18. Sin olfato - IvaTill
Vales mucho
Perder el olfato en un mundo como el suyo, es bastante preocupante, ellos, siendo lobos, necesitaban utilizar su nariz por obligación.
Oler aliados, familia, enemigos, sentir las emocionados en el aire para saber cómo actuar, oler las presas para la cosecha y poder comer...
Era un lobo, necesitaba de su olfato sino era bestia muerto.
Cuando salió como omega, sus padres ya mostraban cierto rechazo hacia él, pero cuando fallo en el entrenamiento de cacería siendo un niño porque no pudo oler a los conejos que trajeron para su práctica, fue como su sentencia a ser una paria.
-- ¡Ya era suficiente con que fueras un omega! ¡¿Pero sin olfato?! -- su padre lo tomo del cuello, posiblemente buscando que matarlo -- ¡Eres un completo inútil!
Apenas tenía consciencia, la mirada de su padre era de un completo demente, en la esquina, como una mancha borrosa, su madre lloraba en una esquina.
-- M-Mamá... ayu-
-- ¡Si lo hubiera sabido! -- su susurro fue interrumpido por el grito de su madre -- ¡Te hubiera arrancado de mi vientre yo misma!
La mirada de su madre era igual de cruel que la de su padre, fue ahí donde se dio cuenta, ninguno de ellos lo amaba.
Todavía recuerda como su padre, con crueldad marco en su nuca con un cuchillo, la palabra ''inútil''.
Fue lanzado sin crueldad al bosque, sin amigos, sin familia, sin manada, solo una paria que nadie quería, al que nadie necesitaba.
Solo un desperdicio de oxígeno.
En sus brazos hay un pequeño cachorro envuelto en una manta, el pequeño dormía bastante cómodo en sus brazos, pero lejos de calmarlo, lo ponía ansioso.
Cabello gris, como el suyo, pero el tono de su piel y sus ojos, los cuales ya ha visto, son como los de su padre, el padre del cachorro.
-- No puedo olerte... -- susurro -- no puedo saber si sigues tranquilo o si tienes una pesadilla... no puedo conseguirte comida por mi cuenta... ni siquiera sé si te estoy perfumando con mis feromonas...
Viendo al niño que con tanto esfuerzo dio a luz, se siente impotente, queriendo negar que sucedió, que no había traído una vida al mundo.
Él, una paria de su manada.
-- Con que aquí estabas Till -- murmura una voz a su espalda, antes de sentir esas manos envolverlo -- Sabes que debes dejar una nota si vienes aquí, haces que me preocupe.
El nombrado no contesta, demasiado enfocado viendo al cachorro dormir, mientras tanto, el alfa vio la pañoleta gris enredada en el cuello del omega, aquello le hizo fruncir el ceño.
-- ¿Otra vez? -- pensó con un poco de tristeza.
-- El cachorro debe recibir un poco de aire fresco... adaptarse a la naturaleza -- menciona en un hilo de voz -- Ivan, el cachorro duerme mucho.
Asintiendo a las palabras del omega, inclino su cabeza para ver a su niño que estaba durmiendo muy a gusto.
-- Los cachorros suelen ser así, duermen bastante, apenas despiertan para comer y hacer sus necesidades, no te preocupes si sientes que duerme demasiado. Mis padres decían que yo parecía un tronco al dormir.
Till tarareo en voz baja, aceptando las palabras, pero sin estar del todo contento.
Ivan, al notar esto, hizo lo mismo de todas esas veces que lo encontraba divagando demasiado.
Con la punta de sus dedos toco aquella molesta pañoleta, comenzó a retirarla, logrando un respingo por parte del contrario, pero ignoro su reacción, cuando el cuello quedo expuesto, Ivan tuvo que morderse el labio para no gruñir.
La palabra que habían escrito con maldad en el cuello de su omega seguía muy presente, pero al menos se veía un poco más decente gracias a la mordida que le dio aquella noche que fueron uno solo por primera vez.
Su marca de enlace, Ivan acerco sus labios, besando la marca, Till sintió el aliento caliente del alfa, sus ojos se cerraron por inercia.
-- ¿Qué estás haciendo Ivan?
-- Demostrando lo mucho que te amo, ¿No es obvio? -- un ronroneo salió del fondo de su garganta -- Recordándote lo especial que eres para mí, de lo feliz que soy de que seamos una familia, nosotros dos y este pequeño hermoso.
Ivan acerco sus dedos hacia la tierna carita del bebe, quien despertó al sentir la presencia de sus dos padres, él bebe comenzó a reír y tomo el índice de su padre alfa.
La risa del niño derritió el corazón de Till, quien aún se siente inseguro.
-- Soy inútil... apenas y pude darle a luz, ¿Cómo podre cuidarlo si ni siquiera puedo transmitirle mis feromonas para calmarlo? -- cuestiono dolido.
Ama a este niño que tiene en brazos, por eso mismo se siente insuficiente.
-- Un cachorro requiere ser cuidado y olfateado por su madre, pero yo no puedo, ni siquiera puedo olerte a ti, ¿Cómo puedo siquiera saber si estas siendo sincero conmigo?
-- ¿Crees que sería capaz de engañarte? -- pregunta.
-- ¿Cómo puedo creer que soy suficiente?
-- Porque lo eres -- contesto decidido -- Till, eres más fuerte de lo que crees, además si no fueras una madre como dices, ¿Tú crees que este bebe estaría tan contento en tus brazos? -- pregunta -- ¿Qué dices tú, Junior?
Él bebe, como si entendiera las palabras de su padre, volvió a reír, soltando el dedo de su padre y aplaudiendo mientras sus ojitos estaban fijos en el rostro de su padre omega quien tenía los ojos brillosos.
-- ¿Lo ves? Mira lo feliz que esta -- Ivan estaba enternecido por la escena.
Sabe que Till tiene varios traumas consigo, él mismo lo conoció perdido en el bosque, delgado, pero con una mirada decidida a seguir viviendo.
Ivan se enamoró de ese omega que, a pesar de todo, siguió resistiendo, aferrándose a la vida, lo acogió, le pidió a sus padres que lo aceptaran en su manada, poco a poco lo ayudo a que pudiera salir de esa oscuridad espesa que lo envolvía.
Aún hay camino por recorrer, pero con solo verlo con una tenue sonrisa mientras carga al hijo de ambos, sabe que solo es cuestión de tiempo hasta que Till pueda sonreír sin esa sombra de la infancia.
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