Un Alto Mando de tipo Dragón en Hoenn
Se quedó admirándola mientras montaban el árbol, sinceramente él no era mucho de hacer esas cosas, pero solo por verla sonreír como una niña, lo haría.
- Stark - Le llamó - Te amo, no puedo vivir sin ti - Dijo de la nada, girándose hacia él.
Lo siguiente que vio fue el techo de su habitación, suspiró, todo había sido un sueño. Ya iban unas semanas que no la veía y empezaba a soñar constantemente con ella. La extrañaba, sus besos, sus caricias, hasta sus helados pies que lo despertaban de madrugada, pero, aunque lo deseara, no podía verla.
Pudo escuchar un fuerte viento azotar su ventana, se tapó aún más con su edredón, la temperatura no hacía más que bajar. Una alerta roja de nieve y tormenta, eso es lo que le había obligado a encerrarse en su casa. Finalmente, tras lo que calculó fueron unos quince minutos, optó por salir de la cama y cambiarse a algo más cálido. Tras eso caminó rumbo a la sala donde se encontró a su Salamance y su Dragonite, con unas mantas sobre sus cuerpos, hablando entre ellos. Nada más verle se acercaron para recibir unas caricias de su parte, además de demandar comida.
- Ya voy, ya voy - Aceptó riendo, sin duda debían estar hambrientos. No obstante, sus carcajadas cesaron al fijarse en un árbol sin decoración en un rincón del lugar. Habían propuesto hacerlo los días previos a Navidad, debido a lo ocupados que estaban ambos. Lo que no se esperaban era que se confirmaran las diversas sospechas del cierre regional de Hoenn, en fechas Navideñas debido al temporal.
Un toquecito en la cabeza por parte de su Salamance, le hizo volver a la realidad. Por sus caras podía notarse que también la extrañaban, pero, sobre todo, estaban preocupados por él.
- No pasa nada, mejor vamos a comer - Propuso recuperando el ánimo.
A medida que preparaba el desayuno podía escuchar como el resto de sus Pokémon entraban a al comedor saludando con más o menos energía. Nada más acabó, se giró viéndolos sentados en las sillas al rededor de la mesa y se dispuso a repartir su comida. Una vez terminó, él procedió igualmente a tomar asiento, hasta que notó un pequeño detalle. Le habían guardado el sitio, inconscientemente o no, ninguno ocupó el lugar a su derecha donde solía estar ella. Rió divertido ante el detalle, incluso ellos se habían acostumbrado a tenerla todos los fines de semana por allí.
A mitad de su comida, le llegó un mensaje con un mensaje de buenos días de su parte, eran las diez de la mañana y acababa de despertarse, sin duda odiaba madrugar. Tuvieron una breve conversación previa, hasta que de nuevo el tema surgió.
- Que triste... Después de tanto tiempo planeándolo y no vamos a poder pasar ni un día juntitos - Su mensaje, hizo que suspirara de nuevo. Ojalá pudiera ir con ella, era lo único que deseaba, pero la distancia entre ellos y la situación lo impedía. Puede que solo se conocieran desde hacía un año y un par de meses, aun así, le costaba mucho el hecho de no poder abrazarla una vez en semana. Sobre todo, cuando llevaban meses intentando estar juntos durante las fechas, pero no, el mundo tenía que volverse totalmente loco.
- Lo sé, ojalá pudiéramos vernos más que sea un día random.
- Ojalá - Fue su respuesta, aun así, por mucho que ambos lo desearan, sabían que era demasiado complicado.
Luego de hablar por un rato, apagó la pantalla del aparato, habían quedado en verse por el videomisor a la noche para felicitarse la Navidad, era mejor eso que nada. No obstante, seguía sin convencerle la idea. Durante el resto del día no tuvo mucho que hacer, después de todo nadie iría a retarle con la que estaba cayendo, así que optó por entrenar un rato antes de irse a jugar a algo en su pc.
- ¡Garchomp, usa Cometa draco! - Ordenó a su Pokémon - ¡Y Haxorus, esquívalo! - Le decía igualmente al otro.
Estuvo un par de horas haciendo que sus Pokémon se enfrentaran entre si, mientras él iba dando instrucciones, lo que fuera por distraerse.
- Tyrantrum, Hydreigon, felicidades ¡Ha sido un gran combate! - Les felicitó, tal y como había hecho con los demás. Luego de eso hizo una breve pausa para pensar, según calculaba debían ser al rededor de las ocho en punto. Aún tenía tiempo para cenar y ducharse antes de quedar con ella. Eso mismo se dispuso a hacer.
La cena fue bastante animada, los seres al rededor de la mesa no paraban de interactuar entre ellos o con él y de pedirle más y más comida, a ese ritmo acabarían con todo lo que había en su nevera, pero en ese momento, no le importaba del todo.
- Voy a ducharme, intentad no romper nada - Avisó y su Salamance asintió indicando que él se haría cargo de vigilarlos.
Notar el agua caliente caer por su cuerpo le relajó enormemente, aun así le parecía increíble el poder seguir viendo algo de vaho cada vez que respiraba, ¿acaso era posible si quiera? Ya ni estaba seguro. Aun así intentaría no tardar mucho, por si acaso.
- ¿? - Se detuvo a medio camino de coger su champú, al ver el de ella a su lado. Era tan despistada, no sabía cómo lo hacía, pero siempre acababa por dejarse algo allí. Empezaba a dudar si lo hacía a posta solo para tener una excusa para ir a su casa. Simplemente sonrió y continuó con lo que estaba haciendo.
Al salir bajó su mirada hacia el reloj en su muñeca, quedaba unos veinte minutos para poder verla, a través de una pantalla sí, pero la podría ver. Con esa idea en mente, se vistió rápidamente y fue al salón a encender su pc bajo la atenta mirada de sus Pokémon. El tiempo pasó con algo de lentitud, debido a las ganas que tenía de llamarla, por lo que nada más dieron las empunto, pulsó el botón que iniciaba esta.
- Que raro... - Comentó al no recibir una respuesta inmediata, tal y como casi siempre sucedía - Quizá esté en el baño - Pensó en voz alta, suponiendo una posible explicación. Lo que no se esperaba es que justo en ese momento tocaran a su puerta - ¿Soy el único que ha escuchado eso? - Preguntó girándose hacia sus acompañantes los cuales negaron, confirmándole que no estaba loco. Sin embargo, ¿a quién se le ocurría ir a retarle en medio de una tormenta de nieve? Nada más su Dragonite abrió la puerta, sus todas sus dudas se solventaron.
- Fe... Feliz Navidad - Dijo con dificultad y una sonrisa. Rápidamente él corrió hacia ella, con la pequeña duda de si no estaba viendo alguna especie de ilusión a causa del frío, pero nada más la abrazó pudo comprobar que realmente estaba allí - ¡Achu! - Un estornudo de su parte le hizo caer en la cuenta de que sus labios estaban de color morado y todo su cuerpo temblaba debido a lo frío que se encontraba.
- Entra, vas a coger una hipotermia - Le dijo separándose, tomando su mano para tirar de ella. Por suerte sus Pokémon habían sido rápidos y nada más vieron la situación fueron a buscar un montón de mantas para poder cubrirla.
- Gracias, creía que me moriría - Agradeció una vez todo se calmó un poco.
- ¿Qué ha... cómo has...? - Las preguntas se amontonaban en su boca y su cerebro. El equipo de su novia estaba compuesto por Pokémon del tipo dragón, tal y como el de él, los cuales son muy débiles al hielo y las bajas temperaturas, acaso... ¿había llegado caminando hasta allí?
- Quería a verte... Me daba penita que estar separados la noche de Navidad así que aquí estoy - Le explicó apartando un poco la mirada con las mejillas algo rojas, aunque no estaba seguro de si era por el frío o por la vergüenza que le causaba haber dicho eso.
- Que tonta que eres - Sonrió abrazándola con fuerza. Quería reprenderla, sabía que tenía que recordarle que lo que había hecho era una verdadera estupidez, no obstante, estaba tan feliz de poder sentir su aroma y suavidad que le era imposible.
- Ese es usted - Contestó, aún muerta de frío seguía discutiéndole este tipo de cosas - Amore - Le llamó haciendo que soltara su agarre para poder verla - Te amo, no puedo vivir sin ti - Continuó provocándole bastante gracia, pero unos helados labios besando los suyos callaron cualquier tipo de sonido que fuera a hacer.
- Y yo a ti, mi vida. Feliz Navidad - Respondió al separarse, antes de iniciar otro profundo beso.
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