"Las 10 horas previas al aterrizaje".

No sé si es facilidad para dormirte o exceso de confianza. Pero te dejas caer rendido ante el cansancio de una manera tan placentera que solo provocas ganas de mirarte y acompañarte.

C.E 71

"Las 10 horas previas al aterrizaje".

Los remanentes de la recién terminaba batalla flotaban despacio entre la oscuridad iluminada con los pequeños destellos de los movil suit que buscaban el resguardo de las filas interminables de personas que buscando la paz habían perdido sus vidas. Una vez más el espacio se había convertido en una enorme tumba.

El vuelo se había tomado a la gravedad con los motores de la nave madre apenas en funcionamiento para el resguardo de la energía remanente. Pues serian alrededor de siete a diez horas las que nos esperaban por aguardar en torno al papeleo de permisos de aterrizaje y conteo de personal.

Todos estábamos exhaustos y el silencio era participe de nuestro descanso merecido. Aún así la puertas entre los pasillos sonaban en apertura y cierre a mi paso. No podía quedarme sola en mi habitación asignada, necesitaba verte.

Las emociones durante el último combate de la guerra habían sido tantas y a tal extremo que poco a poco mi cerebro y corazón empezaban a filtrarlas dándome cuenta entonces que casi te pierdo.

Cuan afligido debiste encontrarte para pensar en una vez más explotar tu máquina contigo dentro al no haber otro camino...

Con los pies literalmente flotando llegué hasta tu puerta y me quedé afuera inmóvil por unos segundos. Pensé por un momento que tal vez me había adelantado dejándome llevar solo por mis propios sentimientos que me llevaron hasta ti, pero la verdad es que tú acababas de perder a tu padre, tu mundo... no sería correcto que te buscara solo para verte la cara...

Cuando de improvisto el sonido de apertura de tu puerta inundó el silencio y ahí estabas con aquella sorpresa que no pudieron contener tus encantadores ojos.

-¿Cagalli?

El latido de mi corazón se tornó violento pero el pensamiento de haber actuado por egoísmo al satisfacer mi necesidad de verte seguía en mi. No sabía que decir.

-Perdón, yo solo...

-Es un alivio...

Suspiró cerrando su mirada para luego dedicarla nuevamente a mi, tan dulce como siempre.

-¿Eh?

Ahora la sorprendida era yo. ¿A qué te referías?

-He pasado varios minutos peleando contra mi mismo en la decisión de ir por ti... no quería interrumpirte si estabas descansando.

-Yo... yo igual

Apenas y pude sostenerte la mirada por la vergüenza, pero ya había llegado hasta allí y tu pensabas igual, no podía estar más emocionada.

Miré los alrededores y noté la cama levemente desarreglada, habías estado recostado.

Y entonces te observé, el cansancio era evidente pero tu rostro lucia terso y pulcro, sin pensarlo llevé mi mano hasta colocar la palma sobre tu mejilla con lo que perdí un poco de estabilidad elevándome a la falta de gravedad, fue entonces cuando tus brazos me rodearon y me metieron a la habitación. La puerta se cerró.

Fue como la invitación tácita a besarnos. Olías muy bien, aunque fuera el aroma de aquel Shampoo de marca pública que se encontraba en todas las duchas del Archangel.

Este sería nuestro segundo beso, por un par de segundos sentí todo mi cuerpo enfriarse en la espera del contacto de tus suaves labios.

No podía reconocerme a mi misma. Entre tus brazos parecía la princesa que por herencia era y solo necesitaba sentirse protegida y cobijada por ti.

Y ahí estaba finalmente, la delicadeza de tu toque gentil y sublime. ¿Cómo podías ser tan aguerrido y fiero en las batallas y besar con tanta ternura?

Tras el beso me miraste y estoy segura de que la sonrojes de mis mejillas hablaba por mi. Mi encantas.

Y necesitaba más. Pero seguía inundada de la vergüenza de saberme perdida de esa forma por ti. Mis labios se separaron esperando que lo notaras, tus ojos me enfocaron en todas las secciones del rostro. Cual buscaras la conexión entre la invitación de mis labios y el deseo en mi mirada.

Pude ver la emoción de ver aquella reacción en mi reflejada en tu sonrisa y con la misma me brindaste un beso más.

-Esto también es nuevo para mí.

Me mencionaste manteniendo tu sonrisa que cual sello habías dejado estampada en mis labios tras separarte.

Tu comentario me llevó a pensar en lo muy nerviosa que debía verme y cada poro de mi piel lo gritaba, pero tú lo valías. En mi interior solo nacía cada vez más fuerte el deseo por darte toda la atención y el amor que sabía te faltaba y que merecías.

-Cagalli...

Solo asentí y me acercaste a tu pecho. Tus abrazos siempre se sienten reconfortantes y ese era como una invitación a refugiarme en ti para siempre.

-Me gusta mucho estar así.

Te dije con toda la franqueza de mi corazón.

-¿De verdad?...

Preguntaste asomando tu voz entre mis cabellos.

-Y me da miedo...

Las palabras salieron despedidas de entre mis labios sin que pudiera detenerlas.

Por la lógica del momento comprendí que me retiraras para verme, esperando que terminara la frase, te veías asustado.

-Ya te dije que no pongas esa cara... no cuando se trate de mí, jamás te lastimaré.

-Eso es lo que debo decir yo, Cagalli...

-A lo que me refería, es a lo mucho que me he aferrado a ti, tan pronto... y me asusta que esto sea solo algo pasajero...

-Déjame decirte algo... y sonará extraño...

-Tú solo dilo y yo decidiré eso...

-Me gustaste demasiado, desde el primer momento en que te vi.

-No puedes ser más mentiroso, ¡si la primera vez que me viste pensabas que era hombre y me querías matar!

-Ja, ja si lo dices de esa manera suena terrible. Me refiero al momento que pasamos en la isla, en nuestra pequeña isla donde desatados nuestra guerra para dos.

No dejaste de sonreír en toda la explicación como si lo que recordaras fuera en verdad placentero.

-Pero como dices eso... si te herí dos veces.

-Exactamente.

Tu afirmación me quitó la vergüenza, mientras esperaba que querías decir con eso.

-Me dejaste deslumbrado con tus deseos de vivir... de querer hacer las cosas bien... aunque en aquel momento yo no compartía tus ideales, me pareció fabuloso como una persona tan bella y con un cuerpo tan pequeño se involucraba a tal punto por su convicción.

-Athrun...

-Entonces no debes temer perderme. Porque esto que está pasando entre nosotros es fuerte, se ha cimentado sobre momentos muy intensos y nos ha unido espero que por mucho tiempo.

-¿Cómo que por mucho tiempo?, se supone que debes decir que es para siempre...

-Es verdad... no puedo dejar de tener ese toque de pesimismo.

-Trabajaremos en eso.

Volví a colocar la mano sobre tu rostro, me era imposible dejar de verte y sonreírte.

-Eres tan bonito...

-Cagalli...

Te sonrojaste.

-Que no te de pena escucharlo, te lo diré mucho.

-Entonces de igual forma yo.

El contraataque fue de inmediato, sabias que me sonrojaría quizás aún más que tú.

-Baka... cambiando de tema, creo que deberías recostarte un rato más, aún falta para que lleguemos a la tierra y debes dormir un poco por lo menos.

-Sí, la verdad es que estoy muerto, pero necesitaba mucho hablar de todo esto contigo.

Parados a un lado de la puerta todo el rato, lo esperado hubiera sido que al terminar la conversación saliera, pero no quería irme.

- ¿Crees... que sería raro que me quedara aquí contigo a descansar?...

- ¿Quedarte?

- ¡Digo! Acurrucarnos en tu cama solamente! ¡Algo así!

-Estaba por pedírtelo, no quería que te fueras... pero tenía temor de como se escuchara...

Tomaste mi mano con delicadeza y yo respondí apretándola.

-Hagamos algo... a partir de hoy, siempre digámonos las cosas que queremos, aunque nos de vergüenza.

-Eso... es muy duro. No creo poder.

-Si está en mis manos complacerte lo haré.

Una vez más a sentiste con tu sonrisa única y me condujiste al sitio donde desde un inicio te habías levantado.

Me senté cuidadosa a un lado de la cama, empezando a sentirme realmente nerviosa, es decir, había estado junto a ti y abrazada a ti muchas veces, pero compartir el calor de tu habitación era totalmente diferente.

Te recostaste sobre la almohada y me invitaste a hacer lo mismo. Pero pareciera que una pared invisible nos separaba, no te moviste ni un centímetro al igual que yo. Fueron los primeros segundos más nefastos que jamás experimenté, no era esto lo que esperaba, por lo que volteé hacia ti encontrando tu mirada fija en mí.

Para entonces contagiarnos tú con mi sentimiento de decepción y yo con la inseguridad de tocarme que te dominaba para darnos cuenta de lo ridículo que era comportarnos así cuando ambos queríamos más del otro.

La risa se expandió sobre el aire exhalado por tu aliento.

-Ven acá, conozco un método excelente para ayudarte a dormir.

Con diligencia traté de tomar con naturalidad nuestra situación y me respondiste con la misma confianza, observaste con detenimiento como me acomodé sobre la almohada y guiándote hacia mi pecho te recosté sobre mi sin pensarlo demasiado.

Pero todo pareció que era lo que más necesitabas en ese momento, pude presenciar como tus ojos se cerraron con tranquilidad sobre mi pecho al acompañar tu respiración con la mía mientras tu mano acariciaba con ternura mi cintura.

Era como si hubiera sido diseñada para que cupieras perfecto sobre mí...

Al sentir mi mano surcando caminos entre tus cabellos sedosos y atrayentes te escuché suspirar.

Y entonces lo noté, nada me hacía más feliz que poder pasar el tiempo junto a ti, así... con la simpleza de poder contemplarte y es que eres en realidad hermoso.

No sé si es facilidad para dormirte o exceso de confianza. Pero te dejas caer rendido ante el cansancio de una manera tan placentera que solo provocas ganas de mirarte y acompañarte.

Y lo mejor de todo es que puedo ser yo quien esté en esos momentos contigo.

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Dios, estoy que muero de amor por mi pareja premium. Es tan raro escribir de ellos en este punto de la vida, pero me encanta pensar que el nombre que escogí como escritora es gracias a él y sigue siendo tan importante para mí.

:D 

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