1. Revelación de casta - TodoDeku

El único para mí

Estaba nervioso, tanto que no podía dejar de temblar y sus manos las sentía tan sudorosas que estaba frotándolos con demasiada fuerza, queriendo secarlos.

-- Tus manos están sudando -- unas manos contrarias se entrelazaron con las suyas -- estas muy nervioso, Izuku.

El chico mira a su pareja que se había arrodillado para verlo a los ojos.

-- Shoto... -- sus ojos verdes estaban brillosos por las lágrimas contenidas -- y-yo... tengo miedo...

Midoriya Izuku, beta... o al menos eso fueron los resultados que había recibido en la secundaria y causaron parte de sus inseguridades.

Beta.

Esas eran las palabras impresas en su examen de segundo género, su madre lo tomo del hombro, recordándole que su hijo siempre sería el más especial no importa lo que fuera.

Pero para un adolescente Midoriya que parecía siempre estar en el ojo de la tormenta no era así.

Ser un alfa era un regalo de liderazgo, ser un omega, un regalo para tener familia, ¿Pero un beta?

Alguien ordinario, sin olor, sin celos, sin la posibilidad de poder estar con alguien de tu mismo género si quieres tener una familia.

Y lo más importante, es que los betas eran los parias cuando de tener relaciones se trata.

Beta mujer u hombre, en ambos sentidos, el beta tendría problema para tener descendencia con alguien de casta diferente, por no decir casi imposible, además de que un beta nunca llegaría a satisfacer a un omega o complacer un alfa.

Y eso es justo lo que más le carcomía, porque el ser un beta lo obligaba a olvidarse por completo de su amor de la infancia, su vecino y mejor amigo, Todoroki Shoto.

Él siendo un beta, nunca podría satisfacer al alfa y mucho menos podría darle un hijo cuando llegara el momento.

-- ¿Cómo te fue?

Temió decirle sus resultados, tal vez porque su corazón no estaba preparado para olvidarse de ese pequeño amor inocente, pero si no era por su boca, otro le diría.

-- Soy beta...

Izuku comenzó a volverse alguien solitario, o tal vez se debía a las malas miradas de los alfas y omegas que no les gustaba los betas insípidos a su alrededor.

En cambio, Shoto era un alfa puro que además era el más apuesto de la secundaria, volviéndolo el objetivo de todos los omegas e incluso alfas femeninas que deseaban continuar con el linaje puro.

-- Los resultados todavía llegaran mañana, tranquilo -- el alfa le susurro con ternura antes de arroparlo con una manta -- vamos.

Ahora en la universidad, Shoto mimaba lo más posible a su pareja, sabiendo lo mal que lo paso en la secundaria y preparatoria debido a su casta.

Pero había algo raro que nunca comentó con nadie, ni siquiera con el propio Izuku y era que a pesar de que el chico era un ''beta'', cuando estaba cerca, podía sentir un ligero aroma cítrico que le fascinaba.

¿No se supone que los betas no producían aroma?

El aroma solo lo percibía él, o al menos nadie se le acerco a preguntar e Izuku tampoco menciono nada de que alguien lo oliera.

Además, que le gustaba la idea de que solo él pudiera percibir tan aroma.

Porque le gusta Izuku, ama a Izuku, desea a Izuku y no está dispuesto a dejarlo ir.

No negara que el día de revelación de castas, había deseado que el peliverde fuera omega, pero tampoco le desagradaba la idea de que fuera beta.

Porque sea la casta que sea, Midoriya Izuku, sigue siendo Midoriya Izuku.

-- No me importa que lo tengas como amigo, ¡¿Pero cómo tu amante?! ¡¿Acabar con el linaje familiar solo porque se te calentó la cabeza?! ¡No!

-- Me importa una mierda lo que digas viejo, yo elegí a Izuku desde que somos niños, nada me hará que lo deje, mucho menos tú.

Se llevó un puñetazo en aquella ocasión, pero por tener al chico en sus brazos como en ese momento, lo valía.

-- ¿No tienes mareos o antojos?

-- Estoy bien...

Lo llevo a su habitación, arropo al peliverde en su cama y luego el mismo se acomodó a su lado.

-- ¿Les dijeron algo? -- pregunta Uraraka al verlos llegar.

-- Nos dijeron que mañana llegaran los resultados -- dijo en voz baja, sintiendo que el chico a su lado se estaba durmiendo.

-- Ya veo -- la castaña les blindo una sonrisa maternal -- entonces iré con Momo - chan, si necesitan que les traiga algo, pueden mandarme un mensaje.

El bicolor acepto la ayuda de la chica, dando un asentimiento como ultima despedida.

-- Shoto...

-- ¿Aun estabas despierto? -- el chico se remueve a su lado -- han pasado muchas cosas los últimos días, debes reponer fuerzas.

-- Shoto -- volvió a llamarlo -- ¿Y si lo que sospechas no es real...? ¿Si lo que siento aquí...?

Lo callo con un beso, además de sentir como unas lágrimas caían en el rostro contrario.

-- No eres un beta -- pego sus frentes y comenzó a susurrarle con cariño -- puedo sentirlo y lo que hay en tu vientre no es una ilusión... estas esperando un cachorro, nuestro cachorro.

Mas lagrimas comenzaron a caer en el rostro del chico, desde hace más de cuatro semanas que tiene estos síntomas, los antojos, los mareos, el querer siempre estar pegado a Shoto que de costumbre.

También ese indescriptible sentimiento cuando veía su vientre sentía como su corazón se calentaba.

Pero un beta no puede embarazarse, solo un omega.

Y fue en ese momento en el que ambos decidieron comprobarlo, contactarlo con una doctora de confianza, una prueba de embarazo y una prueba de casta.

Shoto estaba seguro de que Izuku siempre fue un omega, algo dentro de él le decía que lo de la secundaria fue un error, que el doctor tuvo un error garrafal al darle un resultado equivocado a su pareja.

Pero para Izuku era demasiado aterrador, tiene miedo de que la prueba vuelva a salir esa palabra, significando que lo que siente es algo irreal, una simple jugarreta cruel de su cabeza.

-- Izuku, no abras los ojos, solo escúchame -- pidió -- yo te amo, te amo mucho, desde que éramos niños y no he dejado de querer está contigo, aun cuando tú siempre me decías que debía buscar alguien más, pero mi respuesta siempre fuiste tú y solo tú.

No hubo respuesta, pero por como esos brazos lo rodeaban, sabía que lo estaba escuchando.

-- Pero-

-- No hay un ''pero'' que valga, ¿Puedes entenderlo? El único para mí eres tú, ¿Oyes? Solo tú.

Soltó un murmullo afirmativo antes de quedarse dormido, con todo el revoltijo de emociones dentro de sí.

Pero gracias a su alfa, pudo tranquilizarse y pudo tener el valor de enfrentar a la doctora al día siguiente.

-- Felicidades.

Y pudo finalmente sonreír al ver que era un omega y que en su vientre tenía el fruto del amor de ambos.

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