1.

El ruido de las aves armonizaba el ambiente romántico de la pareja, que se encontraba en un parque, sentados en una banca y mirándose fijamente con el color en sus mejillas y los nervios exudando en sus poros, que por más que intentaban limpiar sus manos, estas volvían a humedecerse de sudor.

La brisa fresca de agosto demostraba que el verano se estaba despidiendo y les daría la bienvenida a los matices naranjas en los árboles.

—Creo que... —murmuró el joven de cabello cobrizo siendo interrumpido.

—Shh... —se acercó lentamente al oído y susurró con voz grave —. No hay nada de malo —inhaló un poco de aire para continuar —. Que dos personas se besen.

—Pero... —unos dedos largos cubrieron sus labios para ser callados.

—Solo será un simple... roce —mencionó.

El cabello largo y negro del otro joven producía leves cosquillas en las mejillas del cobrizo.

—Solo cierra tus ojos Hoseok.

Mirando como los ojos se cerraban lentamente, con sus pestañas largas y espesas, cobijando parte de sus párpados, sonrió ante ese pequeño y hermoso detalle. Se acercó hasta la altura de los labios, deleitándose con los esponjosos y suaves que se veían y los presionó con los suyos.

El choque de sus labios fue tan repentino que los tomó por sorpresa, la explosión de sentimientos que se formaba, y más cuando hubo el primer movimiento, sintieron que desfogaban chispas y...

¡Corte!

El director de la serie paró la escena y Jungkook al escuchar, giró su cara rápidamente e intentó no sentirse más incómodo con su colega y demostrar en su mirada que le había gustado el beso. Aunque se negara a aceptarlo.

—Tenemos que repetir la escena —dijo el director.

Jungkook lo observó, el director era una hombre unos quince años mayor a ellos, tenía una experiencia inigualable, sus series siempre encaminaban al éxito, lo respetaba mucho, pero en ese momento Jungkook quería golpearlo —un poquito, por tener que hacerles repetir la escena-.

—¿Por qué? —intentó preguntar sin ningún rastro de enojo. No quería incomodar a Hoseok, que siempre mostraba una sonrisa enorme en su rostro.

—Te acercaste demasiado rápido, no se logró hacer un mejor enfoque del momento en que tocaste sus labios —explicó —. Tenías que ir lento e intercalando tu mirada en sus ojos cerrados y sus labios.

Si, Jungkook quería golpear al director Min, porque no sabía lo difícil que le resultó hacer esa escena.

—Está bien, lo grabaremos otra vez —Hoseok dijo serio pero con una sonrisa en sus ojos.

Varios minutos y con un exasperado Min, decidieron no seguir grabando.

—Entiendo que eres nuevo en este tipo de grabaciones y ya estamos al final de la serie —Min colocó su mano en el hombro de Jungkook —. Puedes tomarte el resto del día y mañana regresar, falta esta escena y otra más. No es nada difícil —le animó.

Jungkook asintió y tomando sus cosas salió del parque para dirigirse a su departamento. Mientras conducía, llamaba a su representante para maldecirlo —por enésima vez— por haberlo hecho firmar el contrato para esa serie.

—¡Escucha bien Kim! —gruñó —. Hoy llegó el tranquilo día que tú decías, la escena del beso. ¡Sabes las veces que tuvimos que repetir, porque el director decía que iba muy lento, muy rápido o que no había sentimiento y ash! -gritó al final frustrado —. Solo espero que me des un par de meses libres —colgó.

Kim Taehyung no contestó, aunque estaba desocupado cuando la llamada entró, no era tan estúpido para recibir toda la ira de Jeon. Era su representante, pero el tampoco se había dado cuenta de la pequeña e insignificante escena del beso y todo lo que dijo sobre abrir horizontes en otras series se vino abajo.

Al menos no lo había despedido y Taehyung temía que lo hiciera ni bien terminara de grabar la serie.


Ya completamente limpio, pidió comida y se dedicó a revisar su celular. Taehyung no había contestado aún y eso lo ponía de mal humor. Salió de la bandeja de mensajes y revisó sus redes sociales, mirando varios videos y post, encontró uno de la escena que habían grabado ese mismo día.

Se veía tomada desde lejos y la estaban filtrando, titulado que Jungkook y Hoseok tendría que besarse y aunque no se distinguía bien, se veía algo muy íntimo, si no fuera por el personal de grabación cerca.

Revisó los comentarios, temiendo la reacción de sus seguidores, pero muchos estaban emocionados, porque desde que empezaron las grabaciones habían intentado vincular la relación de trabajo en algo más, algo parecido a la trama de la serie.

Lanzó su celular a una esquina del sofá y se dedicó a comer, cuando estaba por la mitad, su celular sonó, pero no se preocupó por contestar, porque normalmente no le gustaba interrumpir su comida. Así que, luego de limpiarse, revisó de quién se trataba.

Era un mensaje de Taehyung.

Me habló el director y está un poco frustrado por la escena de hoy.

Jungkook rió, como si fuera tan fácil no ponerse nervioso al besar los labios de Hoseok. No era que su colega fuera feo o desarreglado, todo lo contrario, desde el primer momento en que lo vio, le llamó la atención de manera nada sana.

El era un hombre, que le enseñaron que debía estar con una mujer, tener una familia. No con una persona del mismo sexo, ante los ojos de sus padres, era el mayor de los pecados y no podían culparlos, a ellos los criaron así.

Pero el siempre, siempre luchó por ese sentimiento que crecía al tener un joven apuesto cerca. Sus novias nunca fueron de su total agrado, pero antes de hacerse famoso salía con ellas para evitar que sus padres empezaran a sospechar.

Recordó cuando llegó a la oficina del director Min, dispuesto a anular su contrato al decir que había una cláusula que se había roto y también que su representante ya no trabajaba para el. Y si, pensaba despedirlo por idiota y luego, contratarlo nuevamente porque al final, era un buen representante.

Llegó a la oficina del director y con toda la calma del mundo iba a empezar a hablar, hasta que unos toques en la puerta lo interrumpieron y una cabellera cobriza apareció, seguida con una sonrisa hermosa y unos ojos vibrantes. La ráfaga de argumentos pensados y repasados fueron olvidados, cuando el Director Min habló.

—Pasa Hoseok, llegas a buen momento.

Ese era el nombre de su colega de trabajo, lo había visto en algunos comerciales pero no se imaginó que fuera mucho más apuesto en persona, la cámara no le daba nada de créditos.

—Espero no molestar —sonrió tímido.

Jungkook siguió embobado y tuvo que mirar a otro lado, para que no fuera evidente su atracción al joven frente a él.

Las mariposas en su estómago empezaron a revolotear y no es que se hubiera enamorado a primera vista, pero ese siempre era el sentimiento que tenía al ver un hombre sumamente atractivo. Y aunque había intentado mantener sus gustos muy lejos, no pudo cuando la mirada marrón y brillante de Hoseok chocó con él.

—Oh... ¿Eres Jungkook? —preguntó con las mejillas levemente enrojecidas y aunque el aludido quiso contestar, él director se le adelantó.

—Si, el mismísimo Jeon Jungkook en persona —lo señaló —. ¿A que si es más guapo en persona?

Hoseok tímidamente asintió y le regaló una sonrisa pequeña a Jungkook, dejándolo más embobado que antes.

—Bueno, esperaré afuera —se despidió y cerró la puerta consigo.

Jungkook se quedó mirando por donde se había ido el joven.

—Entonces...

—Vine a presentarme personalmente y a decirle que daré mi mayor esfuerzo en el set de grabación.

La sonrisa del director se ensanchó. —Perfecto.

Sin embargo, se golpeó contra la pared de su departamento al leer de manera rápida el guion y encontrar la escena del beso.

Su yo interior estaba muy feliz, porque al menos sería libre una vez y podría hacer algo que le gustaba, pero su yo exterior estaba tan avergonzado que temía que le gustara.

Por eso cuando las grabaciones empezaron, trato de mantener el trato de la manera más cordialmente posible, llevando una relación exclusivamente de trabajo, pero Hoseok le ponía difícil e intentaba sacarle charla o contarle un chiste, ocasionando en su interior un conflicto inmenso.

No estaba enamorado de Hoseok, pero no podía negar la belleza deslumbrante y perfección que emanaba donde iba.

Frustrado, evitó recordar y se dispuso a ver un documental de animales en su pantalla gigante, olvidándose en poner atención a la televisión, ya que el beso —corrección— los besos que tuvieron que darse, se repetían en su cabeza haciéndolo poner más nervioso y ansioso.

La sensación de la suavidad de los labios de Hoseok no podía compararlo con nada y la dulzura del humectante que usaba, lo hizo buscar en sus recuerdos algo más delicioso que eso. No lo encontró.

Cómo si existiría algo así en el mundo.

Pero el sabía que estaba mal pensar en eso, sus padres se habían enojado tanto con él al enterarse que tipo de serie grabaría ¿Qué dirían ahora si tendrían que ver a su hijo besarse con otro hombre?

Quizás lo desconocieran como hijo y luego dirían que se iría al infierno por el pecado que cometió. Pero en el fondo, muy en el fondo de ese ser que quería salir y decir que le atraían los hombres, había también un ser muy pequeño, llamado miedo.

Miedo no solo a sus padres, a los comentarios homofóbicos de las personas de mente cerrada y que luego fuese excluido en su trabajo, que no sea llamado simplemente por su gusto a los hombres o encasillado en ciertas series.

No supo cuánto tiempo pensó eso, que cambiaban a sus miedos y luego a los labios de Hoseok, porque el documental de la vida marina terminó y pasó a otra muy diferente. Cuando se dispuso a descansar, los flashes de lo que sintió en el beso no pararon.

Nunca antes se había sentido así, no era como si estaba enamorado de Hoseok, pero había sido el primero en lograr bajar sus escudos y levantar al monstruo en su interior.

Ya era más de media noche y aún no podía conciliar el sueño, así que decidió llamar a Taehyung, para avisar que no iría. Pero no esperaba que su representante poco le creyera y le aseguró que iría a verlo.

Cuando Taehyung llegó en la mañana a comprobar que tan cierto era que Jungkook estaba enfermo, se dio cuenta que no mentía. Tenía una pinta horrible, así que el mismo llamó al director, diciéndole que ese día lo disculparan y el ayudaría al joven actor a recuperarse, porque claro, era su amigo también.

Jungkook no le dijo el motivo exacto de su malestar, pero Taehyung ya suponía de que se trataba.

Solo podía faltar ese día, el día siguiente no y después esperar la última grabación, que sería el final de la serie.


Llegó con menos nervios en su cuerpo luego de tomar algunas gotas de valeriana en un té que le preparó Taehyung. Se sentía como adormecido, así que podría decir que todo saldría bien.

¡Acción!

Todo el mundo guardó silencio y esperó que la pareja empezará a hablar, el ambiente se sentía cargado de sentimientos y una pequeñísimas gotas avisaban que unas más grandes las escoltarían para empapar a todos.

El clima le pareció perfecto a Yoongi, así le daba un poco de nostalgia y romance a la grabación.

—Creo que... —murmuró Hoseok mirando los ojos oscuros de Jungkook.

—Shh... —el tiempo que se llevó hasta llegar a su oído fue sumamente lento para luego susurrar con la voz más ronca posible —. No hay nada de malo —su lengua humedeció su labio y continuó —. Que dos personas se den un beso.

—Pero... —esta vez no fue un dedo que calló a Hoseok, si no dos.

—Solo será un simple... roce —murmuró pegando sus frentes y aspirando el aroma dulce Hoseok, sintiendo las escasas gotas acariciar sus rostros.

Esta parte no estaba en el guion, pero el quería hacerlo como si no existía nada más que ellos, como si de verdad no estaba mal besarse entre dos hombres.

Alejándose un poco para admirar la cara sorprendida de Hoseok cuando una mano se coló en su mejilla y la acarició despacio. Sin despegar sus miradas, se acercó lo más despacio que su control podía, porque en el fondo, Jungkook quería juntar sus bocas rápido —y se negaba a admitir.

Un suspiro cargado de sorpresa soltó Hoseok y Jungkook sonrió ante las emociones que reflejaba el cobrizo. Cuando sus labios quedaron a simples milímetros de distancia y se rozaba tan íntimamente al respirar, se besaron. La lluvia los acompañó, dándoles ese toque mágico de un beso bajo la lluvia.

Sintiendo la tibieza de sus labios y los pequeños temblores que provocaba Hoseok ante el simple contacto de Jungkook, aunque el pelinegro estaba igual que el cobrizo, calló a su interior diciéndole que ya tenía lo que tanto quería hacer, un beso.

Cómo si yo solo lo hubiera querido

Escuchó en su cabeza, debía de dejarle en claro, que era verdad, el beso era por su yo interior, para que por fin pudiera permanecer aislado para siempre y al menos tendría el recuerdo de que besó a un hombre.

¡Corte!

El director estaba contento, aunque tenía cambios, quedó perfecta para él. Pero los jóvenes seguían sumidos en el suave contacto y parecía que estaban en otro mundo, donde sólo ellos existían.

Tras varios segundos después se separaron lentamente, porque la lluvia no había amainado y se incrementó, empapando a todos en el exterior. La mayoría corrían a refugiarse, mientras ellos seguían ahí bajo la lluvia. No podía negarse más, le atraía Hoseok y mucho.

Ahora solo faltaba dar el paso y decirlo a todos, que le atraían los hombres. Pero ahí estaba nuevamente ese ser diminuto que lo denominaba como miedo, haciéndolo dudar de su decisión.

Y al final ganó el miedo. Y solo le sonrió de manera tierna.

—Creo que lo hicimos bien —habló Jungkook levantándose para darle la mano a Hoseok.

El cobrizo lo miró confundido, como si una chispa que tenía en su mirada se apagó con el agua y las palabras de Jungkook. El pelinegro le echaría la culpa a la lluvia.

—Buen trabajo —sonrió, pero no como siempre solía hacer.

Caminaron hasta la carpa donde estaban el resto de personal. Fueron halagados por el excelente trabajo realizado, porque era como si no estaban grabando y solo ellos estaban.

El interior de Jungkook se removió enojado, quería salir y gritarles que no era ningún trabajo, fue algo tan maravilloso y placentero que lo haría muchas veces más sin recibir un solo centavo y sin contrato. Pero al final dijo.

—Si, hicimos un buen trabajo.

Espero que les haya gustado mucho.

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