Bajo la luz plateada de la luna, Smoke y Omenazo se miraban en silencio.

Todo había pasado demasiado rápido.

El escándalo con Candy, la confrontación en el callejón, la confesión de Omenazo...

Y ahora estaban ahí, solos, en medio del parque, como si todo hubiese estado planeado por el destino.

Cuando Smoke abrió la boca para hablar, Omenazo se adelantó y lo besó de golpe.

Fue un beso desesperado, lleno de arrepentimiento.

Omenazo: (con voz temblorosa) Lo siento... lo siento por ser un terco, por no haber entendido lo que sentías antes, por todo lo que te hice pasar...

Smoke lo escuchaba con los ojos cristalinos y las mejillas ardiendo.

Pero esta vez, él no iba a esperar más.

Se inclinó y calló a Omenazo con otro beso.

Esta vez no era desesperado.

Era dulce.

Era sincero.

Era todo lo que había estado esperando.

Omenazo correspondió sin dudar.

Por un momento, todo estaba en paz.

Por un momento, todo estaba bien.

Pero no estaban solos.

Detrás de un árbol, Axel los observaba con el puño apretado.

Axel: (en voz baja, con los ojos llenos de ira) Si crees que solo por solucionar el problema con Candy pudiste arreglar lo de Smoke... estás equivocado, Omenazo.

Los miró un momento más, con el pecho ardiendo de rabia, antes de darse la vuelta y desaparecer en la oscuridad.

Axel no iba a rendirse.

A la mañana siguiente, Smoke despertó en su cama con una sonrisa boba en los labios.

Santi y Pau estaban ahí, como dos chismosos esperando las noticias del siglo.

Santi: (cruzándose de brazos) A ver, desembuche. ¿Qué pasó anoche?

Smoke se tapó la cara con la almohada, pero su sonrojo era demasiado evidente.

Pau: (dando saltitos) ¡Dinos! ¡Dinos!

Smoke: (riendo nervioso) Bueno...

Y les contó todo.

Cómo Omenazo lo besó.

Cómo él tomó la iniciativa después.

Cómo todo fue perfecto.

Santi y Pau gritaron como locos.

Pau: ¡AAAAAAAAH! ¡Esto es mejor que cualquier novela!

Santi: ¡Mi hermano al fin tiene romance! ¡Ahora solo falta que Nabi haga lo mismo!

Smoke se echó a reír, pero luego se dio cuenta de algo.

Smoke: Hablando de eso... ¿qué onda con ustedes dos?

Santi de inmediato se puso rojo como tomate.

Santi: (nervioso) ¿Q-qué? ¡Nada! ¡Nabi y yo somos amigos, solo eso!

Pau: (arqueando una ceja) Ajá, claro. Y yo soy astronauta.

Smoke: (poniendo una mano en el hombro de Santi) Bro, tienes que lanzarte ya. Nabi también te ve diferente.

Santi: (susurrando) ¿Tú crees?

Pau y Smoke asintieron con confianza.

Pero antes de que pudieran seguir con la conversación, Smoke recibió un mensaje.

Era de Omenazo.

📩 Omenazo: Te invito a una cita en el restaurante *** esta noche. ¿Qué dices?

Smoke sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Una cita.

Una cita real.

Pau y Santi vieron el mensaje y de inmediato gritaron como desquiciados.

Pau: ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!

Santi: ¡ESTO ES HISTÓRICO!

Pau corrió al armario de Smoke, revisando su ropa como una estilista profesional.

Pau: (concentrada) A ver, tenemos que encontrarte el outfit perfecto.

Mientras tanto, Santi suspiró con nostalgia.

Santi: (suspirando) Ojalá Nabi fuera así...

Smoke sonrió y le dio una palmada en la espalda.

Smoke: (sonriendo) Tranquilo, bro. Tu momento llegará.

Santi lo miró con esperanza.

Pero mientras todo esto pasaba...

Axel estaba en su cuarto, mirando su celular con el ceño fruncido.

Tenía un mensaje de Candy.

📩 Candy: Si quieres arruinar su cita... tengo un plan.