Un Líder de tipo Volador en Alola
Dedicado a ChicoAmanteDelYaoi
Escuchó el sonido de su alarma y se sentó en la cama para apagarla, despertando al Dartrix que dormía a su lado. El día empezaba como cualquier otro para el capitán, o líder de gimnasio como lo denominaban en otras regiones, de la isla Melemele y, seguramente, continuaría así. Una vez vestido y desayunado acompañado de su Pokémon, salió de su casa rumbo al lugar en el cual se realizaba su prueba.
Observó al cielo fascinado nada más llegar, es cierto que hacía bastante que trabajaba allí, pero seguía cortándole la respiración casa vez que iba. Era un prado tan abierto, rodeado de total naturaleza, ni siquiera podía escucharse un mínimo murmullo de la ciudad cercana. Sin duda allí se sentía totalmente libre, cómo si de sus adorados Pokémon volador se tratase. Volvió a la realidad cuando algo blandito se posó sobre su cabeza.
- Buenos días - Saludó a su Altaria con pequeñas caricias - ¿Qué tal la noche?
- ¡Riia! - Contestó felizmente haciendo sonreír al moreno y es que él no tenía a sus compañeros encerrados en Pokéballs, ni si quiera los obligaba a dormir en su casa, les dejaba ser libres. Así que si querían recorrer el mundo podían hacerlo sin problema alguno mientras pudieran ser felices.
- Dartrix~ - Rió levemente el ser a sus pies haciendo que su atención se centrara en él. En su caso se lo habían entregado siendo un huevo, así que parecía haberle tomado un gran cariño nada más nacer, por eso, al contrario del resto, no solía alejarse mucho de su lado.
Ignorando sus pensamientos, decidió sentarse en el pasto a esperar, con la nube de algodón aún calentando su cabeza. El sentir la brisa en su cara le hizo cerrar los ojos relajándose enormemente. Continuó así, perdiendo la noción del tiempo, hasta que una fuerte ráfaga de viento hizo que varias briznas de hierba le golpearan.
- ¡Barv! ¡Braviary! - Exclamó molesto aún sobrevolando a pocos centímetros del suelo. El moreno levantó un poco la cabeza comprobando lo que ya se imaginaba que sucedía.
- ¡Al! ¡Taria! - Le contestó el Pokémon sobre él, así comenzó otra de sus comunes discusiones.
Su entrenador suspiró, era algo común que eso ocurriera, aún cuando, curiosamente, sus dos Pokémon habían formado una pequeña familia en una montaña cercana. La cosa es que continuaban peleándose como una pareja de ancianos casados, cosa que no había cambiado desde que se conocieron y dudaba mucho que pasara. Mientras él rememoraba todo lo anterior, el Pokémon algodón bajo de su cabeza para poder discutir más cómodamente con su pareja, acabando totalmente con la paz que reinaba en el lugar. Aunque le molestaba, les dejó estar, si ellos querían pelearse eran libres de hacerlo, no se lo impediría, al menos él.
- ¡Zar! - Se escuchó un fuerte rugido seguido de una bola de fuego que se dirigía hacia el Altaria, por suerte para ella el otro fue más rápido y logró evitar que la golpearán - ¡Char, charizard! - Dijo el Pokémon aterrizando con fuerza en el pasto - ¡Zar, charizard! - Sin duda les estaba reprendiendo por discutir de nuevo. El moreno sonrió divertido ante la escena, su Charizard actuaba como si de una madre se tratara. Dejó de prestar atención al notar como algo negro salía de la espalda del Pokémon de fuego para esconderse tras él.
- ¿Intentando huir de nuevo? - Dedujo, y es que la Charizard había llegado al punto de llevarse a su Murkrow a su nido debido a que lo veía como a un bebé al que proteger, el problema es que este quería poder hacer lo que quisiera por lo que siempre intentaba escaparse, pero sin resultado - Lo siento... - Se disculpó al darse cuenta de que lo había delatado, este intentó volar lo más rápido posible, pero su, supuesta, madre lo capturó entre sus brazos en cuestión de segundos.
Luego de eso el tiempo pasó con calma, hubieron algunas discusiones y huidas de por medio, pero nada que su Charizard no pudiera solventar rápidamente. La verdad es que nadie había ido a intentar superar su prueba, aunque tampoco le sorprendía. Al menos así podía continuar sintiendo la brisa mover su cabello mientras descansaba. No obstante, no duraría mucho.
- ¡Noi! - Escuchó gritar desde el cielo y alzó su vista a lo lejos. Sin duda parecía ser su Noivern, pero parecía tener algo raro en la boca. No fue hasta que se estuvo a unos pocos metros de él que pudo reconocerlo, traía un Mimikyu, el cual no paraba de moverse intentando escapar de sus fauces.
- Suéltalo, eso no es una baya - Le explicó nada más este aterrizó frente a él intuyendo que de nuevo había confundido a un Pokémon con comida.
- ¿Noi? - Ladeó la cabeza confundido, momento en el cual el Pokémon de tipo hada aprovechó para lanzarle un ataque y lograr soltarse - Vern... - Se quejó adolorido mientras que el otro se había alejado un poco mirándolo desde lejos enfadado.
- ¿De dónde sales, pequeño? - Preguntó el moreno agachándose a su altura, pero al intentar tocarlo recibió un manotazo por parte de este. Quizá no le gustaba la gente - Está bien, no volveré a intentar tocarte - Accedió - ¿Al menos sabes dónde está tu casa? - Este no respondió - Noivern, ¿de dónde lo has...?
- ¡Ey! ¡V-Vuelve aquí! - Le grito de alguien con voz de agotado le hizo detenerse.
Se asomó por un lado de su Noivern pudiendo ver como un albino se acercaba a ellos corriendo, aunque no iba muy rápido que digamos, aunque no sabía si era por su propia velocidad o porque parecía que fuera a desmayarse en cualquier momento. Optó por acercarse a él acompañado por todos los demás, nada más lo vio dejarse caer sobre una roca.
- ¿Te encuentras bien? - Le preguntó algo preocupado, aunque pareció que su presencia había empeorado aún más su situación, debido a que se había quedado estático al punto de no respirar - Soy Nikolay, capitán de Melemele - Decidió presentarse para intentar calmarle un poco, aunque sin resultado - ¿Ese Mimikyu es tuyo? - Preguntó y al fin pareció reaccionar.
- S-sí... - Murmuró bastante bajito, apenas si pudo oírlo, levantándose poco a poco a la vez que el ser iba a su lado. Aunque el chico no alzó la cabeza en ningún momento para mirarle.
- Siento que mi Noivern se lo llevara, es una mala costumbre. Intenta comerse todo lo que cree que es una baya - Le explicó y el albino solo asintió en silencio, ¿de verdad no iba a enfadarse por casi perder a su Pokémon? - Si quieres puedo invitarte a algo a modo de disculpa.
- N-No... No hace f-falta... - Murmuró nervioso.
- Puede, pero uno de mis amigos ha secuestrado a tu Pokémon y te ha obligado a venir corriendo hasta aquí, así que debo tomar la responsabilidad y tratar de compensártelo de alguna manera - El albino solo se encogió en silencio, por su cara se podía notar lo inseguro que estaba - Aunque si no puedes hoy, no pasa nada - Le dijo restándole importancia.
- ¿S-Seguro?
- Sí, yo también estoy trabajando y estoy seguro de que estás bastante ocupado en el laboratorio - Contestó sorprendiendo al chico - Tu bata, aún la llevas puesta. Además había escuchado algo sobre que Kukui había dejado al mando a un chico de pelo blanco.
- E-Entiendo...
- Bien, en ese caso nos veremos otro día, ¿de acuerdo? - Propuso obteniendo un leve movimiento de cabeza - Pero antes, ¿puedo saber tu nombre?
- ...Sora - Murmuró tras una leve pausa.
- Un placer Sora, espero que podamos ser grandes amigos - Le dijo estrechándole la mano con una sonrisa.
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