11: Un vivo el 15 de diciembre
No he pegado ojo en toda la noche, así que decido servirme un café bien cargado en la sala de descanso. He leído sobre el mindfulness para relajarse, así que hago lo que significa. Mantengo la atención plena, veo como el líquido marrón cae en la taza, mientras siento el calor en mis dedos al tocar la cerámica, escucho como suena el vapor formándose y siento el delicioso aroma pasando por mis fosas nasales. Voy a prestarle atención al sentido del gusto cuando levanto el recipiente a mi boca, pero toda la tranquilidad se me esfuma al percibir unas manos en mi cintura.
—¡Bu! —dice Ezra en mi oído y me petrifico—. ¿Te asusté?
Bajo la taza con mis dedos temblando, entonces la apoyo en la mesa.
—Debería tomar un té. —Ignoro sus manos que se mantienen todavía en mi cintura—. ¿Qué debería hacer?
—Bueno, el café es malo, pero creí que querías despertarte.
Me giro, encontrándome con su rostro a centímetros del mío.
—¿Te gusto? —cuestiono de repente—. ¿Por qué invades mi espacio personal?
Sus ojos se mueven prestando atención a los míos y sus manos continúan en mi cintura, no se ha apartado ni un centímetro de mi cara ante la pregunta.
—Tú ya lo sabes.
¿Y por eso quieres matarme?
—Yo... —Hago una pausa—. Creí que eso estaba olvidado.
—Claro que sí. —Me suelta, luego inclina la cabeza—. ¿Por qué? ¿Cambiaste de opinión?
—¿Te molesta que no haya correspondido a tus sentimientos?
—Kenya, eso pasó hace años. —Se ríe.
—¿Me odias por eso?
—¿Odiarte? —Pone la mano en mi frente—. ¿Estás bien?
Me aparto un poco.
—¿Estás celoso de Alrik? No deberías, solo me gusta y ya, no es amor ni nada, pensé que lo entendías.
—El mal sueño te pegó fuerte. —Vuelve a reír.
¿No sospecha de todos mis cuestionamientos?
—Puede ser. —Hago una pausa—. ¿Extrañas a Tom? Quizás a Amaira.
—¿Amaira? Es como tú con Alrik, solo me gustaba y ya.
—No respondiste mi pregunta sobre Tom.
—Bueno, estás haciendo muchas, mejor tomate el té, eso te calmará.
—¿Quieres a alguien? —Mis ojos se humedecen—. Tu madre, tu padre, ¿hermanos?
—Oye... —Se me acerca cuando me llega un vahído, entonces me toma de los hombros y me guía a una silla, así que me sienta allí y se aleja para preguntar, preocupado—. ¿Todo en orden?
—¡Se está muriendo gente! —Las lágrimas mojan mi rostro.
Me observa de forma fija, luego enarca una ceja.
—Lo sé, Kenya, trabajamos en el mismo edificio, pero no puedes lamentarte por cosas que no puedes controlar.
¿No es por venganza entonces?
—¿Conocías a los otros?
—¿A los fallecidos de las otras áreas? La verdad que no, así que no tengo mucho que decir sobre ellos, pero respondiendo a tu pregunta. —Apoya su mano en mi hombro, así que alzo la vista a mirarlo, nuestros ojos se encuentran y me observa fijo—. Obvio que extraño a Tom, lo quería mucho, era mi amigo, ya no lo veré más, es muy triste, pero intento no pensar en ello, debes hacer lo mismo, ya que el estrés te está matando. —Sonríe—. Queremos pasar una gran Noche Buena, ¿no? Así que arriba ese ánimo.
¿Por qué dijo Noche Buena y no Navidad?
Lo sabe, no puede ser, sabe que vi su lista y está tranquilo sobre ello, está seguro de que va a efectuar mi asesinato.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top