2. Aroma.

Lan Wangji caminó tratando de fingir que todo estaba bien, ignorando cómo su cuerpo se sentía caliente y el roce con sus túnicas le parecía casi una tortura, su rostro pulcro y divino como el jade no cambió mientras su caminata, aparentemente tranquila, se dirigía hacia las residencias. Deseó mentalmente por no ver a nadie en su camino que lo hiciera detenerse para saludar.

La situación era extraordinaria, esto nunca le había sucedido, sin embargo, incluso el Segundo Jade podía tener un desliz. Pero, era extremadamente raro que su ciclo de celo se le olvidara. Con lo estricto que era la Secta Gusu Lan, su disciplina jamás había fallado en ningún aspecto. Y mucho menos lo haría con algo tan importante.

Quizá fue el hecho de que, durante toda la semana pasada, Wei Wuxian fue todo en lo que su mente parecía poder pensar. Una vez más, y para sorpresa de nadie, el juguetón omega fue castigado a copiar las reglas, y de nuevo, Lan Wangji fue el encargado de vigilar su castigo.

El omega no paró de hablarle, y él no lo detuvo tampoco. No quería.

No obstante, como consecuencia, ahora tenías al joven alfa desesperado por llegar a su habitación para ocultar el hecho de que su celo había comenzado. Estaba seguro que su hermano le había visto en su apresurada huida del patio trasero durante su descanso de las clases, pudo sentir su mirada mientras se iba.

Estaba por dar la vuelta en una esquina del Pabellón de Orquídeas cuando se topó con el dulce y suave aroma de frutos rojos. Se detuvo en seco.

Y de repente, todo era ese aroma.

Se llevó una temblorosa mano hasta su rostro, cubriendo su nariz y boca con el horror calando por sus hermosos ojos ámbar, ¿por qué sentía que estaba perdiendo el control?

Estaba tan asustado al sentir su raciocinio abandonar su mente lentamente a medida que el delicioso aroma se colaba por entre sus dedos. Presionó más fuerte su pálida mano contra su rostro. Incluso si se asfixiaba a sí mismo, no podía permitirse perder el control.

Con su mano libre, se sostuvo de la pared cuando sintió su cuerpo doblegarse ante un tirón en su parte baja. Un gemido reprimido fue todo lo que se pudo escapar de sus labios.

—Chicos, ¿sienten ese olor a sándalo? —la poca fuerza de voluntad que le quedaba a Lan Wangji lo impulsó a girar abruptamente su rostro hasta el lugar de donde provenía esa voz.

Su cuerpo se estremeció cuando el alfa de Lan Zhan captó que de ese mismo lugar provenía aquel intoxicante aroma.

—W-Wei Ying... —susurró, viendo los grisáceos ojos de Wei Wuxian pasearse por todo el lugar, como si estuvieran buscando de dónde venía aquella esencia que llamó la atención de su olfato.

A su lado, Jiang Cheng y Nie Huaisang también hacían lo mismo, solo que con un ceño fruncido en sus rostros. Ellos no podían oler nada.

La mirada de Wei Wuxian lo atrapó finalmente.

Y se pintó de inocente preocupación.

—¿Lan Zhan? ¿Estás bien? —se acercó con cuidado. Su vista del alfa era para angustiarse. Lan Zhan lucía enfermo, casi al borde del colapso.

—N-No... —trató de decir. Mal interpretando la respuesta, Wei Wuxian pensó que el otro joven de verdad se encontraba en mal estado, así que, su preocupación solo aumentó.

Y aunque era verdad que no se encontraba en un buen estado, una vez más, la dificultad de Lan Wangji para hablar le causó problemas, ya que su respuesta no fue al cuestionamiento de Wei Ying, sino que trataba de alejarlo porque no se creía capaz de controlarse si el omega se acercaba lo suficiente a él.

Con la cercanía de Wei Wuxian, el aroma no hizo más que intensificarse. Erradicando cualquier rastro de autocontrol en el cuerpo del joven alfa.

Los agudos ojos de Nie Huaisang notaron aquello, y en un tardío intento por frenar a su amigo, trató de advertirle.

—¡Wei Wuxian!

Pero, fue demasiado tarde, Lan Zhan cedió ante sus instintos apenas Wei Ying se le acercó.

Atrapó la mano que se estaba estirando hasta su cuerpo en busca de consolarlo, y tirando de ella, jaló a Wei Ying hasta su cuerpo. Atrapándolo en un abrazo desesperado, lo único que pudo escuchar como respuesta fue un jadeo sorpresivo por parte del omega.

Estando tan cerca de él, sintiendo las hebras negras del largo y suave cabello de Wei Wuxian rozando su nariz, Lan Zhan se permitió embriagarse del aroma que el omega desprendía. Dio una fuerte calada al aire, sintiendo el calor de su cuerpo apagarse, casi sonrió del gusto.

—Wei Ying... —masculló con inmensa felicidad y anhelo.

Lan Xichen salió de su estado de shock para apresurarse a llegar hasta su hermanito. Sabía que algo andaba mal con él desde que lo vio fruncir el ceño completamente confundido, y viéndolo ahora aferrarse al joven Wei Wuxian con tal desespero, solo podía significar una cosa.

Wei Wuxian y Lan Wangji eran pareja destinada.

Y con Lan Zhan entrando en su época de celo, teniendo a Wei Ying tan cerca, era un peligro. Si algo sucedía en contra de la voluntad del joven omega, estaba seguro que su hermano nunca se perdonaría a sí mismo. Tenía que separarlos para que el alfa pudiera aislarse para pasar su celo en tranquilidad.

—Joven Wei —una vez con ellos, se aseguró de tomar una distancia prudente para no alterar al sensible alfa. Sabiendo lo territoriales que son por naturaleza, estar cerca de su omega durante su celo era un insulto que podría conducir a un desastre. Si bien Lan Xichen era su hermano, podía ver que la mente de Lan Zhan no estaba en su mejor estado en esos momentos.

Era más instinto que razón.

Wei Wuxian ya había comprendido todo lo que estaba sucediendo. Recordando las clases que en Yunmeng Jiang le impartieron sobre el emparejamiento entre alfas y omegas, lo entendió todo:

«Los aromas son completamente perceptibles cuando están a corta y media distancia de una persona, sin embargo, durante las épocas de celo, los lobos buscarán únicamente a su pareja destinada, y en un intento por llamarlos –de forma inconsciente–, su aroma se intensificará, pero únicamente podrá ser percibido por dicha pareja.

Si solo tú eres capaz de percibir un aroma incluso estando rodeado de otros, es porque tu pareja te está llamando»

Wei Wuxian también sonrió alegre, envolviendo sus brazos por la espalda de Lan Zhan, devolviendo el abrazo que el alfa le estaba dando.

—Lan Zhan...

Entonces, ¿esto significaba que Lan Zhan era su pareja destinada? ¿Lan Zhan era su alfa?

Wei Ying se sintió tan afortunado en ese momento.

¡Lan Zhan definitivamente no podía escapar de él!

Tendría que escucharle hablar y soportarle por el resto de sus vidas, las parejas destinadas siempre se encontrarán no importa cuánto tiempo pasaran separados. Se llamaban parejas destinadas por una razón.

Con la alegría calentando su pecho, Wei Ying se permitió disfrutar igualmente del olor a sándalo que Lan Zhan emitía.

—Lan Zhan, estoy feliz de que seas tú —dijo.

—Mn. También... feliz... que sea Wei Ying —con una risa enternecida, Wei Wuxian se separó, acunando el avergonzado rostro de su alfa, notando las puntas de las orejas de Lan Zhan sonrojadas.

—¡Eres tan tierno, Lan Zhan! Apenas puedes formular una oración, ¿estás tan feliz de que seamos pareja destinada? Aiyaa~ —lo molestó como era su costumbre, provocando que el carmesí en las orejas del alfa se intensificara.

Wei Ying siguió a Lan Zhan hasta su habitación para hablar, el olor a sándalo era intenso estando al lado del alfa, sin embargo, según Lan Xichen, ya comenzaba a ser perceptible para los demás. Así que debían irse o cabía la posibilidad de que otros omegas quisieran acercarse a Lan Wangji.

Wei Wuxian sacó a su alfa de allí de inmediato apenas escuchó aquello.

—Ah~ Lan Zhan, ¿no crees que es estupendo? Tú y yo, ¡pareja destinada! —la habitación de Lan Wangji era como Wei Wuxian esperaba.

Ordenada, limpia y con muy poca decoración personal.

De alguna manera, encontró eso cómodo, pensó que iba con la personalidad del alfa.

Del otro lado de la habitación, el joven de túnicas blancas buscaba entre su estantería algunos libros.

Su oleada de calor se había disipado apenas tuvo fácil acceso al olor de su omega. Su cuerpo, ya teniendo ese dulce aroma cerca suyo a todo momento, se calmó. Ayudaba el hecho de que el omega dejaba ir su aroma a propósito para el deleite del alfa.

Le parecía tierno cómo Lan Zhan olisqueaba el aire en busca de su aroma. Su omega casi ronroneaba de gusto al pensar en que su olor era agradable para el alfa.

Un libro fue puesto encima de la mesa, justo enfrente de Wei Wuxian.

«Métodos y mecanismos para calmar el celo»

Una ceja se alzó en el rostro del omega cuando leyó el título del libro.

—¿Uh? ¿Hay más maneras? Yo pensé que tú y yo tendríamos que... —se calló avergonzado. Alzando sus ojos, captó el mismo sentimiento plasmado en las orejas del alfa.

—Página treinta y cuatro —mencionó Lan Wangji.

Wei Wuxian tomó el libro entre sus manos para comenzar a buscar la página que le fue dicha.

Leyó por encima, fue fácil comprender de qué se trataba todo cuando leyó el título.

En teoría, se podía calmar el celo sin la necesidad de unir sus cuerpos. Usando completamente las glándulas aromáticas en el cuello, enterrando el rostro en ese específico punto del cuerpo, el lobo encontraba una extrema satisfacción que era lo suficientemente fuerte como para calmar las oleadas de calor durante el celo.

Aunque también recalcaba que usar este método junto al copulo aumentaba el placer sexual entre parejas, daban la opción de usar solo una en caso de que el omega no se sintiera listo para las relaciones sexuales.

El corazón de Wei Wuxian se ablandó con tal pensamiento.

Lan Zhan le estaba dando opciones, le estaba dejando decidir.

Sonrió. Lan Zhan era tan perfecto, y por ello, se merecía lo mejor.

—Oh, Lan Zhan. Eres tan caballeroso, pero... —se rió internamente por lo que estaba a punto de hacer—¿No te apetece abusar de este pobre omega? —y antes de que Lan Wangji pudiera reaccionar, Wei Wuxian se abrió un poco las túnicas. Dejando sus hombros expuestos y mostrando parte de su pecho, provocó a su alfa con la mirada—¿No te gustaría? —subió sus rodillas a una altura adecuada, y asegurándose de que los ojos dorados del otro joven estuvieran atentos, abrió sus piernas para él—¿Alfa?

Lan Zhan fue golpeado por el deseo de forma inmediata ante tal imagen.

—Recuerda tus palabras —dijo antes de abalanzarse al omega, quien rió al sentirse elevado en el aire para ser cargado hacia la cama.

—¡Oh, ten piedad de este virgen omega, mi fuerte alfa! ¡No me llenes de cachorros!

—Silencio, Wei Ying.

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