Para Nikki, estar junto a Tommy no era más que observar a un simple chico que no había alcanzado la madurez.

Aún el azabache recordaba la primera vez que Tommy inhalo la Cocaína.

- ¿Seguro que no hace daño, Sixx? -interrogaba inseguro el baterista, tocando el polvo blanco con el dedo indice-. Esta muy polvosa y sospechosa.

El guitarrista y el vocalista dieron ante el comentario, observando atentamente la primera vez que el baterista inhalaria sustancias tóxicas.

-Que no. Andate ya -espeto Sixx con voz superior-, te va a gustar.

Dicho esto, Tommy probó por primera vez lo que fue la cocaína.

Sin embargo, no quitaba que también recordó la primera vez que llegó a casa, después de una fiesta muy loca y terminó en la casa de una groupie.

Alrededor entre la una y dos de la tarde, llegó a casa con una jaqueca terrible. Tocándose la cabeza con la mano, abrió la puerta del departamento Mötley, y se encontró con algo muy diferente: estaba totalmente limpio.

- ¡Vince, ni se te ocurra volver a...! -Tommy dejó de gritar, puesto que vio a su mejor amigo en la puerta muy asombrado. Sonrio mostrando todos sus dientes- ¡Nikki! ¡Llegaste! Deje todo limpio, ya era hora de vivir limpios y sin suciedad. Aunque termine vomitando la mayor parte del tiempo.

- ¿Porqué carajo lo hiciste? -interrogó Sixx acercándose al menor.

- ¿Que no es obvio? Vivir en un chiquero no era para nosotros. ¡Al fin huele a aire limpio! ¡Use Pino, por si te interesa, y mucho cloro!

En eso, salió una cucaracha del sofá, por lo que Tommy la piso rápidamente.

-Aún necesito saber de dónde vienen, para quemarlas vivas.

Al ver dos más, Tommy corrió rápido a la cocina, y regresó con el aerosol y el encendedor, comenzando a incinerar a las cucarachas.

- ¡Mueran, mueran, mueran, estúpidas! ¡No pueden contra el gran Tommy!

Desde aquel día, Nikki sabía que tenía de amigo a un chico que aún actuaba como un niño pequeño.