.165.

|Taehyung|

¿Por qué consigues alejarte? tan lejos que no puedo alcanzarte.

-Unnie calma. -pidio Yuna.

-N-no puedo... no puedo... -sollozaba Yerin y las observé a ambas abrazadas, ella llorando.

Se que no puedes verme más y ante tus ojos, ante tu corazón...

-Quiero serle honesta, pero... me duele... duele verlo y decirle... me duele... -sollozo.

El amor es tan doloroso y las despedidas... lo son aún más, dolorosas en verdad.

Ingrese a su habitación para verla recostada, no pude resistirme y me dirigí hacia su cama para sentarme en la esquina de su colchón, toque su mejilla para sonreír con tristeza.- Te amo Yerin.

-Te amo... Tae... pe-pero... debo... decir... adiós... -susurraba entre sueños.

Se que esta despedida marcará un principio y un final entre nosotros; aún así, te seguiré amando, lo haré por ambos.

-¿Recuerdas, -sonrei- el mariposa vuela vuela?

Me costará seguir, lo sé, pero por ti lo haré.

-No quiero que se valla lejos -la miro con un puchero.

-Pero necesita volar, ¿no crees qué se pondrá triste? -ella la miró con tristeza en sus ojos para abrir sus manos y dejarla ir.

-Mariposa, ¡vuela, vuela!

Asintió- En su momento no entendías muy bien el porque soltarla, yo tampoco ¿recuerdas? -rei por lo bajo, mientras ambos caminamos uno al lado del otro, ella me oía en silencio.- Sin embargo lo hiciste, y hoy en día lo entiendo, se deja ir para evitar el sufrimiento...

-¡Por amor! Por amor... -sollozo ante las chicas.

-Tanto el de ella, como el propio. -su mirada se encontraba pérdida, suspiré- Hoy lo haré. -dicho esto, detuvo su caminar.

-No quiero que sufra... que lloré o que esperé... quiero su felicidad... aún por encima de la mía.

-Mariposa, mi bella mariposa, quiero que vueles lejos. -sus lágrimas empezaron a brotar, rodeando sus hermosas mejillas, me acerque para tocar su cabeza- Lo hiciste bien...

-Lo hiciste bien -la consolaba.

-Realmente bien. -corto los pequeños pasos adelantándose, apoyando su cabeza sobre mí pecho, sus brazos lentamente rodearon mi cintura y me abrazó.

-Te amo y te amaré... -sollozo con sinceridad.

-Te amé, te amó y te amaré. -me confese, una vez más.

-Tae... -sollozó acurrucada sobre mi, solo la abrace con fuerza.

Tomaré esa responsabilidad por ti.

-Esperó que seas feliz, donde quiera que estés, donde sea que vallas, quería que supieras que nada va a cambiar eso.

-¡Si soy egoísta!

-No lo eres. -la abracé con delicadeza, sobe su espalda baja y me acune en su cabeza, olfateando su aroma.- Eres un ángel, mi ángel.

-Oppa... -sus lágrimas no cesaban.

-Fuiste mi alegría, simplemente... permanece tal y como eres.

-Eres fuerte oppa -sollozaba.

De hecho no lo soy... pero por ti, puedo intentarlo o al menos, fingir que si lo soy.

Se mantuvo escondida en mi pecho, sus lágrimas caían cada vez más, mojando mi abrigo.

Me gustaría esconder aquella parte débil de mi mismo, no podría dejar...

-No quiero eso para él...

Que cargues todo tú sola, que me veas así de débil... me pondré esta mascara por ti...

-Yo... perdón... perdoname...

Me mantendré fuerte, porque necesitas verme bien, para asi poder seguir tu camino bien, asi que si, por ti... lo haré, fingire ser un hombre fuerte.

Negué- Descuida, lo entiendo.

Me pondré en tu lugar, y veré lo que sientes... no sufrirás sola, aún si me encuentro mintiendo... podrás sonreír y será suficiente para mi.

-Oppa ¿es-esto está... bien?

Es una mentira... una mentira dolorosa y cruel.

-Si, está bien... -acomode mi mentón sobre su cabeza para sentir la brisa correr.

Voy a extrañarte tanto...

-No te extrañaré.

-Oppa...

Recuérdame.

-Olvídame.

Negó- Yo no...

Perdón..

-Estarás bien, estaremos bien.

Te amo.

-Vivirás con esa sonrisa que tanto me gusta ver, ¿verdad?

-¿Tú lo harás? -cuestiono con su ceño fruncido.

-Lo haré, por eso... esperó lo hagas también. -me separé de ella para sonreírle.

-Oppa... -su voz sono casi nula, sus ojos no dejaban de aguarse, con la llema de mis dedos, limpié sus lágrimas.

Se que no puedes decirlo... se que te duele hacerlo... por eso... seré yo quien lo haga por ti... aunque me duela.

-Es el final. -sonreí acariciando sus mejillas.

-Yo... -negaba y sus lágrimas no pretendían cesar.

Porque te amó...

-Shh~ -trate de calmarle, limpie sus lágrimas nuevamente.

Mis mentiras, tus mentiras...

-Se acabó, no te amo Taehyung.

Todo quedará detrás, porque debo ser fuerte, por ti... luego, luego lloraré todo lo que quiera, pero por ahora, no puedo darme tal lujo, no delante de ti.

-Hey -levante su rostro- no quiero verte llorar más, porque lloraré también, dime, ¿quieres eso? -negó mientras intentaba regular su respiración y es que si, Jung Ye Rin es como una niña pequeña a la hora de las lágrimas.

Mi amor no será perfecto, pero por ti lo aguantaré, realmente lo haré mi pequeña smile.

-Pe-per... perdón... -limpió su rostro e intento calmarse.

Es tan linda, tan delicada, tan hermosa.

-Tae, tú... -sonreí para tomar su mano y enrollarla con la mia.

-¿Recuerdas? -miré al entorno para sonreí instintivamente.- Aquí fue donde me confesé. -ella asintió decaída- Estaba tan nervioso, tan preocupado -reí nostálgico.

-¿De qué? -ladeo su cabeza para verme mientras limpiaba su mejilla con su mano libre.

-De tu rechazo -le sonreí, mientras seguiamos caminando- Fue aquí -suspiré para detenernos- enfrente de este carrusel, ¿lo recuerdas?

-Como si... fuese ayer -susurro con notable tristeza en su timbre.

-¿No tienes frió? -negó- Babbo -sonreí para quitarme el tapado.

-Yo no... -y colocarlo encima de sus hombros.

-Tus manos están heladas. -las tomé para comenzar a soplarlas.- Debiste decirme antes, no puedes refriarte.

-Taehyung... -sonreí para esconder sus manos en las mías.- No te hubiese rechazado nunca. -me miro fijamente, sus ojos estaban inchados y rojizos pero ante mi, se veia preciosa.

-Lo sé, aunque -sonreí- estaba realmente nervioso -negué avergonzado.

-Yo...

-Ni se te ocurra, oye vamos al carrusel -la guié hasta este.

-¿Sabes algo?

-¿Qué? -ella me sonrió para subir aquel caballo.

-Te amo -sonreí.

-Pero yo te amo más -se acerco para besarme con aquella tierna sonrisa infantil que tanto me enamora.

Aunque hoy sea nuestro adiós, aun tengo aquel amor eterno dentro de mi, ese amor que siento y que nunca dejaré de sentir...

-Que importa, nunca cambiaran mis sentimientos.

Este es mi amor por ti.

-Tengo un favor que pedirte. -la miré en aquel mismo caballo, en el mismo carrusel de aquella vez.

-Sueño con mi príncipe -sonreía jugando.

-¡No aparezcas en mis sueños! -reclame como un berrinche.

Porque voy a seguir pensando en ti pequeña traviesa.

Sonreí al verla dudar ante mis palabras. El juego dio inició, el carrusel comenzó a girar y junto a él, empezó a nevar.

-Oh esta... ¿nevando? -Yerin observaba el cielo y la nieve caer; una sonrisa nostálgica apareció en sus labios, también en los míos.

-O-oppa... n-no te vallas -pidio llorando.

-Lo siento... pero volveré... te lo prometo -toqué su cabeza.

Esa tarde... también nevó...

Sonreí nostálgico para verla reír, es lo único que quiero, que ella sonría, que pueda reir con fuerza y sinceridad. 

-Vuela -susurre al verla subir y bajar en aquel corsel blanco e inevitablemente, unas cuantas lágrimas se escaparon de mis ojos.

El amor no se ha terminado, se que siempre seguirá latente en nuestros corazones...

Limpié mis mejillas para sobar mi nariz y sonreir al apreciarla delante de mi, con aquella bella sonrisa en aquellos bellos labios.

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