°12°
Smoke había tomado una decisión, pero su corazón aún estaba inquieto.
Desde aquella noche en la fiesta de Santi, donde todo se salió de control, las cosas no habían sido las mismas.
Axel ya no le hablaba tanto como antes.
Omenazo lo miraba con un brillo extraño en los ojos, como si todavía esperara algo.
Candy... bueno, Candy no había vuelto a aparecer.
Y eso lo ponía aún más nervioso.
Una noche, mientras estaba en su habitación editando un video, su celular vibró con un mensaje anónimo.
Mensaje desconocido: Disfruta la paz mientras dure. Te observamos.
Smoke sintió un escalofrío recorrer su espalda.
¿Quién era?
¿Era Candy?
¿O alguien más estaba detrás de todo esto?
La tensión en el grupo era evidente.
Santi y Nabi se habían vuelto más cercanos, tanto que ya ni siquiera disimulaban la química entre ellos.
Celynnei y Pau parecían disfrutar el caos como si estuvieran viendo una novela.
Pero Smoke... Smoke se sentía atrapado en un laberinto sin salida.
Cada vez que veía a Axel, sentía culpa.
Cada vez que hablaba con Omenazo, sentía el peso de lo que había pasado entre ellos.
Y en medio de todo eso, Candy seguía rondando su mente.
Un día, mientras caminaba por la ciudad, vio algo que le heló la sangre.
Axel y Omenazo estaban juntos.
No peleaban.
No discutían.
Solo estaban sentados en un café, hablando en voz baja.
Smoke sintió su corazón acelerar.
¿Qué estaba pasando?
¿Por qué estaban juntos después de todo lo que había pasado?
¿Se habían aliado en su contra?
Sacó su celular y mandó un mensaje a Santi.
Smoke: Bro, creo que Axel y Omenazo están planeando algo raro.
Santi: ¿Qué? ¿Dónde estás?
Smoke: Cerca del café del centro. Los vi juntos. Necesito saber qué están tramando.
Santi: Voy para allá.
Pero antes de que Smoke pudiera seguir observando, Axel y Omenazo se levantaron y salieron del café juntos.
Smoke los siguió, con el corazón latiendo con fuerza.
No sabía qué estaba a punto de descubrir, pero algo en su interior le decía que no le iba a gustar.
Smoke los siguió hasta un callejón oscuro.
Ahí estaban.
Axel y Omenazo, de pie, frente a una figura que Smoke reconoció al instante.
Candy.
Ella sonreía con esa expresión de superioridad que lo ponía nervioso.
Candy: (cruzándose de brazos) Así que por fin dejaron de pelear por ese idiota.
Smoke sintió su pecho apretarse.
Axel: (con voz fría) No estamos aquí por ti, Candy.
Omenazo: (mirando con rabia) Queremos respuestas.
Smoke no entendía nada.
Candy soltó una risa sarcástica.
Candy: ¿Respuestas? ¿Sobre qué?Axel: (con firmeza) Sabemos lo que le hiciste a Smoke.
Omenazo: (dando un paso adelante) Sabemos que lo amenazaste.
Smoke sintió que el aire se le escapaba.
Ellos lo sabían.
Ellos sabían lo que Candy había hecho.
Candy los miró con desinterés y chasqueó la lengua.
Candy: (suspirando) Ay, qué exagerados son. Solo le di un pequeño aviso.
Axel: (furioso) ¡Lo asustaste!
Omenazo: (cerrando los puños) ¡Le dijiste que eligiera a Axel o te la verías con él!
Smoke retrocedió un paso.
¿Cómo lo sabían?
Candy sonrió con malicia.
Candy: (encogiéndose de hombros) Y funcionó, ¿no?
Axel se lanzó sobre ella, pero Omenazo lo detuvo.
Omenazo: (susurrando) No vale la pena.
Candy: (riendo) Son tan predecibles...
Smoke sintió que el mundo giraba a su alrededor.
Esto no podía estar pasando.
Esa noche, Smoke estaba en su habitación, mirando al techo.
No podía dormir.
Todo estaba fuera de control.
Se sentía atrapado, como si estuviera en una película de terror donde él era el protagonista que nunca salía con vida.
Entonces, su celular vibró.
Era un mensaje de Omenazo.
Omenazo: Necesito verte.
Smoke frunció el ceño.
Smoke: ¿Para qué?
Omenazo: Porque no quiero perderte.
Smoke sintió su corazón acelerarse.
Se quedó mirando la pantalla por un largo rato antes de responder.
Smoke: Nos vemos en el parque.
Cuando llegó, Omenazo ya estaba ahí, sentado en un banco, con las manos entrelazadas.
Smoke se sentó a su lado, sin decir nada.
El silencio se alargó.
Hasta que Omenazo habló.
Omenazo: (en voz baja) Lo siento.
Smoke lo miró sorprendido.
Omenazo: (suspirando) Lo siento por todo. Por no darme cuenta antes. Por hacerte sentir presionado. Por hacerte elegir cuando nunca debí hacerlo.
Smoke sintió un nudo en la garganta.
Smoke: (susurrando) ¿Entonces... qué se supone que hagamos ahora?
Omenazo lo miró a los ojos.
Omenazo: (con una pequeña sonrisa) Lo que tú quieras.
Smoke bajó la mirada.
Por primera vez en mucho tiempo, se sintió libre.
No tenía que elegir.
No tenía que decidir entre Axel u Omenazo.
Solo tenía que vivir.
Omenazo se levantó y le extendió la mano.
Omenazo: (con una sonrisa) Vamos, es una noche bonita.
Smoke lo miró, dudando por un momento...
Pero luego tomó su mano.
Y en ese instante, todo pareció un poco más ligero.
UNA DISULPA POR NO ACTUALIZAR, ESTA VEZ SI SE ME OLVIDO ACTUALIZAR JEJJE
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