|Cap ₆|Who are you?


¿Quién eres , y por qué me hablas?

Yo sólo tenía planeado responder su comentario de mierda, no plantear una conversación y menos responderle el mensaje para empezar aquello.

No tendría razones por las cuales hablarle, pues, ¿Quién habla con extraños? Puede ser que yo, pero no es lo mismo por Omegle, ¿o sí?

Bueno... es peor.

Apreté su chat y me resigné a responder su "Hola" con otro "Hola". Luego de eso fui a su perfil, así pudiendo leer su nombre: Hoseok. Después notando que éste tenía bastantes fotos publicadas. Se me hacía guapo, no podía negarlo, pero ese no era el tema.

No le daré importancia. Seré fría y para nada cortés.

Pronto otro mensaje de él me había llegado.

Chat

—¿Sorprendida?

—¿De que me hablaras?

—Sí, por eso.

—No. ¿Debería estarlo?

—¿Ahora esperas que
me corte un testículo
por el comentario?

—Ese fue el propósito.

—¿Por más o menos
decir que "hipócrita"
es una palabra muy
utilizada por las mujeres?

—Sí, porque es mentira.

—No lo es. Todas las
mujeres que he
conocido son así.

—No generalices,
porque tienes una
idea completamente
errónea. Yo sí puedo
determinar mis
argumentos.

—Tú, tal vez.

—Sí.

—Así que eres de Seúl.

—¿Lo viste en mi
biografía?

—¿Dónde más?

—No lo sé.

—Yo viví ahí cuando
era niño.

—Entonces tal vez pude
conocerte en algún
momento.

—Tal vez. ¿Quién sabe?

—Probablemente.

—¿Te gusta alguien?

—¿A qué viene eso?
Sólo llevamos minutos
conversando.

—Tranquila, a mí ya
me gusta alguien.
Sólo pretendo charlar
contigo.

—Bueno. Conocí a alguien
p

or Omegle.

—¿Cómo se llama?

—¿Lo buscarás entre
mis amigos?

—Exacto.

—Entonces no.

—¿Por qué no?

—A penas te conozco.
No puedo confiar su
identidad en ti.

—Al menos dime
qué lugar es.

—De Busán.

—Yo vivo en Busán.
Podría conocerlo.

—Ahora que sé eso,
menos te diré quién es.

Fin Chat

No le había dado tanta importancia a ese chico, o mejor dicho; Hoseok.

Se me hizo incoherente y entrometido, por lo que no gastaría ni un minuto más en él. Había salido del chat y, aunque me pudo llegar otro mensaje de él, simplemente lo dejé de lado.

Al llegar a casa, pude notar la soledad en que me hallaba fundida.

Suspiré con pesadez y fui a la cocina por algo de comer. Me serví un vaso de agua gasificada, junto a un sándwich, para luego irme directo a mi habitación. Al pasar por al lado de la habitación de mi hermana, pude escuchar que ésta jugaba Free fire.

Abrí mi habitación, quité mi uniforme y lo lancé al suelo. Sentía tristeza, o tal vez ese sentimiento se había vuelto parte de vivir aquí.

Recostada sobre mi cama, cerré mis ojos, teniendo como último pensamiento a Jungkook antes de caer en un hoyo llamado sueño.





•••





Sus besos se habían apoderado de mi cuello. Él sostenía mis caderas con fuerza, provocando un gemido casi inaudible por mi parte.

Me encontraba a su total disposición, siendo sometida a un mundo de placenteras caricias y agarres por Jeon Jungkook.

Subió sus besos por mi mandíbula, mordiendo ésta con delicadeza, para luego comenzar a quitar con entusiasmo mi camiseta. Sus ojos podían llegar a observarme con detención, siendo espectador de mi descontrolado pecho que llegaba a subir y bajar con demasía dureza.

Necesitaba sentirlo. Necesitaba sentir su piel sobre la mía, devorando cada parte de mi ser como yo el de él. Deseaba morder y saborear esos finos labios que desde el primer momento me habían vuelto loca. Anhelaba escuchar sus gemidos de placer provocados por mi persona.

Quería que Jeon Jungkook me quisiera, al menos en un maldito sueño.

Desperté de golpe, con la garganta seca, mi frente mojada y mi corazón descontrolado.

Mi móvil sonaba por la oscura habitación, dando a conocer que ya era tiempo de levantarme e ir a la preparatoria.

Entonces, en ese momento, en esa desolada cama y fría habitación, yo me había dado cuenta que me había dormido pensando en él, pero en verdad soñaba en dormir con él.

Con Jungkook.





•••





—Me habló un chico —le dije a mi amiga.

—¿Y, qué tal? —sacó su estuche junto a su cuaderno de física.

—No le tomé mucho atención. Es lindo, pero ahora no quiero hablar con nadie más quien no sea Jungkook. —apoyé mi cabeza sobre la mesa.

Una total aniñada, triste por tal vez unas falsas ilusiones. Esa era yo. Definitivamente era yo. Soy yo.

—¿Qué pasa con él? ¿No han hablado?

—Quiero creer que me deja de responder los mensajes porque está ocupado o... no lo sé... —suspiré, haciendo volar algunos de mis cabellos en mi rostro—. Realmente no lo sé. ¡No lo entiendo!

—Tranquila —acarició mi espalda con la palma de su mano—. Él es un estudiante de universidad. Su tiempo es mucho más apretado que el de nosotras y, debe tener que hacer demasiadas cosas. ¿No lo crees?

—Ya no sé qué creer...

—Pues eso creo yo.

—¿Y si se arrepintió?

—No lo creo.

—Es hermoso. Las chicas le deben llover. Es obvio que existe alguien mejor que yo.

—Tampoco lo creo —negó con la cabeza.

—¿Entonces qué crees? —enarqué una ceja.

—Ya lo dije. Él debe de tener que hacer muchas cosas más. Además, ¿no te había dicho que a veces desaparece de las redes?

—Mhm... Sí, tienes razón —asentí, triste—. ¿Entonces, debo acostumbrarme a que me deje de hablar así como así?

—Se me hace raro ese chico...

—¿Jungkook?

—¿De él hablamos, no? —asentí—. Algo tiene. Sólo... es raro.

—Creo que sí...

El profesor había llegado, por lo que me dediqué a sacar mi cosas y, poner atención a su agradable clase.

La verdad es que no entendía mucho esta unidad, pero al menos trataba de hacerlo. Mis mayores habilidades se centraban en los ramos de filosofía, lenguaje, ciencias y música. Adoraba cuando llegaban los miércoles por la mañana y, podía tocar el piano.

Oh, ese piano.

Las agradables melodías.

Mi escapada de la realidad.

La delicada danza producida por mis dedos.

Mi corazón conectado con mi mente.

Mis sentimientos proyectados en la pista.

Oh, piano.

Amaba el piano. Tanto como también empezaba a querer a Jungkook.

Jungkook se había vuelto mi escapada de la realidad. Al pensar en él, nada más se proyectaba en mi mente un personaje ficticio de algún libro, pero, no era así. Jungkook era real. De carne y hueso.

El día había pasado. Whee-in caminaba junto a mí a la salida de la preparatoria.

Desde lejos pude apreciar la figura de Park Jimin entremedio de muchas personas y, junto a él se hallaba charlando mi expareja de la básica.

Enseñanza básica. Esa edad en la que nada es claro y todo parece un chiste. Esa edad en la que uno se enamora inocentemente de una persona, creyendo que esa persona sería tu ser amado por toda la vida y, nunca podrías superar.

Así de patética fui yo a los doce años.

Bien, lo que ahora pasaba era que Jimin y mi exnovio eran algo así como mejores amigos. Lo cual se me hacía extraño.

Bien.

MUY EXTRAÑO.

Y se me hacía aún más extraño ahora ver a Tae Hyung, Jimin y mi exnovio de básica, caminar y charlar juntos a la salida.

¿Qué? ¿Ahora todos mis ex's se unirán y crearán un clan?

—¿Desde cuándo son tan amigos? —pregunté en un murmuro.

—¿Ah? —me observó, extraña. Luego miró entre la multitud—. Ah... —hizo una mueca con gracia—. ¿Ellos tres?

—Sí, ellos, Whee-in.

—Debe sentirse extraña tu situación —se encogió de hombros.

—Ellos... digo... Mi ex de la niñez... ¿Sabrá que los otros dos a su lado también son mis ex's?

—No lo sé —entrelazó su brazo con el mío—. Tranquila, tampoco es para tanto.

—Lo dices porque no estás en mi situación... —mascullé—. Igual, tampoco le tomaré importancia.

—Sí... Muy bien —sonrió—. El próximo sábado se estrena la película del grupo que nos gusta.

—Ah, ¿iremos?

—Claro que iremos —sonrió, entusiasmada y apretando mi brazo—. Iremos con Hwasa.

Hwasa es nuestra amiga desde hace ya dos años. Es una chica muy linda, amable y divertida. Definitivamente, la quiero mucho.

Le doy un último vistazo al Clan de mis ex's, y sigo mi camino. Insatisfecha por la situación.

¿Por qué deben pasarme cosas tan inusuales? ¿Acaso estoy segura que es mi realidad y esto no es una narración de algún libro para adolescentes?

Nada es seguro. Se encoje de hombros mi consciencia.






•••






El día de la película había llegado, y aunque debía de sentirme emocionada por ir al cine a ver un documental de mi boy band favorita, no lo estaba del todo.

Jungkook ha invadido mi mente toda esta semana. Desearía hablarle, pero creo que mi inseguridad es más grande que mi anhelo por escribirle.

De todas formas, él debe sentirse muy sobre mí por ser mayor de edad, y yo nada más una pendejilla de preparatoria. Tal vez nuestra diferencia de edad le da el poder de hablarme y decirme cosas lindas cuando él quisiera. Tal vez él piensa que me tiene entre sus dedos, y eso definitivamente es...

Jodídamente cierto, mi ciela.

¿Cómo es eso que entre más te ignora, más te gusta?

¿Entre menos le gustas, más te gusta?

¿Y entre más difícil sea la situación, más te gusta?

¿Por qué todo debe terminar en gustar? Espera...

¿Jungkook me gusta?

No.

No me gusta.

Para nada.

Obvio no.

Una idea errónea.

Jamás.

Puede que esté un poquito flechada por su belleza pulida por los mismos dioses griegos, pero no. Tal vez tenía que aceptar por descolocado que era todo esto de seguir hablando con una persona a distancia. ¿Y si me llegara a enamorar de verdad, lo resistiría? ¿Resistiria estar lejos de él?

¿Relación a distancia?

Eso todos sabemos que no funciona.

Aunque una pequeña parte de mí sí crea en ello. Existen innumerables parejas que se aman a distancia, sin importar las dificultades del momento y todo aquello que les depararía el destino.

¿Podriamos ser Jungkook y yo una pareja a distancia?

Repentinamente, mi conciencia me da una bofetada. Debía reaccionar. No debía ilusionarme. Jungkook ni si quiera se ha dignado a hablarme, y yo ya estoy planeando nuestro futuro.

"No existe un mañana, hija."

La voz de mi madre se hace presente en mi cabeza. Esa típica frase que suele decir cada que mi hermana o yo hablamos sobre planes a futuro. Siempre nos dice que el futuro no existe. Que en cualquier momento puede pasar algo en el mundo, o a nosotros mismos.

"No debemos de pensar en el futuro, solo en nuestro presente y agradecer un día más de vida." Decía ella con una triste sonrisa.

Una voz descoloca mis pensamientos.

Hwasa.

—La película está por empezar, hay que entrar. —sugirió, esbozando una alegre sonrisa.

Las tres nos encontrábamos emocionadas.

La película había empezado. Mi corazón se había elevado a mil, sólo con escuchar la hermosa y eufórica canción que nos había hecho gritar a cada una de las personas dentro de ese lugar repleto de luz gracias a la gigantesca pantalla.

Precioso...






•••






—¿Vamos a comer? —pregunta Whee-in.

—Claro —asiento con una sonrisa—, aunque ya comimos antes de entrar a ver la película, aún tengo hambre.

Entonces las tres habíamos pedido comida, menos Hwasa, ella sólo se pidió un jugo. Whee-in y yo nos pedimos un burrito y un jugo de fresas con hielo, menta y una rodaja de limón.

Caminamos a la enorme y casi vacía terraza del centro comercial. El clima estaba entre medio nublado y soleado.

Perfecto.

Iba a empezar a comer mi burrito, cuando una notificación en mi móvil suena.

Extrañada, dejo la comida a un lado. Tal vez era un mensaje de mi madre. Es muy preocupada cuando me dispongo a salir con mis amigas.

Sobre-protectora.

Entonces ahí fue el momento en que esa idea se esfumó por completo de mi torpe cabeza. Casi se me había olvidado el hecho de que hace unas horas había subido un vídeo de mi rostro a mi historia de instagram, demostrado lo feliz que me sentía por pasar tiempo con mis amigas.

Mi corazón había vuelto a saltar y salirse de mi pecho, al leer en la pantalla.

(_gguk_j) Ha respondido a tu historia: ¡Te ves muy linda! 😍

, definitivamente, me gusta Jeon Jungkook.


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