13.- Ojos de cachorro
Sunoo entró al estudio sin tocar, no era necesario, y aunque Jungwon no levantó la vista de la computadora, sabía que había percibido su llegada. Se acercó para mirar, recargando la barbilla sobre su hombro.
—¿Qué estás haciendo, líder-nim? —preguntó casi en un ronroneo.
Jungwon dejó de teclear y giró la silla, para poder mirar al omega con una ceja levantada.
—¿En serio? No me llamas "líder-nim" a menos que quieras algo, así que ¿qué quieres?
Sunoo hizo un puchero mientras se sentaba en el sillón frente a él, luego levantó la mirada hacia Jungwon.
—Oye, eso no es cierto... —se detuvo ante la mirada incrédula del alfa.
Le dio entonces su mejor sonrisa de disculpas.
—Estás aquí por Niki, ¿no es así?
Jungwon suspiró, internamente había esperado que no lo mandaran justamente a él a abogar, pero no tuvo tanta suerte. Incluso deseó que fuera el propio Jay quien viniera a increparlo, así podría hablar seriamente con él.
—Sabes tan bien como nosotros que es completamente injusto —soltó por fin Sunoo—. Niki solo estaba protegiendo a nuestro Jay, no es su culpa que aquel alfa bruto quisiera sobrepasarse con él.
Jungwon volvió a suspirar y se oprimió el puente de la nariz con dos dedos.
—Sí, lo sé —aceptó al fin—, pero los directivos quieren darle un escarmiento, para evitar futuros conflictos. Deberá tener el bozal durante al menos dos días.
El puchero de Sunoo se incrementó, sus ojos se abrieron más y brillaron con intensidad, como si estuviera conteniendo las lágrimas. Jungwon tuvo que desviar su mirada.
—¡Pero eso es demasiado! El pobre de nuestro Niki pasará mucha hambre por eso, ¡No puedes permitirlo! Por favor, por favor...
—Sunoo, no me ruegues así, te lo pido —dijo Jungwon sin mucha fuerza, pues el omega había comenzado a repetir esos "por favor" con la voz aguda y entrecortada, a punto de llorar.
—Es que solo tú puedes salvarlo. Jungwon, los ejecutivos debieron dejarte la llave, ¿no es así? Por favor, libera a Niki de ese castigo injusto, todos esperamos que lo hagas.
De pronto Jungwon dio un golpe frustrado contra el reposabrazos de su silla, aunque Sunoo no se inmutó, le quedaba claro que aquel aparente enojo no era contra él, y sabía muy bien que Jungwon nunca le haría daño.
—Maldición. ¿Por qué es tan difícil cuidar de ustedes?
Sunoo supo entonces que había ganado, pero fingió no hacerlo, sobre todo porque no quería herir el orgullo de su líder. Además podía entenderlo, creía que Jungwon quería realmente ayudar a Niki, pero se debatía entre su responsabilidad y su cariño.
—Oye, ¡nadie nunca ha dicho que sea difícil cuidar de mí!
Jungwon levantó la mirada, dispuesto a quejarse, pero al ver los ojos entrecerrados por su gran sonrisa, supo que su mayor bromeaba para aligerar el ambiente.
—Ya, pero es que tú eres la definición de omega suavecito y fácil de cuidar.
—¿Suavecito?
Jungwon se estiró para oprimir una de las mejillas de Sunoo, pues sabía que eso lo molestaría. Sunoo se apartó y le sacó la lengua.
—Ojalá Jay fuera igual de fácil de cuidar —soltó con un suspiro, aun mientras se giraba para buscar la llave del bozal de Niki en uno de los cajones.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, contigo es sencillo saber lo que necesitas, puedes pedir lo que quieras y cualquiera de nosotros estamos felices de atenderte. Pero Jay hyung... él es orgulloso, serio, puede parecer que no necesita de nadie.
»Algunas veces ni siquiera sé si debo ayudarlo, protegerlo, o si al hacerlo solo lo molestaría; pero deseo que esté bien, al igual que con el resto.
Sunoo se acercó más a él, hasta dejar una mano sobre su hombro, mientras soltaba por instinto un aroma relajante y confortable.
—Me imagino que debe ser difícil, pero has estado haciendo un trabajo increíble en todos estos años.
Jungwon volvió a mirarlo de manera irónica, a la par que levantaba una pequeña llave plateada.
—Oye, ya acepté liberar a Niki, así que no es necesario que me des falsos halagos.
El gesto divertido e inocente de Sunoo se apagó algunos momentos y, con un rostro serio, le dio un golpe relativamente fuerte a Jungwon en el hombro.
—¡Ey! No son halagos falsos, es lo que realmente pienso de tí, lo que todos pensamos por lo que me han dicho el resto, y eso incluye a Heeseung y a Jay.
—Bien, bien, de acuerdo, tampoco necesitas molestarte. Anda, mejor vamos a liberar a nuestro pequeño Niki.
Jungwon se levantó para salir del estudio, algo confundido por la reacción de Sunoo, no esperaba que de pronto el omega lo abrazara por la espalda, pero su olor y la tibia sensación de sus brazos lo reconfortó por completo.
—Me molesta que dudes de mis palabras así. No sería capaz de mentirte en algo como tu valía. Y me molesta que no te des cuenta de lo valioso que eres para mí... para todos.
Jungwon sonrió, aunque Sunoo no pudiera verlo. Tomó las manos suaves del omega y dejó que parte de su peso se recargara en él.
—Gracias —susurró solamente—. Pero esos ojos de cachorro que pones para conseguir cosas ya no funcionarán conmigo.
Sunoo lo soltó entonces, al girar se encontró con una fingida indignación, más bien divertida, del mayor.
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