C A P I T U L O 20

Capítulo 20:

Ambos chicos bajaron del escenario. Luna y Matteo se levantaban de donde estaban tirados –que más bien, Luna había votado al pobre chico –. Y Delfi grababa el en todo momento para el Fab&Chick.

Jazmín salió corriendo de aquel lugar, no quería estar allí, Ámbar se dio cuenta de ello y se fue tras de ella.

—Ya regreso, mi amor —dijo dejando la mano de su pareja.

Y la rubia se fue en busca de su pelirroja amiga, y Simón se quedaba mientras era acosado de preguntas por sus amigos.

—¿Desde cuándo andás con Ámbar, Simón? —preguntó Pedro.

—¿Por qué no nos contaste nada? —siguió Nico.

—Eehh... Hace poco —mencionó viendo a Pedro —, y porque no creí que les importara —se dirigió ahora al castaño.

En otra de las esquinas del Roller, estaban Luna y Matteo, este último trataba de sacar a la chiquita de su alucinación:

—Contrólate, chica delivery —la tomaba de sus hombros.

—Matteo, es que no puedo, al fin miré a Ámbar y Simón besarse —se daba aire con sus manos —. Ya puedo morir feliz —se puso la mano en su frente.

—¡Qué dramática! —rodó los ojos —Al parecer estás más feliz ahora que cuando yo te propuse ser mi novia —hizo un puchero.

—¿Qué? No, no, no, no, no, ¡Claro que no! —corrigió —Ese día fue el mejor de mi vida —lo tomó de las manos —. Además... ¿Ya te he dicho que amo cuando haces esos pucheros? —sonrió.

—¡Te amo tanto, Luna! —comentó y la besó.

Por otro lado, con Ámbar y Jazmín. Ambas se encontraban en los baños del Roller, la chica pelirroja tenía la cara apagada, no dejaba de llorar.

—Jazmín... —llamó la rubia —¿Estás bien? —cuestionó.

—No, no lo estoy Ámbar —se limpió las lágrimas —. ¿Por qué? —se acercó —Siempre me dijiste que Simón era un chico de lo menos, y terminaste con él. ¡Qué buena amiga sos, Ambar!

—Jazmín, en verdad lo siento, pero es que no quería que estuvieras cerca de Simón porque él... Él siempre me llamó la atención y... —su amiga no la dejó terminar.

—¿Y qué? ¿No me pudiste decir eso? Dejaste que me hiciera ilusiones... —rompió en llanto.

—Por eso te apartaba de él, porque no quería que sufrieras —se acercó, pero su amiga retrocedió —. Jazmín vos sos una chica muy bella, sólo tenés que buscar al chico perfecto para ti, y temo que ese chico no era Simón.

—Lo sé, fui una tonta al hacerme ilusiones —se fue y abrazó a su amiga —. Comprendo, no fue tu culpa, amiga.

Ambas chicas se abrazaron, Ámbar de verdad quería a su amiga, aunque muchas veces fuera más despistada que Luna, pero era una amiga muy leal.

Ya todos sabían que Simón y la reina del Roller eran novios, todos estaban impresionados, la chica no era nada fácil de conquistar.

Un día por la tarde, Simón trabajaba tranquilo, como siempre. Estaba solo, Nico y Pedro no estaban, en ese instante lo jalaron del brazo y lo llevaron directo a los baños de chicas.

—Ámbar... ¿Qué pasa? —se impresionó al verle los ojos rojos, era más que obvio, se miraba a leguas que había estado llorando, pero la pregunta que rodeaba su mente era ¿Por qué?

—Simón... —la rubia se aferró al chico y rompió en llanto en su pecho.

—Ámbar, nena... ¿Qué te sucede? —preguntó alarmado.

—E–Estoy embarazada, Simón —dijo entre sollozos.

El moreno abrió los ojos a más no poder, se quedó en shock, ¿Era verdad lo que decía? De seguro había escuchado mal.

—¿Qué...? —preguntó aún sin salir de su trance...

Continuará...

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