Una Líder de tipo Eléctrico en Sinnoh

Volvió a bostezar, apenas habían pasado unos minutos desde que se había levantado de la cama y ya quería regresar. Finalmente, tras un largo debate interno, se decantó por salir de su Gimnasio y desayunar en alguna parte del pueblo. Después de todo estaba segura de que no irían a retarla, casi nadie lo hacía después de todo.

Mientras paseaba por el lugar, sus vecinos la saludaban con la mano y una gran sonrisa. Aún habiendo vivido casi toda su vida allí, todavía seguía sorprendiéndole que tan amables podían ser los lugareños.

- ¡Mirad a quién tenemos aquí! ¡Pero si es nuestra increíble Líder de Gimnasio! - Exclamó con alegría el gerente de la cafetería que se encontraba a las afueras de Pueblo Sosiego, nada más se sentó en la barra - ¿Cómo te encuentras hoy? ¿Ha llegado algún contrincante dispuesto a retarte? - La interrogó sirviéndole un café.

La castaña simplemente negó con pereza y tomando su bebida echó la vista atrás. Hace apenas seis meses había abandonado su viaje por el mundo para regresar a su hogareño pueblo. Para su desgracia, nada más llegar allí la habían sorprendido con la noticia de que la Liga Pokémon había aceptado, tras años de suplicas por parte de su gente, la propuesta de construir un Gimnasio en el pueblo. Con el objetivo de que más gente joven conociera de su existencia y no terminara quedando totalmente en el olvido. Y claro está, al ser ella la única persona que no superaba los 50, habían decidido nombrarla Líder. Aunque tampoco es que ella pudiera negarse. Después de todo, había podido tener comida y un techo gracias a esa gente. El problema era que hicieran lo que hicieran, nada parecía atraer a más visitantes.

- Querida - La voz de la dueña de la guardería, quién era casi una abuela para ella, la sacó de sus pensamientos - Si no estás ocupada, ¿podría pedirte un favor?

- ¿Um~?... - Intentó sacarle algo más de información sin mediar palabra.

- Ha sucedido de nuevo y ya no nos queda mucho espacio como para encargarnos de tantos...

Ah, sí. Sí que había algo que medio parecía llamar la atención de la gente y era dejar huevos o Pokémon recién nacidos a cargo de los dueños.

- Le diré a Pharamp~ que pase a recogerlos~ - Contestó mencionando a su confiable Pokémon y tras pagar y despedirse regresó a su Gimnasio.

Ni siquiera había terminado de entrar por la puerta cuando un grupo de energéticos y cariñosos Pokémon la tumbaron al suelo. Bostezó cansada, como siguieran abrazándola así acabaría por dormirse allí mismo. Por suerte su Galvantula pareció notarlo y advirtió a los demás para que se apartaran.

Seguramente, al verla muchos dirían que unos Pokémon tan electrizantes e hiperactivos no pegan para nada con su personalidad y no se equivocan. Pero su primera compañera fue Kiba, una Pachirisu, por lo que cuando le ofrecieron el puesto de Líder optó por conformar su equipo en cuanto al tipo de esta.

- Pharamp~, Strinder~ - Nombró a su Ampharos y Toxtricity respectivamente - La dueña de la guardería~ necesita que acojamos~ nuevos bebés~ en el Gimnasio~. Os toca ir a recogerlos~ - Anunció ante las caras de emoción de todos los presentes - Tsuku~, ayuda a Dentula~ a fabricar camas~ para nuestros nuevos~ compañeros de habitación~ - Ordenó y su Rotom se encaminó junto a su Galvantula hacia el pasillo - Por último~, Kiba~, Iru~ vuestra misión será limpiar ~- Por suerte para ella ninguno se quejó, más bien celebraban el tener trabajo y nuevos compañeros. Gracias a eso pudo echarse una siesta en la sala.

- ¡Risu! ¡Pachi! - Repetía una y otra vez la Pachirisu saltando sobre su estómago tratando de despertarla.

- ¿Um~?... - Bostezó entreabriendo los ojos y se vio obligada a levantarse por culpa de la insistencia de esta - Um~... - Murmuró al llegar a la entrada, zona en la que se encontraba el campo de batalla, y verlo ya todo preparado y listo para recibir toda una horda de bebés - Buen~ trabajo~ - Les felicitó con unas caricias.

- ¡Amph! - Gritó el Pokémon al regresar junto a su amigo cargados con una bolsa de huevos a la espalda y varios Pokémon pequeños rodeándoles.

- Muy bien~ - Les halagó - Ya sabéis~ lo que tenéis~ que hacer~ - Avisó dándoles pie a realizar el trabajo que habían hecho varias veces antes.

Sin duda el trabajo de Líder de Gimnasio era agotador, si no venía nadie, como solía pasar, tenía que ayudar a la gente del pueblo y colaborar con el alcalde a la hora de administrar este. Por el contrario, si tenía algún contendiente, se veía obligada a combatir para nada más acabar continuar con el resto de tareas. Menos mal que sus Pokémon eran casi incansables y estaban dispuestos a contribuir en todo o si no ya hubiera huido a Galar. Sin duda agradece no haber tomado su segunda opción y haberse convertido en Líder de tipo Dragón, suficientes problemas tiene ya.

Observó como un pequeño Magby la miraba con curiosidad desde el suelo a sus pies.

- Tranquilo~, aquí estarás a salvo~ hasta que seas grande y fuerte~ - Le explicó acariciando su cálida cabeza. Mala decisión, un instante más tarde sus Pokémon ya estaba rodeándola en busca de mimos - Hai~, hai~ - Aceptó sin otro remedio.

La tarde pasó tranquila, todo lo tranquila que puede ser ayudar con el pozo del pueblo, rescatar a un niño que se había perdido en las Ruinas Alfa, verse obligada a ordeñar algunos Miltanks y encargarse de la cantidad de Pokémon que correteaban por todo su Gimnasio. Lo último que se esperaba era recibir visita cuando empezaba a anochecer.

- ¡Aika Minami, Líder del Gimnasio de Pueblo Sosiego! ¡Vengo a retarte a un combate Pokémon! - Anunció su llegada un adolescente abriendo las puertas de par en par.

- Um~... Que pereza~. Vuelve~ dentro de un siglo~ - Respondió con de forma monótona en la oscuridad.

- ¡¿T-Te encuentras bien?! - Preguntó el chico preocupado al vislumbrarla en el suelo gracias a la luz que entraba del exterior.

- Estoy echándome~ mi siesta matutina~

- Pero... Si casi es de noche...

- Um~... Entonces~ estaba a punto de irme de vacaciones~

- ¡¿A-Ahora?! ¡Pero si aún estás tirada en el piso!

- Que pereza~ levantarme~...

El chico suspiró.

- Está bien, ¿cuándo se supone que volverás? - Durante unos minutos se hizo el silencio - ¿Hola? - La llamó de nuevo y al no recibir respuesta decidió acercarse un poco - ¡Se ha dormido! - Se quejó molesto - ¡Está bien, lo pillo! ¡No volveré más por aquí! - Chilló enfadado antes de marcharse dando un portazo.

Sin duda, si el pueblo no era famoso en sí, el hecho de que Aika fuera una de sus figuras más importantes no hacía más que empeorarlo. Y aún menos cuando cierto entrenador de Johto intentaba colarse en el Gimnasio durante las noches.

- Ya casi está... - Murmuró el azabache acuclillado en el alfeizar de una de las ventanas del segundo piso. Para su sorpresa esta de repente se abrió desde dentro provocándole un mini infarto a Gold - Ah... Eres tú Kiba - Suspiró aliviado al encontrarse con la sonriente ardilla. Aunque eso no le duró mucho más allá de lo que tardó en sacudir su cuerpo una fuerte corriente eléctrica haciéndole caer de espaldas. Si no llega a ser por su Togekiss el golpe en la cabeza seguramente se hubiera abierto la cabeza contra el suelo - ¡Pharamp, eres cruel! ¡Podrías haberme matado! - Le gritó con fuerza a la posible causante de todo su dolor y soltó un bufido al ver a la castaña cerrar la ventana.

Desde lejos, todo el pueblo había salido a presenciar el nuevo intento del joven de acercarse a la Líder. Para ellos era algo así como su entretenimiento semanal. Aunque seguía pareciéndoles una pena el hecho de que Aika no hiciera más que evitarle, pero al menos así se divertían un rato viendo las curiosas ocurrencias de Gold para conquistarla. El único problema era que los admiradores del azabache no parecían tener la misma opinión.




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