14 La mujer del Alfa

Hola a todos, aquí Coco, en este bello, frío domingo de finales de mes, feliz de poder retomar para ustedes esta historia que me gustó mucho de escribir y que todos solicitaron en la segunda ronda de finalistas de nuestra votación ^u^ Una disculpa para los que habían votado por Letras y Sexo, les prometo que volverá pronto °3^ Sin embargo, por alguna razón mística y poderosa, la inspiración con esta está a todo lo que da, así que disfrutemos de esta historia bajo la luna, que cada vez se pone más interesante *w*

Posdata:también les dejé por ahí unas notitas en Coconoticias, por si les interesa saber las cosas que se vienen para el mes del amor ^w^ Ya saben qué hacer...

***

—¡Hola Ellie! —La albina no pudo evitar voltear, completamente extrañada por el tono familiar y alegre en esa voz. Era la tercera vez que la saludaban en la escuela, y eso tal vez habría sido bueno, de no ser porque no conocía a ninguna de esas personas. Un tipo con chamarra roja pasó corriendo y agitando la mano para convertirse en la cuarta.

—¡Hola Ellie!

—¡Suficiente! Creo que prefiero ser ignorada que esto —Meliodas simplemente le respondió con una sonrisa y siguió caminando—. ¿Por qué de pronto parece que todo el mundo me conoce?

—Porque te conocen —Su amiga de coletas se venía acercando hacia ellos con su mochila al hombro y una enorme sonrisa juguetona en la cara—. ¡Hola Ellie!

—Hola Diane. ¿A qué te refieres con que me conocen?

—¿No lo sabes? Desde que Meliodas te marco públicamente, te has vuelto muy popular —A la peliplateada le tomó un par de segundos entender lo que quería decir, pero en cuanto lo hizo, su rostro se puso tan rojo como una frambuesa.

—Oh... por... Dios.

—¡Así es! Ya no es tan común que haya parejas unidas de la forma natural, y mucho menos que uno pueda ver el proceso de marcaje en vivo, ¡es todo un espectáculo!

—¡Meliodas tonto! —A esas alturas el rubio se estaba partiendo de risa, y aunque Elizabeth intentó golpearlo con su pequeño puño, él lo paró en el aire y tiró de ella para llevarla directo a sus brazos. Luego la besó.

—Lo siento mucho cariño. Pero ve el lado positivo. Al haberlo hecho de ese modo, no hay ninguna duda de que eres mía, y solo un idiota se atrevería a acercarse a ti.

—Mel, desde antes de marcarme, tú eras el único idiota que se acercaba a mí. —Ese último comentario hizo que fuera Diane la que se partiera de risa

—Nena, ¡eso es porque no tienes la ropa correcta! Pero yo me encargaré de solucionar eso. Ahora que estudiaré aquí, tendremos tiempo de salir a donde queramos, e iniciamos hoy con la boutique.

*

—¿Es en serio Elizabeth? ¡Pero se te ve hermoso! ¡Cuando Meliodas te vea le va a fascinar!

—No lo sé, ¿no crees que el escote es demasiado provocativo? —Nunca me había divertido tanto. Diane es maravillosa, ¡es tan vibrante y alegre! A mí me faltaría ser así para usar este tipo de prendas.

—¡Vamos! Tienes con qué lucirlo. Mira, te pondré un poco de mi maquillaje, y verás como todo cambia. —¿Será que sí? No es como que sea fea pero, el hecho de ser albina... no lo sé. En estos días más que nunca he sentido como que es algo que no debo dejar que la gente mire. Sin embargo, en dos pinceladas mi amiga ya ha terminado el arreglo, ¡es imposible parar al huracán Diane!

—Oh... por... la diosa. Ellie, ¡estás de infarto! Ahora tendré que comprarme la blusa con animal print para no quedar atrás. —Me toma de los hombros para girarme hacia el espejo y en cuanto lo hago... ¡Santo cielo! Tiene razón, este vestido me hace sentir... mágica. Me pregunto si le gustará a Meliodas. Quiero que me vea así.

—Lo compraré.

—¡Esa es mi chica! —Salimos tomadas del brazo con un montón de bolsas, y por primera vez en mi vida, me siento cómoda siendo quien soy. Tomamos un helado, vemos zapatos, e incluso entramos a una librería. Diane se va de inmediato a los discos, pero su esfuerzo me hace sonreír. Aun así, hay algo sospechoso. Lleva ya un rato observando por las esquinas, mirando fijo a los compañeros que nos topamos, y lo que es peor, percibo una miradita extraña hacia mí. Una mezcla de culpa y tristeza.

—Muy bien, ¿qué pasa?

—¿Mhm? ¿De qué hablas?

—Diane, desde hace un rato, has estado actuando ra...

—¡Mira, es Estarossa! Pestañea mucho, arquea tu espalda y ríete como si lo sintieras. —Lo último no tengo que fingirlo, ¡lo que pide es ridículo! ¿O tal vez no? Veo como varios de los miembros del equipo le tocan el hombro para que mire, y en cuanto sus ojos me alcanzan, su mandíbula cae al piso. ¡Dios Ross! Con la boca así de abierta, un pájaro podría anidar ahí.

Él estaba dispuesto a dejar que nos matarán a Meliodas y a mí.

Recordar eso me hiela la sangre... y creo que ahora entiendo un poco qué es lo que Diane intenta hacer. Él debió de darse cuenta de lo tonto que se ve, porque ahora se da la vuelta y finge no verme. Las cuentas con él luego. Volteo a ver a mi amiga e imitó lo mejor que puedo la ceja levantada de mi tía Merlín para descubrir la verdad. Veamos si funciona con ella.

—¿Me vas a contar qué es lo que pasa aquí?

—¡No pasa nada! Yo solo... —La observo aún más intensamente y enfoco todo el poder de mi mirada en sus ojos amatista. Uno, dos, tres...—. ¡Está bien! Te cuento, te cuento, solo deja de mirarme de esa forma —Pone la misma expresión de un perrito triste y busca donde sentarse. Al parecer la legendaria técnica ha funcionado—. Escucha... solo quería ayudar a Meliodas, ¿está bien? —Sus palabras me saben amargas y me obligan a sentarme también.

—Entonces, todo esto... ¿no lo haces por mí?

—¿De qué hablas? Claro que es por ti. ¡Sí que te hacía falta un cambio de look! —Las dos reímos un poco y entonces me preparo para lo que va a decir—. Pero también es cierto que quiero cerrarles la boca a esos "caras de perro". Ya han humillado al jefe mucho tiempo por convertirse en Omega. ¡Quiero mostrarles a todos que, aunque ya no sea el alfa, tiene una mujer digna de uno! —Me ruborizó ante la lógica de mi amiga. Su ganar-ganar es...

Espera, ¡¿qué dijo?!

—¡¿Alfa?! —Por la cara que pone, no me cabe ninguna duda de que escuche bien.

—Sí, verás... antes de lo de Liz, él era el que estaba destinado a ser nuestro líder. Ban tomó su lugar después de que se negó a cazar. Ya sabes, no toleraba la vista de sangre y todo eso... creo que le recordaba el asesinato.

—No sabía que él era... y que yo... pero entonces, ¿qué significa todo esto?

—Creo que Meliodas te ha contado un poco sobre el tema, ¿no? —asiento tratando de recordar cualquier cosa que él hubiera dicho, pero como me he quedado en blanco, Diane se apiada de mí y continua—. El Omega es el último miembro de la manada, el más débil, del que todos abusan. Cuando Meliodas creyó que había sido él quien mató a Liz, dejó de hacer... bueno, las cosas que implica ser un lobo. Cazar, seguir a la manada, cuidar del bosque, ¡todo! Supongo que era una forma de castigarse a sí mismo. Y ahora, esos tontos quieren humillarlo por tener a una humana como mate, que para ellos es el colmo de la debilidad. ¡Por eso quiero que todos vean que eres alguien de temer! —La cabeza me da vueltas.

Meliodas debía haber sido el alfa. Entonces, ¿yo lo avergüenzo?, ¿El tenerme como compañera lo hace lucir débil? Siempre supe que el rango no le importaba, y por eso a mí no me importó pero, ¡ahora resulta que debía convertirse en el más importante de todos los lobos! ¿Él... sentirá que es una humillación estar conmigo?

—Diane, ¿le estoy haciendo daño a Meliodas al estar con él?

—¿Qué? ¡No!

—Dime la verdad por favor. —Mi amiga de nuevo me mira un segundo de más, y se me hace un nudo en la garganta mientras contesta.

—Bueno... sí. Por un lado, su reputación está por los suelos. Incluso corre el riesgo de perder su herencia familiar y su lugar en la manada. Pero por otro lado, ¡te has convertido en su esperanza y la de todo el clan!

—¿A qué te refieres?

—Todos saben que un alfa no está completo sin su luna. Cuando la encuentra, se vuelve mucho, ¡mucho más fuerte! Puede que él sea un Omega ahora, pero motivado por ti... no lo sé Ellie. Aquellos que lo apoyamos no perdemos la ilusión de que vuelva al lugar que le corresponde.

Esto es demasiado para procesar. De pronto este vestido me pesa, me asfixia por lo apretado, y no estoy segura de estar a la altura del reto ante mí. Analizo lo más rápido que puedo las palabras de Diane, y me doy cuenta de que hay algo muy importante que debo saber antes que cualquier otra cosa.

—Entonces, ¿tú tampoco crees que haya sido Meliodas quién mató a Liz?

—Es imposible que fuera él. Y no solo porque la amaba, sino porque ahora sabemos que tú eres su mate real. En todo caso, la maldición te tocaría a ti.

*

Lo sintió antes de verlo. Escanor estaba preparándose un café en su cabaña, cuando su instinto de cazador le avisó que tenía visitas. Sabía que volvería. Meliodas Demon no solo era un lobo poderoso, también era un chico bueno y valiente. Sabía que regresaría a verlo si con eso protegía a su Elizabeth. Lo esperó sentado en el porche de su casa, y cuando lo tuvo a escasos dos metros de su puerta, guardó silencio para que dijera lo que vino a buscar.

—Viejo león, quisiera hablar contigo.

—Eso es obvio. ¿Qué necesitas, lobo?

—Quiero hacerte unas preguntas —El rubio inhaló profundamente mientras juntaba el coraje para hablar, y en cuanto lo hizo, soltó todo de golpe—. Hace un año, durante el ataque de la luna sangrienta, ¿qué fue lo que viste exactamente? —El cazador dejó a un lado su taza y juntó los dedos en un gesto pensativo.

—Era una extraña luna roja en pleno diciembre. La manada entera cayó en un trance, y no podían recobrar forma humana. Vagaban confusos por el bosque, sin cazar ni llegar a ninguna parte, y para cuando todo terminó, el único que sí había tomado su presa desapareció llevándose la vida de la señorita Danafor.

—Pero yo estaba cubierto en su sangre, ¿qué posibilidad hay de que sea inocente?

—Todos dicen que la bestia tenía un olor ligeramente diferente al de un lobo. Es un ser oscuro, que se transforma para cazar incluso a los de su propia especie, y mata a cualquier ser vivo que se interponga en su camino. Para mí, el que estuvieras manchado de su sangre puede significar dos cosas: o te estaba controlando para que acabaras con ella y no pudiste hacer nada al respecto... o la estabas defendiendo, y él simplemente era más fuerte que tú. —El silencio que siguió a esas palabras estaba cargado de tristeza y duda.

—Eso explicaría porque había dos tipos de pisadas. Siempre pensé que ambas eran mías, que llegué al claro siendo humano y luego me había transformado en "eso" frente a ella antes de matarla.

—Todo el terreno estaba confuso con las huellas de la manada, además de que había nevado, pero...

—¿Pero?

—A mí me parece que hay algo más —Escanor lo miró con unos ojos que solo un cazador podría tener, y le soltó lo siguiente con toda convicción—. Había marcas de garras por todos lados, muchacho. Todos piensan que simplemente fue el impulso destructivo del monstruo, pero yo no lo creo.

—¿Tú qué piensas?

—Para mí, toda esa destrucción fue a propósito. Intentaba ocultar sus huellas, la evidencia y el rastro. Esa cosa era consciente de lo que hacía. —El aire helado del otoño se coló en los huesos de ambos mientras lamentaban internamente la pérdida de una vida inocente. Luego, las piernas de Meliodas no pudieron sostenerlo más, y tuvo que sentarse en el porche a lado de Escanor.

—Entonces, no pude haber sido yo...

—A ti te encontramos inconsciente, desnudo, cubierto con la sangre de Liz. Pero si mi teoría es correcta, simplemente estabas en un mal momento, en un mal lugar. Además...

—¿Qué?

—Ella no era tu mate —Meliodas comenzó a temblar ante esas palabras, y el hombretón se sintió tan conmovido que lo abrazó por los hombros—. Por lo tanto, no. No creo que hayas sido tú quien la mató. —El temblor se incrementó un poco y Escanor decidió mirar al frente mientras dejaba que el lobo llorara. Cuando este terminó, una sola palabra ronca pero firme salió de sus labios.

—Gracias. —El castaño le dio una palmada en el hombro al más bajo y sonrió.

—Tardaste demasiado para que te entrará en la cabeza.

—Sentía que los demás solo estaban siendo condescendientes conmigo. Tú siempre has sido honesto. Además, yo sé que cumples fielmente con el credo del cazador. —Los ojos azules del gigante relucieron, y repitió su juramento con voz de ultratumba.

—"Nosotros cazamos a quienes nos cazan".

—Entonces, hazme un favor —El lobo giró todo su cuerpo hacia el hombre y clavó sus ojos verdes en él con expresión suplicante—. Si alguna vez sospechas de mí, si alguna vez sospechas que Elizabeth está en peligro... —Un segundo de silencio, y la respuesta que seguía a esas palabras estuvo más que clara.

—Yo mismo te mataré. Lo prometo —A pesar de la amenaza mortal, Meliodas sintió como un peso se quitaba de sus hombros, y agradeció al cazador desde el fondo de su alma.

—Bien. Entonces, tengo que preguntarte otra cosa. Más bien, es una solicitud. ¿Podrías entrenarme para enfrentar a la manada? No pretendo volver a ser el alfa, pero...

—Sé lo que quieres decir. Habrá problemas, eso es seguro. Además, el asesino real de Liz sigue suelto —Escanor se puso de pie y sacudió el polvo de sus palmas mientras tomaba su decisión—. Claro que te voy a entrenar. Aún te debo lo que hiciste por Ban, y tengo otras razones fuertes para hacerlo.

—¿Cómo cuáles?

—Es la sobrina de Merlín, una Liones en todo su derecho. Además de la última Danafor del pueblo. Y también es una buena chica. Si puedo protegerla del peligro, lo haré sin importar el costo.

—Me alegra que alguien más piense así —Se sonrieron mutuamente a la vez que estrechaban las manos en una promesa de hombres, y se quedaron contemplando el paisaje del bosque mientras atardecía.

—Pero que haya aceptado no quiere decir que te la vaya a poner fácil, niño lobo.

—No me importa. Si es por ella, atravesaría el mismísimo infierno.

***

Esa última declaración de nuestro lobo es... uff *w* Eso sería todo por ahora cocoamigos, ¿cómo ven? ¿Les va gustando la dirección que esto va tomando? Yo en lo personal, estoy a full inspiración e interesada en seguir esta historia, los misterios se acercan cada vez más a ser revelados. O tal vez, solo es la calma antes de la tormenta, fufufu ^w^ Y hablando de eso, vamos al secreto de este capítulo: ¿sabían que cuando Escanor le dice a Meliodas  "lo que hiciste por Ban", se refiere a cómo fue mordido? *u* Muchos han mostrado interés en su historia de origen, así como si en algún momento Ban y Elaine se van a encontrar y enamorar. La respuesta a eso es... que será revelada en próximos episodios XD jajajajajaj, Coco es mala, ¡sorry! Nos vemos la próxima semana chicos, ¡los quiero mil! <3<3<3

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