Enredos

Entrando con cuidado a la habitación ajena, esperando que ni sus padres ni su abuelo hayan escuchado la puerta, abraza a su gemelo por la espalda, inhalando su aroma dulce, sus grandes manos comenzando a recorrer ese cuerpo que conoce desde que nació.

-- Sukuna... no tengo ganas -- murmuro con neutralidad, sin siquiera darle una explicación.

Entreabrió sus ojos, soltando un gruñido tanto él como su alfa interno, molesto por el rechazo del omega, ¿Cuánto tiempo paso ya desde la última vez que probo el fruto prohibido que significaba su gemelo?

-- Ho~, hasta donde sé, no estas enfermo y no tienes nada que hacer el día de hoy.

-- Si no quiero, no quiero Sukuna, no insistas.

La negativa solo lo ponía de malhumor, ya había pasado casi 3 meses sin poder sentir ese calor ajeno.

-- Así que yo no puedo tocarte... Pero ese querido profesor tuyo, ¿Sí?

Vivieron solos casi toda su vida, padres que trabajan las 24 horas al día, un abuelo que apenas y los miraba de vez en vez, eso solo significaba una independencia temprana por parte de ambos niños que crecieron siendo el opuesto del otro a pesar de su apariencia idéntica.

Parece ser que fue tanta su confianza en que los niños podrían cuidarse solos... que no notaron las señales de que Sukuna no miraba a su hermano menor como su gemelo... es más parecía no verlo a él y solo guiarse por el dulce aroma que desprendía.

-- ¿Sukuna - nii? -- un día el menor se sorprendió al sentir la fuerza con la que su gemelo alfa se había aferrado a él, sintiendo la respiración ajena aferrada a su glándula omega.

El gemelo mayor solo aspiraba el aroma ajeno, deleitándose con lo dulce que podía ser y deseando sentir más de ese aroma.

-- Nee, Yuuji, ¿Quieres que te muestre algo que acabo de aprender? -- pregunta en un tono que el menor nunca antes había escuchado, pero acepta.

Fue la primera vez que ambos se unieron como alfa y omega, ignorando todo tipo de moralidad.

Pero solo fue el inicio de un círculo de revolcones y negaciones entre ambos gemelos.

''Esto está mal''

''Pero te gusto''

''¡Somos hermanos!''

''Eso no pareció importarte cuando me pedias que fuera más brusco, mientras gemías mi nombre como una perra en celo''

Quien sabe porque nunca Yuuji confeso a sus padres la verdad, tal vez la vergüenza de confesar que se había acostado con su gemelo, tal vez temiendo la reacción que podrían tener sus progenitores y su abuelo, que ya tenía suficiente con que fuera un omega.

Yuuji nunca abrió la boca y Sukuna aprovecho para descubrir cada centímetro del cuerpo ajeno, quien solo se dejaba hacer, sabiendo que no tenía otra salida que aceptar ser el ''juguete de practica'' de su gemelo, pensaba que, si llegaba a encontrar un omega de su gusto, él podría ser libre.

-- Vamos a mi habitación.

Pero nunca fue así, hasta la preparatoria, Sukuna nunca dejo de saborear el aroma de su hermano omega, demasiado adicto a ese olor a fresas bañadas en miel.

Creyó que Yuuji ya había aceptado que el único alfa que podía estar bajo sus sabanas, era él, pero claro, olvido que ambos eran igual de tercos.

Fueron tres meses... tres malditos meses donde no pudo tocar ni un centímetro de piel de Yuuji, su alfa interno gruñía por la falta de relaciones, al igual que él.

''Me siento mal'' ''Me duele la cabeza'' ''Mañana Sukuna''

Todo tipo de excusas que el por alguna razón, obedecía, bueno, eso y que el omega apenas llegaba a casa, ponía la puerta con pestillo, saliendo solo cuando la familia se sentaba en la mesa, sino llevaba su plato y comía solo en su habitación.

Sukuna por más que quisiera, no podía tumbar la puerta, hubiera generado un escándalo innecesario y sus padres exigirían explicaciones que no dará.

Creyó que lo de su gemelo era algo temporal, a causa de que ambos eran un par de adolescentes hormonales, claro, después de todo, lo otro seria que su hermano este con otro alfa.

Pero ¿Quién se atrevería a estar con su hermano sabiendo que él era un ''hermano sobreprotector''?

Sus pensamientos se disiparon un día, a salida de la preparatoria, Sukuna buscaba a Yuuji, si el chico no quería en la casa, podrían hacerlo aquí mismo en uno de los salones, no tenía problema.

-- ¿Dónde se ha metido ese mocoso? -- refunfuño entre dientes, buscando esa cabellera rosada que el mismo portaba.

La amiga castaña de su gemelo lo mando muy lejos, alegando que mejor se fuera y dejara a Yuuji tranquilo.

-- Voy a matar a esa perra...

Ya había caminado por la mayor parte de la Preparatoria, estaba poniéndose cada vez más molesto.

Hasta que escucho un sonido que reconoce demasiado bien.

-- A-Ahh~!

Oh, conocía demasiado bien ese gemido, su vista se giró hacia uno de los salones vacíos.

Su corazón comenzó a latir a mil mientras sus puños se apretaban.

Cuidando sus pasos, se acercó a la pequeña abertura de la puerta del salón.

Apretaba la mandíbula mientras más se acercaba, su nariz capto ese aroma conocido de las fresas, pero también olía un aroma de menta que no pertenecía al omega.

El sonido a gemidos junto al choque de pieles era conocido, ¿En serio Yuuji se había atrevido...?

Sus ojos rubíes viendo a través del pequeño espacio de la puerta semi abierta, Yuuji le estaba dando la espalda, saltando sobre el pene de otro alfa.

El omega no había notado su presencia debido a que le daba la espalda, pero el alfa que estaba lamiendo su cuello desnudo, era otro caso, mirándolo con una chispa de victoria en sus ojos azules.

Lo reconoció de inmediato como el profesor titular del salón de su hermano, Gojo Satoru.

Yuuji sintió las garras de Sukuna adherirse a su cadera, furioso.

-- Así que si nos estabas viendo -- responde con naturalidad -- sensei, dijo que no era nadie.

-- Los vi -- gruño -- te vi bastante animado a ordeñarle todo de su verga, ¿Sabes? Creo que nunca te había visto tan deseoso de una polla antes... -- escupió -- ¿Es por el que me dejaste en abstinencia estos tres meses?

Yuuji, lejos de intimidarse, respondió con una frialdad que no había sentido antes.

-- Bueno... tú ya me habías dejado en abstinencia hace seis meses antes por estarte revolcando con Fushiguro, ¿No?

Ojo por ojo, diente por diente.