Omelette

Jimin recuerda su primer día de independencia cuando se mudó a Seúl para comenzar la universidad, su madre lo mimó demasiado y cuando a Jimin le tocó valerse por sí mismo descubrió que no era tan competente o independiente como creía.

Su primer día de clases estaba realmente emocionado, estaba en una nueva ciudad para asistir a una nueva escuela para estudiar la carrera que le gustaba, era simplemente lo que quería.

Pero los problemas comenzaron desde temprano en la mañana, Jimin intentó prepararse un omelette con jamón y queso, su favorito por supuesto pero para hacer un omelette hay que romper huevos y Jimin era muy torpe, ese omelette terminó en un desearte, cada vez que intentaba romper el huevo terminaba haciéndolo con demasiada fuerza y su cocina y él terminaron hechos un desastre, por eso desde ese momento Jimin odió los omelette y automáticamente los asociaba con el desastre.

Pero ni el desastre de ese día se comparaba con el desastre que le había hecho a la camisa blanca y a Jeon Jungkook en general, su compañero en Química, Jimin quería ser un avestruz para ocultar su cabeza en la tierra.

Su profesor había preguntado por alumnos que vivieran cerca de la facultad que pudieran asistir ese fin de semana a la universidad para ayudarle a pintar una tabla periódica debido a que la antigua estaba en mal estado, su profesor podía simplemente pedirle a alguien que trajera una pero ese anciano era una persona complicada y se negó a esa idea, según él las cosas a la antigua resultaban mejor así que fue así como Park Jimin y Jeon Jungkook terminaron en la facultad un sábado pintando una tabla periódica de los elementos en una porción de pared, estaba comprobado que Jimin era una persona torpe y mientras bajaba de la escalera que estaba usando para pintar en la parte más alta no sujetó con suficiente fuerza el bote de pintura y este se le resbaló de la mano, cayendo el azul oscuro que estaba usando para pintar la casilla del Hidrógeno sobre Jungkook que estaba pintando el Bario de amarrillo.

─Oh, Dios, Jungkook, lo siento muchísimo─se disculpó entre cortado, Jimin sentía la vergüenza apoderándose de todo su ser y la preocupación iba de la mano─ ¿estás bien?, ¿te ha golpeado el bote?.

Lanzaba las preguntas tras otra, antes de darse cuenta ya estaba en el suelo poniéndose en cuclillas frente a Jungkook que estaba sentado y quieto.

─Oh Dios, ¿estás mal cierto?.

─Park, estoy bien, tranquilo─respondió finalmente con la voz apretada y entonces Jimin suspiró de alivio, no se perdonaría hacerle daño a alguien por su torpeza.  También notó que tenía pintura por todo el rostro y cabello por lo que hablar debía de ser incómodo y difícil porque podía entrarle pintura en la boca y eso sería muy desagradable.

─Eres un desastre─se lamentó Jimin, tapando su rostro con las manos y sintiéndose muy culpable.

─Gracias─siseó Jungkook.

─Lo siento, me refería a que eres un desastre por mi culpa─corrigió sintiéndose abochornado, siendo sincero Jungkook lo hacía sentir más torpe de lo normal.

El pensamiento fue extraño y no era el más indicado para esa situación y momento por lo que lo más recomendable era mandarlo hasta el final de su cabeza y arreglar el desastre que había hecho.

─Ven, sostente de mi, te ayudaré a caminar hasta el baño para que puedas lavarte el rostro, luego ya veremos que hacer con tu ropa.

El sonido afirmativo salió de la garganta de Jeon y Jimin ya estaba ayudándolo a ponerse de pie a ciegas y dándole una indicación tras otra en el desafiante transcurso hasta el baño de hombres. En realidad era solo caminar por el pasillo hasta llegar pero Jungkook eventualmente se desviaba sin darse cuenta y Jimin debía reubicarlo.

Fue molesto pero mentirían si dijeran que no se habían reído como un par de maniáticos y cuando a Jungkook le entró pintura en la boca sus muecas de asco con su rostro azul fueron muy graciosas, Jimin estuvo a punto de soltarlo para reírse a gusto pero se contuvo.

─Vamos Park, eso sabe asqueroso─comenzaron las quejas cuando entraban al baño, según Jungkook ya había comido pintura, ya daba igual si abría la boca para hablar o no. Jimin reía alto a su lado, podía sentir las vibraciones de sus risas─Yaah~, comí pintura por tu culpa, hazte responsable.

Y mientras más molestaba Jungkook más Jimin reía, tenía una bonita risa, escandalosa pero sin dejar de ser melódica.

─Me estoy haciendo responsable, lo he traído hasta aquí señor Jeon─se defendió─Y ahora necesito que te inclines sobre el lavado.

Un latido pasó.

─No sabía que eras de esos, Park.

Jimin soltó una risa histérica, se sentía rojo como un tomate.

─¡Oye tú!,¿que se supone que estás pensando, pervertido?─medio gritó y escuchó una risita─voy a lavar tu cara, malagradecido.

─Ok ok.

Debía ser un poco incómodo que una persona con quien no eres cercano lave tu rostro pero lejos de eso Jungkook estaba pensando en la delicadeza con la que Jimin frotaba la llema de sus dedos por su rostro al retirar la pintura, era eléctrizante, en un buen sentido.

─Ya está.

Jungkook miró su reflejo en el espejo, tenía el cabello azul con la pintura que estaba comenzando a secarse y su camisa estaba en las mismas condiciones.

Escuchó a Jimin hacer un ruido abochornado y lo vió a través del espejo frotándose el rostro con frustración y desordenandose el cabello.

─Lo se, he acabado contigo, realmente lo siento Jungkook, soy una persona desastrosa.

Se disculpó, sus mejillas estaban rosas reflejando el genuino bochorno.

─No te preocupes demasiado, tengo que agradecer que seas un desastre por que si no seguramente no hubiéramos tenido esta experiencia.

Simplificó, dándole una cálida sonrisa de boca cerrada, Jimin se puso más rojo aún.

─Pero si debes preocuparte por mi camisa, necesito un reembolso o una cena, tu eliges.

─Oh,cállate.