18 {"Nice" talk with the leader's father}

Cuando los chicos se fueron, yo avisé que me quedaría a descansar con la esperanza de que mi dolor se fuera. Estuvieron de acuerdo, menos Coups. El muy terco insistió tanto que se quedó conmigo en casa.

—Te digo que te aburrirás mucho, pienso dormir —le informé entrando a la habitación.

—No importa, si mueres al menos estaré aquí  —dijo riendo y sosteniendo la puerta que intenté cerrar detrás de mi. 

—Muchas gracias.

Me dejé caer sobre todas la almohadas y me cubrí completa con tres mantas. Tenía un poco de frío. Escuché como hablaba por el teléfono con su padre, sonaba como un niño quejándose de todo. También hablaba muy orgulloso sobre lo bien que hemos sobrevivido por nuestra cuenta.

—Hana, mi padre quiere hablarte —avisó y salí de mi cueva para gatear hasta él y tomar el teléfono.

—Hola, señor Choi, ¿cómo está? —saludé con una sonrisa.

—SunHi, hola, pequeña —dijo en un tono dulce. Ese hombre era el más amable del mundo, cuando lo conocimos supimos a quien se parece Seungcheol           

Hizo varias preguntas sobre como estaba y también sobre los chicos, hablamos sobre la isla, sobre nuestros trabajamos, sobre como Mingyu y yo somos los chefs encargados. Prácticamente habló más conmigo que con su propio hijo.

—Creo que su hijo está a punto de matarme, señor Choi —confesé riendo mientras lo veía cruzar los brazos con el ceño fruncido—. Frunció el ceño, esto es grave.

—Ese niño nunca cambiará—aseguró con una carcajada—. Me alegra que ustedes lo entiendan, sobretodo tú. 

—Él es un gran líder, el mejor. —Con eso logré que su expresión pasara de fastidio a total felicidad—. Ya debo irme, señor, creo que Seungcheol quiere hablarle.         

—Sun Hi, una ultima cosa —dijo y volví a poner el teléfono en la oreja—. Por favor, cuida de mi hijo. Él... se ve que te aprecia mucho, siempre habla de ti cuando llama.

Esa confesión me dejó un poco, ¿que digo un poco? muy desconcertada. Solo volví a la realidad cuando Coups me miró interrogante.

—Lo haré, señor, lo prometo.

Le devolví el teléfono y volví a esconderme bajo las mantas.

¿Por qué me habría dicho eso? ¿Por qué se supone que Coups habla de mi? Lo entendería si lo hiciera de todos, es el líder al final del día.

Escuché como se despedía de su padre después de varios si y está bien. Entonces, después del sonido del teléfono en la base, él jaló de una de las mantas para verme.

—¿Qué te dijo mi padre? Te quedaste pensativa—preguntó ladeando la cabeza. Siempre hace eso cuando tiene curiosidad.  

—Nada, lo de siempre, burlándose de ti —mentí bromeando y él solo rodó los ojos mientras se acostaba a mis pies.

Estuve más o menos una hora dormida, cuando desperté vi al líder con su graciosa y tierna sudadera rosa completamente dormido. Tuve que reprimir las ganas de jugarle alguna broma o molestarlo, se veía muy tranquilo.

Salí y lo único que podía hacer era hablar con los directores.

—Hola~ ¿Alguna noticia del partido de foot volleyball? —pregunté con una sonrisa y algunas de las mujeres y camarógrafos sonrieron cómplices.

—Ellos hicieron una apuesta —dijo uno y yo abrí la boca incrédula—, si ellos ganan, tendrán pase ilimitado al super mercado, si pierden tendrán que cocinar la cena para todos los de grabación. Hay más o menos 80 personas. Acaban de decirnos que perdieron.  

Estos tontos nunca van a aprender, ¿¡Cómo cocinaríamos para tantas personas!? 

Los mataré cuando lleguen. 

Creo que lo único bueno, y de lo que me acabo de dar cuenta, es que mi dolor de cabeza desapareció.

—Hola —dije cuando entre en la habitación y me encontré con Coups con los ojos casi cerrados, pero despierto—. No vas a adivinar que hicieron los chicos.

—¿Qué hicieron los niños ahora?

—Apostaron hacer la cena para los 80 miembros del equipo de grabación si perdía, y acaban de perder.

Negó con la cabeza y se notaba decepcionado aunque rió un poco, creo que llegué a escuchar un "estos niños nunca aprenden" 

—¿Cómo cocinaremos para tantas personas? —preguntó y solo me encogí de hombros.

Como no teníamos nada que hacer decidimos limpiar un poco. Arreglamos las mantas y almohadas, recogimos el desorden de los chicos y, cuando terminamos, nos sentamos frente a A1 para bromear.

—Tengo una idea, demostremos que de verdad nos conocemos bien —propuso con una leve risa.

—¿Ronda de preguntas?

—Ronda de preguntas —respondió orgulloso y salió corriendo dejándome a mi riendo, cuando volvió tenía un teléfono consigo—. No es mio, no te asustes.

A nuestros mánagers les agradó la idea de las preguntas por lo que nos dieron papel y lápices para hacerlas. Cada uno escribió 5 preguntas (él quería 10) sobre nosotros mismo y tendríamos que responderlas en 30 segundos. Sería muy divertido, sin una pizca de sarcasmo... tal vez un poco.

Cuando ambos terminamos nos miramos y asentimos, yo preguntaría primero. Conté y encendí el cronómetro.

—¿Cuál fue mi primera mascota y como se llamó?

—¡Esas son dos! —se quejó—. Era un perro y se llamó Puppy.

—¿Qué comida no tolero? 

—Comida picante.

—¿Cuantos premios de gimnasia tengo? —Esta de seguro no lo recordara.

—25 de primer lugar, 10 de segundo y 6 de tercer—dijo sonriente y yo quedé boquiabierta.

—¿Cómo me dicen mis hermanos?

—Solecito —respondió riendo.                        

—¿Y cuantos hermanos tengo? —Cuando escribí esta ya no tenía imaginación.

—4, tú eres la menor.    

¡15 segundos! ¿Cómo lo hizo en 15 segundos? Es prácticamente imposible, ni siquiera se como recuerda algunas de esas cosas. Es decir, creo que la única vez que yo hablé sobre los premios de gimnasia fue en una tarde de preguntas cuando eramos trainees. 

—¿Cómo lo hiciste? —pregunté quejándome pues tendría que hacerlo igual o más rápido que él.

—Te conozco demasiado, Teddy —alardeó y tomó la hoja donde había escrito sus preguntas—. ¿Lista?

—Todo lo que se puede.—Empezó a contar después de reír y encendió el cronómetro.

—Una fácil, ¿cuándo es mi cumpleaños?

—El 8 de agosto —dije segura.

—¿A que edad aprendí taekwondo? 

¿Qué? ¿Cómo voy a saberlo?

—¿5? —"respondí" y negó riendo—. 6, 7...

—Correcto, siguiente. ¿Qué vegetal no me gusta comer?

—Rábano. —Solo la sabía por las preguntas del otro día. 

—¿Cuál es mi tipo de chica ideal? —preguntó con una sonrisa.

—Una chica que coma mucho. Como yo, ¿cierto? —bromeé.

—Exactamente, ¿qué me gusta jugar?

¿Acaso él dijo...

—Tennis.

¿De verdad dijo... ¿Qué. Acaba. De. Pasar?

—24 segundos, casi no lo logras —mencionó tomando el celular.

Al ver que no le había toma importancia, intenté hacer lo mismo, aunque había sido algo... Raro, ¿por qué se supone que le estaba dando tanta importancia a esa broma? Digo, al menos yo lo dije en broma, la respuesta la recordaba de una de las entrevistas.                               

—¿Estás escuchándome, Hana?—Sacudí la cabeza y lo vi de pié junto a la puerta—. Creo que los chicos volvieron.

—Tengo una idea, no les digas nada sobre la apuesta—dije y jalé de su brazo para que cayera al suelo—. Actúa natural.      

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top