ღ¹ღ
✨️jtiniti_dark✨️
Edítame la vida 🙏🏼🙏🏼
──¿Estás segura de qué hacemos lo correcto?──preguntó el menor de ellos.
──Sí, completamente ──le contestó la mayor── , aquí ya no podemos estar. Los del pueblo ya nos conocen y no quiero que nos pase nada malo.
──Está bien, Ellie ──cedió── Voy a echar de menos esta casa.
──Yo también, Sal. Volveremos por aquí, algún día, te lo prometo.
Primero se dirigieron hacia el establo para llevarse con ellos a los tres caballos que había: Pipas (apodo puesto por su hermano mayor de pequeño), una yegua blanca con la crin gris y preciosa. Luego estaba Bambú, un caballo marrón chocolate que era el caballo de Salazar. Y por último estaba Angus, un caballo negro con las patas y el hocico blanco y con la crin negra, de tiro escocés.
Así los dos hermanos emprendieron un largo viaje, con sus cosas en baúles y los baúles en un bolso interminable, para que les pudiera caber todo. Estos también tenía un hechizo para que no pesará tanto.
Pasaron por las afueras del pueblo, dejándo atrás a la poca buena gente que tenía el pequeño pueblito, y esos buenos recuerdos con sus padres y sus hermanos, 3 de ellos en una mejor vida y su hermano mayor desparecido. Se tenían el uno al otro, y Elaine no iba a permitir, como la adulta responsable de 19 años que era, que su hermano de 17 se quedara solo.
Anduvieron por un par de horas, pudiendo ver, a lo lejos otro pueblo, un poco más pequeño que el de donde vivían, pero habitable.
──Vamos ──dijo la mayor con decisión, cabalgando sobre Angus, con Pipas en el medio y Salazar sobre Bambú.
Estuvieron durante dos semanas a campo abierto, parando algunos días de entresemana para descansar. Sacaban las tiendas de campaña de sus bolsos: la suya y el establo, y a la mañana siguiente ponían rumbo otra vez hacia el sur.
Era un día turbulento, la mañana había empezado bien para Elaine y Salazar, pero poco a poco la nieve había azotado en las caras de los hermanos.
Tirando de las correas de los tres caballos, y cubriéndose la cara como podían, llegaron a un castillo enorme. Parecía deshabitado, así que entraron, tocando la puerta antes.
Cómo nadie les abrió decidieron entrar sin esperar, junto a los tres caballos. Salazar entró, llevando las correas de Pipas y Bambú, Elaine cerró la puerta con fuerza, debido a la ventisca que había.
Ya dentro vieron mejor el espacio: un largo pasillo repleto de antorchas, cuadros (la mayoría vacíos) y alguna que otra armadura.
──¿Qué es este lugar? ──preguntó Salazar, mirando el gran pasillo mientras lo recorrían.
──No tengo idea, Sal ──Elaine miraba los pasillos a la vez que andaban, pasando la mano por la pared.
Llegaron a una puerta, grande, marrón con toques dorados. Elaine, empujó la puerta, dando lugar a una gran sala. Era inmensa, a la derecha se podía ver unos sofás de terciopelo burdeos, junto a varios cojines, enfrente de una chimenea apagada.
A la izquierda había una mesa lo bastante larga para 50 personas o más.
Y en frente, al fondo de la sala, un ventanal gigante desde el que se podían ver las montañas de Britania.
Elaine anduvo por la sala, mirando a ambos lados, observando los sofás, la chimenea y la mesa. Salazar iba justo detrás de ella.
──Vaya, veo que habéis encontrado nuestro retiro. ──un hombre, de mediana edad, pelo negro y ojos azules. Vestía una túnica negra, con un sombrero de copa. Llevaba un monóculo y un bastón en la mano izquierda. Detrás de él había una mujer, rubia y de ojos también azules.── Me presento, soy Jacob Hogwarts, Lord Hogwarts. Esta es mi esposa, Amellie Hogwarts.
El hombre hizo una pequeña reverencia con el sombrero y la mano en el pecho, y su esposa solo sonrió, inclinando un poco la cabeza.
── ¿Y ustedes son? ──preguntó Lord Hogwarts.
Elaine dio un paso hacia delante, con Salazar detrás de ella.
── Mi nombre es Elaine Slytherin, y él es Salazar, mi hermano menor.
── Oh, ya veo. ¿Puedo preguntar qué hacen dos muchachos a estas horas por aquí? ── Lord Hogwarts hizo otra pregunta, echando un leve vistazo a Salazar detrás de Elaine, para luego volver a mirarla a ella. Aunque no se veía muy complacido de que fuera Elaine, una mujer, la que le estuviera dirigiendo la palabra.
── Debo decirle que nos hemos resguardado en su castillo por obligación, la ventisca junto a la lluvia eran muy fuertes para que mi hermano y yo estuviésemos bajo el cielo. ──explicó── Espero que no le moleste que hayamos irrumpido sin avisar junto a tres caballos.
── Claro que no ──habló Lord Hogwarts, su esposa permanecía callada, detrás de él──. Pueden pasar aquí la noche si les apetece, hasta que amaine la tormenta.
Salazar se mantuvo callado, mirando al hombre y a su esposa con desconfianza, con su varita en el bolsillo izquierdo.
── Sería de mucha ayuda, muchas gracias, Lord Hogwarts. ──agradeció Elaine, sonriendo levemente pero sin dejar de desconfiar. De todas maneras no tenían razones para confiar de unos desconocidos.
── ¡Estupendo! ──Lord Hogwarts aplaudió, volviendo a ponerse su sombrero── Amellie, querida, dile a nuestro hijo que tenemos invitados.
La mujer asintió, sin decir una palabra y al momento ella volvió junto a un muchacho de pelo negro rizado y ojos azules. Tenía una cara irritación clara por haber sido llamado.
── Hijo, preséntate como es debido. ─le dijo su padre, con una voz seria.
El muchacho rodó los ojos delante de su padre, así que se aproximó a Elaine y a Salazar. Hizo una leve reverencia y agarró la mano de Elaine, dejando un leve beso en ella.
Elaine no pudo evitar que sus pómulos se tornaran un leve tono de rosa. Hakkon sonrió ante eso, claramente divertido
── Soy Hakkon Hogwarts, un placer, bella dama. ──le dijo a Elaine a la vez que dejaba el beso.
── Elaine Slytherin, el placer es mío, Hakkon. ──dijo, con confianza pero todavía con los pómulos rosas.
Ahora, Hakkon extendió su mano hacia Salazar.
─ Encantado: Hakkon Hogwarts.
─ Igualmente, soy Salazar Slytherin.
A Salazar le costó hacer una sonrisa, pero lo logró.
── Ah, son hermanos, ya veo el parecido. ──dijo, mientras estrechaban las manos.
── Así es, soy su hermano menor.
── Muy bien, Hakkon, hijo. ──el señor Hogwarts aplaudió otra vez── Ahora que os habéis presentado guiales hacia las habitaciones de invitados en tu planta.
── Entendido, padre. ──Hakkon miró a su padre, a la vez que Salazar y él soltaban las manos contrarias. Luego, se giró a Elaine y a Salazar── Seguidme, por favor.
Sin decir nada, Elaine y Salazar siguierona Hakkon hacia el pasillo, donde se podía ver a unos cuantos metros a los caballos.
── Perdona, Hakkon. ──habló Elaine.
── ¿Sí? ──dijo, sin mirarla mientras los tres andaban.
── Nuestros caballos...
──Por eso no te preocupes, hay un establo en la entrada contraria del castillo, supongo que alguno de los criados se los llevará hacia allí.
── Entiendo... ──Elaine todavía no estaba muy segura, y el tono de Hakkon no la tranquilizaba mucho.
Hakkon, notando esto, miro hacia Elaine.
── Enserio, no te preocupes. ──Hakkon miró un segundo a Salazar para luego volver su vista a Elaine── Aunque si enserio te preocupa tanto, puedo revisar yo mismo que estén bien.
── ¿Harías eso? ──Hakkon asintió── Muchas gracias, Hakkon.
Le sonrió amablemente, y Hakkon se la devolvió.
── No es nada, Elaine. ──Se giró hacia una puerta── Bueno, aquí están vuestras habitaciones, la del fondo es la mía. Hay dos conectadas, elegid la que queráis. Y si necesitáis algo no dudéis en ir a mí cuarto y bla, bla, bla... En fin, buenas noches.
Salazar asintió, con una sonrisa normal pero todavia con desconfianza.
── Buenas noches, Hakkon.
Así, Hakkon despidió con un movimiento de su mano, junto con un guiño hacia Elaine.
Ahora que Hakkon ya no estaba más en la vista de los hermanos, Elaine se giró hacia Salazar.
── ¿Qué? ──le preguntó Elaine a su hermano al ver la mueca que tenía este.
── ¿Qué se trae ese contigo?
── ¿Hakkon? ──Salazar asintió── Nada, solo está siendo amable.
── Vamos, Ellie, no te hagas la tonta. ──Elaine frunció el ceño levemente── Es obvio que ese se trae algo contigo.
── No sé de qué me hablas, hermanito. ──Salazar rodó los ojos ante ello── Vamos a dormir, anda.
Salazar, sin hablar más del tema, se metió al cuarto de la izquierda, junto a su hermana.
Al entrar, pudieron ver que este era bastante amplio, con dos camas a los lados.
── ¿Cuál quieres? ──Elaine le preguntó a Salazar, echando un vistazo a las fos camas.
Salazar no respondió, se limitó a tirarse a la cama de la izquierda. Elaine asintió y le sacó una ropa de dormir de la bolsa, y otra pata ella. Al ser hermanos de dos años de diferencia, se habían visto todo, todo. Así que no les importaba cambiarse en la misma habitación.
Una vez los dos estuvieron con las ropas de dormir, Elaine se acercó a Salazar ya tumbado, y le dejo un beso en la frente, arropandolo mejor.
── Buenas noches, Ellie.
── Igualmente. Descansa, Sal.
Así, Elaine se metió a su cama a la vez que su hermano se quedaba dormido en la otra. Suerte que Salazar era de sueño rápido la mayoría del tiempo.
Elaine se tapó con las colchas, y se quedó mirando al techo unos segundos. A los pocos minutos, ella también se quedó dormida.
Fácilmente serían las 4 de la mañana cuando Elaine comenzó a oír gritos. Decidió salir del cuarto a ver que eran, no sin antes hacer un hechizo de protección en la habitación para que su hermano durmiese bien.
Cerró la puerta tras ella y avanzó por los pasillos. Los gritos se oían cada vez más a medida que ella se acercaba, justo cuando alguien la agarró del brazo.
Elaine soltó un jadeo de sorpresa, justo cuando sintió el brazo atrayéndola hacia la figura.
Era Hakkon.
── ¿Qué─
Elaine fue cortada cuando el dedo índice de Hakkon fue hacia sus labios, callándola. Eso, al mismo tiempo que el señor Hogwarts aparecía por uno de los pasillos, mirando a ambos lados.
En cuanto el padre de Hakkon se hubo marchado, Elaine empujó a Hakkon lejos de ella.
── Vaya, te salvo, ¿y así me pagas? ──Elaine cruzó los brazos. Al contrario de Hakkon, ella no tenía una sonrisa en sus labios.
── ¿Qué eran esos gritos?
Hakkon se volvió a acercar a ella, esta vez no tanto, pero apartó un mechón de ella detrás de su oreja. Elaine le pegó un manotazo.
Él no quitó la sonrisa de su boca.
── Luchadora, me gusta.
── No has respondido a mi pregunta. ──Elaine seguía con el ceño levemente fruncido.
── Problemas familiares, bonita, no debes preocuparte.
── Pero─
Hakkon murmuró algo por lo bajo y Elaine cayó en sus brazos, desmayada.
── No debiste entrometerte, linda. Te llevaré a dormir, no son horas para que una bella dama esté despierta.
Con eso, Hakkon llevó a Elaine otra vez a su cuarto, la dejó con cuidado en la cama, y la arropó. En cuanto se dio la vuelta, Salazar le puso la varita en la garganta.
── ¿Qué le has hecho a mi hermana, imbécil? ──Salazar se notaba más serio que nunca, con la varita apuntando a la garganta de Hakkon.
── Parece que también sois magos, ¿eh? ──Salazar apretó más fuerza su varitas contra la garganta del contrario.
── Responde a mi pregunta, ¿qué le has hecho a mi hermana? ──dijo el ojigris, entre dientes.
── Eres igual que ella, aunque a diferencia de ti, ella tiene más curiosidad. Cosa mala me temo.
Salazar le miró con los ojos inyectados en rabia.
── Vale, vale. ──Hakkon levantó las manos, todavía con su sonrisa divertida── Simplemente se metió donde no la llamaban. No le pasa nada, se despertará por la mañana.
── ¿Y eso qué significa?
── ¿Tan difícil de entender es? ──Al notar que Salazar no soltaba su fuerte agarre en la varita contra su garganta, habló otra vez── Okey, okey. Elaine sólo se pasó de curiosa, entiende que cada familia tiene sus propias cosas personales.
── Lárgate antes de que te lance algo.
── Bien, bien.
Bajo la fuerte mirada de Salazar, Hakkon anduvo hacia la puerta.
── Salazar.
── ¿Qué?
── Elaine también es de mi interés.
Y con eso, cerró la puerta, dejando a una Elaine dormida y a un Salazar entre enfadado, confundido y preocupado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top