Fase A

—Esto es una mala idea —murmuraron ambos representantes de los chicos, ambos mexicanos habían sido bien recibidos por el público, así que rápidamente crecieron públicamente y su música fue bastante consumida, además de que recibieron muchas propuestas de cambio, ambos como buenos chicos no iban a dejar a su representante de tanto tiempo, así que ahora tenían dos, ambos adultos miraban con una gran preocupación a ambos jóvenes

—Miguel, no crees, que bueno, ¿es una mala idea?—murmuró el mayor del grupo, el alfa miraba enserio preocupado

—Si, si lo creo, pero Marco....

—Nelson, está bien vergas, ahora toca —sonrió aventando a su hermano al escenario, podría decirse que no era diferente a otras presentaciones, salvo que está ocasión iba dirigida a un azabache del otro lado del continente—, espero que el wey si lo esté viendo

—Marco, déjame ver si entendí, esta presentación,¿ hicieron que el omega de Miguel crea que es para él?

—No, o sea sí, pero no, le mandé mensaje diciendo que había canciones para él, que debía adivinar cuáles eran

—Pero todas son de amor—el mayor miraba con duda al joven mexicano quien ahora cautivaba al público

—Ese es el punto, es la "fase A" de este plan de conquistar al chino ese, ya que no se puede de forma así, de frentecito, pues haremos que lo conquiste con sus encantos Rivera a distancia, así cuando se vean llegaran directamente a abrazos y besos, yo no escribí eso, eso lo escribió Coquito—aclaró el mayor de los Rivera mirando a su hermano

—¿También sientes que esto va a terminar mal? —la beta asintió dando razón al alfa, iba a salir mal este plan.

—¿Y si Hiro lo rechaza? o ambos encuentran a otra persona, ¿qué harán si eso ocurre?—la chica intentaba que el joven músico reaccionará, no sólo por su carrera que claramente tendría una decaída si el menor entraba en algún problema sentimental, el sólo imaginar a Miguel, el chico alegre y tierno de una forma destrozada no le agradaba para nada

—No lo pensamos, pero tengan fe en mí y en Coquito, ese chino va a caer por los encantos Rivera del pendejo ese—aseguró sonriendo

......

—¿Qué haces Hiro?—el mayor de los hermanos entró en la habitación la cual extrañamente estaba ordenada

—Veo un live —murmuró sin importancia y seguir escuchando atento la presentación del moreno, no entendía mucho pero solamente su voz lo hacía sentir perdido y alegre de que el chico increíble fuese su amigo

—¿Por qué estás tan al pendiente de ese chico? nunca te agradó estar así con alguien, menos un alfa, ¿quien eres? y ¿qué le hiciste a mi hermanito?—dramatizo abrazando a el menor quien sólo rodó los ojos

—Es mi amigo, es divertido y, además, no intenta cosas raras, eso es suficiente para mí—habló aun prestando atención a la pantalla de su ordenador—además tengo comunicación con Socorro por él, por cierto, ¿preparaste todo para su clase?

—Si, está todo listo, sólo hay que esperar a que sea hora, ¿crees que sea buena idea que está lección sea en línea? opino que es más interesante presencial

—¿Vas a volar a México? yo te dije que me robaba a Socorro y no quisieron, su problema—habló volviendo a la pantalla, le gustaba la voz del mexicano

—Hiro—el mayor miró entre ternura y preocupación, la expresión que su hermanito tenía era la de un niño mirando un peluche gigante a través de la vitrina, su hermano realmente estaba queriendo al mexicano—, oye, hablemos

—¿De qué?—murmuró sin despegar la vista de la pantalla, realmente se veía bien el chico

—¿Te gusta Miguel?—la saliva que el menor iba pasando causó que se atragantara, vaya forma sutil

—¿Qué carajo? ¡Claro que no! —el menor se giró de golpe encarando a su hermano—, ¿de dónde sacas esa tontería? 

—Sólo es una pregunta, bebé, no te alteres—murmuró abrazando a el menor—, ¿quieres seguir viendo el live o vamos a comprar pizza?

—¿Pizza en noche de alitas?, eso es nuevo—sonrío dejando de ver la pantalla y mirar a su hermano—, ¿te encuentras bien Tadashi?

—Si, si lo estoy, ¿hoy saldrás con Fredy? —el rostro del menor se volvió de terror, había olvidado ese detalle, hoy le tocaba patrullaje con Fred

—¡Cierto!, ah... ¿puedes grabar el live?, por favor, hoy me quedo a dormir con él, mándame la grabación por favor—habló corriendo por toda la habitación mientras organizaba su mochila, me llevo a Baymax—sonrío tomando la caja de recarga y salir de la casa, había olvidado el patrullaje, se maldecía, eran dos compromisos en el mismo día, pero esta vez no podía escapar de su deber de héroe.

—Hiro, tienes un ligero descontrol hormonal, ¿quieres que te lleve de regreso?

—No Baymax, estoy bien, tome mis supresores, ahora vayámonos —después de recorrer la ciudad de forma rápida para llegar a la base, suspiró mirando la sala principal y acercarse a su amigo, quería terminar rápido, quería intentar regresar a tiempo para ver la grabación antes de que ambos hermanos Rivera le mandaran mensajes —. Hola Fred, ¿llevas mucho? —habló entrando rápido a vestirse y ayudar a Baymax

—No, no tanto—sonrió mirando de reojo al menor—, por cierto, te traje gomitas

—Gracias, pero será para cuando regresemos, ¿nosotros norte y tú sur?

—Sabes que sí, los veo en dos horas—sonrió el rubio saliendo de la base y dejar al menor y al robot ahí

—¿Listo?—habló el menor subiendo a la espalda de su gran amigo y ambos salir, realmente quería apurarse

......

—Me alegra tanto que todo esté tranquilo, pudimos pasar por tacos—habló feliz el rubio, ambos iban de regreso a la casa del alfa, entre malas bromas y dulces compartidos

—Sí, ojalá se quedara así la ciudad, ¿han encontrado información? —murmuró curioso el menor comiendo gomitas.

—Sí, sólo que no está muy claro, cuando lleguemos te lo muestro—sonrió el rubio para el chico a su lado—, por cierto, ¿ya sabes que haremos hoy? es noche de películas Hiro, no tenemos ningún plan listo, toca improvisar

—Sólo quiero ver un live que Tadashi me grabó, además de comer gomitas y dulces hasta mañana, por cierto, ¿siguen ahí?

—¿Qué?, ¿tus calcetas de osos de goma? sí, ahí siguen, que bueno que no las soltaba cuando las compraste, pero si las olvidaste en mi casa

—Cállate, tenía junta —habló rodando los ojos y entrar a la mansión junto al rubio—, ¿Les mandamos el reporte a los chicos o primero cenamos?

—¡Cena!—respondió feliz el rubio mientras caminaba con el omega y el gigante malvavisco a su habitación.

Normalmente las noches de películas entre ambos chicos eran sencillas, comida, dulces, películas, malos chistes, pasar su reporte y al final la parte que más le gustaba al rubio, cargar al menor de los Hamada cuando se quedaba dormido

—Gané....nuevamente —sonrió con ternura llevándolo a la cama y arroparlo, tenía unas ganas enormes, de verdad, enormes, por besar al más bajo, pero su autocontrol y su querer hacia el chico eran mayores, primero era el que Hiro estuviese tranquilo—. Hasta mañana genio —sonrió caminando de regreso al sofá y acostarse ahí, realmente amaba las noches de películas.

....
—Chino no entiendo ni madres, ¿de qué hablas?—el moreno tenía sueño, ahora la situación era al revés, el menor de los Hamada había despertado al mexicano, sólo que ahora se trataba de Marco—. Wey, que tú y mi hermano tengan sus llamaditas en las madrugadas es su pedo, pero neta yo si quiero dormir, pero bueno, otra vez, explícame

—Okay, sí perdón—habló intentando relajarse, se sentía aterrado—, tuve una junta, la cual no resultó nada bien y ahora mismo estoy escondido, ¿puedes llamar a la policía por favor?, en resumen, es eso.

No bastaron más palabras para que el omega hiciera lo pedido, no sólo por su hermano, si realmente era una emergencia con su amigo lo iba a hacer

—Listo, ¿dónde estás?

Después de que el más bajo le diera todos sus datos se quedó esperando, su casco se había roto, no tenía comunicación con su equipo, Baymax se había quedado a ayudar a bajar los estupefacientes en los cuerpos de los omegas, dejando al menor como distracción junto a Honey, pero las cosas se habían salido de control, el menor ahora estaba indefenso, escondido, con todo un grupo de alfas tras él, tal como hace ocho años.

—¿Hiro? ¿sigues ahí? —la voz de Miguel lo hizo calmarse un poco, aunque también más pánico recorrió su cuerpo, ¿Marco le había contado a Miguel? rayos—, ¿Hiro?

—Sí, sólo intenten ver que se apresuren, mis piernas no dan para más—murmuró corriendo y alejarse, todas las emociones del momento sólo estaban causando que su celo se adelantara, mal momento, muy mal momento, necesitaba a su equipo

—Van en camino Hiro, oye, no...—el joven héroe terminó la llamada, más que nada porqué su cuerpo no resistía más, era su "fase 2" y había salido mal, al menos con él.

El sacrificaba su bienestar emocional por ayudar, soportaba su trauma para salvar a otros, pero tenía muy claro, no iba a volver a sentir a alguien dentro suyo por salvar a otros, si tenía egoísmo en él.

—¡Hiro! —la sorpresa en el rostro del rubio fue lo último que el menor vio, se había desmayado.

......
—¿Que sucedió Fredy? —la coreana preguntó nuevamente, el rubio seguía intentando recuperarse, había tenido que tomar todo el autocontrol y fuerza que tenía, en primera para sacar a Hiro de ese lugar y en segunda el no marcar a Hiro en ese momento había sido la prueba más grande de que realmente quería al joven azabache

—¿Fredy?—la rubia le dio palmadas en su espalda, muestra de comprensión y apoyo—tranquilo —murmuró intentando darle apoyo

—Sólo empecé a buscarlo cuando no respondía, así que cuando llegue al final de al ruta lo vi en celo, alterado, su casco estaba roto, se desmayó y lo traje, eso es todo—habló por fin el rubio, se sentía un poco más calmado

—Hiro ya está tranquilo —entró el moreno junto a Baymax —todo está bien ya, ahora hay que esperar a que despierte y podremos regresar al café, Fredy, lo hiciste bien —sonrió dando golpes en la espalda del rubio.

—No me hagan sentir peor por favor —murmuró escondiendo su rostro, a pesar de que en un inicio se sentía confiado que no llegaría a nada con el moreno, ambos menores tenían contacto diario, entre mensajes y llamadas y detalles por correo al omega, sentía que iba perdiendo terreno con Hiro, lo cual quedó más que demostrado con la presentación del joven mexicano de hace dos días—, ¿Cómo le explicamos a Tadashi?

—Hum...podemos decir que íbamos rumbo a tu casa y sólo sucedió, Baymax, ¿puedes falsificar un diagnóstico médico?

—El hacer falsos diagnósticos no está en mi base de datos, no puedo hacer eso—todo el equipo miró al robot adorable

—Entonces sólo danos la razón, le diremos a Tadashi que fue un descontrol hormonal, así de simple—sonrió la rubio abrazando al robot

....

—¿Pero no pasó nada más?—el mayor de los Hamada se encontraba hablando con el grupo de héroes, eso mientras la castaña cuidaba al menor en su celo, problemático detalle cuando tenían junta

—Descuida, lo trajimos de inmediato, todo está bien, ¿Quieres que vaya en el lugar de Hiro?—preguntó la omega a su pareja mientras el mayor asentía—, perfecto

—Yo me voy, no creo tener más autocontrol por el momento —sonrió el rubio saliendo de la cafetería, quería estar solo, en parte.

—¿Crees que en algún momento le diga?—murmuró el mayor a su pareja

—Tal vez, en algún momento, pero si no lo hace lo va a perder—suspiró mirando la puerta

—Lo sé, además Hiro nunca ha dicho nada, tiene ese horrible recuerdo—murmuró sentándose y mirar a otro lado —, debí estar con él.

—No puedes culparte toda la vida, Tadashi, ese día fue un accidente, Hiro estuvo en el lugar erróneo en el momento erróneo, fue un accidente, Hiro es fuerte, más de lo que te imaginas, está afrontando está situación mejor de lo que cualquiera pudiese hacerlo, créeme, ahora acompáñame por mi ropa, le haremos compañía a Hiro durante su celo—sonrió animada,  saliendo ambos de ahí.

La situación en la parte superior de la casa era un poco conflictiva, el menor se encontraba en llanto, algo raro para la castaña, sólo era su celo, ¿qué sucedía?

—Hiro, no puedo saber que sucede si no lo dices, dime que ocurre —intentó hacer razonar al joven, quien sólo se abrazaba a si mismo mientras sus sollozos eran presentes.

Había sido mucho, sentía que había pasado lo mismo, por suerte lo habían encontrado antes, pero la sensación del miedo de hace unos momentos, el pánico que lo envolvió, sólo un poco más, se habría repetido lo mismo de hace ocho años.

—Cariño, dime que sucede—la mayor se acercó abrazando a su sobrino, quien como un cachorro se escondió en su cuello—, Hiro, ¿a qué le tienes miedo?

El menor no respondió, siguió llorando, volvía a recordar esa noche, nuevamente, nunca iba a olvidar eso, estaba cansado de ello, ya no lo soportaba, ¿por qué no podía sólo intentar olvidarlo?, eso era algo que quería el menor.

Olvidar.



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