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Iniciar el día en su trabajo con el pie derecho era lo mejor que podría tener Miguel. Sus empleados y trabajadores sabían que el alfa no tenía ni una sola pizca de paciencia ni de compasión así que esperaban que su jefe se comprometiera pronto y dejará su feo carácter.
Layla llegó risueña entrando de un portazo a la oficina del Alfa dejando a este mismo algo enojado. Las reglas aquí eran fáciles.
° No molestar a Miguel.
° No hacer enojar a Miguel.
Y las demás se volvían a repetir sobre Miguel. El alfa vio confundido a la beta cuando entrego la tarjeta que le había dado está mañana.
- ¿Por qué la devuelves tan pronto?- La rasposa voz confundida de nuestro hombre salió disparada rompiendo la tensión que habia entra la beta y el.
- Le compré algo a sus cachorros.- Miguel le vio incrédulo, se suponía que era para EL Omega no para sus cachorros.
Antes de hablar y protestar del porqué Layla se adelantó con una sonrisa.
- Gánate al becerro y te ganarás a la vaca. Es fácil Miguel, gánate a sus cachorros y tendrás al Omega fácilmente.- Layla explico animadamente mostrando unas fotos en su tableta sobre los obsequios que había dado a los niños del Parker.
Mostrando un pequeño peluche de color lila pastel para Mayday y aerosoles para Miles.
Miguel le miró con horror, preferiría que solo le hubiera comprado cosas a la bonita cachorra de Peter y no a su odioso hijo alfa.
- ¿Y...ya se los diste?- Layla Asintió feliz ante la pregunta de su jefe.
- Por cierto, Peter es un Omega muy carismático así que no te sorprendas si ves a muchos alfas tras de él aunque su adorable cachorro Miles te dejará el camino fácil pero no tan fácil como para que conquistes a su papá.- Sonrió malvadamente hacia Miguel.
- ¿A qué te refieres y a dónde quieres llegar con esta plática de reflexión?- Miguel arqueó sus cejas algo dudoso.
- Hace unos meses un alfa trato de besar a Peter...¿Sabés que hizo su pequeño cachorro?- Miguel negó.- Roció aerosol en los ojos de aquel alfa dejándolo hospitalizado y por acoso fue encarcelado por tres días.- Layla de nuevo miro burlona a Miguel observando como este suspiraba del enojo hacia el pequeño demonio celoso que tenía Parker cómo cachorro.
- ¿Eso era todo? Pues, vete de aquí que quiero terminar este papeleo.- El alfa reprendió a la asistente mientras que está reía.
- Tienes trabajadores que se encargan de esto Miguel pero claro, no quieres tener la mente llena de ese Omega y por eso estas trabajando cuando no es necesario.- La mujer se despidió con esa pequeña burla cerrando la puerta de un portazo.
Miguel suspiro teniendo en cuenta que era verdad lo que decía Layla, el no debería estar trabajando sin embargo no quería sobrepensar en el Omega. Miró la hora en su reloj obsevando que ya era hora de que se retirará y a paso lento salió de su oficina cerrando esta misma con llaves.
- ¿Ya se va Jefe?- Jessica Drew una bonita Omega embarazada hizo la pregunta hacia Miguel.
Este Asintió sonriendole un poco saliendo del gran edificio subiendo a su auto, deseando llegar a su casa y acostarse en su cómoda cama pero al parecer el destino le tenía otros planes al fijarse en su puerta de entrada de la casa las latas de aerosol que anteriormente Layla había comprado para el mocoso de Peter.
Frustrado salió del coche observando los aerosoles intactos y con una nota.
Tomo con bruscabilidad está abriéndola y dejo escapar un gruñido de molestia.
" Alejate de mi papá alfa tonto.
- M x M "
Arrugó la pequeña nota de papel tirándola al bote de basura que tenía a un lado de su puerta y tomo los aerosoles yendo hacia su patio. Dudoso se acercó a la pequeña cerca de madera haciendo una señal hacía la pequeña cachorra de Parker.
- Psss... Bebé, bebé ven acércate...- Miguel llamaba a la pequeña Mayday hacía el como si tratara de hacerle entender que quería ver a su padre.
El fuerte olor a chocolate blanco con nueces se hizo presente haciendo levantar la mirada a Miguel encontrándose con un Peter algo confundido pero con una sonrisa en su rostro observandole curioso.
Pov Peter.
Me encontraba decorando un poco el jardín con mi pequeña Mayday con un mejor humor gracias al regalo del vecino. Escuchaba con comodidad las risas de mi cachorro y sus amigos en nuestra sala de estar y no pude sentirme más que sastifecho con nuestra vida, era sencilla pero linda y cómoda para nosotros.
- ¡Oh! Señor Parker que bueno volverlo a ver.- La voz afeminada me hizo girar confundido obsevando a la bonita mujer que vivía a lado con el vecino.
- O-oh...Hola de nuevo ¿Necesita algo?- Me levanté del pasto sacudiendo mi ropa dejando a mi bebé en el suelo.
Mayday pareció darle igual puesto que a ella le encantaba descubrir el mundo por su propia cuenta.
- Oh no,no...Bueno si.- La beta pareció enseñarme animada unas bolsas de plástico y quedé confundido.
- ¿Quiere que...le ayude a llevarlas a su departamento?- Ella negó divertida y paso al patio no sin antes yo abrirle la pequeña puerta de madera.
Miró con ternura a mi cachorra y la sostuvo de sus brazitos para cargarla.
- Es una niña muy bonita, sus cachorros son lindos Tiene suerte usted de tenerlos.- Asentí feliz por el halago hacía mis cachorros y me senté en el pasto de nuevo.
Ella se sentó frente a mí dejando a Mayday de nuevo en el pasto y saco un peluche de lana color lila muy esponjado.
- Oh...Lo puede ensuciar señorita.- Dije tratando de quitar el bonito peluche de las manos de mi cachorra y está me miraba con ojos tristes.
- ¡Tranquilo Parker! Es para ella, mi jefe Miguel le envía estos regalos a sus cachorros.- Dijo emocionada extendiendome la otra bolsa de plástico observando aerosoles, sabía sin duda que era para mí cachorro Miles.
Mi Omega y yo estábamos más que contentos, ni un alfa hoy en día quería a un Omega con cachorros de otros alfas pero Miguel...ese alfa está demostrando en verdad querer tener algo serio conmigo...
Sonreí recordando lo de esta mañana y a la señorita Layla mientras observaba a mi pequeña Mayday jugar con su peluche nuevo, había acabado de bañarme a mi y a mí cachorra ahora nos encontrábamos observando una película juntos.
Miles estaba disfrutando de los aperitivos y yo disfrutaba de ver a mis cachorros felices.
El timbre fue tocado y me levanté suavemente ante la atenta mirada de Miles, el alma casi se va de mi cuerpo al ver a tal alfa parado en la entrada principal de mi casa.
O dios mío...
- A-ah..., Buenas tardes Parker.- Asentí nervioso mirando a Miguel.
- ¿Sucede algo vecino?- Este negó con una pequeña sonrisa.
Me extendió la bolsa de aerosoles y yo le miré confundido.
- Al parecer su cachorro fue a devolver el obsequio que les di, ¿Acaso hubo una molestia en estos aerosoles? Si no son de tu marca favorita puedo ir a cambiarlos.- Miguel me explico con una sonrisa mientras que yo Fruncí el ceño observando como Miles le gruñia desde el sofá a Miguel.
- Oh no..perdone por eso..¡Miles Morales, pequeño alfa quisquilloso venga para acá ahora mismo!- Hablé con algo de enojo observando como mi cachorro me observaba aflijido.
- ¿Qué sucede papá?- El me miró con mirada suplicante y yo le miré ordenandole que se disculpara con Miguel.
- Miles, no hagas esto más difícil y discúlpate con Miguel.- Este chasqueo su lengua mirando con desagrado al alfa que tenía enfrente.
- Ummm... Perdón.- Dijo entre dientes y Suspiré derrotado mientras que metía de nuevo a Miles al interior de nuestro hogar y yo salía hacia afuera cerrandole la puerta en la cara antes de que saliera a vigilarme.
- Disculpe a mi cachorro, es muy sobreprotector conmigo cuando se trata de otros alfas.- Dijo arrepentido.
- No te preocupes Peter toma, ¿Podrías darcelas por mi de nuevo?- Me extendió la bolsa de aerosoles de nuevo y yo las sostuve con vergüenza.
- Si, no hay problema en eso Miguel y gracias. A mí cachorra le encanto el peluche.- Este Asintió.
- ¿Nos podríamos volver a ver después, Peter?- Le miré sorprendido pero el sonrojo en mis mejillas se hizo notar y Asentí nervioso.
- C-claro...me parecería bien.- Murmuré feliz resiviendo una sonrisa como respuesta del alfa.
Mi cuerpo se movía inconsciente y mis labios dieron un pequeño beso en su mejilla izquierda, le miré con ojos de alegría y me metí rápidamente al departamento cerrando la puerta sin esperar respuesta alguna.
Oh dios, oh dios había besado a aquel apuesto y guapo alfa...¡Ah! ¿Qué había hecho?
Pov Miguel.
Mis ojos parecían abrirse de la alegría, mi alfa aullaba de la emoción por aquel pequeño beso que el Omega había dado en mi mejilla.
Con cuidado lleve mi mano hacia mi cachete tocandolo, anhelaba volver a sentir ese cálido toque de sus labios pero era momento de regresar a mi departamento sin embargo esa noche solo pude pensar en el beso del Omega.
Algo aturdido me senté en la cama mientras tocaba de nuevo mi mejilla con una sonrisa.
Sin duda ese Omega era una total gloria para mí.
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