Una Líder de tipo Fuego en Kanto
Dedicado a erzakyoya
La azabache se encontraba tranquilamente sentada en su sofá leyendo un libro con su Growlithe acurrucado sobre sus piernas transmitiéndole una agradable calidez a través de su pelaje. Estaba tan centrada en su lectura que no notó la presencia de su Litwick hasta que saltó sobre su cabeza.
- ¿Shi~? - Balbuceó confundida al notarlo, pero el simple hecho de notar como su Charmander trataba de subir rápidamente al asiento a su lado y como, nada más lograrlo, el Pokémon fantasma bajó de su cabeza de un salto, huyendo del otro, le indicó que de nuevo estaban jugando al pilla pilla.
- ¡Grow! - Ladró el ser en sus piernas sacando la lengua emocionado, ella aceptó su petición riendo levemente. Por la forma en la que salió corriendo en persecución de los otros se notaron las ganas que tenía de unirse al juego.
Los observó dar vueltas en círculos por la sala, a mucha gente le extrañaría ver a una Líder de Gimnasio con un equipo compuesto por tres Pokémon sin evolucionar. No obstante, su gimnasio era uno de los primeros a retar por los entrenadores novatos al iniciar su aventura, así que tampoco quería ser demasiado dura con ellos.
- Charizard/Chandelure - Dijeron dos seres atrayendo su atención. Sí, era la Líder inicial de Kanto a la que los entrenadores tenían que enfrentarse para conseguir su primera Medalla y, sí, no contaba con una enorme racha de victorias, pero eso no significaba que no tuviera la fuerza ni al equipo necesario como para haber logrado y seguir manteniendo su Gimnasio.
- ¿Ocurre algo? - Preguntó ella con curiosidad, sus Charizard parecía estar ocultando algo en su espalda. Sin embargo, se hizo el silencio, ambos Pokémon se miraban entre ellos y luego a ella inseguros ¿qué era lo que les causaba tanta duda? Por suerte o quizá por desgracia, su Charmeleon fue más rápido y decidido que ellos robándole de entre los dedos al mayor lo que la azabache reconoció como un sobre.
- ¿Una... carta? - Cuestionó ladeando un poco la cabeza ante la confusión. Ella no era una persona muy sociable que se dijera, como mucho hablaba de vez en cuando con una o dos Líderes de gimnasio y eran de regiones distintas. Y en cuanto a sus vecinos, es cierto que llevaba un año ejerciendo de Líder en Ciudad Carmín, pero nunca había tenido demasiado contacto con ninguno de ellos como para que le escribieran una carta. Con varias preguntas en la cabeza decidió tomar el sobre y comenzar a leerlo. Nada más pasar sus ojos por la primera línea comprendió por qué sus Pokémon tenían tantas dudas sobre si dársela o no - ¿Y...Yo? - Balbuceó, empezaba a sentir como le temblaban más y más las piernas a medida que iba leyendo el contenido, si no fuera porque su Chandelure la estaba aguantando quizá ya le hubieran fallado.
Acabaron por hacer que se sentara de nuevo en el sofá, no sabía desde cuando, pero había empezado a hiperventilar.
- Un dis... Discurso... - Estaba tan nerviosa que apenas podía decir la palabra sin que se le trabara la lengua. Pero ¿ella? ¿dar un discurso? No, no, no, era imposible. La gente solía criticarla a sus espaldas por lo taciturna, seria y callada que era cómo iba a hacer algo así, sobre todo en una celebración de gala en el S.S. Anne - ¿Esta no...che? - Balbuceó atónita, no tenía ni tiempo para pensar en algo.
- ¿Char? - Volvió un poco a la realidad al ver a sus tres Pokémon menores frente a ella mirándola preocupados.
- N-No pasa nada... Solo tengo que decir que estoy enferma. Sí... eso - Trató de calmarse a si misma, aún así de poco servía realmente.
Una vez logró recomponerse, salió del Gimnasio. Lo primero que se encontró nada más salir fue el mar a dos pasos de su puerta, irónico tratándose de alguien especializada en Pokémon de tipo fuego. Aun así, no se entretuvo demasiado en ello y comenzó a correr hacia la casa del presidente del club de fans Pokémon, organizador de la velada. Aporreó la puerta nada más llegar, normalmente jamás haría algo así, pero la desesperación comenzaba a apoderarse de ella.
- ¡Un segundo! - Le pidieron desde dentro, no le quedó de otra que esperar, aunque, en lugar de segundos, cada instante parecía durar tanto como una hora entera - ¿Erza? - Se alivió un poco al ver al hombre frente a ella finalmente - ¡Buenos días! ¿Qué tal te encuentras? Es raro verte por aquí aporreando mi puerta - Comentó junto a una risotada avergonzando a la nombrada.
- Siento eso... - Se disculpó arrepentida.
- No te preocupes mujer, si tienes tanta urgencia debe ser algo importante - Le restó importancia rápidamente, sacándole una sonrisa, ese hombre era bastante más amable de lo que parecía - Pasa, hablemos con calma dentro - La invitó y ella con algo de timidez accedió al lugar - Y dime, ¿cuál es esa urgencia? - Preguntó una vez ambos tomaron sitio.
- Yo... - Tragó saliva intentando calmarse y ordenar sus pensamientos - He recibido su invitación.
- ¡¿De verdad?! ¡Qué alegría, temía que quedara olvidada en tu buzón desde que te la mandé la semana pasada! - Afirmó dejándola totalmente muda, si no se había enterado antes había sido por ser despistada simplemente - Aunque comprendo que tienes mucho trabajo por lo que no tendrás tiempo como para estar tan pendiente al correo como este viejo - Añadió volviendo a reír y ella simplemente asintió.
- Yo... No sé si podré ir, desde esta mañana no me encuentro demasiado... bien - Dijo tras tomar algo de aire.
- Oh... Es una lástima - Su rostro se entristeció rápidamente - La ciudad entera había puesto todos sus esfuerzos para llevar adelante la celebración, pero si te encuentras mal no se puede evitar.
- ¿Habla... e-en serio? - inquirió asombrada.
- Hasta el cascarrabias de Surge acabó por ayudar y eso que aún no está del todo convencido con que lo hayas sustituido - Respondió con una carcajada.
- En ese caso s-supongo que puedo hacer un esfuerzo - No le quedaba de otra que aceptar - Aunque...
- ¿Aunque? - Repitió él alzando una ceja.
- No tengo nada que pueda considerarse e... elegante - Admitió avergonzada, normalmente solía vestir ropa simple y era eso lo que se había traído de su casa en Johto.
- ¡Eso te lo soluciono yo en un periquete! - Exclamó alegremente - Tú mientras tanto vuelve al gimnasio a pensar en tu discurso - Ella no contestó - ¿Erza?
- No... No pasa nada. Será mejor que me v-vaya, gracias por su ayuda - Agradeció antes de marcharse. Aunque lo deseara no podía quejarse a lo del discurso, habían preparado todo eso por ella después de todo.
Nada más llegó, tomó papel y lápiz dispuesta a pensar en qué escribir. Para cuando se dio cuenta estaban tocando a su puerta.
- Señor presidente - Le saludó amablemente al abrir.
- Siento el retraso, tomó más tiempo del que había previsto - Se disculpó entregándole una bolsa.
- ¿Shi~? - Balbuceó intentando procesar la información a la vez que levantaba su vista al cielo - ¡Está a... atardeciendo! - Exclamó aterrada al darse cuenta de que el tiempo se le echaba encima y ella no había escrito más de dos líneas.
- ¡Jajaja! Debes haber estado bastante ocupada como para no darte cuenta - Rió él - Bueno, tengo que irme, solo me quedan dos horas para prepararme antes del evento. Nos vemos allí - Se despidió de ella y se fue.
- Dos... horas... - Murmuró ella apoyando la cabeza en el marco de la puerta. A este ritmo todo iba a ser un gran desastre - ¡I-Iré a prepararme! - Avisó a sus Pokémon corriendo hacia su habitación, no podía estar perdiendo el tiempo pensando.
El tiempo se le escapaba de entre los dedos demasiado rápido, por mucha prisa que se diera el maquillaje nunca había terminado de ser lo suyo por lo que tardó hora y media en estar lista.
- Quizá debería volver a casa y esconderme allí... - Pensó en voz alta abrazando sus piernas, el pesimismo le había hecho un ataque crítico. Sintió como varias patas y garras se apoyaban sobre su cuerpo en señal de apoyo - Gracias chicos - Les sonrió de la mejor forma que pudo - Siento que tengáis que ve... - Un fuerte tirón que hizo que se levantara de la silla en la que estaba sentada, interrumpió sus palabras - ¿Shi~? ¿Charizard? - Reaccionó confundida siendo tirada por él. En ese momento una imagen de ella misma siendo más joven y temerosa siendo arrastrada fuera de su casa por un Charmander que la animaba a comenzar su aventura. Sonrió.
Este no se detuvo hasta que estuvieron frente a la pasarela del barco.
- Su-Supongo que tenemos que ir... - Comentó cada vez más nerviosa y sus compañeros asintieron siguiéndola.
Nada más puso un pie en este los invitados que allí se encontraban comenzaron a saludarla emocionados y a comentar sobre cómo sería su discurso y demás cosas que no ayudaban a que pudiera tranquilizarse ni un mínimo.
- ¡Ejem! ¡Probando, un, dos, tres! - Empezó a decir el presidente a través de un micro desde el escenario a poco de que ella lograra llegar hasta el salón principal - Señores, señoras, niños, niñas, me alegra tenerles esta noche aquí con el objetivo de conmemorar el primer año de nuestra Líder de Gimnasio en esta, nuestra, ciudad - Continuó hablando haciendo que todo el mundo aplaudiera - Espero que estén disfrutando de la comida y la buena música. Soy consciente de que estarán deseando ser testigos del excelente discurso que dará nuestra querida Erza, no obstante, el teniente Surge ha sido muy insistente sobre enfrentarse de nuevo contra ella antes de eso ¿No creen que es un espectáculo emocionante?
- ¡¿Sh-Shi?! - Se tensó, nadie le había dicho nada sobre eso.
- Vamos, no seáis tímidos, subid - Les animó y ambos lo hicieron.
- Esta vez no te lo pondré tan fácil - Advirtió él sacando a su Raichu.
- E-Em... - Su mano voz temblaba a la vez que sus ojos no paraban de moverse en todas las direcciones, no había tenido ninguna clase de público a desde hacía un año cuando se había enfrentado a él por el título. Por suerte para ella su Charmeleon salió al combate obviándole la importante decisión de elegir.
Aún con todos los nervios que tenía logró salir victoriosa, aunque con bastante dificultad.
- ¡Y ahí lo tienen señoras y señores, tenemos una ganadora! - Anunció el presidente seguido de una gran ovación - Ahora, si todo el mundo está listo, dejemos que nuestra Líder nos diga unas palabras - Finalizó haciéndose a un lado haciendo que la azabache recordara el tema el discurso, el cual se había olvidado por completo debido al combate.
Ella se acercó a paso lento, apenas pudo sujetar bien el aparato cuando se lo dieron de como le temblaban las manos.
- Y-Yo... - Murmuró sin saber cómo continuar. De repente, notó como el calor la envolvía, sus Pokémon habían dado un paso para colocarse a su lado y poder apoyarla emocionalmente - Agradezco mucho el poder estar aquí - Continuó finalmente junto con una bonita sonrisa que iluminaba su rostro.
Finalmente todo salió bien, a excepción de que casi se tropieza bajando las escaleras del escenario, pero su equipo estaba allí para salvarla de nuevo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top