|Cap ₂₆|A minutos de distancia.


Creo que no tengo que explicar esto, porque sé que lo he dicho muchas veces, PERO, no quiero leer comentarios diciendo "En Corea no se ingresa a clases en Marzo" "Jungkook no cumple años en febrero", y cosas así. Vuelvo a repetir, todo está adaptado a mi país.

Bueno, eso era. ¡Pueden leer! 💕🤝🏻

__________

¿Por qué vuelves cuando estoy dejándote ir?

¿Por qué vuelves como si nada hubiera sucedido?

¿Por qué me haces esto?

¿Por qué vuelves como un imán? No quiero ser más ya tu metal. 

Jungkook había vuelto, pero yo ya no lo sentía igual. Sentía mucha rabia en mi interior. Yo no era un juguete el cual él podía maniobrar cada vez que quisiera. Yo era una persona, de carne y hueso, con sentimientos. Tengo sentimientos, pero al parecer él se había olvidado de aquel punto.

No tenía que mostrarme vulnerable, y aunque muchas veces lo hice, esta vez quería que fuera diferente. Mi amor por él jamás dejó aquel gran lugar en mi corazón, sin embargo, debía aceptar que Jungkook no es una persona quien aporta en mi vida. Él no me hacía bien, y debía aceptarlo, por muy duro que fuera.

Entré al chat y pretendí contestar su menaje.

Chat.

—Hola.

—¿Cómo estás?

—Bien, ¿y tú?

—Bien, también.
Te hablaba para
preguntarte algo. 

—¿Sí? ¿De qué trata?

—Mis amigos y yo
haremos un viaje
de tres días, antes
de entrar a clases.

—Ah, qué bien. ¿Y
cuál es la pregunta?

—Iremos a Seúl.

—Oh, no me lo
esperaba. Espero
que se diviertan,
aquí es muy lindo.

—Y, la pregunta es,
si me podrías
recomendar algún
lugar de tu ciudad.

—Bueno, Yongsandong
es lindo. Pasé ahí
todo mi verano.
Por las noches las
discotecas están
abiertas, y cerca
hay lugares muy
turísticos.

—Bueno, en verdad,
también quería
preguntarse otra cosa.

—Claro, dime.

—Si no quieres, no
pasa nada, pero ya
que estaremos tan
cerca, ¿crees que
podamos conocernos?

Fin Chat.

Dejé el móvil a un lado. No quería tomar decisiones precipitadas. Debía pensar en mis próximas acciones. Y, llegué a la conclusión que nada mas nos veríamos en persona, nada más pasaría, ni dejaría que sucediera. Esta se convertiría en una oportunidad para conocerlo, estar frente a él y probar mis sentimientos, si en realidad eran tan fuertes como los sentía.

Así que, volví al chat y respondí: «Claro, conozcámonos.» 

Charlamos un rato más. Él vendría en dos semanas más, un miércoles por la mañana llegaría a Seúl, y al día siguiente por la tarde, nos juntaríamos, según lo acordado.

A pesar de todo lo sucedido, no podía negar mi claro nerviosismo por la llegada de marzo. Temía que llegara aquel jueves. Temía por mis sentimientos. Por mi amor a su persona.

Pasó una semana desde ese día. Jungkook había estado de cumpleaños hace algunas semanas, por lo que me atreví a comprarle un regalo. Lo tenía preparado. Siempre supe que él es muy fan de las películas de Marvel, al igual que yo, y que su personaje favorito es Iron Man, por lo que... Sí, le compre un peluche de aquel personaje. 

Había pensando en otras opciones, como; perfumes, camisetas, accesorios. Sin embargo, el peluche sería lo más indicado, puesto que tal vez muchas personas le regalarían las anteriores cosas nombradas, en cambio yo, le daría algo que no se acabaría como un perfume, o no se desgastaría al igual como una camiseta, o no sería tan pequeño como un accesorio.

Yo le daría algo que fuera de su lado aniñado. Porque, bueno, Jungkook amaba a Iron Man. Y, no muchas personas lo sabían.

Mi temporada de clases había empezado. Mi último primer día en esta preparatoria. El otro año esperaba ingresar a una de las mejores Universidades de mi país, por lo que, bueno, debía esforzarme el doble si quería estar allí, como lo estuvo mi hermana mayor. Ella estudió Nutrición y dietética. Y, es una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida.

Sentía nostalgia por acabar este año, no quería convertirme en alguien mayor. 

Cabía decir que un virus se había expandido por todo el mundo desde el año pasado, éste se llamaba Covid-19, y recién ahora había llegado a mi país, desgraciadamente. Esperaba que aquello no irrumpiera en mi año escolar.

Chequea esto.

En fin, hoy era Jueves. Jungkook y yo hablamos para juntarnos en el parque central de la ciudad, era un lindo lugar para poder conocernos. Sentía mucho nerviosismo, hoy me estuvieron sudando las manos todo el tiempo.

Al llegar a mi casa, corrí al baño y me metí a la ducha. Después de diez minutos, salí corriendo a mi habitación. ¡No encontraba mi ropa! Sin embargo, pronto pude percatarme que mi tía se encontraba en casa, puesto que mis papás estaban trabajando y le pagaban para ser nuestra niñera. ¿A qué quiero llegar? Que cuando ella limpia mi habitación, deja todas mis cosas en lugares diferentes.

—¡Tía! —llamé desde las escaleras, con la toalla envolviendo mi cuerpo desnudo.

—¿Sí, corazón? —vino hacia mí.

—¿Sabe dónde están mis blusas cortas?

—Oh, sí, las guardé todas en el cajón de la derecha.

—Graaaaciaaaas —y volví a mi habitación.

Tomé la blusa, era verde fosforescente con negro, y me llegaba hasta la mitad de mi abdomen. Me puse unos jeans negros apretados, con un cinturón rodeando mi cintura, y unos zapatos negros. Ah, y una chaqueta negra. Bueno, a esta altura de la historia, ya todos saben que amo el negro, ah, y el azul.

Pronto, mi corazón comenzó a palpitar muy fuerte. ¡No le había pedido permiso a mis padres! Aquel se trataba de un gran problema. MUY GRANDE.

Entré al grupo de Whatsapp de mi familia, y escribí:

Chat.

—Saldré al centro
de la ciudad.

—¿Con quién? —respondió
mi hermana mayor, cuando
en verdad quería que me
respondiera mi mamá.

—Con un chico.

—¿Quién es ése chico?

—Un chico que conocí. 

—Mi mamá no te
dejará. Son las seis
de la noche, es muy tarde.

—Pues, si no me
dejan, iré igual.

Fin Chat.

Creo que por aquel atrevimiento me castigarían por un mes. Sin embargo, ya nada me importaba, yo quería conocer a Jungkook, y ésta probablemente se convertiría en la única posibilidad de hacerlo.

Cuando intenté arreglar mi cabello, una llamada entra a mi móvil. Era mi madre, probablemente enojada. Contesté.

—¿Sí?

—¿Adónde vas a éstas horas?

—Me iré a juntar con un chico.

—¿Cuál?

—Con Jungkook —solté.

A mamá ya le había platicado de él en algún momento, por lo que no se me hizo difícil confesarlo. Aunque, bueno, temía que no me diera permiso. Sin embargo, contestó:

—Bueno, pero te vienes antes de las nueve de la noche. Tu padre y yo estamos trabajando, no podremos irte a buscar en auto, así que tomas un autobús o un Uber. ¿Entendido?

—Claro, claro —sonreí, aliviada.

Cortamos la llamada. Fui directo al baño de mi casa, maquillé mis ojos y pinté mis labios con un brillo transparente, peiné mi cabello, tomé unas gafas oscuras y me miré al espejo. En realidad, me veía bien.

Tomé la bolsa de regalo color azul brillante, con el Iron Man dentro, además de un tarro de patatas fritas, ya que también sabía que le gustaba la comida salada.

Salí de casa masticando un chicle de sandía, estaba nerviosa y el chicle ayudaría, tal vez. Antes de eso, Jeon me había dejado un mensaje, informando que ya se encontraba en la ciudad, en aquel parque. ¡No podía creer que sólo un par de minutos nos distanciaban!

El autobús no pasaba, y me alteré un poco. Luego de unos veinte minutos esperando, llegó el transporte y entré al mismo. Después de media hora de viaje, llegué al centro. Mis manos sudaban, sentía muchas mariposas en mi estómago. NO, NO MARIPOSAS, SINO MALDITOS DINOSAURIOS JUGANDO A LAS CARRERAS DENTRO DE MIS ORGANOS.

Cuando llegué a una esquina, después de que un auto pasara por delante de mí, vagué mi vista por las personas del parque. Y, cuando mis ojos encontraron a su persona sentado en una banca, mirando a todos lados, con su móvil entre sus manos, sonreí.

Nos encontrábamos a una cuadra, aunque aún así pude notar su presencia desde lejos. Era él, el amor de mi vida se encontraba en mi ciudad y yo no podía analizar si se trataba de la realidad o uno de los tantos sueños que en algún momento tuve con su persona.

Me quedé parada unos segundos, con el corazón a mil y mis manos sudorosas, producto de los nervios que sólo él podía llegar a producir en mí, desgraciadamente.

Sosteniendo su regalo entre mis manos, crucé la calle, respirando hondo y teniendo la vista fija en aquella banca. Acercándome cada vez más a aquel chico causante de mi sufrimiento. Me estaba acercando al peligro. Estaba por conocer a Jeon Jungkook.


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