Entre cientos de miles de millones de Omegas ese Rey lo eligió a el y a unos pocos.

El rey Asano Gakushu era reconocido por su gran montaña de dinero y sus millones de omegas, Nagisa shiota era uno de ellos. Asano le compró a pesar de ser un Omega macho y le enseñó a hacer su voluntad. Entre Eso, a abrir las piernas...

-¡Disculpe señor! ¡No quise hacerlo! -trató de disculparse, pues había derramado café en la camisa favorita del pelinaranja.

-Voltate y abre las piernas. -Se quitó su manchada camisa.

-¿Qué..?

-¡Abre las piernas Omega! -Asano le dio un puño en la mejilla, ahora en el piso nagisa trataba de levantarse pero fue muy tarde, le abrieron de piernas- No me digas señor, mi nombre para ti es Alfa.

-¡Ah no..! ¡ha! Basta.. ¡hum! ¡si Alfa! -llorando suplico que parará pero el Alfa no escuchaba.

Así también era el desayuno de ese Rey tan malo.

-Nagisa~ -canturreo apuntando a su entrepierna aunque estaba sentado.-Ven.

-Pero si no he hecho nada malo alfa... -Dijo acercándose.

-Lo se, sólo quiero jugar un rato.

Y una y otra ves más pasó, hasta que ahora asano se preparaba para la fiesta del Rey vecino a la que fue invitado.

-Señor ¿Que Omega desea hoy?

Se lo pensó un poco, pero dijo:- Nagisa shiota, vistanlo de negro.

-Hai.

Los guardias llegaron a la sala de Omegas del Rey, habían unos 90 omegas y era una habitación no tan espaciosa pero allí entraban.

-Shiota nagisa -llamaron los guardias y el nombrado llegó frente a ellos abriéndose paso entre los demás.

-¿S-Si? -tartamudeo apartando tiernamente un mechón de cabello de su rostro.

-El Rey solicita tu presencia para un viaje.

Y con esas palabras el miedo llegó a sus huesos, camino con miedo a la salida junto a los guardia. Ahora iban en una carroza en la que el rey le explicaba que haría.

-Sólo has lo que te digo y mantente 3 pasos detrás de mi ¿ok?

-Si Alfa. -susurro tímido.

Y llegaron al gran castillo de rosas rojas y decoraciones del mismo color, habían muchas personas de trajes elegantes que le miraban con algo de asco por ser un Omega macho.
Miedoso siguió a su Rey hasta la sala del gran castillo, dónde habían muchos Reyes y reinas de diferentes olores y eso le mareaba; Escuchó a su Rey platicar con alguien y al mirar era el rey pelirrojo de ese lugar.

-¡oh! Hola karma, al final si pudimos venir.

-Me doy cuenta, es un gusto verte aquí zanahoria -burló el pelirrojo Alfa que infundia miedo en nagisa.

-Asano -Corrigió algo molesto pero sin perder la elegancia. Nagisa se mantenía cayado con las manos detrás de la espalda y algo preocupado y asustado por el Alfa pelirrojo.

Ese pelirrojo tenía cabellos como la sangre y ojos color cobre, se veía algo fuerte y poderoso con esas ropas tan caras, además de que era muy alto, él era un Alfa con un fuerte olor a Canela.
El Alfa Seguía hablando animadamente con asano hasta que en una de esas karma miro a nagisa poniéndolo nervioso.

-Ah ahora lo recuerdo ¿y mi regalo, asano? -Pregunto sin dejar de ver al Omega de cabellos azules y tragaba en seco y esquivaba su mirada.

-Ah claro, Lo siento Karma. No te he podido traer un regalo porque ya sabes le situación de mi reino y esas cosas... -mintió con los ojos cerrados pero karma nisiquiera lo miro, el tal karma sólo miraba serio al incómodo ojiazul que empezaba a retroceder.

El olor a flores azules que desprendía nagisa le decía que estaba nervioso eh incómodo, cuando un camarero pasó ofreciéndole agua se escondió un poco para tomar de vaso. Karma rió para sus adentros.

-Ya que no me trajiste regalo -asano abrió los ojos viendo como el pelirrojo se acercaba a su esclavo de ojos azules- Podrías darme a tu Omega, después de todo no está marcado y se ve muy bien -Dijo dando vueltas alrededor de nagisa viendo atentamente cada movimiento que hacia.

-¿¡?!... T-Tu no quieres ese Omega, es muy torpe y además está usado -trató de excusarse para que no se llevarán a su juguete que tan nervioso estaba.

-¿y? No le veo el problema -paró de dar vueltas Karma y miro a nagisa- Me gusta tal y como se ve, sólo damelo, ese será mi regalo.

-Alfa... -Susurro nagisa juntando sus manos en su pecho pidiéndole a asano que no dijera que si- No Alfa... No...

El pelinaranjo suspiro y habló.
-Esta bien puedes quedartelo.

-yai~ -Susurro karma burlón

-No... -susurró asustado Nagisa, las piernas le temblaba- No, Alfa, dígale que no...

-Ya no soy tu Alfa, ya no me perteneces, no puedo hacer nada por ti -Dijo serio.

-....

-Ahora yo soy tu Alfa ¿si? -sonrió karma.

-... Si Alfa, ahora estoy a sus ordenes y espero ser de utilidad para usted -hizo una reverencia, su voz sonaba muy apagada.

-Perfecto -Sonrió- Guardias, lleven a mi nuevo Omega a mi habitación.

-¡Hai! -Y así escoltaron al Omega de ojos y cabellos azules a la habitación.

El Castillo era grande y todo giraba entorno al rojo, pararon en una puerta blanca de lindas decoraciones rojas y negras. Al abrir estas dejaron a la vista una gran habitación digna de un rey.

-Wow...

-Bienvenido a la habitación del Rey karma akabane, pasarás aquí el tiempo hasta que el llegue y decida que hacer contigo. -Dijo uno de los  los guardias y cerró la puerta dejando sólo en la habitación al Omega.

-Que grande es este lugar... - Nagisa caminaba por la habitación admirando todo en el lugar, todo el lugar olía a canela- el olor del Alfa.... ¿eso es un peine de oro puro?-miro sorprendido el peine en el escritorio- ay muchas cosas de oro aquí -dijo viendo las cosas en el lugar.

Por otro lado karma estaba hablando con otro Rey hasta que dio 2 aplausos.
-Okuda -llamo y con una nube negra una chica de cuernos y cola negra, uñas negras y maquillaje negro que combinaba con sus pocas ropas negras, con trenzas y lentes.

-¿Mi señor? -hizo una reverencia.

-Ve a hacer "eso" en mi habitación.

-Lo que ested diga. -y desapareció.

-¿esa era okuda? Regalamela ¿si? Yo te la pago -Dijo uno de los Reyes junto a El.

-jajajajaja... sigue soñando. -Dijo karma y pasó de largo.

Por otro lado nagisa Seguía curioseando, okuda llegó con una teletransportacion puso la mano en la puerta de la habitación.cuando nagisa vio que todo se hizo morado en la habitación y de algunas ventanas de ventilación salían gas morado, entró pánico.

-¿Q-Que es Eso? Alfa... ¡Alfa! ¡¡¡Alfa que es esto, sacame de aquí!!! ¡ayuda Por favor alguien! -corrió hacia la puerta y trató de abrirla, pero estaba cerrada y por ello la golpeaba tratando de pedir ayuda.

La puerta era muy dura por su material, asique no la podía romper, el pánico máximo empezó a apoderarse de su cuerpo por lo que sus gritos de ayuda empezaron a sonar desgarrados. Fue entonces cuando la mano de okuda traspaso la puerta y fue puesta en el cuello de Nagisa parando sus gritos de pánico y dejándole una cara de horror al ver la cara de la chica traspasar la puerta.

-Has silencio, el rey a pedido todo lo que estás viendo allí asique calmate, no es nada malo. Las fiestas del Rey son largas, asique buena suerte con tu aburrimiento... - y salió de la habitación dejando el lugar oscuro junto a un asustado Nagisa.

Nagisa trago duro, al mirar hacia atrás y tomar aire para trenquilzarse sintió mucho sueño. Se acercó a la cama.

-Si tanto va a demorará un sueño me hará bien... -y cayó boca abajo en la cama.

Las horas siguieron pasando en la fiesta, el rey bailó y bebió, pero en cuanto se hicieron las 5 de la tarde empezó a caminar subiendo las escaleras, aplaudió.

-¿Mi señor? -aprecio okuda.

-¿hiciste lo que te pedí?

-Si, sumagestad.

- Bien, cierra el Palacio y saca a todos de aquí, la fiesta se terminó.

-Si mi rey -y poniendo la sala del Castillo morada llamo la atención de todos- Atención a todos, la fiesta a terminado y por órdenes del Rey se requiere su retiro del Castillo.

Y la gente empezó a salir, okuda volvió junto a karma.

-¿Ya terminaste? ¿salieron todos?

-Si, Su Majestad.

-Bien, ve a descansar. -sonrió.

-¿Descansar? -Pregunto okuda sorprendida.

-Si, tus labores terminaron por hoy, mandaré a los chef que te hagan algo de comer y lo lleven halla; descansa okuda.

-hai...

Y se fue dejando sólo al Rey Alfa que caminaba hacia su habitación, allí encontró algo que le hizo poner una gran sonrisa.

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