Dominante vs Destinado
Yamato mantenía la mandíbula apretada desde que subió al auto de Michel. A su costado Kyotaro parecía estar sintiendo la misma tensión que él. De hecho, Willis en el asiento del copiloto y Michael con las manos en el volante también aguantaban de alguna forma la angustia y miedo mientras se desplazaban a buena velocidad rumbo a la residencia de Venom Myotismon. Abadón había aceptado recibirlos con demasiada facilidad, lo que para ambos americanos no era una buena señal, y que era el motivo por el cual dejaron de lado escoltas, y cualquier otra persona innecesaria. Todo lo que estaba sucediendo debía ser tratado con el mayor secretismo posible en pro de evitar rumores que denigraran a Taichi.
Los cuatro Alfa estuvieron de acuerdo que si llegado el momento, debían sacar por la fuerza a Taichi entonces lo harían y para ello Kyotaro y Matt llevaban un buen arsenal en la parte trasera del auto.
Apenas llegar al enorme portón la reja se abrió permitiéndoles el paso.
—No sabía que en Japón había casas estilo occidental —comentó Willis intentando mantener su asombro a raya, pues los jardines y la entrada de tan monumental vivienda eran fantásticas.
Pintada en colores blanco y beige, las ventanas ocupando gran parte de la fachada y la abundante vegetación, en realidad dejaba frente a ellos una vista imponente.
Michael se estaciono justo frente a la puerta principal y los cuatro descendieron sintiendo como sus zapatos aplastaban la gravilla roja que componía los senderos de entrada y salida.
—Espero que hayan tenido un buen viaje —saludaron desde la puerta apenas pisar el primer escalón de la entrada.
Parado en el umbral Abadón los esperaba con semblante sereno y vistiendo de manera demasiado casual.
—Lo ha sido, gracias por su interés —respondió Michael por cortesía.
Abadón los invitó a entrar con una sonrisa cortes, sus movimientos relajados y aquella aura tranquila comenzaba a impacientar a Matt, quien lo único que deseaba era ver a su pareja, su Alfa exigía tener de regreso a su Omega.
—Por lo poco que mi secretaria tuvo a bien decirme, no pude deducir la razón de su visita —argumentó Abadón señalando los sofás en un gesto que invitaba a tomar asiento. —Así que, ¿en qué les puedo ayudar caballeros?
Los cuatro Alfa se miraron, intentando transmitir telepáticamente la pregunta de si debían hablar claro y llano o...
—Nuestra visita se debe al Omega que le acompañaba durante la rueda de prensa de ayer —comento Michael aun de pie y con la mirada más seria de su repertorio.
—Oh, hablan de Taichi —y Abadón sonrió como si el solo pronunciar su nombre le hiciera feliz.
—Entonces si era él —afirmo Matt dando un paso al frente. —Le exijo que lo libere.
Abadón ladeo la cabeza sin comprender a que se refería y así se lo hizo saber, después de todo Taichi estaba ahí por su voluntad.
—Miente —aseveró Yamato con la mirada iracunda. —Si Taichi fuera libre de irse él hubiera regresado a...
—Pues si no me creen —cortó Abadón la perorata de Matt, su mano se extendió como invitación a un sexto que acababa de presentarse en la estancia. —Puede preguntarle usted mismo.
Yamato, Kyotaro, Michael y Willis giraron la cabeza en la dirección en que la mano parecía esperar, luego otra correspondió siendo colocada de manera firme y confiada.
—Tai —jadeó Kyotaro al verlo de frente y al parecer en buen estado.
—Taichi —nombraron Michael y Willis con alivio al verlo entero.
—Me da gusto verlos —dijo sonriendo dulcemente. —Y aunque les parezca raro, todo lo que ha dicho Abadón es cierto. Estoy aquí porque quiero, él nunca.
—Mentira —afirmo Matt mirándolo de frente, en sus ojos azules se leía el dolor, el anhelo y el deseo inconmensurable de abrazarlo y besarlo.
—Matt —nombro soltando la mano de Venom Myotismon y acortando distancia con el Alfa que el destino designo para él. —Es cierto.
Y a esa distancia los cuatro Alfa pudieron notar el aroma que emanaba el Omega.
Yamato gruñó desde lo más profundo de su ser mientras sus colmillos crecían igual a la ira en su interior dejando que la bestia que habitaba en él, el Alfa que procuraba mantener a raya asomara, porque Taichi, su Omega había sido perfumado con un aroma que no era el suyo.
—Ese mal nacido se atrevió a marcarte —exclamó lo que los otros tres solo pensaron sin atreverse a decirlo.
Con las pupilas estrechas, los colmillos de fuera y el cabello erizado Ishida Yamato estaba a nada de saltarle encima a Abadón importándole muy poco lo que sucedería después.
—¿Y que si lo hizo? —Taichi elevó el mentón en claro signo de superioridad aún cuando las feromonas en el aire gritaban que su Alfa estaba furioso y su Omega le exigía que bajara la cabeza para suplicar perdón. Pero como en muchas tantas ocasiones rechazo ese impulso contrarrestándolo con su propio aroma. —No le debo nada a nadie, y hasta donde sé tengo el derecho de elegir a quien le muestro el cuello.
Y Matt dio un paso atrás igual a Michael, Willis y el mismo Kyotaro, porque por primera vez sentía un ataque por parte de un Omega.
—Soy libre Ishida y he decidido quedarme —recalcó Taichi dando media vuelta para irse. Usar sus feromonas de manera tan feroz aun le afectaba, con el tiempo y la practica esa molestia iría menguando, pero por ahora debía salir de ahí antes de mostrar debilidad.
Yamato se trago el grito angustioso que pugnaba por salir, su Alfa estaba aullando al ser sometido, despreciado de esa manera tan repugnante. El aroma que una vez tanto anhelo, el chocolate que por tanto tiempo deseo saborear en este momento había cambiado bañándose de un amargor hasta podrirse. Era como ver una flor marchitarse en cámara rápida, los pétalos oscureciéndose hasta convertirse en una masa apestosa que perdió por completo su forma y aroma.
—Taichi —gimió Michael al perderlo de vista por uno de los tantos pasillos de aquella enorme casona.
—Bien, si eso era todo... —arguyó Abadón como si nada.
—No se que le abras dicho o hecho, pero esto no va a quedarse así —amenazo Willis más recompuesto ahora que el aroma de Taichi se dispersaba de apoco.
—Pero que tercos. Esto no tiene que ver conmigo —afirmo Abadón con el seño fruncido.
—Entonces porque huele a ti —reclamó saber Kyotaro.
—Porque así debe ser, soy su Alfa y él es mi Omega —aseguro Abadón cuadrando el pecho e imponiendo su estatura.
—Es mi destinado —contesto Matt con las emociones atoradas en el pecho.
—Pero la mordida de su cuello es la MIA.
Yamato no pudo controlarse más, sin importarle nada hizo amago de lanzarse contra Abadón para defender lo que era suyo por derecho, sin embargo, una mano lo sujeto con fuerza tirando de él hacia atrás.
Kyotaro miraba a Venom Myotismon cuya mirada había adquirido un tinte casi homicida.
—Es un dominante —gruño el ex-militar.
—¿Un qué? —preguntó Matt, pues al parecer fue el único que no comprendió el concepto, porque tanto Willis como Michael dieron un prudencial paso atrás.
—Voy a pedirles que se retiren —ordeno Abadón por suerte sin utilizar la Voz.
Matt estaba molesto, quería regresar y sacar de ahí por la fuerza a Taichi, sin embargo, Michael y Willis lo mantenían en el asiento de atrás del auto con cada uno al lado, mientras Kyotaro apretaba con fuerza descomunal el volante.
—Es un dominante —dijo a dientes apretados, frase que logro hacer bajar la cabeza a los americanos.
—¿Qué demonios es un dominante? —preguntó Matt una vez más, un tanto resignado a que no le iban a permitir bajar.
Kyotaro se giro para mirarlo con cierto grado de incertidumbre de que realmente no lo supiera y otro tanto molesto por su ignorancia.
—Un dominante o también conocido como Alfa puro. Al igual que Taichi, que es un Omega Puro, son muy escasos porque nacen con cualidades únicas. En el caso de los Alfa su Voz de mando afecta no solo a los Omega, sino a los Alfa. Afecta la voluntad a tal grado que si él te ordenara suicidarte lo harías. Sus feromonas pueden llegar a matar a los Omegas y algunos Betas de constitución débil. Su mordida es... letal, no importa la casta, su mordida Marcara a quien desee. Obviamente en cuanto a constitución física superara sin problemas hasta el Alfa más fuerte. Su nombre lo dice, Dominante, nacen para mandar.
—¿Y entonces Taichi? ¿Es decir, cual es la ventaja de un Omega puro?
Kyotaro negó con la cabeza.
—Sabemos muy poco de ellos, la mayoría muere antes de poder saber si es un Omega masculino puro. En mujeres con esa casta... sabes la represión que sufren y no pueden hacer nada sin que su Alfa lo permita. Un impedimento muy poderoso a la hora de realizar estudios.
—Pues por el golpe de feromonas del que acabamos de ser víctimas, yo diría que pueden ser tan o más fuertes que un Alfa de rango bajo —menciono Willis con cierto rencor.
—Lo que me intriga más es, ¿si nadie sabe mucho de los Omega Puro, como es que Taichi descubrió que podía hacer eso? —agregó Michael masajeando con los dedos las sienes de su cabeza porque estaba comenzando a sufrir de dolor.
—No lo sé, pero debemos averiguarlo...
—¿Taichi te encuentras bien? —cuestiono Abadón acercándose al Omega con una taza de té recién preparada. —Te dije que usar de esa manera tus feromonas te lastima también a ti. ¿Por qué lo hiciste? Si ellos hubieran insistido más yo...
—Por que ellos no son tu problema, son el mío —dijo mirando fijamente a Abadón para que comprendiera que no le perdonaría si llegaba a lastimarlos.
Venom Myotismon bajo la cabeza, era un dominante y podría someter a cualquiera, a cualquiera menos a este Omega que de apoco se estaba ganando su corazón.
La habitación asignada a Taichi era amplia y bien iluminada, tenía todo lo necesario para que se sintiera cómodo, incluyendo varios almohadones, cobijas y peluches por si se le antojaba armar un nido. Un evento que estaba lejos de ocurrir porque Tai no sabía ni como hacer uno. Por instinto debería poder armarlo, pero la cosa es que había reprimido tanto esa parte de él, se había negado tanto a mostrar que era un Omega, incluso en casa, que ahora hasta a su Omega parecía habérsele olvidado como ser un Omega.
—¿Ya tienes algo preparado para hoy en la noche?
El cambio de tema hizo a Tai mutar también su expresión.
—He considerado al menos tres posibles alternativas —respondió bebiendo un sorbo del cálido líquido. —Pero... —y dejo ir un suspiro cansado. —El problema es en donde se hará la entrega. No tiene puntos ciegos y me acerque por donde me acerque van a verme. Lo que puede asustarlos, y obligarlos a tomar medidas drásticas.
—Matarlos —afirmo Abadón siguiendo la línea de pensamiento de Taichi.
—Lo único que me consolaría en esa situación sería saber que es un final más digno y menos doloroso que el que les espera si la compra/venta se lleva a cabo.
Abadón asintió con la cabeza comprendiendo muy bien a lo que se refería.
—Tal vez si hablaras con Kyotaro Imura... —ofreció Venom tímidamente.
—No puedo. Daigo esta en cinta, poner a su Alfa en peligro podría estresarlo. Los embarazos de Omegas masculinos ya de por si son de alto riesgo, no voy inclinar la balanza.
—Pues no puedes ir solo —acotó Myotismon.
—Tal vez no tenga que hacerlo —respondió Taichi sopesando la posibilidad de pedir ayuda. Con rapidez corrió al escritorio en donde encendió su computadora para buscar el numero de teléfono de esa persona. Cuando dio con ella no perdió tiempo en marcar, al primer tono de espera respiro profundo y contuvo el aliento.
—Diga —respondieron del otro lado de la línea.
—¿Teniente Genai? Habla Yagami Taichi...
Continuará...
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