6. Ofrenda.

El cortejo era una parte fundamental en la relación de un alfa y omega. No solo le probaba al omega cuánto el alfa los apreciaba y atesoraba como posibles parejas, sino que, también se lo demostraba al mundo entero.

Cada clan tenía su propia forma particular de llevar el cortejo entre una pareja.

Por ejemplo, los Jiang suelen hacer uso de su cocina exquisita para probar que serían alfas útiles y capaces de cocinar comidas deliciosas en caso de que sus omegas cayeran enfermos. Al final, eso funcionó en Lan Xichen, ¿no? No por nada ahora era el marido y alfa de Jiang Cheng.

Los Jin, como siempre, hacían despliegue de su fortuna para llenar a sus parejas de los regalos más caros y ostentosos. Era una prueba de que le traerían estabilidad económica, además de que estaban dispuestos a cumplir con cualquier capricho que sus omegas quisieran.

Los Nie valoraban más su fuerza física, la fiereza con la que Nie Mingjue enseñó a su secta persistía en los discípulos incluso después de su muerte. Eran fuertes y fornidos alfas guerreros, prometiéndole seguridad y protección a sus omegas.

Y, por último, los Lan creían que la lealtad era lo más importante en una relación. Era bien sabido que un Lan solo amaba una vez en su vida, cuando un Lan amaba, lo haría hasta el resto de sus días, prometiéndole a sus omegas su fidelidad infinita.

Jin Ling estaba en un conflicto.

Jin Guangyao le explicó algo sobre el cortejo –claro, desde la visión de los Jin– y le dio de ejemplo cómo su padre había conquistado a su madre. Y, a pesar de que la historia de amor entre sus padres le pareció tierna, se preguntaba si eso le ayudaría en su caso.

Sin embargo, dudaba de esto, pues estaba enamorado de un Lan. Y sabía de antemano que esa secta no apreciaba del todo el derroche de dinero, por lo que tratar de cortejar a su pareja con las enseñanzas de los Jin no sería efectivo.

Una risa lo hizo salir de sus pensamientos, su mirada se movió para captar a su tío Wei reírse junto a los conocidos discípulos Lan.

A su lado, sin mover ni por accidente sus labios, estaba parado Hanguang-Jun, mirando con adoración a su omega reírse junto a su hijo y el joven Lan Jingyi.

Entonces, una duda llegó a él.

¿Cómo había cortejado su tío Lan a su tío Wei?

Tal vez podría aprender de esa historia para cortejar a la persona que él ansiaba fuera su pareja.

Pero, ¿cómo le preguntaría a Hanguang-Jun aquello? Si bien eran algo parecido a parientes, en realidad no hablaban mucho. Sus interacciones se limitaban a saludarse respetuosamente y ser protegido por el alfa cuando una situación en extremo peligrosa se presentaba durante una cacería nocturna.

Fuera de eso, no hablaban en lo absoluto.

Y por su parte, su tío Wei seguramente lo molestaría con bromas tontas y comentarios fuera de lugar si le preguntaba.

Podría preguntarle a su tío Jiang, pero, estaba seguro de que este primero trataría de descubrir quién era la persona en la que estaba interesado para romperle las piernas. Sonrió un poco ante la sobreprotección de su tío.

Definitivamente eso lo dejaba fuera. Suspiró resignado.

Solo le quedaba acudir con Wei Wuxian.

Tomó su oportunidad cuando vio a las otras tres personas que lo acompañaban alejarse de él para encaminarse a la posada donde se quedarían esa noche. Se acercó con cautela de no ser visto por los Lan.

—Tío Wei —lo llamó sintiéndose avergonzado de repente.

Wei Wuxian se giró a verle con una sonrisa en su rostro.

—A-Ling, ¿qué sucede? ¿Por qué estás sonrojado? ¿Tienes fiebre? —trató de llevar el dorso de su mano a la frente de su sobrino, pero la mano del joven lo apartó con cuidado.

—¡No! —espetó desviando la mirada. Por los cielos, eso era en verdad humillante, ¿por qué estaba tan nervioso? Solo haría una tonta pregunta—S-Solo quería preguntarte algo...

Dejó que su voz muriera al final de su frase, la valentía se iba apagando a medida que hablaba.

Wei Wuxian quiso reírse al ver cuán frustrado se encontraba el pequeño. Quería jugar con sus mejillas ante lo adorable que se veía.

—¿Oh? ¡Por supuesto! Dile a este joven maestro tu duda —se plantó con orgullo, era una oportunidad de demostrarle a su sobrino que podía ser útil y dejara de creerlo un omega mimado por su esposo.

Es decir, sí era mimado por Lan Zhan, pero era más que nada porque a Wei Wuxian le gustaba la atención de su marido.

Jin Ling maldijo por lo bajo, las palabras no querían salir de su boca. Se atoraban en la punta de su lengua, negándose a ser pronunciadas, frustrando cada vez más al Líder de la Secta Lanling Jin.

Apretó los dientes enojado, ¡él no era un cobarde!

No era un tonto omega que se ponía nervioso al pensar en un alfa, no, claro que no.

—¿Cómo te cortejó Hanguang-Jun, qué hizo para que aceptaras ser su omega? —preguntó casi en un solo grito.

Wei Wuxian se quedó perplejo ante tal arrebato. Agradecía que estuvieran lejos de las personas, pues tal exabrupto podría haber avergonzado aún más a Jin Ling si alguien ajeno a ellos era testigo.

Luego, procesó lo que había dicho.

Su mente rápidamente ató los cabos, y sonrió enternecido.

—Aiyo~ ¿Nuestro pequeño A-Ling está interesado en algún joven alfa? —preguntó pinchando una de las mejillas del menor, haciendo que el rostro del omega se ruborizara más—¿Quieres cortejarlo tú? ¡Asombroso, así se hace! Demuestra que los omegas también podemos cortejar a nuestras parejas —se rió alegremente.

Jin Ling se sintió un poco animado por aquellas palabras, tenía ciertas dudas sobre cómo se vería que fuera él quien iniciara con el cortejo. Normalmente, era el trabajo de los alfas, pero, no se quedaría esperando toda su vida a que ese tonto alfa le hiciera caso. Si tenía que dar el primer paso él, lo haría.

—Y, respondiendo tu pregunta... creo que fueron más sus acciones que algo material —recordó con algo de nostalgia la época donde Lan Wangji se esforzó por hacerle ver a Wei Wuxian que estaba interesado en él—Bueno, sí hubo algo material que me hizo ver que Lan Zhan iba en serio conmigo —sonrió al recodar aquel día.

—¿Ah? ¿Y qué fue? ¿Qué te dio? —preguntó con curiosidad. Había escuchado la historia de sus padres, la de su tío Jiang y su tío Lan Xichen, mas nunca había escuchado sobre la de su tío Wei con Hanguang-Jun.

Wei Wuxian se perdió en sus recuerdos. Podría tener una pésima memoria, pero, su cortejo con Lan Zhan jamás se le olvidaría.

Para ese entonces, el asunto de Jin Guangyao ya se había arreglado, y Wei Wuxian estaba pensando qué hacer con su nueva vida ahora que los pecados de su vida pasada fueron resueltos.

Jiang Cheng le ofreció volver a unirse a la Secta Yunmeng Jiang, y él lo consideró con una sonrisa. Jiang Cheng se había mostrado bastante cooperativo cuando ambos se dieron cuenta de que algo nunca estuvo bien durante el enfrentamiento con Jin Zixun en la carretera Qiongqin.

Su hermano le explicó que nunca confió por completo en Jin Guangyao, así que, a pesar de que Jin Ling pertenecía a la secta de su otro tío, él siempre trató de no dejarlo tanto tiempo bajo el cuidado de ese hombre. Sus visitas a Lanling eran mucho más frecuentes de lo que le hubiera gustado. Pero, era para proteger a Jin Ling, él hubiera hecho hasta lo imposible por cuidar a su sobrino.

Estaba a punto de aceptar volver a unirse a la secta que alguna vez fue su hogar, cuando sucedió lo que cambió su decisión.

—Wei Ying —la voz de Lan Wangji lo llamó, en el templo Guanyin, todos estaban viendo a los distintos discípulos de distintas sectas tratar de limpiar el desastre que la confrontación había dejado. Allí fue cuando Jiang Cheng hizo su oferta.

Lan Wangji sintió pánico cuando escuchó lo que el omega de túnicas moradas le había dicho a su hermano.

Había recuperado a Wei Ying, y estaba a punto de perder su oportunidad de llevarlo de regreso a Gusu con él.

—¿Lan Zhan? —Wei Wuxian le sonrió al alfa sin pensarlo mucho, era casi una reacción automática para él hacer eso cuando lo veía.

Jiang Cheng sonrió de forma socarrona cuando vio al tan aclamado Hanguang-Jun temblar en frustración al no poder pronunciar las palabras que tanto quería decir.

«Vamos, alfa tonto, no haré todo el trabajo por ti»

Sus manos estaban apretadas en dos temblantes puños, su mirada había bajado hacia el suelo y sus labios se presionaban con fuerza entre sí. Causando la imagen del joven Lan Zhan que Wei Wuxian conoció en su antigua vida.

Quiso reírse ante tal melancólico recuerdo.

Pero, la voz de Lan Zhan lo cortó en su intento.

—No puedes irte a Yunmeng —pronunció con mucho esfuerzo. Su respiración comenzó a hacer pesada.

La sorpresa no se dejó esperar en el rostro del omega de túnicas negras.

—¿Oh? ¿Por qué no, Lan Zhan? —el alfa no respondió.

Un silencio se hizo paso entre ellos dos, el alfa sentía su corazón querer salir para lanzarse a las manos del omega que ahora le miraba con confusión, se sentía como aquel joven alfa que se volvía un desastre ante las provocaciones del omega.

—Porque... yo...

Si tan solo pudiera decir lo que su alma le gritaba que dijera.

Jiang Cheng rodó los ojos. Miró a Lan Xichen, quien miraba la escena con Nie Huaisang a su lado, el alfa solo sonrió, diciéndole con sus ojos a su omega que dejara a sus hermanos resolver las cosas por ellos mismos.

No obstante, Jiang Cheng no era un omega paciente ni obediente.

—Alfas inútiles —murmuró alzando su pierna para patear la espalda de su hermano marcial, el golpe envió a Wei Wuxian directo a los brazos de Lan Zhan.

Wei Wuxian soltó un jadeo sorpresivo al ser pateado. Pero, tan pronto como se vio envuelto en los brazos del alfa, el olor de este comenzó a llenarle sus sentidos.

—Sorpresa, idiota. Lan Wangji ha estado enamorado de ti todo este maldito tiempo —gruñó ya harto de lo distraído que su hermano era ante el amor del pobre alfa y de lo incapaz que Lan Wangji era para hablar sobre sus sentimientos.

Nie Huaisang ocultó su risita detrás de su abanico, Lan Xichen agradeció mentalmente a su omega por hacer aquello.

Los ojos de Wei Wuxian subieron asombrados para tratar de atrapar la mirada del alfa.

Lan Zhan tenía las orejas completamente sonrojadas, esperando por una reacción ante la revelación que el Líder de la Secta Yunmeng Jiang había hecho.

—Lan Zhan, ¿es eso verdad?

—Er-ge, ¿en serio preguntó eso? —murmuró Nie Huaisang con discreción hacia Lan Xichen. El alfa sonrió, aunque tenía un pequeño y casi imperceptible tic en su ojo.

—En cuestiones amorosas, el joven Wei no es muy ilustrado.

—¡Omega estúpido, claro que es verdad! Ese desdichado alfa esperó por ti por casi trece años, recorrió cielo, mar y tierra buscando a cualquier cultivador demoníaco con la esperanza de que fueras tú.

Lan Zhan perdió el aliento, ¿por qué Jiang Cheng ahora parecía ser su traductor? Cada una de las palabras que el omega estaba diciendo eran verdad.

Los ojos de Wei Wuxian brillaron en ternura.

—Lan Zhan... —murmuró conmovido. Entre sus brazos, el alfa tembló en temor de ser rechazado—¡Lan Zhan! —gritó feliz el omega antes de dar un salto que hizo que el alfa, por inercia, lo sostuviera de sus muslos al sentir las piernas de Wei Wuxian rodearle su cintura.

El rostro de Lan Wangji comenzó a ser llenado por besos rápidos y cortos por parte del emocionado omega.

—¡Eres increíble, también me gustas! —el mundo de Lan Zhan se detuvo en ese momento. Su agarre no flaqueó, pero sí apretó a Wei Ying entre sus brazos—O poniéndolo de otro modo; te deseo, te amo, te quiero, te anhelo. No puedo separarme de ti —sus besos siguieron repartiéndose por todo el rostro del alfa, acercándose cada vez más a su boca—No quiero a nadie más que no seas tú, no puede ser nadie más que tú.

Bajándose de encima, Wei Wuxian atrapó el rostro de Lan Zhan entre sus manos. Los ojos del alfa temblaban con un brillo que amenazaba con resbalarse de su lugar. El color ámbar en ellos se intensificó.

—Desearte... —murmuró, como si repitiendo las palabras que el omega había dicho haría que se convenciera de que fueron reales—Quererte, amarte... no puedo separarme de ti...

Wei Ying asintió con una pequeña sonrisa, acariciando con sus pulgares las mejillas de Lan Zhan.

—Sí, sí —se acercó más al rostro del alfa, escuchando con cuidado la respiración errática y pesada que Lan Zhan emitía—Quiero estar contigo por el resto de mi vida; ir de cacería nocturna y acostarme contigo todos los días.

Un sonrojo explotó en las orejas y rostro de Lan Wangji por lo último.

Y ya no lo soportó más. Tomó las muñecas de Wei Ying, y primero las alejó de su rostro, para posteriormente tirar de ellas para que el omega se acercara por completo a él.

Lo besó sin pensarlo.

Los demás presentes pudieron respirar aliviados después de contener el aliento durante todo ese intercambio de confesiones.

Finalmente, esos dos ciegos enamorados podrían avanzar con su relación.

El beso duró lo mismo que un incienso, pero se mantuvieron en su abrazo después de eso.

Así fue el inicio de su cortejo.

Lan Zhan no pudo llevárselo a Gusu de inmediato, Jiang Cheng no se lo permitió. Le dijo que si quería casarse con él, debía cortejarlo como era debido. Así que, por lo tanto, tuvo que viajar a Yunmeng seguido para poder continuar con su cortejo.

Primero, tuvo que inclinarse ante las tablas memoriales de Madame Yu y Jiang Fengmian, pidiéndoles permiso para poder cortejar al omega que criaron como un hijo. Luego, tuvo que hacer algo similar ante Jiang Cheng, pues era considerado su hermano y su único familiar vivo.

Solo así tuvo la bendición de la familia del omega para poder iniciar una relación sentimental juntos.

Al último día, según la tradición de Gusu, la pareja debía reunirse en el hogar del alfa, en la que sería su residencia como pareja para terminar el cortejo. Se sobre entendía que a ese punto, el omega ya estaba aceptando ser su pareja, lo último que faltaba, era un pequeño, pero, importantísimo detalle.

Lan Zhan tomó las manos de Wei Ying entre las suyas, parados enfrente de la entrada del Jingshi, el alfa le enseñó lo que sería su hogar.

—Una promesa del futuro —inició a recitar. Sus ojos no se movieron de los del omega—Un hogar para nuestros cachorros —Wei Ying miró el Jingshi, sonrió al pensar en pequeños bebés corriendo dentro de él, las risas inundando aquella silenciosa habitación—La seguridad y calor de mi amor —llamando su atención de nuevo, Lan Zhan apretó sus manos. Las dejó ir con decisión, las manos de Wei Ying se mantuvieron en el aire, esperando ansiosas.

Wei Wuxian sintió su corazón detenerse cuando vio a Lan Zhan quitarse la cinta de su frente. No supo cuándo, pero sus ojos se llenaron de lágrimas. La cinta entonces fue colocada en sus manos.

—La entrega de mi alma —hizo que Wei Ying cerrara sus manos alrededor de la cinta—Una ofrenda de mi lealtad —dando un suspiro que le dio las fuerzas para hacer la pregunta final, Lan Zhan casi tembló—¿La aceptarás?

No pasó ni un segundo cuando Wei Ying gritó su respuesta.

—¡Sí! —de un brinco, se lanzó a los brazos de su ahora prometido y alma gemela.

Los presentes –es decir, la familia de ambos– aplaudieron felices ante la exitosa finalización del cortejo. Incluso Lan Qiren asintió complacido.

Jin Ling suspiró, recordaba ese día. Su tío le había dicho que debía estar presente para ver a su otro tío comprometerse. Nunca supo bien toda la historia, le había bastado con ver a su tío Wei feliz, no quiso preguntar más.

Pero, ahora que sabía, tuvo una idea más clara de qué hacer.

—Tú puedes, A-Ling, estaré dándote apoyo moral desde aquí —después de discutirlo, ambos decidieron que el joven omega daría el primer paso ese mismo día. Jin Ling apreció los pequeños golpes que su tío dio en su espalda antes de enviarlo hasta el alfa que deseaba.

Los demás discípulos comían tranquilamente en el comedor de la posada donde se estaban quedando, Wei Wuxian puso extrema atención hacia cuál de ellos su pequeño sobrino se acercaba para hablar.

Jin Ling se acercó con decisión a la mesa donde Lan Jingyi y Lan Sizhui comían juntos.

—Lan Sizhui —lo llamó apenas estuvo frente al joven alfa—¿Podemos hablar? —trató de mantener su nerviosismo al margen. No quería verse débil.

—Joven amo Jin —el omega hizo una mueca, odiaba cuando él lo llamaba así, pero, era obvio. Lan Sizhui era un joven muy educado—Jin Ling —susurró el alfa después de darse cuenta de su error. Le sonrió amable a modo de remediarlo—Claro, hablemos.

Lan Jingyi, que se había mantenido apartado de la conversación, de pronto sintió un par de miradas sobre él.

—¿Qué? —preguntó sintiéndose un poco cohibido al ser mirado de esa manera. Pronto se dio cuenta de que, para los otros dos jóvenes, él estaba sobrando—Tsk, de acuerdo. Iré con Zizhen —tomó su plato para levantarse y poder encaminarse hacia la mesa donde el joven de túnicas verdes comía con otros discípulos.

Wei Wuxian quedó perplejo cuando se dio cuenta de que fue Lan Jingyi quien se fue de la mesa, había pensado que él era a quien Jin Ling quería cortejar cuando lo vio acercarse a la mesa donde su hijo y amigo estaban sentados.

No pensó que Jin Ling estuviera interesado en Lan Yuan.

Soltó algunas risas.

—Si Lan Zhan se llega a enterar...

—¿Enterarme de qué? —la voz de su esposo lo hizo saltar del susto. No se esperaba que Lan Zhan apareciera tan sigilosamente.

—Oh, Lan Zhan, bueno, verás... —se puso nervioso sin poder evitarlo.

—¡Lo que dije es lo que dije! —ambos se giraron a ver hacia donde el grito se escuchó. Jin Ling tenía todo el rostro completamente rojo, mientras que Lan Sizhui parecía sorprendido—¡Quiero acostarme contigo todos los días, Lan Yuan!

—¡Yah, mocoso! De todo lo que te conté, ¡¿eso fue lo único que aprendiste?!

No fue necesario decir que, luego de tan bochornosa confesión, Lan Sizhui solo pudo reírse algo halagado.

El comedor entero se quedó en silencio, mirando asombrados al joven Líder de la Secta Lanling Jin confesarse con tan... peculiares palabras al primer discípulo del Clan Lan.

El asombro creció aún más cuando vieron la respuesta de Lan Sizhui.

La cinta de su frente fue quitada por sus propias manos, y se la entregó a Jin Ling.

—Estaría encantado, A-Ling —esa escena hizo que Wei Wuxian reviviera el momento exacto en que su ahora esposo hizo lo mismo.

La cinta de la frente, la ofrenda más preciada para el Clan Lan. Aquella que solo podía ser tocada por la pareja destinada de quien la portara.

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