Completamente mío
No puedo evitar seguir deseándote más y más.
Se suponía que como de costumbre, pasaría el fin de semana en el departamento de su mejor amigo de la infancia. Pero precisamente en ese momento, Baekhyun se encontraba en una situación bastante incómoda.
—¡Ah, haa!
Sus gemidos ahogados contra el colchón se mimetizaban con los roncos jadeos y el crujido de la cama sincronizada con cada embestida.
—Aah… Noo… ¡aah!
El bajito se estremecía y temblaba, intentando en vano repeler el asalto. El menor cargaba todo su peso en los delgados brazos, mientras se impulsaba en movimientos pélvicos que agitaban su cuerpo y el del pequeño al que estaba sometiendo.
—Ha… Chanyeol… ahh… Basta… ¡Ah!
La erección que hace unos minutos estaba enterrada en el omega, lo dejó vacío de un momento a otro, y Baekhyun creyó por un segundo que sus súplicas al fin fueron escuchadas, pero el tirón en su brazo derecho lo desconcertó.
—¡¿Nhg?!
Fue tomado y volteado con una fuerza bestial, solo para invertir su posición, y esta vez ver a la cara a quien se estaba robando la pureza que por tantos años había guardado con recelo.
El eje rígido y grueso volvió a abrir sus paredes, empujándose en su interior con un ritmo cada vez más desesperado.
—Ah ah… uwah… haa… Chan-aah —sus labios suspiraban sin fuerzas palabras sin sentido, mientras sus ojos se aguaban haciéndole la visión cada vez más borrosa. Tal vez no ver, es lo mejor.
—Lo siento. Baek, yo… lo siento –gimoteaba el alto entre jadeos reprimidos, cortando sus palabras con cada impulso que tomaban sus caderas contra las del mayor.
Con el esfuerzo y la culpa deformando sus facciones, Chanyeol se inclinó a besar los labios entreabiertos y resecos, buscando aparentar que todo aquello era algo más que solo instinto.
Esto fue un accidente. Fue un accidente, no pudimos hacer nada al respecto.
Una vez que la euforia del celo acabó, solo quedaba la culpa. El alfa estaba sentado en la cama, con la espalda contra la pared, y Baekhyun acostado en el otro extremo, cubierto con las mantas hasta el cuello y dándole la espalda.
—Lo siento —murmuraba Chanyeol cubriéndose el rostro con una mano, aún sin atreverse a levantar la cabeza –No tenía planeado hacerte una cosa tan terrible.
—No fue tu culpa —balbuceaba Baekhyun con la mirada perdida —Solo pasó… esto me pasa por no confirmar si traía la medicina conmigo antes de venir.
Chanyeol miraba al diminuto bulto encogerse más y más a medida que las débiles palabras eran pronunciadas—Baek… —lo llamó suavemente, moviéndose cauteloso hasta llegar junto al omega —¿Es doloroso? ¿Tienes hambre? ¿Quieres algo de comer? —preguntó apoyando una mano en su hombro.
Apenas sentir el contacto, el cuerpo de Baekhyun tembló, esto no pasó desapercibido para el alto, que alejó la mano, dolido.
—Yo… lo siento —fue todo lo que el alfa pudo pronunciar. Se arrastró hasta estar al borde de la cama —Es mejor que descanses por un rato. Quédate esta noche —decidió tras incorporarse.
—¿Eh? Pero…
—Yo ya he bebido mi supresor, así que no tienes que preocuparte —lo cortó el alto, sin darle chance de replicar —Además, tu celo comenzará de nuevo en cuestión de minutos. Es malo para ti salir ahora a la calle, ¿cierto?
Baekhyun fue consciente de la situación desfavorable en la que se encontraba —Uhm… sí. Tienes razón —farfulló cubriéndose la boca con las mantas al hablar.
Chanyeol no respondió. Solo empezó a caminar a paso lento hasta abrir la puerta de la habitación.
—Oye, Baek… —lo llamó en el umbral, sin voltear a verlo a la cara.
—¿Sí?
—¿…no puedo ser yo?
El mayor parpadeó perplejo —¿Qué? ¿Por qué tan de repente…?
—He bebido mi supresor, pero he sentido algo diferente en tus feromonas. Podría haber una posibilidad de que fuésemos destinados.
—¿Destinados? ¿No es eso solo una leyenda absurda?
—Sí, pero yo creo en ella —le sonrió con suavidad —No te presionaré, solo piensa en ello, ¿de acuerdo? —fue lo último que dijo antes de salir y cerrar la puerta tras él, dejando al omega confundido y avergonzado.
Baekhyun terminó sentado en la cama, recostado en la pared, abrazado a sus piernas y con la manta envolviéndolo. Sus ojos vagaban por la habitación de Chanyeol sin enfocar nada en concreto, perdido en sus recuerdos.
El bajito estaba en la escuela media cuando descubrió que era un omega. Desde aquel día, la gente a su alrededor cambió su actitud con él. Ya no lo miraban a los ojos, sus compañeros se mantenían alejados de él, pero…
—Ustedes son demasiado exagerados. No hay nada malo en tomar medicamentos. Es una tontería si toman su felicidad y lo humillan sólo por su género —Chanyeol ahora apoyaba una mano en su hombro y lo miraba a los ojos —No les hagas caso, para mí, Baekhyun siempre será Baekhyun.
Recuerda que en esa ocasión, sintió los ojos húmedos de la emoción. Con su gran poder e influencia de alfa carismático, Chanyeol volvió mucho más ligera la carga sobre sus hombros. Gracias al menor, incluso ahora podía aceptar lo que era.
Siempre había visto a Chanyeol como un buen amigo, alguien en quien apoyarse cuando las cosas se hacían duras como para sobrellevarlas solo. Pero luego de la situación que acababa de ocurrir y las palabras del alfa, era la primera vez que veía la relación que mantenían con otros ojos que los de simple amistad.
—Mi persona destinada… —murmuró acariciando sus labios, rememorando inconscientemente los de Chanyeol cuando el alfa regó su rostro y cuerpo de besos en aquel encuentro. Su corazón palpitó de solo recordarlo.
Esto es una locura.
Cuando el alto regresó de la farmacia, fue a reunirse nuevamente con Baekhyun, llevaba una bandeja con gachas, analgésicos, comprimidos de inhibidores y un vaso de agua. Baekhyun aceptó todo aquello en silencio.
—Bien, ya estás seguro ahora –habló suave el alfa, acomodando todo en la mesita de luz a un lado de la cama.
—Chanyeol… —balbuceó el bajito, con la cabeza gacha y la mirada fija en su regazo.
—¿Hmm?
—¿Por qué me permites elegir? Pudiste simplemente morderme la nuca.
—De hecho, eso habría sido mucho más fácil —concordó el alfa con una sonrisa triste —Pero también quiero tener presente tus sentimientos. Incluso si nosotros no fuéramos alfa y omega, aún así, seguiría creyendo que eres mi persona destinada.
Baekhyun sintió las mejillas arderle al oír tal convicción en aquellas palabras —¿Estás realmente bien… con alguien como yo…? —preguntó con la voz temblorosa, mirándolo a los ojos por primera vez luego del incidente.
—Por supuesto —declaró abandonando la silla junto a la cama para sentarse al borde de esta y envolver al bajito en un cálido abrazo —Estoy bien con alguien como Baekhyun.
El omega se aferró a los brazos del alto, sintiendo discretas lágrimas de alivio y agradecimiento picarle los ojos. Jamás creyó en tal cosa como el destino, pero que una persona como Chanyeol hubiera aparecido en su vida, definitivamente era suficiente prueba para llenarlo de convicción.
Luego de la charla, el alto lo dejó descansar para que su cuerpo y mente se repusieran.
Cuando descargaba la basura de la sala, algo brillando al fondo de la bolsa llamó la atención de Chanyeol. Metió la mano hasta alcanzarlo, sosteniendo ahora la tableta de pastillas anticonceptivas e inhibidores que Baekhyun siempre llevaba consigo a donde sea que fuera.
Devolvió la medicina a la basura mientras una sonrisa torcida adornaba sus labios, recordando el momento en que las tomó de la mochila de su mejor amigo, mientras este dormía.
Solo un poco más. Pronto… muy pronto, tu mente y tu cuerpo serán completamente míos por el resto de tu vida… Baekhyun.
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