1. Voz.
Wei Ying jamás ha sido el ejemplo de lo que un omega perfecto debe de ser. A decir verdad, es la antítesis de lo que el mundo de la cultivación espera de un omega, pero, allí es donde radica su encanto.
Si un omega que aspire a casarse con un alfa de buena familia y renombre debe ser callado, bien hablado, respetuoso y educado; Wei Ying no es ninguna de ellas. Y está bien para él, tiene el apoyo de su tío Jiang Fengmian, de su shijie, y aunque no lo demuestre tanto, de su shidi.
La familia Jiang lo respalda en todas sus decisiones, por muy estúpidas que puedan llegar a ser. Siendo Jiang Fengmian el único alfa de la familia, su instinto protector es mucho más desarrollado que el de los alfas que solo tuvieron otros alfas como hijos. Siendo que los omegas son más sensibles y vulnerables a ataques, él ha trabajado duro en comprenderlos en todos los aspectos para poder hacer su vida mucho más llevadera.
Las demás sectas no son unos brutos con sus omegas, no obstante, es innegable que, para la Secta Yunmeng Jiang, los omegas son casi venerados como deidades. No es para menos, los tres hijos del líder son omegas.
Entonces, dejarlos ir a los tres al Descanso de las Nubes para estudiar, fue un motivo de ansiedad para el líder, sus tres pequeños omegas irían a un lugar desconocido donde estarían rodeados de alfas desconocidos. Madame Yu fue quien tuvo que calmar a su alfa antes de que se arrepintiera de dejarlos ir.
Gusu Lan era una de las sectas más respetuosas y rectas en el mundo de la cultivación, con casi tres mil reglas, era evidente que no expondrían a los omegas de otras sectas a cualquier tipo de peligro, por lo que enviaron a las demás sectas el plan que tenían para salvaguardar la integridad de sus hijos.
Alfas y omegas estarían totalmente separados durante su estadía en el Descanso de las Nubes, además de que tenían un ala especializada para que los estudiantes pasaran sus celos de forma cómoda, custodiados siempre por miembros entrenados de Gusu Lan. La única forma en que alfas y omegas podían interactuar, era en las clases y durante sus descansos.
La única recomendación que Gusu Lan solicitó, es que los estudiantes estuvieran completamente informados sobre cuándo sus periodos de celo iniciarían, para que así pudieran solicitar una habitación en la residencia destinada para ello. O en su defecto, para que Gusu Lan pudiera prestarle extrema atención a que nadie se acercara de más a ellos durante ese vulnerable tiempo.
Después de leer aquel pergamino que informaba todos los detalles sobre el plan de acción, Jiang Fengmian estuvo más tranquilo. Confiaba en Lan Qiren, pero, un alfa nunca dejaba de preocuparse por sus omegas en la familia.
Y así es como los tres omegas de Yunmeng Jiang llegaron a Gusu Lan después de un largo y cansado viaje.
Viaje que pareció no ser suficiente para agotar las energías de un particular entusiasta omega.
—¡Jiang Cheng! ¡Rápido! —la voz de Wei Wuxian resonó con fuerza, robándole una sonrisa a Jiang Yanli.
—A-Xian, no grites —le recordó con dulzura—Está prohibido gritar en el Descanso de las Nubes.
Un puchero se pintó en el rostro del omega.
—Correr también está prohibido —recordó la acción que los tres omegas estaban haciendo en esos momentos. Como respuesta, escuchó el quejido de Jiang Cheng.
—¡Es tu culpa! ¡Si hubieras empacado desde anoche, no nos hubiéramos atrasado! —ladró el menor de los hermanos.
Wei Wuxian, al no poder contradecirle, decidió callarse para seguir corriendo hacia la entrada. La ceremonia de saludos ante el Gran Maestro empezaría pronto, y ellos apenas tendrían tiempo de instalarse antes de tener que atender a la ceremonia.
Fueron mal vistos por los guardias en la entrada por venir corriendo, y la mirada desaprobadora persistió cuando los tres hermanos siguieron su andar apresurado una vez les dieron permiso de entrar.
—Que los sirvientes lleven nuestras cosas a la residencia, nosotros tenemos que darnos prisa para llegar al Pabellón de Orquídeas —ordenó Jiang Cheng cuando terminaron de subir todos los escalones. Los tres omegas se detuvieron unos segundos para recuperar el aliento, algunos discípulos les miraron de forma curiosa.
—Joven amo, el regalo —uno de los guardias acercó la caja que contenía el presente que Yunmeng Jiang había enviado como muestra de gratitud por su estadía en el lugar.
—Oh, gracias por recordarlo —Jiang Yanli tomó la caja entre sus finas manos, aun con el pecho subiendo y bajando en busca de aire, la hermosa omega le sonrió amable al guardia.
—Ah, Jiang Cheng, ¿de verdad no tenemos ni un poco de tiempo para ir a descansar? —antes de poder lloriquear, Wei Wuxian sintió el golpe en su cabeza, cortesía de su hermano menor.
—¿Culpa de quién es? —gruñó irritado. Se limpió un rastro de sudor de su frente con la manga de sus túnicas moradas, luego, se giró a ver hacia su hermana para tomar el regalo—Vamos, jiejie.
Como futuro líder de la secta, era su labor hacer entrega del regalo. Así que, los guió hasta donde los demás estudiantes se dirigían para dar inicio a la ceremonia. Cuando entraron, los olores esparcidos en el aire los abrumaron por unos segundos antes de que el trío de omegas recuperara la compostura.
Los demás estudiantes les dieron algunas miradas al verlos llegar, eran el último clan que llegaba. Algunos los reconocieron al instante, los tres hermanos omegas de Yunmeng Jiang.
Eran conocidos por lo mismo, Jiang Fengmian desde muy temprano tuvo que rechazar las solicitudes de las demás sectas y clanes que le proponían a sus hijos como esposos para los suyos. Yunmeng Jiang era una de las cuatro sectas más conocidas, casar a uno de sus hijos con cualquiera de los tres hermanos, sin duda, era un beneficio para cualquiera de los pequeños clanes.
Jiang Cheng era bien conocido por ser un omega fuerte, con un temperamento idéntico al de su temida madre, el futuro líder de secta era a quien más deseaban los demás clanes, a pesar de su bien sabido mal humor. Por si fuera poco, era hermoso. La combinación de belleza y fiereza atraía a muchos alfas, pero, haciendo honor a su reputación, el omega le gruñía a cualquier alfa que se le acercara de más. Madame Yu le había dicho que no debía aceptar a cualquier alfa que le hablara bonito, debía ser un alfa merecedor de estar con un omega como él. Y él también lo sabía.
Jiang Yanli, por su parte, encajaba más en el molde de omega educada y amable que por muchos años fue el modelo; era una mujer dulce, humilde y agradable. Y tal como su hermano, poseía una belleza deslumbrante. Sin embargo, un error común que la gente asumía de ella, era que por ser amable, también era sumisa. Y eso no era cierto, su madre no la educó así. Madame Yu fue muy clara al decirle a Jiang Yanli que no por ser omega podía permitir que la gente la tratara como menos. Le enseñó a defenderse a como diera lugar, y sus hermanos eran un asunto por el cual ella perdía los estribos, sacando los colmillos hacia cualquiera que se atreviera a molestarlos.
Wei Wuxian, si bien no fue reconocido como hijo adoptivo de Jiang Fengmian, todos sabían que este lo quería como tal. Siendo el discípulo principal de la secta, era un omega igual de fuerte que su hermano. La particularidad con él, es que, todos sabían de él por los interminables problemas en los que se metía. Un omega respondón, gritón, soberbio, y, sin embargo, carismático. No era ningún secreto que Wei Wuxian era encantador, su facilidad para hablar le ganó muchos amigos en toda la ciudad, a pesar de ser muy ruidoso. Y finalmente, era igual de bello que sus hermanos. Los alfas que se veían atraídos por el juguetón omega a menudo se veían confundidos cuando se daban cuenta de ello, pero, era inevitable no caer ante los pies de un omega tan simpático.
Jin Zixuan apartó la mirada cuando vio a la doncella Jiang dirigir la suya hacia él. Jiang Yanli solo pudo reírse tímidamente al verlo. Mian Mian, que se encontraba sentada al lado de su señor, rodó los ojos divertida al ver a su amigo avergonzarse al toparse con su prometida.
La ceremonia inició, Lan Qiren se sentó enfrente de sus estudiantes, y, antes que nada, saludó junto a su sobrino mayor. Lan Xichen parecía ser todo lo contrario al serio Gran Maestro, una sonrisa cálida estaba presente en su rostro durante el saludo inicial de su tío. Todos sabían de lo estricto que era Lan Qiren, por lo que no se sorprendieron de ver esa aura en él.
Wei Wuxian juraba que iba a dormirse en medio de la ceremonia, la voz casi sin emoción del viejo que ahora recitaba las tres mil reglas del lugar lo estaba adormeciendo. Inquieto, los ojos del omega viajaron curiosamente por el lugar. Se detuvieron cuando captaron a un joven sentado en primera fila.
Era el único que parecía no querer morirse.
Aunque, Wei Wuxian por un momento pensó que ya lo había hecho, pues no lo vio moverse ni demostrar algún tipo de emoción. Su rostro se mantuvo estoico en todo momento durante la recitación de las reglas. Pero, cuando reconoció las túnicas casi de luto, entendió que era un discípulo del Clan Lan, por lo que debía estar acostumbrado a lo aburrido.
Wei Ying lo detalló, debía tener su edad, o si acaso, era un poco mayor. Estando de espaldas, no pudo ver mucho de su rostro. Con la espalda perfectamente recta, su postura no falló en ningún momento. Lo único que pudo notar fue dos mechones de cabello que enmarcaban su rostro.
Wei Wuxian se entretuvo pensando en cómo sería su rostro. Si era cierto lo que decían de los Lan, entonces debía lucir como un ikemen. Se preguntaba si era un alfa o un omega, aunque trató de olisquear el aire en su dirección, el salón se encontraba lleno de los aromas de todos los demás estudiantes, así que, no pudo deducir cuál le pertenecía.
Después de decir en voz alta las tres mil reglas, Lan Qiren les dio un descanso antes de iniciar con las clases. Wei Wuxian fue el primero en salir del salón, salir de allí fue como una bocanada de aire fresco. Se estiró soltando un bostezo.
—Un minuto más y me iba a quedar dormido —la voz de Jiang Cheng también se vio distorsionada por su bostezo, alcanzando a su hermano, el menor se paró a su lado.
Lan Xichen vio a su hermano menor mantenerse en su lugar una vez que todos los demás estudiantes se pararon para ir a disfrutar su receso de una hora. Parecía que Lan Wangji tenía la intención de quedarse en el salón hasta que las clases iniciaran nuevamente.
Viendo a los estudiantes afuera, Lan Xichen sonrió y se acercó a su hermanito.
—Wangji, ¿por qué no sales y conoces a los demás estudiantes? —Lan Xichen bien sabía que lo que pedía era casi un imposible para su hermano, pero, nada perdía con intentarlo.
Los ojos dorados de su hermano se elevaron para poder mirarlo. No respondió, y no era necesario, Lan Xichen sabía lo que su hermano quería decir. Así que, sonrió un poco más.
—¿Por mí? Necesitas amigos —no quería ser directo, sin embargo, no había otra manera de explicar su preocupación—Esta es una buena oportunidad, la mayoría son de tu edad. Estaré más tranquilo si sé que no estarás tan solitario al menos durante las clases.
Lan Wangji no cambió su expresión, sin embargo, para los ojos de Lan Xichen, su hermano lucía como un niño pequeño que hacía puchero, pidiéndole que no lo obligara a socializar. Y por mucho que quiso dar su brazo a torcer ante la imagen de un pequeño Lan Zhan haciendo puchero, él se mantuvo firme.
—Por favor... —pidió casi con súplica. Lan Wangji, entonces, no pudo negarse. Quiso suspirar, mas solo se levantó para salir hacia donde los demás se fueron.
El Segundo Jade llamó la atención apenas puso un pie fuera del salón, poco podía importarle ese detalle. Todos sabían quién era, ¿cómo no hacerlo? Los Hermanos Jade eran bien conocidos entre los demás clanes y sectas.
Justos, bellos, inteligentes y capaces, Lan Xichen y Lan Wangji eran los cultivadores más prometedores de Gusu Lan.
Aun así, Lan Wangji era conocido por ser un hombre frío como el jade. Callado y reservado. Eso llamaba a los suspiros de muchos omegas y doncellas ordinarias.
Solo uno se atrevería a cometer la locura de acercársele y hablarle, perturbando así su tranquilidad.
Ese omega loco sería Wei Wuxian.
El omega percibió la presencia de aquel joven que había visto en las clases, Lan Wangji se quedó parado a un lado de la puerta del salón, con los ojos cerrados como si estuviera meditando. Se veía tan solitario ante los ojos de Wei Wuxian, y solo había una manera de solucionar aquello.
Con una sonrisa entusiasta, Wei Ying caminó hacia el Segundo Jade.
—¡Wei Wuxian! —fue muy tarde para cuando Jiang Cheng se dio cuenta de las intenciones de su hermano, todos aguantaron la respiración cuando vieron a Wei Wuxian tocar el hombro de Lan Wangji para llamar su atención.
—¡Hola, estás muy solo! ¿Cómo te llamas? ¿Quieres ser mi amigo? Yo soy Wei Wuxian, me puedes llamar Wei Ying —para cuando los ojos de Lan Wangji se abrieron, Wei Wuxian solo pudo ver una dorada sorpresa en ellos.
—¿Qué hace ese tonto? Oh, por los cielos, Lan Wangji lo está matando con la mirada —murmuró un pupilo del Clan Jin.
La cuestión era que, Lan Wangji no estaba mirando a Wei Wuxian porque le molestara su interrupción, lo estaba mirando porque su voz pareció detener el tiempo para él.
Cuando Lan Wangji escuchó aquella voz hablarle, sus sentidos se dispararon al instante. Sintió su corazón comenzar a palpitar rápida y fuertemente, su sangre comenzó a vibrar mientras recorría su cuerpo. Casi se doblegó ante el escalofrío que subió desde su espalda hasta su cuello, y frente a él, el omega brillaba con tal intensidad que, casi cerró los ojos cegado por la deslumbrante luz.
Entonces, la comprensión llegó a él de un contundente golpe.
Su alfa aulló.
Ese era su omega.
—Eres muy callado, ¿eres tímido? —continuar escuchando aquella voz casi derritió los oídos de Lan Wangji, quien, si de por si no hablaba mucho, había perdido por completo el sentido de formular una simple oración.
Entreabrió sus labios, pensando y tratando de recomponerse.
—De cortesía; Lan Wangji, de nacimiento; Lan Zhan —atinó a responder las primeras preguntas del omega después de ordenarle a su cerebro no dejar al bello omega sin una respuesta.
Y por primera vez en toda su vida, Wei Wuxian se quedó sin palabras.
Su omega casi pegó un brinco al escuchar la voz del alfa, movió su cola cuando la procesó por completo. Sin quererlo, su aroma a frutos rojos comenzó a esparcirse en un intento por llamar al alfa enfrente suyo. Su mente se apagó por completo, sus ojos entonces solo pudieron enfocar a la belleza de quien ahora conocía como Lan Zhan.
Su aliento escapó de él por unos largos segundos mientras aquellos ojos ámbar le miraban profundamente.
«¡Es nuestro alfa!» aulló emocionado el omega de Wei Wuxian.
—Lan Zhan... —Wei Ying probó el nombre del otro joven entre sus labios, decirlo le provocó una sensación de satisfacción incomprensible. Olisqueó el aire, y el olor a sándalo llegó a él, erizando su piel—¿T-Tú también sentiste eso? —preguntó en un tímido intento por saber si el alfa también lo reconocía como su omega.
—Mn —respondió Lan Zhan, ya habiendo dominado sus sentimientos. Solo era cuestión de decirle a su corazón que dejara de palpitar de esa forma, sentía que podía salirse de su pecho—Mi omega.
Wei Wuxian dejó salir una risita tímida al ser llamado así, iba a cubrirse con la manga de su túnica por la vergüenza. Pero, su mano fue tomada mientras la alzaba, sorprendiéndolo.
El tacto fue electrizante.
—Ah, Lan Zhan, ¿a dónde vamos? —preguntó cuando se vio jalado devuelta hacia el salón.
Detrás suyo, los demás estudiantes estaban estupefactos.
Lan Wangji jamás tenía contacto con nadie, jamás hablaba con alguien más de lo estrictamente necesario. No obstante, ahora llevaba a ese omega de la mano hacia el Pabellón de Orquídeas.
—Dada —fue lo único que respondió. Y Wei Wuxian alzó una ceja.
—¿Tu hermano?
—Mn, presentaré a Wei Ying con gege —Wei Wuxian se sonrojó de forma furiosa.
Lan Wangji no se cuestionó ni un solo segundo que él fuera su omega, lo aceptó de inmediato. Eso hizo a su corazón muy feliz.
Y, ¿cómo no hacerlo? Wei Ying era el omega más hermoso que Lan Zhan había visto en toda su vida.
Cuando Lan Xichen le dijo que conociera a nuevas personas, nunca se esperó que Lan Wangji volviera de la mano de un sonriente omega y lo presentara como su compañero de vida.
Ambos, su tío y él, casi escupieron su té cuando vieron al menor llegar y pronunciar esas palabras que presentaban a Wei Wuxian como su omega.
—Wangji —dijo entre risas nerviosas—Dije que hicieras amigos, no que encontraras a tu alma gemela —hizo una pequeña broma que, para su fortuna, fue bien recibida por el omega que ahora acompañaba a su hermano.
—Zewu-Jun, Gran Maestro Lan —los saludó de forma respetuosa—Me presento, soy Wei Wuxian de Yunmeng Jiang.
—¿Wei? —preguntó Lan Qiren saliendo de su estupefacción. Solo conocía a un Wei que estuviera fuertemente relacionado con el Clan Jiang—¿Acaso eres el hijo de...?
Wei Wuxian sonrió.
—De Wei Changze y Cangse Sanren, sí —Lan Qiren suspiró. Si él era el hijo de su antigua colega, entonces, sin dudas había heredado algo de la actitud rebelde de su vieja compañera de estudios. Se tenía que preparar mentalmente para ello.
—Tío —la calmada voz de Lan Wangji le llamó, y para él fue suficiente. No tenía nada que pensar.
—Si ambos dicen que son la pareja del otro, yo no tengo nada que objetar. No puedo ir contra la naturaleza —aprobó, dejando tranquilos al par de hermanos Lan—Pero, joven Wei, trate de no meterse en muchos problemas, no avergüence a mi sobrino ni a nuestra secta.
Wei Wuxian hizo una reverencia ante él, la convicción brillando en sus ojos grises.
—¡Sí, Gran Maestro! —Lan Xichen sonrió. Estaba genuinamente feliz por la felicidad de su hermano menor, lucía emocionado por la presencia del omega.
Aunque su rostro no lo demostrara, él era un experto en leer esa inexpresiva cara.
Desde allí, solo siguió una serie de acontecimientos que dejaban a todos en el Descanso de las Nubes con la boca abierta.
Jiang Cheng y Jiang Yanli fueron los primeros en enterarse sobre la relación de Wei Ying y Lan Zhan. Fueron llamados unos minutos después de que Lan Wangji llevara a Wei Wuxian hasta su familia.
Allí, Lan Qiren les explicó y pidió varias cosas. Primero, era evidente que la nueva pareja comenzaría un cortejo, y si todo salía bien, entonces Yunmeng Jiang y Gusu Lan tenían mucho que discutir sobre la unión de ambos. Por lo tanto, se le avisaría a Jiang Fengmian que uno de sus hijos omega había encontrado a su pareja en el Clan Lan.
«Respetable Líder de Secta Yunmeng Jiang, Gusu Lan se ve en el deber de informarle que su discípulo principal; Wei Wuxian, ha encontrado a su pareja alfa en nuestra secta...»
O eso pensaban escribir, mas durante esa discusión, Lan Qiren vio a su otro sobrino caer ante los pies del futuro líder de la Secta Yunmeng Jiang cuando ambos se presentaron mutuamente, así que, con un suspiro mental, desechó el pergamino donde estaba escribiendo y corrigió.
«Respetable Líder de Secta Yunmeng Jiang, Gusu Lan se ve en el deber de informarle que, su heredero; Jiang Cheng, y su discípulo principal; Wei Wuxian, han encontrado a sus parejas alfas en nuestra secta...»
Jiang Yanli no pudo hacer más que sonreír ante la situación. Sus dos hermanitos encontraron a sus alfas en el mismo día, en el mismo lugar y en la misma familia.
Desde ese día, no fue para nada raro ver a los hermanos Jiang alrededor de los hermanos Lan.
Lan Wangji nunca antes había sido visto con alguien más por más de cinco segundos, ahora, no era visto cinco segundos sin Wei Wuxian. Aquel parlanchín omega no se despegaba de su lado, y lo veían hablar sin parar, sin importarle si Lan Zhan apenas decía más de tres palabras como respuesta a su parloteo.
Durante su estadía en el Descanso de las Nubes, Wei Wuxian entendió que su alfa era un hombre de pocas palabras, pero, incluso así, pudo llegar a conocerle de una forma que nadie más que Lan Xichen hacía. Él también aprendió a leer la inexpresividad de Lan Wangji.
Reafirmando que era, de hecho, el omega del gran Segundo Jade de Gusu Lan.
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