2. Primer celo (omega) - GoYuu

Ser digno

Si se te dio una oportunidad, tal vez, como opinión, es que no deberías poner las manos al fuego tan rápido, o al menos, no poner a prueba la confianza que te ofrecieron.

Aunque ese peligroso péndulo se balanceaba de un lado al otro en Gojo Satoru.

Y él porque estaba justo en sus narices.

-- Yuuji... sé que me responderás que no tienes nada, pero ya es incluso algo insultante el que creas que me creeré eso.

Desde atrás, el pelirosa mira a su profesor, conflictuado e incluso algo avergonzado.

-- ¿Ya me dirás que es lo que tienes? -- inquiere alzando una ceja.

El chico siente la mirada pesada que le dirige el mayor a través de sus lentes oscuros.

Pero la negación con la cabeza lo pone de los nervios, queriendo enfrentar al chico avanza un paso, pero el aroma dulzón que capta su nariz lo paraliza.

-- Yuuji, ¿Tú...?

Antes de terminar su oración, el chico salió corriendo en la dirección contraria, con ese aroma dulce siguiéndolo.

Su alfa interior le gruñía en protesta, gritándole que debía seguir a ese chico, hacerlo suyo, marcarlo y llenarlo de cachorros.

''¿Por qué lo dejas ir por todos lados?''

Ese otro yo tan primitivo y salvaje le gritaba muchas cosas, pero todas ellas estaban prohibidas.

Porque su propia moral no le dejaba expresar aquello que sentía en su corazón.

Apenas llego a su casa, se encerró con pestillo, se metió a la ducha y comenzó a frotar el jabón por todo su cuerpo.

Su cuerpo tiritaba, pero no por el agua fría, ojalá fuera por eso.

Su piel se sentía tan sensible, el mínimo toque lo hacía saltar.

Su cabeza no podía quitarse la imagen de su profesor mirándolo fijamente, como si solo existieran el en el mundo.

-- S-Sensei...

Su miembro se levantó y eso solo empeoro su vergüenza.

Itadori no podía creer que con solo oler el aroma cítrico de su profesor causara todo esto.

-- A-Aunque... es mi... culpa...

Su padre omega le había advertido sobre su primer celo, sobre los síntomas que tendría y que lo mejor sería que se encerrara en su departamento los días que se sintiera enfermo.

No hizo caso a las recomendaciones y acaba de mostrarle a su profesor su faceta más vulnerable.

-- Soy patético... ahora sensei... Gojo - san...

Cuando se le fue revelado su casta, lejos de sentirse triste por no ser como su tío o sus hermanos mayores, Yuuji se sentía feliz de ser un omega.

-- ¿Yuuji - kun es un omega? -- el Satoru del pasado le acaricio la cabeza -- bueno, era de esperarse, viendo lo lindo que eres era lógico.

El amigo de su hermano, un muy buen conocido de la familia, Gojo Satoru y su primer amor, era un alfa.

Desde que llego a esa universidad su único objetivo fue enamorarlo, pero no de esa manera.

No cuando sabe cuánto odia Satoru que los omegas se le ofrecen de esa manera.

Siempre intento ser sutil en sus coqueteos, siendo más un estudiante modelo, al menos en su curso, que un simple omega que buscaba enamorarlo.

Pero cuando su primer celo llego, lo hizo en el peor momento, queriendo llorar al pensar que Satoru ahora cree que es uno de esos omegas sin vergüenza alguna.

Los golpes en la puerta de su habitación lo pusieron en alerta, se supone que había cerrado con pestillo la puerta.

-- Yuuji... soy yo...

Su omega interno ronroneo al reconocerlo, haciendo que se encogiera en su sitio.

-- ¿Puedo pasar...?

-- ¡No! -- grito, aun cuando su omega le reñía por gritarle al alfa -- ¡V-Vete sensei...!

No quería más vergüenza que la que ya estaba pasando en este momento.

-- V-Váyase...

Desde afuera, Gojo soltó un largo suspiro.

-- Yuuji... ¿No confías en mí?

La respuesta tardo en llegar, Gojo pensó que el chico estaba en un debate con su omega.

-- No es eso... e-es que...

El omega arañaba en su interior, queriendo salir, queriendo que la habitación se desborde de su aroma a fresas, que llame al alfa que está afuera para que lo marque.

Y con Gojo, era igual, su alfa gruñía y aullaba, anhelando en morder la nuca del omega y enlazarlo.

-- Abre...

-- No quiero...

-- Sé que debes estar sufriendo en este momento sin un alfa, estamos hablando de tu primer celo después de todo.

Tenía razón, todo el cuerpo le ardía, se sentía demasiado sensible y el hecho de sentir que en la parte baja estaba resbaloso.

Era un asco el celo.

-- Prometí a tus padres que cuidaría de ti, en estos momentos necesitas del aroma de un alfa para calmarte... abre...

Tardando un par de minutos, la puerta se abrió lentamente, o al menos un poco, dejando ver parcialmente la cara sonrojada del menor.

-- S-Sensei... hace calor...

Empujo la puerta hasta poder ver en su totalidad al pequeño Yuuji quien se aferró a él con fuerza.

-- Shh~... tranquilo... no haremos nada...

Aun cuando el omega lo desea, Yuuji no quiere hacerlo en un estado que lo volvía tan sensible.

Fue bastante difícil para Satoru mantener la compostura, el aroma dulce de fresas lo estaba desafiando, pero aun con todo y su alfa gruñendo, envolvió al omega con su olor, además de envolverlo con mantas.

Comenzó a tararear una canción de cuna en voz baja, sentía que el agarre del pelirosa aumentaba, él estaba luchando contra su omega interno recién despertado de su primer celo.

Quiere tenerlo, quiere someterlo, quiere que todos se enteren que este omega es suyo.

Pero no podía traicionar la confianza de la familia Itadori, estos mismo lo ayudaron en su época más dura, le dieron casa y amistad sincera.

Cuando supo que Yuuji quería venir a la universidad donde era profesor, los señores Itadori le rogaron que cuidara de su cachorro más joven.

Y Satoru se esfuerza día tras día por no traicionar esa confianza.

Este día era un buen paso, una gran hazaña el no dejarse llevar con el aroma de un omega.

Aún faltaba tiempo antes de que pudieran estar juntos, pero lo que ha pasado el día de hoy, era un paso seguro a su futura unión sincera.

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