3. Primer celo (alpha) - RinSagi

NekoRin está en celo

Isagi sabía que el momento llegaría, era solo cuestión de tiempo.

-- Creo que lo mejor sería que lo vayas llevando con Noa y los otros alfas, lo digo por tu bien -- le recomendó Hiori, viendo el rostro contrariado del peliazul -- está en la edad de tener su primer celo, ya no es apto para estar con tantos omegas.

Asintió a las palabras de su amigo, pero a la vez se sentía triste por dejar partir a ese chico que crio desde que era un cachorro.

Un hibrido leopardo que encontró en su camino a conseguir suministros para la aldea, lo llevo a vivir con él, aun sabiendo que no era lo correcto, él siendo un joven omega sin marca y el pequeño un alfa en crecimiento.

-- Sí... hoy se lo diré.

Cuando regreso a su cabaña, fue recibido por un ronroneo particular.

-- Isagi...

El menor comenzó a restregarse en el recién llegado, sacándole pequeñas risas al omega por las cosquillas que le causaba el pelo de Rin en su nariz.

-- Ya estoy de vuelta, Rin.

Se sentía bien estar en compañía de otra persona, la compañía del cachorro alfa calmaba su tristeza de vivir sin sus padres que murieron por una epidemia.

-- Isagi... -- el cachorro lo olfateo, sus orejas bajaron a la vez que hacia una mueca -- hueles a otro.

-- Hmm? Debe ser el aroma de Hiori, Rin.

-- No... hueles a alfa -- gruño el cachorro, apretando sin querer su agarre con el omega -- ¿Por qué...? -- soltó otro gruñido, pero esta vez con advertencia.

Era por esto que sus amigos y conocidos le decían una y otra vez que el cachorro ya debía independizarse de vivir en su casa.

-- Rin, suéltame primero -- ordeno, pero el cachorro no lo obedecía -- Rin, te estoy dando una orden...

El agarre ajeno aflojo, pero seguía sin soltarlo, suspirando, Isagi tuvo que recurrir a su última carta.

-- Suéltame, cachorro -- ordeno, con una voz de ultratumba y con sus ojos convertidos en una pupila de animal.

Hizo una mueca de disconformidad, pero el pequeño alfa termino por soltar al omega que le acaricio la cabeza como felicitación.

-- Lo siento... -- susurro, aunque no se veía muy arrepentido.

-- Rin, ya hablamos de esto, no puedes celarme como si fuera tu omega, yo soy tu cuidador, nada más.

El cachorro asintió y Yoichi creyó que era suficiente, pero pronto se daría cuenta que ese gatito no era tan obediente como creía.

Itoshi Rin fue criado por un omega que tuvo que ver por sí mismo desde muy joven, tal vez por eso su alfa interno, que aún era un cachorro, lo respetaba como su cuidador.

Un cachorro siempre obedecía a un omega, tal vez esto se debe a que un omega es el que cría a los cachorros hasta que estos crecen.

Pero a ojos de Rin, que Isagi Yoichi fuera solo su cuidador, era una maldita injusticia.

El omega nunca lo tomaba en serio, nunca.

Cuando le daba presas que el cazaba, solo le acariciaba la cabeza.

Cuando traía flores, simplemente agradecía y seguía en lo suyo.

Cuando intentaba marcarlo con su olor, era regañado.

En cambio, otros malditos que se le acercaban, como ese león alfa de Michael Kaiser, SU Yoichi tenía el descaro de sonrojarse enfrente suyo y de ese cretino que solo lo quería por una noche.

Queria a Yoichi pero al parecer sus sentimientos no parecían ser correspondidos.

¿Era en serio la edad un impedimento?

Conoce a Yoichi y sabe que él es el indicado, no habrá nadie que lo ame más.

Y es tanto su deseo, que se le ocurre un plan de emergencia, donde su primer celo seria clave en este plan.

Isagi no podía creer lo fácil que Rin acepto el tener que irse a la casa colonia de Noa, donde conviviría con otros alfas y así no habría problemas con su primer celo.

Según le conto el alta de pelo blanco, el primer celo de un alfa es difícil, al ser la primera vez que el lado bestia sale, es donde menos control tendrá el lado consciente.

En muchos casos el alfa se vuelve salvaje y es otro alfa, generalmente padres o cuidadores, quienes le hacen el pare antes de que hieran a alguien.

Debido a que era un omega, no podría cumplir con aquel papel, además de que después de tener su celo, Rin sería considerado mayor de edad, ya no podrían vivir juntos, pensó que lo mejor sería que fuera trasladado con Noa.

Aunque eso le rompiera el alma, porque eso significaba que ellos tal vez ya no volvieran a verse o al menos ya no podrían ser nunca los de antes.

Luego de madurar como alfa, está seguro de que muchas hermosas omegas se le pegaran como abeja a la miel, ya no tendría tiempo de recordar al viejo omega que lo crio.

Pero eso está bien, siempre supo que en algún momento ese cachorro crecería.

-- Isagi -- aunque a veces ese chico hace las mismas cosas que cuando era niño.

-- ¿Qué sucede Rin? Si es por la comida, no te preocupes que en un momento estará lista -- el alfa sostuvo la manga del omega, llamando su atención -- ¿Rin...? ¿Qué sucede?

Vio esos hermosos ojos turquesas brillar de tristeza, lo que hizo doler su corazón.

-- Mañana debo irme...

-- Sí, es mañana.

-- Isagi, quiero pasear por el bosque como antes... al menos una última vez.

Con el corazón en la mano, acepto el pedido del chico, luego de almorzar, salieron hacia el bosque, como aquellos tiempos donde el pequeño Rin tomaba la mano del adolescente Yoichi y se perdían entre la vegetación.

Aunque ese pequeño había crecido hasta ser incluso más alto que él.

-- ¿Cuándo has crecido tanto Rin? -- le pregunta con cariño -- pareciera que solo fue ayer cuando solo llegabas a mi cintura.

El bosque esta silencioso, bueno, obviando el canto de algunas aves, el ambiente era sumamente relajante, incluso podría dormir sin ningún problema bajo alguno de los troncos.

Su lobo interno podía imaginarse armando un nido improvisado y dormir a gusto en ese lugar.

-- Recuerdo cuando salías corriendo y yo gritaba asustado, temiendo que te perdieras... siempre has sido adorable, a pesar de tus intentos de conquistarme.

Siempre supo que el pequeño alfa lo veía como más que su cuidador, por eso mismo le puso siempre una línea que no debía cruzar, además que Kaiser había estado esforzándose mucho por conquistarlo.

Tal vez regresando, le acepte finalmente una cita.

Estaba tan metido en sus pensamientos, que lo único que lo saco de ellos fue el repentino olor fuerte de menta saliendo de Rin.

-- ¿R-Rin? -- sin quererlo se alejó del alfa, su omega actúo por instinto.

Sus orejas, cola y colmillos salieron a la defensiva, podía sentir una fuerte sensación de peligro.

Y cuando vio a los ojos a Rin, se dio cuenta.

El celo del alfa se había adelantado.

-- Omega... omega...

-- ¡Atrás! -- le gruño mostrando sus colmillos -- ¡Rin, reacciona! ¡Llamare a Noa, solo intenta controlarlo!

El omega intento irse, pero el gruñido del alfa era una clara advertencia.

-- ¡Mío omega! ¡Omega!

Yoichi intentó escapar, pero por más que mostrara su lado bestia, su fuerza no era nada contra la de un alfa recién despertado como Rin.

Los caninos de Rin eran enormes y filosos, sería capaz de rebanarle la garganta con facilidad, al igual que sus garras.

-- ¡Rin, aléjate! ¡Soy Yoichi! ¡Tú cuidador!

Creyó que, si lograba despertar el lado consciente del chico, lograría buscar ayuda.

Pero la risa que salió del chico, lo dejo perplejo.

-- Finalmente~... -- tarareo -- Yoichi es mío... solo mío~...

Rin lo miraba con un sonrojo cubriendo su rostro y con una inusual sonrisa mientras lo llamaba omega, vio las orejas gatunas en punta y la cola agitándose sin parar, estaba feliz.

-- Yoichi será mi omega... mío, mío, mío~.

Parecía un niño celebrando por conseguir un juguete nuevo.

Fue en ese momento que lo entendió, el alfa interno de Rin no era solo peligroso, sino también bastante juguetón.

Rin se subió hasta estar cara a cara con el lobito.

-- Voy a marcar a Yoichi, así nunca nos separaremos.

Tal vez su bestia era así de sincero porque Rin era demasiado cerrado con sus propios sentimientos.

-- Prometo ser gentil... o lo intentare -- ronroneo antes de lamer la mejilla del mayor.

Los miembros de la villa los buscaron por toda la noche, pero no los encontraron hasta la mañana siguiente, con Rin cargando a un inconsciente Isagi Yoichi en sus manos, el olor emanando de ambos dejaba más que claro lo que había pasado.

Eso y que Rin, en un gesto infantil, le saco la lengua al león alfa que lo miro con una vena marcada.

Ahora siempre estarían juntos como pareja. 

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