.168.
|Jungkook|
-Odio esto. -fue lo primero que declaró con recelo en su timbre.
-Lo sé... -susurre apenado.
-Me dolió, ¿sabías? pero tuve que fingir que no me importaba. -baje la mirada para seguirla- Es triste -susurro.
Ambos tenemos diferentes estrellas, diferentes historias, tenemos diferentes noches y diferente mañanas. Se que nuestros escenarios no son simplemente aburridos, son tristes e imprevistos...
-Puedes confiar en mi. -negó.
-Claro que no, eres un mentiroso.
¿Dónde está aquella adorable sonrisa? Aquella que me dedicas cada vez que me ves... aquella que tanto amo... la que tanto te representa.
-Eres un cobarde y tienes tanto miedo encima. -ella seguía caminando, con sus manos en los bolsillos y su timbre de voz tan bajo, como en un susurro.
-¿Lo soy? -repeti- solo quería cuidarte... -negó para detenerse y voltear a verme.
-No... querías cuidarte a ti mismo... porque a mi, si que me lastimaste. -sus ojos, aquella expresión de tristeza, mezclada con seriedad; partió mi alma.
-¿Crees... crees qué puedes escaparte de mi? -le miré al fin, con suplica en mis ojos- Yo te voy a seguir queriendo, porque...
-Lo sé, -me interrumpió- pero si por tus actitudes... yo dejó de quererte, debes entenderme. -baje la vista por un momento.
-Si te enojas, lo entiendo... si no me hablas, lo entiendo... si me ignoras, también lo entiendo... pero, por mis actitudes... -levante el rostro para confrontarle- es tu turno de entenderme.
-No si me mientes -negaba con notoria tristeza en sus ojos, en su voz.
-Yo... traté de alejarme, traté de olvidarme de ti, me esforze mucho en eso, pero no puedo dejar de pensar en ti Eunbi. -declare con pena.
-Jódete. Ya no me importas Jeon. -fue tan fría y directa, que dolió.
Si pudieras verme más aya de aquel chico de sueños y fantasías... tal vez como un hombre... ¿qué dirías exactamente de mi? Que soy un cobarde, ¡tal vez!
-Incluso si cubres tus oídos, -frunci el ceño- ¡el corazón late con más fueza! Eunbi yo...
-¿Cómo podrías amarme? -nego- Me dijiste que seamos sinceros entre nosotros, dijiste que confiará en ti, que no peleaba sola, que estábamos juntos en esto... -recordo con aquel sentimiento que emanaba en su semblante, fraude.
-Si, y también dije que yo iba a protegerte, ¿lo olvidas? -me defendí como un idiota.
-No, claro que lo recuerdo... pero, ¿protegerme de qué? -la miré con frustración.- ¿Fans?, ¿antis?, ¿hatters?, ¿odio? jaja -negó con una sonrisa dolida- eso no es nada comparado con el dolor y las lágrimas que derramé por ti, con el dolor que causaste en mi.
-Y-yo... no quise...
-Lo sé... -asintió con pesar- Pero lo hiciste, no se que hubiese dolido menos... que me dejarás porque de verdad no me amabas más o enterarme, que fue por tu deseo egoísta al intentar protegerme... -su voz se quebro- aún a costa de vos mismo, maldito idiota.
-Yo...
-Eso no es valentía, es ser un mártir.
-Si, preferi ser yo y no que fueras tú, soy consciente a la hora de elegir entre quién amó o yo mismo, para mi la respuesta es clara... te elijo a ti, mil veces serías tú.
Negó- Eso no es amor... es lamentable. -siguió caminando, alejandose de mi.
-Mantener distancia, a veces es la manera más heróica de demostrar el amor...
-Claro que no, eso es estúpido.
Lo sé, pero Cupido me está pidiendo de regreso aquella preciosa flecha...
-Si yo supiera que mis días están limitados, me gustaría ver la cara de esa persona aún más, amarlo aún más, ser buena con él... -sus ojos titilaban.
-No sabemos que nos deparará el futuro... -negué con pesar y un nudo en mi garganta.
-Hay gente que te inspira y hay gente que te agota... -suspiró con impotencia- Tú me agotas Jungkook. -sus ojos empezaron a brillar aún con más intensidad.
-Lo más lindo de mí vida... -me acerqué para tomar sus manos y acariciarlas- eres tú.
Ambos estaremos conectados, sin importar nada, aunque estemos lejos, se que observamos hacia el mismo cielo.
-¿Eres honesto? -indago para sonreir debilmente y negar al ver nuestras manos.
-No sabemos de el por venir pero... me alegra que no haya nada decidido aún. -sonreí con sinceridad, ella volvió a fruncir el ceño, entonces solte una de sus manos para tocar su cabeza.
Hemos recorrido un largo camino pero... prometo que te contaré todo cuando nos volvamos a reunir, porque eres mi todo.
-Nada es diferente, somos y seguiremos siendo los mismos de hace... -sonreí para acariciar su mejilla y terminar su oración.
-Cinco años. -ella misma limpió una lágrima que escapó por su mejilla.
-Pero me siento vacía y sin ningún motivo... ¿por qué?
-¿Hambre? -levanté una ceja.
Negó- Lo pensé y no, se que...
-¿Sueño? -pregunté divertido, ella me miró con su entrecejo fruncido, y con un ligero mohin entre sus labios, era adorable verla.- Ahh ya sé... -toque su pequeña nariz- Amor -le sonreí con calides.
-No puedo llenarme... -negó- por más que lo intente, yo no...
-Si tan sólo tuvieras la mitad de mi, aquella que tanto te hace falta. -negué con burla.
-Idiota. -rompio mi agarre y volteo para seguir de largo.
-¡Seria raro! -observe su pequeña espalda- porque, se que ya tienes lo mejor de mí. -se detuvo aún sin girar, sonreí- Asi que solo, respira profundamente, hasta que duela poco... -se que lo que digo no solucionará nada, pero al menos, no perderemos la esperanza- respira profundamente, está bien que intentes recuperar el aliento.
Entenderé que me culpes, incluso que me odies, lo entiendo, se que no fui sincero contigo, te mentí, te alejé... lloraste por mi estupidez, lo sé y lo siento tanto... pero aún asi, se que volvería a elegirte a ti, aún por encima de mi mismo...
-Nadie te culpa Jungkook, sólo... sólo... podías haber confiado más en mi... -su voz se quebro, sus lágrimas fluian, su sonrojó se hacia evidente.- Podíamos habernos equivocado pe-pero... juntos... y-ya que esta bien equivocarse... pero... -solo se quebró, la Eunbi fuerte, se quebró; igual que la niña dulce y tierna que es en verdad.
Aquella respiración tan profunda de alguien... ¿cómo se supone que puedo entender algo así?
-Esta bien... -me acerqué detrás suyo, cortando esa insignificante distancia que mañana, será una enorme, para rodearla entre mis brazos.- Todo estará bien porque... te sostendré, aún si estamos lejos...
Me fuerzo a mi mismo para sonreír en estos momentos, sin embargo, me sigo sintiendo tan triste y desolado.
-Ni tu te lo crees -susurro intentado calmarse entre mis brazos y mi pecho.
El ambiente de hoy y el de ayer, es tan diferente al de mañana...
Anhelo decir que me quedaré a tu lado, que me quedaré justo detrás de ti, pero... seria mentirte una vez más.
-Si estoy bajo el mismo cielo que tú, entonces seré feliz. -me confesé.
Sólo con eso, sólo con saber que tú estarás bien...
Porque esto es un hermoso amor, porque es tu hermoso corazón...
Porque todo lo que te representa, tu esencia, por la hermosa tú que eres y que siempre serás.
-Siempre soñé con que te quedarías conmigo para siempre, pero... al final vas a alejarte de mi, ¿ve-erdad?
Tengo el sueño de la libertad para ambos algún día.
-Hemos recorrido un largo camino desde donde comenzamos, cuando apenas nos conocimos... -me acune entre sus cortos y ligeros cabello- asi que, te responderé cuando te vuelva a ver.
-¿Lo prometes? -acomode mi cabeza en su hombro e hice más fuerte el agarre de mis manos.
-Lo prometo -le susurre.
-No importa a donde valla... o lo que haga, yo confió... en que me encontrarás, ¿lo entiendes? -pude divisar sus lágrimas rodar sus mejillas y una pequeña sonrisa en sus labios.
-Lo entiendo... -derrame unas lágrimas para besar su mejilla- Créeme, así será...
Unas gotas de nieve comemzaron a rodear el entorno- Mira... es-esta nevando -menciono al observar el cielo- woah~ -levantó una mano para sentir la nieve caer en su palma abierta y la otra, la depósito encima de las mías, que rodeaban su cintura.
-Prométeme que a la hora de decir adiós, lo haremos, sin heridas y sin dolor. -fue lo que pediste.
-Porque, ya no te amo... -fue lo que te di.
Esta vez lo hice correctamente, realmente nos despedimos como tu querías y confiare... en que te veré de nuevo... porque eres lo mejor de mi, Jung Eun Bi.
Pude contemplar su hermosa sonrisa, rodeada de aquellas dolorosas lágrimas, un claro y leve sonrojo adornaban sus adorables mejillas redondas.
-Mi pequeña noona... te extrañaré tanto. -me acurruque más a su cintura y deposite mi rostro en su hombro.
-Mi querido oppa, yo a ti~. -sujetó ambas manos con una hermosa sonrisa impregnada en un charco de lágrimas.
Porque la sonrisa más linda y brillante, es aquella que viene después del doloroso llanto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top