniLeohart2, Batcat77, Yuurizzzz, KarolRose, MonsteCan6, Jhannielper, trininaddelajara, Di-San, BeatrizBritez5, Yesy_18, niviaesther94, Iti-chan, Sakurai-Akira, RosalyaDInverno, _littledarkness325_, KawaiiNekoAkira, Kathe-kun, yokojandro, Queen_unicornio000, ivizita, Akirakemi23, La-chilena-loca, LupitaGranadosRazo, y WendyPaola1812 por leer, comentar y votar, la/os amo ♥♥♥♥

Muy bien, ¿y qué más les iba a decir? Ya recordé, a lo mejor, digo a lo mejor, les pongo lemon YokoRitsu en el hospital para el próximo capítulo, depende si ustedes quieren o no ( ͡° ͜ʖ ͡°) xD (y si es que me sale bien)

Muy bien, ¿creen que Yukina y Kisa se reconcilien? ¿Yokozawa le partirá la madre a Takano? ¿Usami e Ijuuin se harán pareja? ¿Misaki quedará preñado y se le quitará la bitch? ¿Cómo se dirigirán los niños a Onodera? ¿Mami o Papi? No se pierdan los siguientes episodios de One More Chance *voz de comercial chido (?)*

Okey, debo dejar las drogas, no se crean

Ahora si me despido

Nos leemos

¡Bye!

Pd: Los niños tienen los ojos de su "madre" *inserte a Severus Snape agonizando*

Ahora si, bay :3

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