¡Es hoy, es hoy!
—Aún no puedo creer que hiciste esa estupidez Hiro—habló bastante enojada la morena mirando el rostro destruido de su amigo—, justo un día antes de ver a Miguel
—Soy un chico de palabra—murmuró soportando el horrible ardor de las heridas cuando hablaba.
Tal como había dicho a su mejor amigo, golpearía a quien lo lastime, así que, al tomar la iniciativa de buscar arreglar las cosas, finalizo con el menor de los Hamada golpeándose a sí mismo con Megabot como adversario, en resultado, tenía el labio roto y la mejilla morada. Después del regaño de rubio hacia él, ambos habían quedado en buenos términos, o cercano a ello. Quedando en ir a su patrullaje normal y la noche de películas aún, ninguno iba a tirar su amistad de años por ello. Aún si al rubio le dolía aún la situación, le dolía más imaginar una vida sin el huraño de su amigo, sin sus regaños y sobre todo sin su amistad.
—Sí, eres de palabra y lo que digas, pero ahora quiero saber que excusa le dirás a Miguel de esto, segunda, debes contarme que pasó y por ultima, gracias por sacarme del trabajo, están sólo dando vueltas al tema y ya se volvió estresante—habló terminando de limpiar la herida—. Listo, ahora pasemos al punto dos, dime ¿qué paso exactamente después del celo de Fred?
La mirada del menor se volvió conflictiva, una mezcla de miedo y tristeza.
—Pues, mi primer intento de arreglar las cosas fue interrumpido por que ninguno de los chicos me dejó acercarme, hasta ahí te quedaste—habló mirando a su amiga—, el segundo, que fue el celo de Fredy, todo estaba yendo bien, estábamos hablando y nuevamente me besó, aunque fue más rara la situación, en serio creí que no iba a salir de ahí—la morena se sentó al lado de su amigo, esa fue una emergencia en la cual todos tuvieron que intervenir—, nunca había pasado que tuviera un descontrol tan fuerte para que ignorar su racionalidad, fui un estúpido al rechazarlo de esa forma, cause un descontrol hormonal....soy de lo peor.
El segundo intento del joven omega para arreglar su amistad con el rubio se había vuelto una situación conflictiva, el celo había llegado en el alfa, atacando al joven Hamada, por más que el más bajo intentara hacer que el otro reaccionara, era todo en vano, agradeciendo la intervención de Mini-max al informar lo que sucedía a el resto del equipo. Casi de inmediato habían llegado, separando a ambos jóvenes, intentando controlar al mayor y aún más al joven Hamada quién se encontraba en un ataque de pánico.
Y el tercer y último intento por arreglar la situación, fue esa mañana donde ambos se pidieron disculpas, arreglando todo, o al menos lo principal. Aunque ahora el pánico de que la situación volviese a repetirse les asustaba a todos, pero su amistad era algo que querían mantener.
—No lo eres..., okay si, tal vez fuiste un idiota por no darte cuenta, pero hubiese pasado lo mismo, no te puedes obligar a que te guste alguien, aunque ahora debes tener más cuidado Hamada, sabes perfectamente lo que hubiera pasado, sería una historia muy diferente la que estarías contando en este momento—habló regañando al joven Hamada quien parecía en conflicto—, ¿Al menos te gustó su aroma?
—¡¿Qué?!, ¡claro que no! —habló exaltado abrazándose a sí mismo—, ¡no, no me gustó nada!, o sea, si me gusta su aroma, estoy familiarizado con él, pero no en ese aspecto
—Entonces todo está bien, ya me hice la idea de que vas a ser novio de un músico para que me lo cambies de último momento—las mejillas del omega se habían encendido causando una risa en su amiga, adoraba burlarse de su amigo, más cuando eran expresiones y acciones que el chico hacía por primera vez.
—Idiota —murmuró viendo a otro lado—, ¿mañana me acompañas a recogerlos? —sonrió mirando a su amiga, se notaba a kilómetros que el chico estaba emocionado y ansioso.
—Claro, prefiero ver tu encuentro con el músico que ver que los ineptos de mis compañeros intentando descubrir un caso, por cierto, ¿puedes ayudarme?, tengo la ligera sospecha que está unido a lo nuestro, pero no estoy segura —murmuró viendo a su amigo.
—Yo te ayudo en lo que gustes, y gracias, estoy seguro de que no me dejaran ir sólo y mucho menos si digo que iré a recogerlo... a Tadashi no le agrada, no sé por qué.
—Eso es fácil, alguien se está robando a su hermanito de su territorio, claro que no le va a agradar, oye, ¿has pensado en que, si tú y Miguel están desesperados, Kyle y Marco se deben estar muriendo?
—No me lo recuerdes, Kyle ha estado más torpe de lo usual, incluso dentro de la cocina que es su especialidad...ayer quemo la cacerola de tía Cass cuando hacía caramelo, realmente está peor que yo.
—Entonces si admites que quieres al músico—habló feliz la morena por su amigo, al final Hiro si estaba siendo flechado por el mexicano, alguien estaba traspasando su barrera.
—Nunca dije eso...tampoco lo negué, es mi amigo, así que claro que me emociona—habló sin importancia mirando a otro lado.
—¡Carajo contigo Hamada!—se quejó cruzándose de brazos—. Mañana ya veremos si sólo amigos, ahora, aprovechando que estamos juntos, vamos a almorzar.
......
—¡YA APÚRATE!—gritó la morena al joven Hamada, se habían quedado de ver temprano para recoger a los mexicanos, los cuales llegarían a las ocho de la mañana—, ¡HAMADA SI NO TE APRESURAS, OLVÍDATE QUE VAYA CONTIGO!
—¡Ya guarda silencio! —gritó el omega entrando al auto de la morena—, ¿Sabes lo difícil que es salir del cuarto con Tadashi alerta?, por suerte tus gritos no lo despertaron, ahora vamos, falta recoger a Kyle —susurró bostezando mientras la chica empezaba a manejar.
—¿Seguro que llegan hoy?, no me sorprendería que confundieras fechas—habló en burla mirando a su amigo quien parecía un gatito adormilado, y es que eran las seis de la mañana
—Sí..., si estoy seguro, además Kyle lo confirma —sonrió mirando la ventana—. Tadashi se va a enojar porque su vigilancia no sirvió
—¿En serio estuvo cuidando todo el tiempo que su hermanito no saliera a buscar a su alfa?, soy fan de que puede crear cosas increíbles pero no puede detener a su hermano.
—Cállate, son cosas diferentes y no es mi alfa —habló rodando los ojos.
—Pero lo será o al menos quieres que sea, ahora cuéntame, ¿encontraste nuevos datos?
La mirada del menor cambio ahora ya estaba más despierto y serio.
—Sí, lo hice, pero antes, hay movimiento del ocho, creímos haber destruido el paso en ese, hubo movimiento en la noche, Wasabi y Gogo intervinieron, al parecer están uniendo caminos—murmuró viendo el paisaje—, debemos movernos, la de México debe ser su principal ingresó, hay que detener la grande y después enfocarnos en las otras.
—Te lo dije en su momento y lo repito, no te vas a involucrar Hamada —murmuró neutra la chica —así que no lo pienses, no estarás en México, así que cállate, debemos detener las pequeñas, no podemos arriesgarnos sin más a las grandes, mucho menos la de México.
—Entonces ataquemos al mismo tiempo, la mitad del equipo que es tu gente encárguense de la de México, nosotros de las de la ciudad, no debe ser complicado.
—A menos que quieras que termine en una lucha, la cual varias personas terminarán lastimadas e incluso muertas, no podemos hacer algo tan irresponsable, seguiremos el plan—habló la morena estacionándose frente a la casa del mayor—, y no lo vamos a discutir, Hiro, necesitamos saber cómo se mueven, si queremos terminar esto de raíz debemos saber cuál es su forma de organización, sus puntos de encuentro, necesitamos el núcleo, por ende debemos seguir pasos, si el ocho nuevamente está en movimiento significa que no están sospechando, debemos movernos, eso sí, pero no mezclaremos misiones.
—Pero no podemos esperar, seguirá habiendo más víctimas si no lo hacemos rápido, ahora sabemos cómo termina la de México, ¿quieres salvar vidas a cambio de otras?
—Es mejor que una masacre de mi gente y más aparte los chicos que se encuentren ahí, las cosas no son tan sencillas Hamada, hay protocolos para evitar errores que terminen en tiroteos o una matanza, no es detener, es...
—Tener al mayor grupo de personas a salvo —hablaron a unisonó mirando a diferentes direcciones.
—Al menos deberíamos intentar apresurarnos, intentar avanzar—murmuró el omega intentando no desesperarse.
—No, al final deben mostrar indicios, si presionamos se darían cuenta, dudo que sean tan inteligentes como nuestro equipo, pero no hay que confiarnos.
—Lo siento, no encontraba algo... ¿de que hablaban?, se ven muy serios—habló el mayor mirando a ambos jóvenes quienes parecían que iban a matar a alguien.
—Kyle, no quiero ser grosera, pero tú no eres nadie para decir que nos vemos serios —sonrío la morena empezando a manejar una vez el alfa estuviese dentro del vehículo—, ahora sólo esperemos que Tadashi no esté en el aeropuerto dispuesto a llevar a Hiro de la oreja a casa.
—Pues eso espero, tus gritos eran muy fuertes—se quejó el Hamada viendo por la ventana—, si se encuentra ahí, te usaré de sacrificio mientras Kyle y yo nos escondemos.
—¡Claro!, ¡ustedes se reencuentran con sus novios y a mi que Tadashi me joda!—habló sarcástica y luego reír al ver el rostro del menor de los tres—, en serio eres una manzana si metían a "Miguel Rivera" en una conversación.
—¡Cállate!, yo voy por mi amigo, Kyle si va por su pareja...eso no importa —habló intentando no verse más torpe, aunque en su intento causó más risa en la morena.
.....
Habían pasado tres horas desde que estaban esperando a ambos morenos, al parecer su vuelo se había atrasado. En ese espacio se podía ver a un alfa desesperado caminando a cada rato al área permitida de fumar para hacerlo, un omega muerto de nervios mordiendo su pulgar y una beta intentando no desesperarse por la actitud de sus amigos, ahí se arrepentía de haber aceptado.
—¡Ya cálmate Hamada!—habló enojada mirando a su amigo con un tic en el pie—, mejor trabaja—habló mandándole información la cual llegó de inmediato al celular del joven genio—, debes leer, eso te debe ayudar.
—Sí—murmuró empezando a leer, quería distraerse, pero es que después de nueve meses donde fue la última vez que vio al moreno en persona, le causaba tanto pánico como emoción—, Oye, tengo una duda, si estás son las posibles rutas...debemos investigar en civil, ¿no?— murmuró viendo los puntos, lugares ignorados por todos, pero visibles siempre.
—Ese es el plan, son lugares conocidos e ignorados por todo el que pase, si estamos en lo cierto, al tener una atracción turística cerca les permite pasar desapercibidos—, tenemos que movernos como turistas, ver los alrededores e intentar ingresar a los mismos.
—De acuerdo—susurró el omega mirando dos en especial, atracciones que había elegido para llevar al moreno, ahora tenía la duda si era buena idea.
—Llegaron—ambos chicos miraron al alfa y luego la pantalla, en efecto, su avión había aterrizado, los nervios en el omega ya habían desaparecido por completo gracias a su trabajo, pero, aun así, la emoción y pánico continuaban.
Esperaron otros treinta minutos antes de poder divisar al primer mexicano, quien de inmediato se separó de su acompañante y corrió a abrazar al cocinero.
A pesar de la gran incomodidad que sentían en ese momento, ambos jóvenes miraban con gracia y ternura la escena, además, no era común ver al alfa en ese estado, sonriendo, incluso podrían jurar ¡que estaban viendo a Tadashi!
—Pendejo...—susurró el moreno al mayor mientras se aferraba con fuerza, si se habían necesitado mucho—, ¡viven bien pinche lejos!, ha sido de los vuelos más largos —se quejó el moreno mirando con una sonrisa al mayor.
—Que estuvieras en otro continente no es mi culpa—sonrió acariciando su cabello, al notar que la marca estaba maquillada, podía asumir que no los habían descubierto aún, entonces sólo podían ser "amigos" en esos momentos, más cuando notó a la representante del mexicano acercarse.
—¡Marco!, no te separes así—habló en suspiro, se notaba que estaba cansada, después de un largo viaje, llevando sola a ambos mexicanos, en un inútil intento de calmar la emoción de ambos durante todo el camino.
—Lo siento—sonrió separándose del mayor e ir a saludar a Hiro y a la chica a pesar de no saber quién era—, no mames Hiro, estás más enano de lo que recordaba —se burló mirando el enojo del azabache.
—Y tú muy pinche alto cabrón—la voz del menor de los Rivera causó las mejillas rojas del omega, junto a un pequeño temblor—, a no mames—murmuró mirando a la chica—, ¡pensé que eras Marco!, aunque estás más alta.
—¡Oye! —se quejó el moreno dando un golpe a su hermano.
—Sí, sí me cae bien—sonrió la morena viendo de reojo a su amigo quien estaba, rojo a más no poder y nervioso—, sí lo apruebo como tu novio Hiro—habló en burla notando como la condición de su amigo empeoraba.
El menor de los Rivera se acercó al menor de los Hamada abrazándolo con fuerza, después de tanto tiempo al fin podía volver a ver y tomar la mano del menor.
—Te extrañe pinche chino mamón —susurró apretado al más bajo hacía él—, y un chingo.
Las pequeñas manos del omega con nervio subieron a la espalda del chico aferrándose a él, había extrañado su aroma, se sentía tranquilo.
—También yo te extrañe "gomita"—susurró para que sólo el moreno escuchará —me alegra tanto verte.
—A mi mucho más—sonrió el moreno separándose y besar la frente del omega—ahora yo seré quien juzgue si Sanfransokyo es mejor que la Ciudad de México—habló emocionado mirando a el mayor.
—Lo será, Sanfransokyo es mejor —habló en burla cruzándose de brazos de manera retadora—, ¿ya son todos?
—Por desgracia sí—murmuró la representante viendo a los dos mexicanos, había sido muy difícil el viaje ella sola controlando la emoción y desesperación de ambos, en serio, muy difícil.
—Entonces hay que irnos—sonrió la morena más joven señalando la puerta—, es mejor antes de que se aglomere el tráfico, ya casi es hora del almuerzo.
Ambas chicas empezaron a caminar hablando de la ciudad, principalmente la menor le explicaba cómo podrían moverse para las presentaciones de los jóvenes músicos.
—Así que ... ¿qué haremos hoy? —sonrió el moreno emocionado hacia el Hamada.
—Hoy nada, hoy descansaras todo el día y mañana es tu presentación, el martes empieza nuestro itinerario—habló serio el menor, estaba desesperado por estar con el mexicano ¡claro que sí!, pero si Marco se había quejado del viaje, entonces deberían descansar—, aunque puedo llevarlos a cenar —habló intentando que la mirada triste del mexicano se fuera y vaya que funcionó.
—Jalo, pero —murmuró dudoso y sólo tomar la mano del omega—, ¿mañana quieres ir a mi presentación?
Las mejillas del menor volvieron a encenderse mientras entrelazaba sus dedos con los del moreno, estaba nervioso y esperaba que el menor no lo notara con su mano temblorosa y rogaba porque no sudara.
—Claro...—susurró mirando a otro lado—, me gusta tu música, así que si—sonrió para intentar calmarse—, pero debo hacer unas cosas para tener el día—habló analizando todo, su plan era concentrarse en trabajar ese día y el día de la presentación del chico para tener la siguiente semana libre para pasarla con él, pero ahora debía acomodar todo, para trabajar y estar con el moreno.
—Oye, si no puedes está bien, no te preocupes —habló el moreno viendo la mirada del mayor—, en serio Hiro.
—Yo..., yo buscaré mi tiempo, acomodare mi tiempo de trabajo, descuida, ahí me tendrás Rivera —sonrió saliendo del aeropuerto con él y llegar al auto de la morena.
—Nosotras enfrente, ustedes cuatro atrás—habló la morena menor mientras abría la cajuela para las maletas de los tres mexicanos.
Una vez todo dentro y todos arriba, la morena manejaba rumbo a el hotel de los mexicanos, que honestamente estaba en uno de los lugares que menos querían ambos chicos, estaban cerca de un posible punto.
Tanto la chica Cruz como el joven Hamada se mantenían preocupado por ello, ahora con mayor razón el joven genio acomodaría sus tiempos para estar vigilando a los tres mexicanos.
Kyle ignorante de la situación, pero notando la preocupación de los dos menores, optó por mantenerse cerca de su omega todo el tiempo que estuviesen ahí, al menos eso le daría oportunidad para estar más con el moreno.
El viaje fue en silencio, un gran silencio, la mayor de los mexicanos intentaba no quedar dormida, el mayor de los Rivera se recargaba discretamente en su alfa y este respondía de la misma manera acariciando su mano, el menor de los Rivera miraba con preocupación al omega quien junto a la morena menor mantenían una expresión de preocupación y parecían perdidos en sus pensamientos, porque realmente era así.
En un intento de apoyo, el moreno abrazo al joven Hamada escondiendo su rostro en el cuello de este, cuando pensó que recibiría un golpe, sólo sintió los largos dedos del mayor entre su cabello, ¡lo estaba mimando!, se acercó más disfrutando de las caricias y permitirse quedar dormido, estaba al lado de Hiro, entonces estaba a salvo.
—Aquí es—interrumpió el silencio la morena y estacionarse—, ¿quieren que les ayude con el equipaje?
—No, gracias, ha sido de mucha ayuda que nos trajeran—sonrió agradecida mirando a sus dos chicos quien uno ya estaba dormido sobre su omega y el otro parecía por el mismo camino, pero contra el alfa, de su amigo.
Claramente no estaba ni remotamente enterada que la situación era justo la contraria.
—Creo que...es mejor despertarlos—murmuró la morena viendo a sus amigos, conocía a Hiro y él estaba sumamente preocupado, Kyle podría decirse que no iba a querer soltar a su omega ahora que estaban juntos, ¡¿Por qué le dejaron la decisión a ella?!, ella sólo había ido de chófer.
La mayor se acercó a despertar principalmente a Miguel quien ya estaba poniendo todo su peso sobre el pobre omega, Kyle había sido más considerado cargando a Marco para llevarlo dentro, pero despertar al menor de los mexicanos estaba siendo difícil.
Así que la mayor de los mexicanos junto al cocinero y Marco en los brazos de este, se adentraron a ver lo de las reservaciones, mientras los otros dos intentaban despertar al mexicano.
—Miguel—murmuró el omega intentando despertarlo—, Miguel...llegamos, aquí está tu hotel— habló intentando moverlo y separarse, pero al intentarlo un gruñido salió del alfa apretando más al omega contra él.
—Aws, piensa que te van a alejar de su lado... ¡pero no en el mejor momento!—se quejó la morena viendo a su amigo quien se había mantenido callado, para ese punto había esperado una maldición contra ella pero no llegó—, ¿te sientes bien Hiro?
—Si....sólo... ¿me ayudas a quitarlo?—susurró mirando a la chica, esa mirada la conocía perfectamente, el inicio de una crisis de pánico.
—Voy—murmuró tomando una botella de agua y mojar al moreno, quien de inmediato se despertó y se separó del omega, quien de inmediato se abrazó a si mismo.
—¡¿Por qué me mojas?!—habló en protesta el moreno intentando secarse.
—Porque ya llegamos, segunda estabas gruñendo y tercera, ¿por qué no?—habló con burla mirando al moreno, no le iba a decir lo de Hiro, pero la expresión y la posición del menor era mucho que decir.
—Si te pareces a Marco pero en mujer —habló molesto mirando a Hiro, su enojo de había ido al carajo y preocuparse—, ¿te encuentras bien?—murmuró acercando su mano— pero de forma rápida la morena de interpuso tomando la muñeca del chico—, ¿qué te...?
—Vamos—murmuró el omega saliendo del auto y esperar que eso lo calmase.
—No lo toques en este momento Rivera—habló seria saliendo del auto y abrir la cajuela para sacar las maletas—, Rivera, ayuda.
Cada uno tomó una maleta e ingresó al hotel, justo cuando la morena recibía las llaves.
—Listo, compartirán habitación ustedes dos, y yo estaré en un piso arriba ¿de acuerdo?
Primera alarma que se instaló en los jóvenes mirándose entre ellos, tenían una preocupación en común, Marco Rivera.
Era el único omega, aunque rogaban que fuese un punto equivocado, aun así estarían junto a los mexicanos en el mayor tiempo posible.
—Vamos entonces, gracias por traernos—sonrió la mayor mirando a sus dos chicos, uno dormido y el otro mojado—, ¿puedo preguntar Miguel?
—Prefiero que no—susurró mirando al chico a su lado, tenía la duda de que había pasado, ¿había hecho algo contra el chico mientras dormía?
—Entonces vamos, Miguel, carga a Marco— sonrió y el mencionado hizo lo pedido, las maletas las llevarían a el cuarto correspondiente entonces sólo debían subir ellos.
Cuando perdieron de vista a los mexicanos, ambos chicos salieron de forma rápida al auto, sin saber que sucedía el mayor los siguió, ya dentro del auto, Megan manejó con algo de rapidez hasta alejarse del lugar, una vez lejos del hotel ambos dejaron salir su preocupación, norteando al mayor.
—¿Me dicen que sucede?, si hay algo malo quiero saberlo, ¡Marco está ahí!—habló enojado mirando que ambos menores no iban a cooperar—. Hamada..., Cruz, díganme que mierda sucede o yo lo voy a averiguar y será mucho peor.
Ambos chicos se miraron con duda, era revelar todo, absolutamente todo, pero había algo que era cierto, Marco era su omega, ya sea temporal o que fueran enserio, era su omega y debía saberlo.
—Te contaremos a grandes rasgos..., ya sabes donde trabajo, ahora mismo estoy enfocada junto a mi equipo en detener el tráfico de omegas, empezando por la ciudad, hay varios puntos..., donde está el hotel es uno de los posibles puntos, si llega a ser así, Marco es el primer blanco al ser el único omega.
Ambos miraron con duda al cocinero, había un debate en él, uno grande.
—Hiro, puedes hacer que su reservación se vaya al carajo ¿no?—cuando el menor asintió sonrió—, haz que su reservación se anule y no puedan sacar otra, les ofreceré mi casa como alojamiento, paso más tiempo en el trabajo que en mi hogar, entonces.
—De acuerdo— ambos suspiraron de alivio, agradeciendo que no pidiera más detalles, aunque no se los darían—, pero no puedes decir nada Kyle, es serio esto.
—No soy quién para decirlo, tampoco me gusta hablar y contar cosas—habló mirando por la ventana—. Apresúrate Hiro, si no es seguro es mejor sacarlos de ahí.
.....
—¡Hiro! ¡¿Dónde estabas?!—el mayor de los Hamada intercepto a el más joven—. Hiro..., ¡espera!, ¿Megan?, ¿Kyle?—murmuró confundido viendo a que los tres lo ignoraban y corrían arriba—, ¡chicos!—el intentar subir a verlos fue recibido con un portazo—. ¡Hiro!, ¡Abre la puerta ahora mismo!
—¡Sólo un momento!—respondió el más joven intentando ingresar a la base de datos del hotel, estaba buscando una conexión para pegarse y entrar, pero no funcionaba—, algo no está bien...—susurró haciendo cosas que ninguno de sus acompañantes entendían—, ¡Listo!, pero hay que movernos, sólo durará una hora la falla, no sé qué ocurre, tiene un buen programa para ser un simple hotel.
—¡Hiro!—el mayor logró entrar, en un vano intento de detenerlos, ya que salieron corriendo fuera de la habitación—, ¡¿HIRO?!
—¡Te lo explicaré luego!—gritó el más bajo saliendo de la casa con los otros tres—, Kyle, prepara todo en tu casa, nosotros nos encargamos—habló rápido subiendo al auto con Megan.
—¿Qué descubriste genio?—murmuró la morena, que se alterara así no era bueno—, ¿Hiro?
- Es un punto, sin duda alguna es un punto -habló mandando mensaje a su equipo, debían intervenir esa noche.
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