21. Celo omega.
⚠️ TW: Intento de abuso.
Wei Wuxian fue lanzado sin ningún tipo de cuidado al suelo, el polvo se levantó cuando su cuerpo cayó fuertemente. Él no se quejó, sin embargo.
Los dos alfas que lo capturaron le miraron desde arriba, encapuchados y con los rostros cubiertos, el omega no les pudo ver más allá de los ojos.
—Así que... este es el tan temible Patriarca Yiling —murmuró uno de ellos con burla pintada en su voz. Soltó una risa socarrona al verle—No es más que un patético omega.
Wei Wuxian decidió ignorarlo para mirar alrededor de la zona donde lo llevaron. Había perdido noción de su locación cuando fue atrapado.
Se había alejado solo unos metros del grupo de discípulos que lo acompañaban a Hanguang-Jun y a él en aquella cacería nocturna. Cuando escuchó un ruido y luego sintió algo de energía resentida llamarlo a lo lejos, dio un vistazo para ver si alguien más lo había notado.
Su esposo estaba rodeado de los jóvenes aprendices, quienes lo bombardeaban con preguntas tras haber descubierto el cadáver de una bestia feroz.
Parecía que solo él se había percatado de lo que sucedía a unos metros de distancia, lo cual, se le hizo extraño en primera instancia, pues Lan Zhan tenía perfectamente desarrollado sus sentidos. Algo como eso no pasaría desapercibido por él.
Por alguna tonta razón –que ya no recordaba– decidió que era prudente el ponerse a investigarlo él solo, sin decirle a nadie más.
Como siempre, donde vaya él, va el caos.
Así que, para cuando se dio cuenta de que pasó por una formación de talismanes, fue demasiado tarde.
No pudo gritar, ni reaccionar a tiempo. Sin saber cómo era posible, la energía resentida que sentía en el ambiente se inyectó en su cuerpo súbitamente. Sintió a detalle cómo sus venas se llenaban de la energía y lo abrumaba, sus piernas fallaron y cayó de rodillas.
Cuando quiso moverse para tomar a Chenqing para defenderse, sus manos fueron tomadas para pasarlas detrás de su espalda y su cabeza fue cubierta por una bolsa.
Luego, sintió movimiento brusco. Fue lanzado al hombro de alguien y así fue cómo lo llevaron. Al parecer viajaron por espada, así que no estaba tan seguro de cuánto terreno recorrieron.
Solo le quitaron la bolsa de la cabeza cuando llegaron al lugar donde ahora yacía tirado.
—Basta de rodeos. ¿Qué es lo que quieren conseguir con esto? —preguntó tratando de reincorporarse—¿Quieren dinero? ¿Saben siquiera quién es mi esposo? Hanguang-Jun jamás les daría ni una sola pieza de plata.
—¿Oh? ¿Es eso así? Por lo que hemos oído, tu Hanguang-Jun es capaz de todo por ti, ¿por qué no daría ni una pieza de plata por su omega? —uno de ellos preguntó fingiendo desentendimiento.
Wei Wuxian sonrió.
—Porque él me encontrará mucho antes de que ustedes puedan pedir el rescate —afirmó seguro de lo que decía. Y era verdad, su alfa seguramente ya se encontraba buscándolo.
—Oh, contamos con eso —respondió el otro, moviendo su mano sin importancia—Para lo que nos servirás no se necesita mucho tiempo.
El omega frunció el ceño, ¿para qué rayos le serviría a un par de alfas...?
Oh.
Oh.
Para eso.
Él entró en pánico, pero, trató de no demostrarlo. Tembló cuando recordó que Lan Zhan y él todavía no se marcaban, no había un lazo que le avisara a su alfa que estaba en peligro inminente.
—Sabes, dicen que los instintos maternos de un omega son lo más fuerte de su naturaleza —el alfa más alto se comenzó a mover por el cobertizo donde se encontraban, con los ojos grisáceos de Wei Wuxian siguiéndolo con sigilo—Seguirán a sus cachorros a donde sea que vayan. Incluso dicen que son capaces de abandonar a su alfa si sus cachorros se encuentran en otro lado.
No se necesitó de más palabras para que Wei Wuxian entendiera a dónde querían llegar aquellos alfas.
—Ustedes-
—Si te mereces la reputación que tienes, entonces nos serás de mucha ayuda. Y tu hijo también.
Dentro de sus túnicas, el alfa que le hablaba sacó una bolita morada.
El omega la reconoció.
Era una mezcla de hierbas comprimidas que causaban que el celo en un alfa u omega se presentara sin importar si ya había pasado su ciclo.
Y cuando un omega estaba en su ciclo de calor, estaba en su época más fértil. Perfecto para quedar embarazado.
Rápidamente, él apretó los dientes y trató de retroceder. No importaba cuánto esos alfas lo lastimaran, cuánto lo golpearan o lo torturaran, él no abriría su boca por nada en el mundo.
—Vamos, estúpido omega. Podemos hacer esto por las buenas o por las malas, la medicina solo sería un complemento, pero, eres consciente de que, con o sin ella, puedes quedar embarazado, ¿no?
Él no respondió.
Era plenamente consciente de ello.
—Dale la vuelta —escuchó que dijo el otro. Él se arrastró lejos de ellos mientras, desesperado, trataba de librar sus manos del amarre en sus muñecas. Sus pies amarrados eran un enorme impedimento para moverse para escapar.
Uno de ellos le golpeó, pero al no reaccionar más allá de cerrar un ojo, siguió.
Wei Wuxian maldijo lo débil que era el cuerpo de Mo Xuanyu, pues en su anterior cuerpo, pudo haber aguantado mucho más que un par de puñetazos y patadas antes de comenzar a marearse.
Aprovechando que la mirada del omega comenzaba a perderse, uno de los alfas lo tomó de los tobillos y le dio la vuelta.
—Dáselo —dijo el otro. Entonces, Wei Wuxian sintió la pequeña bolita ser colocada en su boca, y para asegurarse de que la tragara, el alfa le cubrió su nariz y labios, impidiéndole respirar.
Lágrimas se formaron en sus ojos cuando la medicina pasó por su garganta.
Lan Zhan... ¿por qué todavía no llegaba?
Fue un idiota, no debió haberse alejado. No debió haberse confiado, no debió ser tan arrogante.
Ahora, su cuerpo sería profanado por su estupidez. Su cuerpo, que solo conocía el tacto cuidadoso y amoroso de su Hanguang-Jun.
—No veo una marca en tu cuello, ¿será posible tanta suerte? —se burló el hombre que lo tenía tomado por los tobillos.
—Morirán por esto, ambos —gruñó sin dejar de intentar de liberarse.
Los alfas se rieron como respuesta.
Entonces, sintió las manos de uno de ellos meterse entre sus túnicas, buscando el inicio de sus pantalones para comenzar a bajarlos. El omega se removió bruscamente buscando entorpecer la acción. Sin embargo, las hierbas comenzaron a hacer efecto y empezó a sentir un calor sofocante que, casi lo llevó a ayudarle al alfa a liberarlo de las ropas.
—Eso, inútil omega, sientes calor, ¿no? Entonces ayúdame a quitarte esto —los pantalones se atoraron en sus tobillos, donde sus botas impidieron que pudieran quitárselos por completo.
Él, con la mente hirviendo por el comienzo de su celo, negó con lo poco que le quedaba de raciocinio.
—L-Lan Zhan —llamó a su marido entre susurros bajos.
Ellos se rieron a carcajadas.
—¿Estás llamando a tu gran Hanguang-Jun? Un alfa inútil que no podrá proteger a su omega —Wei Wuxian cerró los ojos al sentir el lubricante natural comenzar a escurrirse de su entrada.
El omega se sobresaltó cuando dos dedos se pasaron para tomar algo del lubricante. Allí, Wei Wuxian quiso llorar. Se sentía tan sucio, y es que ni siquiera había comenzado lo peor.
—Deberías darnos gracias, nos estamos tomando tantas molestias contigo. Además, si cooperas, no te dolerá —él apretó los dientes. Quería golpearlos, pero su cuerpo ya había cedido ante el celo.
—¡Púdrete! ¡Vete al demonio! —con un grito furioso, él reaccionó cuando sintió los dedos tratar de presionarse para entrar. El forcejeo no le valió para mucho, solo logró darse un poco la vuelta y mirar a los alfas.
Con el sonido de cadenas, Wei Wuxian tuvo la esperanza de que su salvación llegara.
—¡Joven maestro Wei! —la voz de Wen Ning casi sonó como oro derretido para el omega.
Wen Ning aterrizó justo detrás de los alfas y sin darles oportunidad de hacer algo, lanzó sus cadenas en contra de ellos. Uno de ellos logró esquivarlas, el otro salió volando por el impacto.
Wei Wuxian logró tomar sus pantalones e intentó subirlos mientras los alfas peleaban con Wen Ning. Sus ojos comenzaron a buscar a Chenqing para ayudarlo, pero no lo veía por ninguna parte. Seguramente uno de ellos lo tenía.
—¡Wen Ning! ¡Mi dizi!
Con ese nuevo comando, Wen Ning también buscó el arma de su maestro entre los dos alfas. Para él, ellos no eran un desafío. Ni uno pequeño. Así que, bastó con atrapar a uno con las cadenas para usarlo contra el otro.
Con el impacto, ambos alfas atravesaron una pared y salieron del cobertizo.
—Joven maestro Wei —murmuró Wen Ning al acercarse a Wei Wuxian. Vio sus manos y pies atados, además de lo más importante, sus pantalones bajos. Le ayudó a desatarse las manos y los pies, luego, le dio espacio para que pudiera subirse los pantalones.
—Gracias, llegaste justo a tiempo, Wen Ning —para el otro omega, algo andaba visiblemente mal con su amigo—Ahora, me voy a encargar de esos malditos.
Los tirones en su vientre bajo comenzaron, pero, eso no lo detuvo de caminar hasta donde los cuerpos de los alfas aterrizaron. Inconscientes, Wen Ning fue quien revisó sus cuerpos en busca de Chenqing.
El General Fantasma solo vio a su maestro usar la misma energía resentida con la que esos alfas lo llamaron para torturarlos hasta que se desmayaron y se volvieron a despertar del dolor al menos unas diez veces.
Cuando el cuerpo de Wei Wuxian ya no podía soportar el calor, se dejó caer. Los alfas parecían ya estar muertos después de lo que pareció horas de tortura.
—Joven maestro Wei —Wen Ning quiso detenerlo de caer por completo al suelo, sin embargo, Wei Wuxian se recostó a sí mismo sobre este. Jadeando incontrolablemente, sudando el calor de su celo—¿Dónde está el joven Lan? Él puede ayudarlo.
Wei Wuxian sonrió ligeramente.
—Ah, Lan Zhan... debe estar buscándome —murmuró, Wen Ning miró desesperado alrededor. Luego, vio las túnicas de Wei Wuxian.
—Perdóneme, maestro —dijo antes de comenzar a hurgar entre la ropa del omega en busca de una bengala. Wei Wuxian siempre regañaba a los júniores por no llevar las suficientes bengalas encima, esperaba que su maestro siguiera su propio consejo y tuviera alguna con él.
Cuando la encontró, no lo pensó dos veces para lanzarla al cielo.
Wei Wuxian vio cómo el escudo de Gusu Lan se formaba en el cielo, sintió alivio.
Seguro de que su maestro pronto tendría a su alfa a su lado, Wen Ning se fue. Además, sabía cómo Hanguang-Jun se ponía cuando estaba demasiado cerca de Wei Wuxian.
—Pronto vendrán, no se preocupe —saltó para irse un poco lejos, se quedó en la rama de un árbol para esperar a que Hanguang-Jun llegara y así él pudiera irse con más tranquilidad.
Lan Wangji llegó solo unos minutos después de que la bengala iluminara el cielo.
—¿Wei Ying? ¡Wei Ying! —dijo buscando el punto exacto de donde pudo haber salido la bengala. El único lugar que había era un cobertizo abandonado. Cuando vio una de las paredes destruidas, supo que allí estaba su omega.
Entró a toda prisa.
Cuando se dio cuenta de la ausencia de su esposo, su corazón casi se cayó al suelo. Algo pesado también cayó en su estómago, haciéndolo sentir horrible. Solo se había descuidado unos segundos, ¿dónde se pudo haber metido su omega?
Entonces lo sintió. Había energía resentida en algún lado cercano, seguramente eso fue lo que su esposo fue a investigar antes de desaparecer.
Fue difícil tratar de adivinar qué dirección pudieron haber seguido, sin embargo, se concentró en el aroma de Wei Wuxian para tratar de captar un rastro, y de allí, lo siguió.
Entonces, allí estaban ambos. Wei Wuxian jadeaba y sudaba mientras sus ojos miraban con esperanza y alegría a su alfa.
—Lan Zhan... sí viniste —Lan Wangji se hincó a su lado, colocando su mano para revisar su temperatura—Me dieron hierbas que apresuran el celo. Ahora mismo estoy en mi primera oleada.
Los labios de Lan Wangji se apretaron en una furiosa línea.
—Ayúdame, Lan Zhan —pidió Wei Wuxian alzando sus brazos hasta su marido—No lo soporto más, tómame, por favor.
Lan Wangji se compadeció de su omega. Con ternura, él le acarició su rostro.
—Mn —aceptó dejando a Bichen a un lado. Se movió para estar enfrente de las piernas del omega. Sin esperar más, fue el mismo Wei Wuxian quien tomó la iniciativa de bajarse los pantalones.
Su marido le ayudó a mitad del camino, justo después de haberle quitado las botas. Antes de que Wei Ying volviera a colocar sus piernas en el suelo, Lan Zhan colocó su túnica exterior debajo.
—¿Puedes ver cuán mojado estoy, alfa? —el omega abrió las piernas para darle una vista clara de lo que decía a su alfa.
Lan Wangji bajó los ojos lentamente a la entrada de su omega. Y en efecto, el omega estaba mojado. Muy mojado.
—Vamos, Lan Zhan. Yo sé que tampoco aguantas, entra en mí —con sus ojos llorosos en placer, Wei Wuxian se abrió sus túnicas de un tirón, exponiendo su pecho y parte de su vientre.
La cinta en la frente del alfa fue arrebatada por Wei Wuxian, tomándola como su mayor tesoro. Lan Wangji sintió su pene dar un brinco con tal acto. Era como si el omega lo estuviera reclamando como suyo, y era así.
Él era de Wei Ying.
Y como buen alfa, él se apresuró para poder complacer los deseos de su omega.
Bajó un poco sus pantalones para liberar su pene, alzó las piernas de su omega para alinear sus caderas, la punta de su miembro tocó la entrada de Wei Ying, robándole un jadeo.
—Lan Zhan... —murmuró desesperado. Se estaba derritiendo del deseo y su alfa no se apresuraba. Era una verdadera tortura.
—Quieto, Wei Ying —ordenó Lan Zhan cuando las caderas de Wei Wuxian se impulsaron para tratar de hacer que el alfa entrara por fin en él.
—Ya no puedo, alfa. Por favor, por favor, lléname —Lan Wangji solo necesitaba lubricar más su pene para no lastimar a su omega. Por ello, lo pasó por la entrada de donde salía el lubricante, tomó lo más que pudo y luego lo esparció mejor con su mano.
El roce hizo temblar a Wei Wuxian.
—¡Lan Zhan! —gritó cuando sin avisarle, el alfa entró en él. Su entrada se abrió sin dificultad mayor. Una vez todo estuvo dentro, el alfa se inclinó hacia adelante para permitir que el omega se aferrara a él—Oh, sí~ Solo tú tienes el derecho de usarme —Lan Wangji frunció el ceño.
Eso era nuevo. Wei Wuxian jamás había dicho algo parecido cuando tenían relaciones. Pero, después de todo, era Wei Ying, decía muchas cosas vergonzosas cuando intimaban.
Trató de no prestarle atención y comenzó a moverse, arrugando la nariz por lo bien que se sentían las paredes de su esposo apretarlo con cada movimiento.
El omega comenzó a gemir sin medirse, su nombre siendo su palabra favorita, su tono de voz siempre era escandaloso, pero, a Lan Zhan no le importaba. Es más, lo excitaba incluso más de lo que debería.
—Nadie más tiene permitido penetrarme, no lo permitiré jamás —cuando sus ojos se aguaron al decir aquello, Lan Wangji se fue deteniendo de poco en poco. Había algo mal.
—¿Wei Ying? —lo llamó. Su omega lucía como si no estuviera presente con él, como si no estuviera allí. Enmarcó su rostro con sus manos y con suaves caricias, trató de traerlo de vuelta.
Después de unos segundos, Wei Wuxian pareció reaccionar.
—¿Lan Zhan? —murmuró con un par de lágrimas cayendo por sus ojos—¿Por qué te detienes?
Lan Wangji le miró.
«Sabes por qué» fue lo que le dijo con esa mirada.
—Ah, ¿eso? —soltó algunas risitas y movió sus manos desinteresadamente—Ya sabes cómo soy Lan Zhan, no es nada. Solo algo que digo para jugar.
No obstante, el alfa se sentía ofendido. ¿Acaso Wei Ying creía que podía engañarlo así de fácil?
Su dura mirada no se relajó mientras seguía posada en su omega, obligándolo a confesar la verdad eventualmente.
—De acuerdo... los alfas que me capturaron... —tragó duro. Sabe que no lograron lo que querían, pero, ¿por qué le costaba decirlo en voz alta?—Ellos, bueno, ellos... querían-
Lan Wangji lo comprendió con el temblor y el miedo en los ojos de Wei Wuxian.
Furioso, quiso levantarse. El omega fue rápido en detenerlo.
—No, no, Lan Zhan, no tiene caso. Ya me encargué de ellos —Wei Ying vio la furia azotar el dorado en los ojos de su marido, por lo que tuvo que agarrarlo con fuerza para evitar que se fuera—Ahora yo te necesito, ¿si? Mi celo fue forzado y solo mi alfa puede calmarme, ¿harías eso por mí?
Lan Zhan asintió decidido. Contento por ello, Wei Wuxian abrió más sus piernas y se rió.
—Al parecer, tenemos algo con hacer esto al aire libre, ¿no crees, Hanguang-Jun?
—Sin vergüenza —respondió con un fuerte sonrojo en sus orejas y mejillas. Wei Wuxian se rió.
—Ah, Lan Zhan, eres tan lindo cuando te enojas- ¡Ah! ¡Lan Zhan! ¡Perdóname, perdona a este esposo tuyo por hablar sandeces! ¡Sé más suave!
—Cosechas... lo que siembras.
Ver esta escena en el donghua
me inspiró para este one-shot 🥵
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